DÍA 10
Hoy vamos camino de Évora, ciudad patrimonio de la Humanidad, camino del Alentejo, por la N4, procurando no meternos en la autopista. Está a unos 100 kms de Palmela.
Hemos llegado a media mañana, así que vamos a dar un primer vistazo y a comer.
En la oficina de turismo nos cuentan en español todas las cosas interesantes de la ciudad, que no son pocas. Hay multitud de edificios importantes y además nos proponen una ruta alternativa un poco alejada de los lugares más turísticos (porque aquí si hay turistas), además de darnos un montón de documentación, guías de restaurantes y mapas.
Évora es una ciudad muy antigua, tiene edificios romanos, árabes, medievales, renacentistas, manuelinos.... dentro de una triple muralla, cada una de una época histórica diferente.
También tiene universidad, y como es principio de curso, todas las calles están llenas de estudiantes con largas capas negras y también de novatadas. Hay mucho ambiente por las calles.
Después de dar un paseo viendo los principales edificios nos vamos a comer a un sitio llamado Medieval, especializado en platos típicos de la zona, así que entramos. Los platos son enormes y no hemos podido acabar con todo, sobre todo con los embutidos y el secreto ibérico. Con vino, café y postre, menos de 30 euros. Aquí hay costumbre de poner en las mesas de los restaurantes unos platos de aperitivos, generalmente embutidos y quesos, aunque no los pidas, pero luego te lo cobran. Si no lo quieres pagar, con no tocarlos basta.
Al terminar de comer nos fuimos al hotel, que está en la carretera, a 3 kms de la ciudad. Se llama Casa do Vale y está muy bien. La decoración está muy cuidada y es todo muy cómodo. Después de la siesta nos vamos otra vez (a pesar de que seguimos los dos con un pedazo de resfriado...). Queremos hacer ese recorrido alternativo por la parte antigua.
Está todo muy cuidado, habitado, lleno de casitas pequeñas y blancas, con los bordes de las ventanas y las puertas pintados de amarillo o de azul. Apenas hay casas en ruinas. Los trapos cuelgan tendidos en las ventanas, vecinas pintando sus fachadas, tiendecitas, humo por las chimeneas, mucha “vidilla” de barrio.
Hemos visto numerosas iglesias, palacios, conventos. De lo más llamativo es el templo romano de Diana, muy bien conservado. La catedral no es tan espectacular como las que tenemos en España, pero es muy bonita. Se ven preciosos trabajos de forja en los edificios.
Aquí también hay, como en otras ciudades portuguesas, una “Capela dos Ossos” o capilla de huesos, que, como su nombre indica, está recubierta de huesos, muy famosa y visitada, pero a mi me parece un poco macabro y pasamos de ir.
A las 8 de la noche está todo cerrado y no hay donde ir, así que nos recogemos pronto. No hay nadie por las calles.
DÍA 11
Al día siguiente nos vamos a recorrer el Alentejo, camino de España. En vez de entrar por Extremadura, vamos a bajar hacia el sur para entrar por Huelva. La próxima parada está prevista en Aracena. La carretera es muy tranquila. Está rodeada de olivos y vides, en suaves colinas.
A los pocos kms nos encontramos con un pueblecito, Portel, con su castillo en lo alto. Paramos para verlo. Todas las casas son muy blancas, no hay azulejos. Tienen los tejados bajos y las calles están limpísimas. A pesar de ser un pueblo muy pequeño, tiene una zona wifi, servicios públicos, información turística, amplios jardines con modernas esculturas y parece un buen lugar donde vivir.
Tienen mucho queso, miel, aceite y vinos de la tierra a buenos precios.
Seguimos recto para Beja. Otro pueblo, aunque más grande, que también tiene su castillo en lo alto.
Aquí hay muchos restaurantes y tiendas, está también muy cuidado pero las casas están más deterioradas y hay muchas en venta. Hemos almorzado muy bien en una pizzería y después nos hemos ido dirección Serpa.
Serpa es un poco mas pequeño, también con castillo y acueducto. Hay muchas tiendas con queso y vino de la tierra. Después de un paseo remoloneando, nos vamos pa'españa.
El paisaje va cambiando por completo. De las suaves dehesas y campos de olivos pasamos a serranía. Montes más altos, enormes alcornoques, matorrales, pinos...La carretera cruza por encima del Guadiana en una postal idílica. Y así, con la luz del atardecer sobre el paisaje serrano, llegamos a Aracena.
Después de dejar las cosas en el hotel, que está a las afueras del pueblo, nos vamos de paseo.
Se ha hecho de noche y ¡¡¡por fin mucha gente en la calle después de las 8!!!. Bares de tapeo, terrazas de cafeterías y lugares donde degustar la comida típica. Aracena es un pueblo muy animado y bullicioso. Ahora volvemos a poner los relojes en hora, una hora más.
DÍA 12 Y ÚLTIMO
Al día siguiente, después del desayuno seguimos ruta hacia la costa, a Sanlúcar.
Vamos a Sanlúcar a tapear y a tomar manzanilla. Ya estuvimos el año pasado y teníamos ganas de repetir. Hemos ido al mismo hotel, el Barrameda, que también estaba muy bien y ahora nos han dado una habitación con una gran terraza, mejor todavía.
Este hotel está en la plaza del Cabildo, donde están los mejores bares. Rápidamente bajamos al Barbiana, que tiene un manzanilla buenísimo, y tomamos lo que aquí llaman revuelto de patatas, que es ensalada de patatas con melva, cebolla y perejil. Es un bar pequeño pero tiene mesas fuera.
Luego hemos ido al Balbino, la mejor tortilla de camarones del mundo mundial, entre otras cosas. Como siempre, estaba a tope de gente. Después a tomarnos un helado y a la siesta de cabeza.
Por la tarde bajamos a pasear por el paseo marítimo, frente a Doñana, y a comprar algo a los sobrinos en el centro de interpretación de Doñana que se llama la Fábrica de Hielo.
Todo está lleno de gente paseando, sentada en las terrazas, en los parques, y los bares cada vez mas llenos conforme va anocheciendo. Me encanta este ambiente. En la playa quedan bañistas aprovechando los últimos rayos de sol.
Otra vez hemos ido de tapitas, esta vez al bar de la bodega La Gitana, en la misma plaza del Cabildo. Luego buscamos un bar de copas en el que estuvimos el año pasado, pero está cerrado.
Al día siguiente teníamos planeado ir por la costa hasta Conil, Barbate, Tarifa y toda esa zona, pero estamos ya tan cansados que después de desayunar buscamos por internet una ruta más corta para llegar a Málaga. Luego hemos ido a las bodegas de La Cigarrera, cerca del mercado, a comprar unas botellas de manzanilla. Esta bodega abre su bar al mediodía para tapear y tiene un precioso patio central donde se está muy a gusto.
No hemos ido por la autovía Jerez-Los Barrios, hasta Algeciras, y de allí a Málaga por la costa.
Los paisajes entre Jerez y Algeciras también son muy bonitos. El resto, hacia Málaga es una sucesión de urbanizaciones por toda la costa, la viva imagen del tipo de costa del que íbamos huyendo. Los pequeños paraísos los hemos ido dejando atrás, aunque sabemos que están ahí, muy cerca.
PD: Esperamos que nuestro diario os resulte útil. Como habréis visto las fotos no recogen las imágenes más típicas de cada lugar, esas los podéis ver en cualquier sitio. Hemos ido buscando esos rincones más desconocidos que tan gratamente nos han sorprendido.
Hasta la próxima...
Hoy vamos camino de Évora, ciudad patrimonio de la Humanidad, camino del Alentejo, por la N4, procurando no meternos en la autopista. Está a unos 100 kms de Palmela.
Hemos llegado a media mañana, así que vamos a dar un primer vistazo y a comer.
En la oficina de turismo nos cuentan en español todas las cosas interesantes de la ciudad, que no son pocas. Hay multitud de edificios importantes y además nos proponen una ruta alternativa un poco alejada de los lugares más turísticos (porque aquí si hay turistas), además de darnos un montón de documentación, guías de restaurantes y mapas.
Évora es una ciudad muy antigua, tiene edificios romanos, árabes, medievales, renacentistas, manuelinos.... dentro de una triple muralla, cada una de una época histórica diferente.
También tiene universidad, y como es principio de curso, todas las calles están llenas de estudiantes con largas capas negras y también de novatadas. Hay mucho ambiente por las calles.
Después de dar un paseo viendo los principales edificios nos vamos a comer a un sitio llamado Medieval, especializado en platos típicos de la zona, así que entramos. Los platos son enormes y no hemos podido acabar con todo, sobre todo con los embutidos y el secreto ibérico. Con vino, café y postre, menos de 30 euros. Aquí hay costumbre de poner en las mesas de los restaurantes unos platos de aperitivos, generalmente embutidos y quesos, aunque no los pidas, pero luego te lo cobran. Si no lo quieres pagar, con no tocarlos basta.
Al terminar de comer nos fuimos al hotel, que está en la carretera, a 3 kms de la ciudad. Se llama Casa do Vale y está muy bien. La decoración está muy cuidada y es todo muy cómodo. Después de la siesta nos vamos otra vez (a pesar de que seguimos los dos con un pedazo de resfriado...). Queremos hacer ese recorrido alternativo por la parte antigua.
Está todo muy cuidado, habitado, lleno de casitas pequeñas y blancas, con los bordes de las ventanas y las puertas pintados de amarillo o de azul. Apenas hay casas en ruinas. Los trapos cuelgan tendidos en las ventanas, vecinas pintando sus fachadas, tiendecitas, humo por las chimeneas, mucha “vidilla” de barrio.
Hemos visto numerosas iglesias, palacios, conventos. De lo más llamativo es el templo romano de Diana, muy bien conservado. La catedral no es tan espectacular como las que tenemos en España, pero es muy bonita. Se ven preciosos trabajos de forja en los edificios.
Aquí también hay, como en otras ciudades portuguesas, una “Capela dos Ossos” o capilla de huesos, que, como su nombre indica, está recubierta de huesos, muy famosa y visitada, pero a mi me parece un poco macabro y pasamos de ir.
A las 8 de la noche está todo cerrado y no hay donde ir, así que nos recogemos pronto. No hay nadie por las calles.
DÍA 11
Al día siguiente nos vamos a recorrer el Alentejo, camino de España. En vez de entrar por Extremadura, vamos a bajar hacia el sur para entrar por Huelva. La próxima parada está prevista en Aracena. La carretera es muy tranquila. Está rodeada de olivos y vides, en suaves colinas.
A los pocos kms nos encontramos con un pueblecito, Portel, con su castillo en lo alto. Paramos para verlo. Todas las casas son muy blancas, no hay azulejos. Tienen los tejados bajos y las calles están limpísimas. A pesar de ser un pueblo muy pequeño, tiene una zona wifi, servicios públicos, información turística, amplios jardines con modernas esculturas y parece un buen lugar donde vivir.
Tienen mucho queso, miel, aceite y vinos de la tierra a buenos precios.
Seguimos recto para Beja. Otro pueblo, aunque más grande, que también tiene su castillo en lo alto.
Aquí hay muchos restaurantes y tiendas, está también muy cuidado pero las casas están más deterioradas y hay muchas en venta. Hemos almorzado muy bien en una pizzería y después nos hemos ido dirección Serpa.
Serpa es un poco mas pequeño, también con castillo y acueducto. Hay muchas tiendas con queso y vino de la tierra. Después de un paseo remoloneando, nos vamos pa'españa.
El paisaje va cambiando por completo. De las suaves dehesas y campos de olivos pasamos a serranía. Montes más altos, enormes alcornoques, matorrales, pinos...La carretera cruza por encima del Guadiana en una postal idílica. Y así, con la luz del atardecer sobre el paisaje serrano, llegamos a Aracena.
Después de dejar las cosas en el hotel, que está a las afueras del pueblo, nos vamos de paseo.
Se ha hecho de noche y ¡¡¡por fin mucha gente en la calle después de las 8!!!. Bares de tapeo, terrazas de cafeterías y lugares donde degustar la comida típica. Aracena es un pueblo muy animado y bullicioso. Ahora volvemos a poner los relojes en hora, una hora más.
DÍA 12 Y ÚLTIMO
Al día siguiente, después del desayuno seguimos ruta hacia la costa, a Sanlúcar.
Vamos a Sanlúcar a tapear y a tomar manzanilla. Ya estuvimos el año pasado y teníamos ganas de repetir. Hemos ido al mismo hotel, el Barrameda, que también estaba muy bien y ahora nos han dado una habitación con una gran terraza, mejor todavía.
Este hotel está en la plaza del Cabildo, donde están los mejores bares. Rápidamente bajamos al Barbiana, que tiene un manzanilla buenísimo, y tomamos lo que aquí llaman revuelto de patatas, que es ensalada de patatas con melva, cebolla y perejil. Es un bar pequeño pero tiene mesas fuera.
Luego hemos ido al Balbino, la mejor tortilla de camarones del mundo mundial, entre otras cosas. Como siempre, estaba a tope de gente. Después a tomarnos un helado y a la siesta de cabeza.
Por la tarde bajamos a pasear por el paseo marítimo, frente a Doñana, y a comprar algo a los sobrinos en el centro de interpretación de Doñana que se llama la Fábrica de Hielo.
Todo está lleno de gente paseando, sentada en las terrazas, en los parques, y los bares cada vez mas llenos conforme va anocheciendo. Me encanta este ambiente. En la playa quedan bañistas aprovechando los últimos rayos de sol.
Otra vez hemos ido de tapitas, esta vez al bar de la bodega La Gitana, en la misma plaza del Cabildo. Luego buscamos un bar de copas en el que estuvimos el año pasado, pero está cerrado.
Al día siguiente teníamos planeado ir por la costa hasta Conil, Barbate, Tarifa y toda esa zona, pero estamos ya tan cansados que después de desayunar buscamos por internet una ruta más corta para llegar a Málaga. Luego hemos ido a las bodegas de La Cigarrera, cerca del mercado, a comprar unas botellas de manzanilla. Esta bodega abre su bar al mediodía para tapear y tiene un precioso patio central donde se está muy a gusto.
No hemos ido por la autovía Jerez-Los Barrios, hasta Algeciras, y de allí a Málaga por la costa.
Los paisajes entre Jerez y Algeciras también son muy bonitos. El resto, hacia Málaga es una sucesión de urbanizaciones por toda la costa, la viva imagen del tipo de costa del que íbamos huyendo. Los pequeños paraísos los hemos ido dejando atrás, aunque sabemos que están ahí, muy cerca.
PD: Esperamos que nuestro diario os resulte útil. Como habréis visto las fotos no recogen las imágenes más típicas de cada lugar, esas los podéis ver en cualquier sitio. Hemos ido buscando esos rincones más desconocidos que tan gratamente nos han sorprendido.
Hasta la próxima...