ETAPA 3: ENAMORÁNDONOS DE PARÍS ✏️ Diarios de Viajes de Francia

Comenzaba nuestro segundo día en París.

Sonó el despertador y lógicamente no podíamos ni movernos así que al final acabamos levantándonos algo más tarde de las 8, nos preparamos y bajamos a desayunar, y a las 9 y pico salimos del hotel dirección a nuestro primer destino del día: Notre Dame.

Cuando llegamos al metro nos fijamos (claro está) en la letra de la salida por la que habíamos entrado, para evitar otra vez males mayores jaja Y nada, a partir de ese día ya no hubo pérdida.

Pillamos el metro, con nuestro plano decidimos donde sería mejor hacer transbordo y un ratito más tarde, llegamos a la catedral de Notre Dame. Ya la habíamos visto por fuera el día anterior y a la noche también desde el Bateau Mouche, pero nos encantó, te pasas toda la vida queriendo conocer estos sitios y luego estás allí y parece increíble que ya haya llegado el momento.

Lo primero que hicimos fue ponernos a la cola para subir a las torres, nos habíamos informado por Internet antes de ir, y sabíamos que se suelen hacer colas bastante grandes desde primera hora, así que por eso fuimos prontito, algo más tarde de lo que hubiésemos querido el día anterior… pero no se pudo hacer otra cosa, el cuerpo manda y no nos dejó levantarnos antes jaja

A pesar de ser pronto y no haber mucha cola aún (la que se formó mientras estábamos esperando fue gigante, no sé cuánto tiempo se tirarían esperando los que llegaron media hora más tarde…), tuvimos que estar allí unos 45 minutos hasta que pudimos subir, ya que va muy lento eso sí, y ese día ya no hacía tan bueno, estuvo todo el día lluvia, sol, lluvia, sol… y hacía un frío… que allí esperando te quedas pajarito vamos!!

Para subir hasta arriba hay escaleras de caracol, subes por dentro de las torres claro. A medio camino te paran en una tienda de souvenirs de la catedral, guías de París, llaveritos… lo mítico vamos, no son listos ni nada!! Nosotros compramos unas postales y una guía, que aunque ya íbamos preparados de sobra, nos hacía ilusión tenerla de recuerdo.

Y ya cuando llegas arriba, puedes disfrutar de otra bonita vista de París, y compadecerte un poco de la gente que hay abajo esperando… La cola que se ve a la derecha según se mira es la que he dicho antes (a los últimos en esta foto les calculo unas dos horas perfectamente, aunque no parezca que están tan lejos, por la lentitud), para subir a las torres, la del centro es para entrar a la catedral, y aunque también es larga, va muy rápido, unos 5 minutillos desde el final.

Aquí dejo unas fotos de las vistas desde la torre y las famosas gárgolas (debe de haber otra altura más, pero no pudimos subir porque ese día, creo que por temas de clima, estaba cerrado).

El Sacre Coeur de fondo:

También arriba se puede ver la campana, subiendo en un habitáculo estrechito, en grupos de poquitas personas.

Estuvimos arriba una media hora, y después bajamos (que mareo las escaleras, al bajar no hay descanso jaja) para ver la catedral por dentro.

Resultó que entramos y claro, era Viernes Santo, así que había bastante gente, y en medio de la iglesia una cola casi hasta el final, que yo no me di cuenta y me puse pensando que era para andar hacia delante sin más, hasta que me di cuenta de que iba entre los bancos, y en dirección al altar, donde estaba la gente arrodillándose delante de los curas, supuse que sería alguna misa por la fecha que era, y como no procedía, nos apartamos hacia un lado, para dejar pasar a la gente y seguir viendo la catedral.

Las vidrieras son preciosas, hay una miniatura de la propia catedral dentro de la misma, y también otra de cómo fue el proceso de creación, con mini muñequitos que simulaban a los trabajadores de la época.

Las fotos dentro no salieron muy bien, había llovido y hasta que no vimos las fotos después, no vimos que salía la marca de las gotas en la mayoría.

Dentro de la catedral, está el Tesoro de Notre Dame, es una sala a la que cuesta 3 euros entrar (no entra dentro del Museum Pass a diferencia de las torres) y allí se puede ver la corona de espinas que le pusieron a Jesús, y alguno de los clavos. Yo lo había leído por aquí a algún forero y ya que estábamos allí decidimos entrar, aunque no estábamos muy convencidos ninguno de los dos y no sabíamos si merecería la pena.

Total que entramos, pagamos los 6 eurillos…. Y nada. Trajes de Papas utilizados en esta fecha, en la otra, en las convivencias de la juventud, reliquias religiosas… pero nada del tesoro de Notre Dame. Así que con un poco cara tontos y 6 euros menos en el bolsillo nos salimos de la habitación.

Seguimos rodeando la catedral, contemplando todos los rincones, las paredes, las cristaleras, el techo… y un rato más tarde, cuando íbamos a salir por el lado contrario al que habíamos entrado, esta vez empezando desde el final de la cola del principio hacia la puerta, me di cuenta de que los curas tenían algo en la mano que era por lo que se arrodillaba la gente. Y un momento más tarde vino una chica y nos dio un papelito, resulta que ese día el tesoro de Notre Dame se exhibía fuera por ser Viernes Santo, así que entonces entendimos por que no vimos nada dentro, podían avisar a la entrada de la sala antes de pasar por caja!! Jaja

Y allí estaba la corona de espinas, aunque no pudimos verlo muy bien de lejos, y teníamos que irnos, que ya era más tarde de las 13.00h, llevábamos allí ya 3 horas y nos quedaba mucho por ver.

Nuestra segunda visita del día iba a ser La Sainte Chapelle, que nos habían recomendado ver, sobretodo por el tamaño y diseño de sus vidrieras.

Se había puesto a llover y cuando llegamos allí había una cola gigaaaaante, pero gracias a las Museum Pass, nos saltamos toda la cola y nos pusimos ya casi listos para entrar.

La Sainte Chapelle es una capilla que se creó en el periodo gótico, para que Luis de Francia guardase todas las reliquias que iba adquiriendo.

De la planta de abajo (la capilla baja) destacaríamos el techo y las columnas, aquí os dejo alguna foto.

Hay que subir unas escaleras (de caracol para variar) para subir a la planta de arriba, la capilla alta, que es la que realmente impresiona. Prácticamente no hay pared, ya que está toda la sala cubierta por vidrieras, son inmensas y el colorido y la luz que pasa a través de ellas hacen que la capilla se vea aún más especial. Estaban haciendo obras, y en fotos no se ve ni una cuarta parte de lo que es realidad.

Al salir pasamos por enfrente del Palacio de Justicia.

Y allí cerca teníamos la siguiente visita del día: La Conciergerie, antigua cárcel que llegó a considerarse como la antesala de la muerte, ya que los presos que entraban allí estaban condenados a morir, como por ejemplo María Antonieta, que murió guillotinada, de la que se puede ver su celda.

La verdad que desde fuera ya se ve el aspecto que tiene el edificio, como mucho más oscuro, más tétrico que los demás.

Esta es la zona por donde se entra:

Cogimos un folleto y fuimos a través de los diferentes pasillos, viendo como está recreada la sala del carcelero, la sala donde les cortaban el pelo, las celdas (divididas por clases, unos en el suelo, otros con cama pero celda compartida, otros individual…), el patio de las mujeres (hay un rincón donde dice que se ponían las mujeres cuando se llevaban a alguna para despedirse de ella, ya sabemos cuál era su destino)…

Patio de las mujeres:

Celda de Maria Antonieta:

También hay otra zona con documentos, cartas, cuadros… de historias que pasaron entre aquellas paredes. Nos gustó bastante, da un poco de cosilla pensar como sería estar allí, da mal rollete vamos.

Así que hasta hora y pico más tarde, no salimos de allí. Ya teníamos un poco de hambre, y lo siguiente que íbamos a visitar ese día era el Museo del Louvre, así que decidimos ir dando un paseo hasta allí y comernos antes de entrar el bocata, en algún lugar donde pudiésemos “acampar” jeje.

Con la Museum Pass, no teníamos que hacer cola para entrar, creo que era gratis esta vez también para menores de 26 y por ser viernes, pero bueno aún así tendríamos que haber hecho cola, y eso que nos evitamos.

Lo primero que vimos al acercarnos fueron las pirámides claro:

Había bastante gente, y era un poco locura, pero nosotros tiramos directamente para el pabellón que queríamos visitar y sin problemas. El Louvre está dividido en diferentes pabellones y edificios, es inmenso.

Como no somos muy entendidos en arte, y tampoco teníamos más que un par de horitas, nos decidimos por conocer lo típico, ya sabéis: La Gioconda o Mona Lisa. No tiene perdida ya que hay cartelitos con la foto y una flecha que te van indicando, además es hacia donde se dirige el 90% de la gente así que se encuentra fácil.

Hay un ratito andando y mientras pues íbamos viendo el resto, hay algunas esculturas o cuadros muy conocidos también.

Principalmente me llamó muchísimo la atención “La Victoria de Samotracia”, está justo al subir unas escaleras, y no se por qué, pero hoy es el día que lo sigo diciendo, me dejó impactada:

Atravesando una galería:

Ya en la sala donde está La Mona Lisa, se encuentra también el cuadro de Las Bodas de Caná, que llama la atención sobre todo por su tamaño, es gigante!! Me choca que la gente teniendo ese pedazo cuadro delante, centre su atención en el de Leonardo da Vinci.

Y después de un ratito, esperar a que la gente de delante saque fotos y demás, te dejan unos segundos para hacer una foto a la diminuta Mona Lisa, y ale, que hay más gente esperando jaja

Después del jaleo vimos otra galería cercana y nos sentamos un ratito a descansar, que empezábamos a estar muertos otra vez!!

Algunas salas eran espectaculares, hasta los techos!! Fuimos hacia donde se encontraba La Venus de Milo.

Dimos otra vueltilla por algunas de las salas y después salimos de nuestro pabellón para ir a ver la famosa pirámide invertida, por lo de la película de El Código Da Vinci y demás, claro todo el mundo allí sacándose fotos como nosotros!!

Nos tomamos un café en el Starbucks de dentro del museo y salimos después de dos horas y media más o menos en el museo, que no dan para mucho, pero bueno, sí para lo esencial que queremos los turistas.

Nos hicimos las típicas fotos con la pirámide central desde fuera, y seguimos hacia el Jardín de las Tullerías, para atravesarlo hasta llegar a la Place de la Concorde, la segunda plaza más grande de Francia.

Arco del Triunfo del Carrusel a la entrada de las Tullerías, lo mandó construir Napoleón para conmemorar todos sus triunfos militares.

El jardín de las Tullerías lo mandó construir Catalina de Médicis y es el más antiguo de París.

Fuimos dando un paseo a través de él, y nos encontramos en medio con un estanque rodeado de sillas de metal donde la gente estaba descansando. Nos vino genial, ya que había salido un ratito el sol, y justo pillamos dos sillas libres, así que allí nos quedamos, viendo la torre Eiffel a un lado y la Plaza de la Concorde enfrente y el Arco del Triunfo a lo lejos, disfrutando de unos poquitos rayos de sol, que aunque no hacía calor lógicamente, se agradecían!!

Me encantan los árboles cortados al milímetro en París!!

Descansamos un ratito y nos fuimos hacia la Concorde, que ya no nos quedaba mucho tiempo hasta que se hiciese de noche.

Llegamos a la Place de la Concorde, a los pies de los Campos Eliseos, que recorreríamos al día siguiente.

El guía nos había explicado bastantes cosas sobre la historia de esta plaza, entre ellas que durante la Revolución Francesa, había estado allí instalada la guillotina donde murieron más de mil personas, entre ellas Maria Antonieta y Luis XVI. La Plaza por aquel entonces y hasta el fin del Terror, se conoció como Plaza de la Revolución.

El Obelisco que hay en el centro de la plaza, y lo más característico de la misma, fue un regalo de Egipto a Francia.

Nos sacamos algunas fotos en la fuente de la plaza.

Y con el plano en mano, como todos los días que estuvimos pateando la ciudad, nos fuimos a la Madeleine, que está ahí mismo.

Entramos y había una misa de Viernes Santo, así que la vimos un poquito desde atrás y salimos, lo realmente espectacular de esta iglesia es el exterior, parece que estás en Atenas!!

Vista de la Concorde desde La Madeleine.

Ya que estaba cerquita también, nos acercamos a ver la Ópera, que ya la habíamos visto desde el autobús en la panorámica, y quisimos verla un poco más de cerca, para hacer alguna foto.

Había unas chicas montándose en una limusina rosa, se ve que sería alguna compañía de alquiler para fiestas o algo así.

Ya había anochecido y estábamos super cansados, así que como antes de volver al hotel queríamos ver el Louvre iluminado, nos fuimos a la parada de metro más cercana, que además teníamos que amortizar todos los tickets que teníamos de metro y nos iban a sobrar!! (Ese día sólo habíamos cogido metro por la mañana para ir a Notre Dame, todo el resto del día andando!!)

Nos bajamos en la parada cercana al Louvre, y fuimos a ver las pirámides iluminadas. La verdad que merece la pena verlo iluminado, es un momento muy bonito.

Y así se acabó nuestro segundo día en París. Cogimos el metro de vuelta a La Défense, y cuando llegamos, sobre las 22h., entramos en un McDonalds de la zona para subir al hotel a cenar.

Subimos al hotel con nuestros menús, cenamos, nos duchamos, y vimos un ratín la tele (se veía TVE). Aún así nos dio algo más de la una, y nos volvimos a poner el despertador para levantarnos temprano al día siguiente, que había que ir a hacer cola desde primera hora a la Torre Eiffel.