DÍA 6: MONTE NEVO-MAR MUERTO-WADI MUJIB-DANA-PETRA ✏️ Diarios de Viajes de Asia Central y Oriente Medio

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Cogimos el desayuno que los del hotel nos habían preparado y nos fuimos en el supuesto taxi al aeropuerto. Nuestro vuelo a Amán salía a las 8:15 am. En el aeropuerto nos pidieron el pasaporte entre 5 y 6 veces además de 30 euritos para salir de país! Hasta para los 30 euros hay que regatear, una pasada! Es que el tipo de la oficina nos quería cobrar más!

Llegamos a Amán a las 9:30 y nos vino a buscar Alá, un conductor que teníamos contratado con el hotel Petra Moon, de Petra, para que nos llevara desde el aeropuerto de Amán por todo el King’s Road parando por varios sitios. Teníamos una idea de viaje y él tenía pensado otra, en la que incluía Madaba: es una de las ciudades grandes de Siria, de interés por los mosaicos, pero si no eres muy aficionado a los mosaicos, nos merece mucho la pena. Por lo que sustituimos Madaba por Monte Nebo.

Así pues, nuestra primera parada es Monte Nebo, donde Yahvé mostró a Moisés la Tierra Prometida, tras 40 años de peregrinación por el desierto y cruzar el Mar Rojo. También es el lugar donde se piensa está enterrado. Es impresionante la vista sobre el Valle del río Jordán, el Mar Muerto, el desierto de Judea y de lejos Jerusalem y Jericó.

Después, bajamos con el coche al Mar Muerto. Así como por la mañana habíamos estado con nuestros abrigos y ropas de invierno, según íbamos bajando con el coche por la carretera, íbamos mentalizando en ponernos el bikini. De hecho, como el Mar Muerto se encuentra a 400 metros por debajo del nivel del mar, no hubo que mentalizarse demasiado pues se crea un microclima y siempre hace bueno para bañarse.

Al mar Muerto se puede acceder a través de un complejo que se llama Amman Beach Resort, por donde entran todos los turistas a la playa, de hecho, nos encontramos con los primeros españoles de todo el viaje. El conductor nos propuso entrada + comida en el resort por 15 JOD, pero como estábamos hasta la coronilla de que nos timaran todo el rato, nos negamos en rotundo, ya que teníamos embutido para hacernos unos. Aunque esta vez he de decir que tuvimos que recular, pues nos pusimos a leer los papeles que teníamos y vimos que sólo la entrada al resort eran 12 JOD por lo que al final aceptamos. Y además, el conductor nos empezaba a caer bien, era muy majete.

Lo primero que hicimos fue darnos un baño de 15 ó 20 minutos. Te recomiendan que el primer día no estés más tiempo en el agua porque te pica toda la piel por la sal. Pero es genial la sensación de no poder nadar y flotar en el agua.

Luego nos dimos unos barros por 3 JOD cada una. Durante 20 minutos estás con los barros y vuelves al mal para quitártelo, cuesta un poco. Después, nos dimos una ducha de las que están en la playa, que están congeladas, para quitarnos un poco la sal y luego accedimos a los vestuarios para cambiarnos. El agua de las duchas de los vestuarios está congelada también, pero merece la pena una duchita para quitarte toda la sal o, en su defecto, un bañito en la piscina. Después nos fuimos a comer al restaurante que tienen ahí montado, tipo buffet. Al final, nos dieron las 15:00..

Así que omitimos ver el castillo de Al Karak (que nos habían dicho que merecía mucho la pena) y nos conformamos con ver la garganta de Wadi Mujib, fascinantes vistas. De vez en cuando parábamos para tomar una foto, porque los paisajes son increíbles. Después, accedimos a la reserva Natural de Dana y, finalmente vimos el castillo de Shobak desde fuera sólo, porque por la tarde ya estaba cerrado. Aún así, si ya has visto el castillo de Krak de los Caballeros, ya los demás no merecen mucho la pena. En definitiva, que la ruta que nos hizo nuestro conductor majete nos gustó bastante.

Llegamos a Petra a las 18:00 –noche cerrada- a nuestro hotel Petra Moon Hotel: es un hotel de mochileros, muy simple pero muy acogedor. Lo mejor es que está a 100 metros de la entrada principal de Petra, justo detrás del famoso hotel de 5 estrellas Mövenpik; nos costó la habitación 55 JOD las 4. Merece bastante la pena dormir aquí por lo cerca que está del hotel, nos gustó mucho y el desayuno también estaba muy bien, con sus tostadas de confianza.

Después de ducharnos, nos fuimos a dar una vuelta por la parte de abajo del pueblo de Wadi Musa. Cenamos en un sitio recomendado por la guía, restaurante Red Cave, muy lleno de turistas. Esto ya no es lo mismo que Siria, aquí prácticamente no hay gente local, pues todo el mundo que duerme en Wadi Musa es para visitar Petra. El sitio de la cena está bastante bien, por lo menos, con mucho ambientillo, pero verdaderamente se come mejor en Siria.

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