Día 2 – NAVEGACIÓN- ✏️ Diarios de Viajes de Mediterráneo

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Nos levantamos a una hora “adecuada”, que serían sobre las 8:30, bastante descansados teniendo en cuenta el vaivén del barco y que la primera noche en cama ajena nunca es buena para mí. Nos vestimos y a la hora de desayunar, no nos ponemos de acuerdo si en el Buffet Panorama o en el Restaurante “El Duero”. Al final gana lo primero, y a pesar de que el Buffet está a tope, vale la pena tomarse un café y unas tostadas con vistas panorámicas al mar. Tanto nos gustó que, a la hora de comer, repetimos.

El buffet del Panorama es muy completo y amplio, prácticamente podréis encontrar de todo para desayunar como reyes. Luego nos mal acostumbramos y cuando nos tomamos el café en casa después del viaje dan ganas de llorar… A lo que íbamos, lo bueno de ese Buffet es que está en la misma planta que la piscina, de hecho mucha gente desayunaba y comía en la terraza si no hacía mucho frío o viento. Así que es ideal si has decidido quedarte a disfrutar del barco y tu máxima preocupación es bañarte en la piscina o tomar el sol mientras saboreas un Mojito.

Bien, es momento de disfrutar del barco. Al ser día de navegación, está todo colapsado, pero el barco es muy grande, así que nada de agobios. Hoy es día de recorrer con calma todas las plantas, todos los recovecos y disfrutar de las espectaculares vistas al mar Mediterráneo. Si tenéis niños, es el momento perfecto para que conozcan el Guppy Club. El servicio es gratuito, abren tres veces al día durante dos horas, y las animadoras son muy majas y encantadoras, sobretodo Bruna y Ruth. Primero hay que darlos de alta, os darán un formulario donde ponéis vuestros datos y los de vuestro hijo, también tenéis que indicar si su servicio es a puerta abierta o cerrada. Eso quiere decir que el niño con puerta abierta puede entrar y salir del Club cuantas veces quiera dentro del horario de apertura. Lógicamente, los niños más mayores pueden hacerlo, los pequeños mejor que no. Os darán los horarios y una etiqueta con los datos del niño con una cuerdecita para que se lo puedan colgar al cuello, que tienen que llevar SIEMPRE que accedan al club y siempre que entren, tendréis que rellenar un formulario de registro de entrada con el nombre del niño, hora de entrada, edad y nombre de quien lo entrega. Cuando los saquéis, ponéis el nombre de quien lo recoge, hora de salida y firma. Ah, y acordaos que tenéis que estar diez minutos antes para recogerlos.

Del Spa no os puedo decir mucho, ya que solo lo utilicé de paso para ir al gimnasio. Este no es muy grande, y se centra más en máquinas cardio que en musculación. En el centro tiene una pequeña pista para hacer clases de Yoga o Zumba, aunque siempre la vi vacía. Hay servicio gratuito de toallas. Si estáis acostumbrados a un mega gimnasio, este os parecerá una decepción, pero las vistas panorámicas que tienes mientras le metes caña a la cinta molan mucho.

El casino, el gran amor de mi marido, en cuanto supo cómo jugar a la Ruleta siempre estaba metido ahí, ¡Y encima ganó pasta! De día está cerrado excepto unas cuantas máquinas recreativas, y los menores pueden pasar siempre que no se detengan en dichas máquinas. Cuando el casino está activo por la noche si tienen la entrada vetada. Era una buena solución para tomar algo en su bar si en el Spinnacle Bar estaba todo a tope y no podía ni tomar algo en la barra, que solía pasar muy a menudo. Por cierto, el Spinnacle Bar es una cafetería muy mona que está al lado del casino, con cierto aire temático náutico, que ganaba mucho encanto por la noche cuando se encendía la luz tenue y empezaba la música en vivo. Sobretodo tocaban música de Jazz y algunas sesiones de música Pop española versionadas parar darle ese “toque” elegante. Uno de mis sitios favoritos si no fuera porque casi siempre estaba a reventar.

Las tiendas muy monas, con artículos muy cuquis, pero fuera del alcance de nuestro bolsillo. En cuanto al precio… pues depende. Durante todo el crucero no se asomaba nadie por las tiendas, y en el último día hicieron liquidación, con artículos que si estaban bien de precio, sobretodo se vendían complementos, joyería, relojes… Entonces aquello se convirtió en un mercadillo donde todas las señoras rebuscaban cual parada de gitanas mientras los hombres se apartaban intuyendo el peligro que se avecinaba si osaban acercar su nariz en la marabunta. Pero bueno, en general los precios no eran tan “Duty Free” como nos querían hacer creer.

Aparte de los dos bares que os he dicho, también estaba el “Rendez Vous”, que es una mezcla entre bar, cafetería y discoteca años 70 para que la gente mayor haga guateques, aunque casi siempre se estaba jugando al Bingo. Luego están los dos bares al aire libre, el Panorama y el Marina, que este estaba cerrado. Están pensados para que te pidas lo que quieras y luego te lo puedas tomar en tu hamaquita tan ricamente. Y si resulta que has desayunado como si no hubiera un mañana y a eso de las 11 vuelve a entrarte hambre, entonces tenemos “El Grill”, que está situado justo encima del Bar Panorama. Es el sitio perfecto para los que hacemos dieta, con alimentos tan “sanos y dietéticos” como Pizzas, Perritos calientes, hamburguesas, patatas frutas, Burritos… Yo lo utilizaba sobre todo para la merienda de mi peque, si tenía hambre nos íbamos allí y la niña merendaba estupendamente. Aparte está el Lounge de 360º al que yo no fui porque está vetado a menores, y también estaba el WU, que es un restaurante fusión de comida asiática. Tenía una pinta estupenda, y más si te encanta la comida japonesa como a mí, pero ese no entraba en el “todo incluido” y casi siempre estaba vacío. Lástima, hubieran tenido allí a una cliente fija.

Tampoco puedo hablar de la discoteca Zoom ni de la Teens Club, es lo que pasa cuando llevas niños pequeños. Otra cosa muy interesante, si te gusta la escalada, hay un rocódromo que por 6 euros puedes escalar y ver unas vistas espectaculares. También hay una pista de Paddel, que estaban arreglando en ese momento, y de Ping Pong, siempre lleno de adolescentes, y que entra directamente con la Teens Club. Si os apetece echar una partidilla, hay que ir a Recepción y enseñando la tarjeta de embarque os darán las palas y la pelota. Creo que se quedan con la tarjeta para que se devuelvan las palas, preguntadlo si acaso.

Las piscinas… Hay dos, de agua salada y no muy grandes. Prácticamente no sirven para nadar, sino para un chapoteo y hacer cuatro brazadas quien quiera animarse a ello. Sacando los niños, pocas veces veías a alguien nadar allí, estamos en Octubre, y aunque hace buen tiempo el agua ya está muy fría para animarse a darse un chapuzón. También hay dos Jacuzzis por si te apetece mojarte, pero no tienes claro lo de la piscina. Eso sí, la zona a tope siempre por la animación. Es el corazón del barco, siempre hay algo por hacer, y las vistas lo mejor.

Bien, pues después de recorrer el barco, nos fuimos a comer al Panorama, y allí nos pasó algo muy chulo. Cuando estábamos comiendo, en ese momento estábamos pasando el hueco que hay entre Córcega y Cerdeña, y podíamos ver los dos sitios sin problemas. Después a por un café y a disfrutar de la inmensidad del mar mientras te entretienes con la animación del barco en cubierta, ya sea solo observando o participando.

A las 7 nos fuimos al camarote a ducharnos y a arreglarnos para cenar. Pero antes… el espectáculo. Se hace siempre en el Broadway, el teatro que ocupan las plantas 5 y 7, enfrente justo del Spinnacle bar. Los del primer turno de cena puede ir a las 10, los del segundo turno íbamos a las 8, aunque siempre estaba lleno porque muchas veces los espectadores eran los mismos que habían estado jugando en esa misma sala al Bingo desde la seis de la tarde, que afición le tienen al bingo por allí…

Esta vez pudimos verlo desde el principio, trataba sobre canciones de amor en Español. Por lo visto lo hacían con canciones más internacionales, pero la gente se quejó y lo hacen todo ese idioma. Igualmente muy bonito, los bailarines lo hacen genial, y la chica gordita de color que chorro de voz tiene…

Una vez acabado el espectáculo, nos fuimos a cenar, y allí conocimos a nuestros compañeros. Una familia de Valladolid encantadora, más mayores que nosotros y también con una hija, pero esta mucho más mayorcita. Nos hemos intercambiado los teléfonos y todo, así que es cierto eso de que en un barco acabas haciendo amigos.

Y a dormir otra vez, que mañana toca Napoles.

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