Esta mañana la teníamos dedicada a Taormina, como el Hostel no tenía restaurante le preguntamos a la hospitalera por una restaurant para desayunar y nos aconsejó el Bam Bar, que se encuentra casi de paso al teatro griego, donde comimos el mejor granitey brioche de todo el viaje, no por casualidad tenía en una pantalla portafotos en la que veíamos a un montón de famosos que habían pasado por allí, la variedad de granizados era amplísima y naturales, muy recomendable. No dejéis de pasar por allí.
Después del desayuno nos dirigimos callejeando hasta el anfiteatro.
Puede que la vista más fotografiada de toda Sicilia: el Teatro griego de Taormina, al fondo imponente el Etna.
El teatro es espectacular y al igual que sus vistas, se encuentra muy bien conservado/restaurado. En verano hacen actuaciones nocturnas por eso es fácil ver el escenario con la tarima que han utilizado. Asomaos por la parte de arriba y veréis unas vistas muy bonitas de la costa, Isola Bella, Bahía de Naxos.
Una de las muchas escalinatas que unen las calles principales de Taormina
De aquí salimos por la misma calle por la que accedimos hacia el giardino comunale, este jardín ahora público fue parte de la casa de una señora inglesa que a principios del siglo XX se estableció en Taormina como era una apasionada a la ornitología mandó construir unas pajareras de raras formas repartidas por todo el jardín.
Vitas del giardnino comunale de Taormina. Originariamente de particulares pasó a ser propiedad del ayuntamiento en 1923.
Vista de la costa sur desde el Giardino Comunale.
Otra de las escalinatas repletas de tiendas y talleres.
Seguimos hasta el Duomo que lo vimos por dentro y llegamos hasta la Porta Catania que es la entrada oeste de Taormina entre ésta y la Porta Messinala recorre el Corso Umberto que es la calle principal y donde se encuentra la parte más animada.
Duomo de Taormina
Playa de la pequeña bahía de Isola Bella.
Las famosas Testas sicilianas adornan las entradas y balcones de las mejores casas. La cerámica es muy valorada en estas tierras.
Después de comer recogí el coche luego maletas y pusimos rumbo a Milazzo. Una hora y media por autopista pasando por al lado del estrecho de Mesina y viendo la costa de Calabria a un tiro de piedra.
Recorrido de esta etapa, hasta Milazzo.
En Milazzo ya de entrada no pensábamos visitar nada en especial pues era el lugar más cercano para embarcar a las Eolias, por eso y por el calor la tarde la pasamos en la playa. Aunque tiene un castillo digno de ver y el cabo de Milazzo alberga las calas más bonitas de Sicilia, según Pino el dueño del B&B donde nos alojamos, seguimos el plan y no hubo turismo sólo quedaba cenar en una pizzeria cerca del hotel y dar una pequeña vuelta por el paseo marítimo que estaba muy concurrido.