29 de Noviembre. Hoy me levanto a una hora normal, no deja de ser pronto pero no de madrugada como los dos días anteriores. Entre ayer a la noche y hoy por la mañana dejo lista la maleta para enviar a Tokio y la mochila grande que llevaré estos días Dejo la mochila grande en el apartamento y junto a Clotilda (mi flamante maleta verde) bajo a la calle, desayuno aleatorio y metro hasta la estación de Kioto. Una vez en la estación me dirijo hacia dónde está la empresa de envió de maletas. Esta justo cuando entras por la entrada principal a nivel de calle bajando por las escaleras, hay que fijarse en el símbolo de consigna de maletas pues es allí. Enviarla fue mucho más fácil de lo que pensaba, le entrego la dirección del hotel de Tokio a la chica que me atendía, le señalo en el calendario que día llego a Tokio y a que hora más o menos. Me hace rellenar un par de cosas en un formulario y fin. Adiós Clotilda, nos vemos en Tokio!
Una vez enviada la maleta me dirijo a la oficina del Shinkansen, está en la planta principal y se ve fácil, y reservo billetes para mañana dirección Himeji y luego Hiroshima y los de Hiroshima-Osaka y Osaka-Nagoya. Así ya tengo esos dos día cubiertos y no me tengo que preocupar.
Con los billetes del Shinkansen en mi poder toca embarcar en un tren para uno de los destinos especiales para mi en el viaje, rumbo al castillo de Hikone. Saco mi billete con el JR Pass, eso que me ahorro, subo al tren y a disfrutar del viaje. Durante el trayecto repaso lo que han sido estos primeros días en Japón, estoy disfrutando de lo lindo y aun no voy ni por la mitad del viaje! Durante el viaje aprovecho para comer un poco y leer sobre el castillo que voy a visitar. Este es uno de los pocos castillo originales que quedan en Japón que no han sido reconstruidos y es tesoro nacional del país, como amante de el período histórico del feudalismo nipón para mí es uno de las visitas clave del viaje.
Llego a Hikone y busco la oficina de turismo dónde una amable señora me hace entrega de un mapa, encuesta de rigor y me desea feliz estancia en Hikone. El pueblo tiene su encanto y aunque hoy hace más frío que otros días el solecito ayuda a pasarlo, llegar al castillo es fácil, sólo hay que salir de la estación y seguir la calle principal.
Al llegar al recinto de entrada del castillo hay unas murallas que rodean todo el lugar con un foso lleno de patos y cisnes, por ahora mola, cruzo el puente que da acceso y tras caminar un poco llego a las taquillas, antes de entrar visito un establo dónde una estatua de un caballo que acecha en las sombras me da un susto de muerte, maldito jamelgo ninja! En las taquillas veo que puedo entrar al museo del castillo y luego al castillo y sus jardines, sin pensarlo compro entrada para todo. Hemos venido a jugar señores.
Primero visito el museo, la verdad es que es muy completo y tiene una buena colección de antigüedades. Veo mis primeras katanas y armaduras, unos preciosos kimonos y me paseo por las habitaciones de unas antiguas casas señoriales. Todo bien presentado, explicaciones escuetas en inglés pero que con el prospecto que dan a la entrada se pueden complementar. Al salir recojo unos prospectos y recuerdo que ayer al hacer la maleta descubrí que tengo diógenes de prospectos, los he recogido en cada sitio que he ido y ni me acordaba, xd.
Salgo del museo y entro al castillo, a medida que avanzo cada vez me gusta más lo que veo. Un sendero asciende por la montaña donde está emplazado el castillo, con puertas y murallas defensivas por el camino y no me cuesta nada imaginar como sería en la época de los samuráis Mi freak interior se emociona a cada paso. Tras un ascensión visualmente impactantes llego a la explanada donde está situado el castillo y me sorprende lo pequeño que es. Es como un mini castillo de Osaka en la cima de un altollano, y sin murallas ni montaña que proteja el viento me saluda con fuerza. Aquí el frío se nota más pero ayuda a hacerse una idea de lo que podía ser el día a día en el castillo, paseo un poco por la explanada ya que ofrece unas vistas magnificas de la ciudad y del lago Biwa. Arrecia el viento y decido refugiarme en el castillo, primero entro en una torre de vigía exterior y veo que lo de refugiarse como que no. Con dos ventanas abiertas se monta una corriente que alucinas, me imagino a los guardias con mantitas vigilando. Ahora si, toca entrar en el castillo propiamente dicho. Por dentro se conserva muy bien y es muy bonito con toda la estructura interna de madera, asciendo piso tras piso hasta llegar a la parte de arriba desde donde se disfruta de unas vistas aun mas espectaculares, en primavera con un día soleado tiene que ser una gozada estar aquí. Ahora mismo lo que hay es viento y frío, xd. Aun así disfruto como un enano de la visita y si los próximos castillos que me esperan son así me lo voy a gozar.
Abandono el castillo y después de mirármelo un rato más desciendo por el camino trasero con rumbo a los jardines. El descenso es igual que el ascenso, entre murallas y puertas defensivas y al llegar a la base de la montaña cruzo un puente sobre el foso y accedo a los jardines. La verdad es que no esperaba mucho de los jardines de un castillo pero estos me sorprenden de manera agradable. Buen tamaño, bien cuidados y construidos alrededor de un estanque donde hay un pequeño establecimiento para tomar te y con un par de rincones muy bonitos, además hay grullas!
Después de esta gran visita vuelvo a la estación, no si antes parar en la oficina de turismo y decirles que me ha encantado el castillo y los jardines, subo al tren y vuelta a Kioto. Ahora toca otro de los puntales del viaje, Fushimi Inari.
En la estación de Kioto me subo a otro tren en dirección a la parada de Inari, cuando salgo al anden es casi la hora de comer y viendo que voy bien de tiempo me dedico a buscar algún sitio para comer, nuevamente me pasa lo de la calle de Matsubara Dori del día anterior y como buscando un sitio para comer. Hay un montón de puesto de comida en la calle y no puedo evitar picotear en varios. El barrio se lo ve animado y vivo, hay mucha gente paseando y comiendo en los puestos de comida. Tras un paseo por las calles de alrededor de la estación voy a la entrada del Fushimi Inari.
La primera en la boca, menuda entrada con una torii gigante y las estatuas de zorro que la flanquean. Avanzo por la avenida que lleva al templo principal, el Fushimi Inari Taisha, y me doy una vuelta por la zona hasta llegar a un pequeño estanque donde hay muchos gatos remoloneando y mirando a la gente con la típica mirada de gato de “humano dame comida”.
Vuelvo al templo principal y empiezo mi ascensión por el camino de toriis, hay bastante gente y al principio me desanimo un poco porque con el bullicio y el gentío pierde un poco el encanto pero a medida que voy subiendo cada vez hay menos gente y hago varios puntos del camino solo. Por el camino paso por varios templos hasta llegar al primer punto remarcable, una suerte de mirador desde donde se ve la cuidad de Kioto bañada por el sol del atardecer. Una vista preciosa.
Del mirador salen varios caminos y tras consultar el mapa elijo el que creo me llevará a la cima y sigo ascendiendo. Esta vez estoy gran parte del camino solo y se nota la magia del lugar, subir rodeado de toris y el bosque me deja sin habla. Es uno de esos momentos que me hacen sentir que este es “el viaje”. Al llegar a la cima veo una escena muy curiosa donde un grupo de adolescentes presentan una muñeca que traen al altar que hay en la capilla, además escondida tras un árbol a una vending machine, acechan en todos los lugares.
Me siento a descansar un rato y a disfrutar del ambiente del lugar, todo es paz y siento como que estoy en un lugar mágico y aun no he visto lo mejor. Decido volver ya que está oscureciendo y voy descendiendo hasta llegar al mirador y allí me espera la ciudad de Kioto iluminada en la noche, otras vista que me deja sin palabras, decido sentarme y disfrutar.
Me vuelvo a poner en camino y ahora llega la magia. Hago casi el 90% del trayecto de bajada solo, entre toriis iluminadas por farolillos, cae una fina llovizna, los ruidos del bosque me rodean y a lo lejos puedo escuchar pequeño grupos de gente hablando. Todo el camino es como un sueño. Una de las experiencias más maravillosas de mi vida, descender el Fushimi Inari de noche.
Al llegar al final del trayecto vuelvo la vista y veo algunos puntos de luz que marcan el camino de ascenso y mi mente vuelve al trayecto que acabo de realizar hace poco, me quedo un rato recordando y me prometo volver si o si. Una vez me recupero me doy una vuelta por los templos que hay en la base de la montaña, que ahora iluminado y por la noche tienen un aspecto fabuloso. Me despido de Fushimi Inari y vuelvo al tren, pongo rumbo a la estación de Kioto y de allí metro a Imadegawa y al apartamento
Llamo a Mizuki y nos vamos a cenar al restaurante de Ramen que fui el día del Pabellón Dorado, no me puedo ir de Kioto sin probar ese ramen otra vez. Luego tomamos unas cervezas mientras damos una vuelta por el barrio y nos despedimos, le doy las gracias por todo, le prometo que si vuelvo le aviso y que si él viene a España que me de un toque.
Subo al apartamento y estoy un rato en el balcón observando Kioto, han sido unos días intensos e inolvidables, una ciudad elegante y muy pero que muy bonita. Ahora dormir que mañana nos espera Himeji e Hiroshima.
Visitas del día.
Castillo de Hikone- Preciosa toda la visita, el museo, el ascenso al castillo, el propio castillo, los jardines y el lugar donde está. Muy recomendable si lo que se quiere ver es un castillo japonés, aun siendo pequeño merece mucho la pena. Eso sí si vais en otoño abrigaros porque como haga un poco de frío y aire pilláis Las vistas al lago Biwa son de quitar el habla, me dio la sensación que en primavera tiene que ser un espectáculo Yo visité todo el complejo, ya que estaba allí que menos, el museo si no sois mucho de visitarlos os lo podéis saltar, aunque no es caro y mola mucho la visita, pero el castillo si os mola el tema es una visita obligada si estáis por Kioto, no se tarda mucho en llegar (45 mins aprox).
Fushimi Inari- Si o si, no hay más. Si estáis en Kioto montároslo como queráis pero tenéis que ir, no hay palabras para describirlo y os recomiendo subirlo a la tarde y bajarlo cuando se ha hecho de noche, a la que pilléis una parte del camino sin gente paraos y disfrutad del momento. Puede parecer exagerado pero fue una de las experiencias mas alucinantes de mi vida. Pasearse entra las toriis y el bosque de noche es mágico.
Trayecto del día
No pongo el camino hasta la estación de Kioto ni el de vuelta al apartamento porque ya lo he presentado en varias etapas.
1- Estación de Kioto
2- Estación de Hikone
3- Castillo de Hikone
4- Jardines del castillo de Hikone
5- Estación de Inari
6- Fushimi Inari Taisha
7- Camino de toriis y ascensión al monte.