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CRUCERO TESOROS DEL CARIBE
LA HABANA-COZUMEL-GRAND CAYMAN-ISLA PARAISO
DÍA 1 DE ENERO – LA HABANA
Se nos hacía raro ir en estas fechas de viaje, y mucho más raro ir al calorcito del Caribe, pero el día 1 de enero salía nuestro vuelo con Air Europa a las 3 de la tarde rumbo a La Habana. El vuelo duró unas 9 horas aproximadamente. La verdad que se hace bastante pesado. Air Europa no tiene pantallas individuales y encima el avión es bastante estrecho. Nosotros pagamos 50€ más por persona por ir en las salidas de emergencia, y la verdad es que compensa cuando se trata de un vuelo de tantas horas.
Salimos con algo de retraso, por lo que la llegada también fue algo más tarde, sobre las 8 de la tarde de Cuba, pero lo peor estaba por llegar: las aduanas. Tuvimos que pasar un control de pasaportes donde también entregamos el visado que nos habían entregado los que Happy Cruises en Madrid. Allí se lo toman con calma, van a su ritmo.
Afortunadamente las maletas no había que recogerlas, las llevaban directamente al barco. En Barajas pusimos una pegatina con el número de camarote, y esa misma noche las tuvimos allí (tengo que decir que tenía mis dudas de que llegaran…). Así que salimos directamente y fuera nos estaba esperando un representante de Happy Cruises que nos acompañó a un autobús que nos llevaría al barco.
Al llegar al barco había otra aduana, y esta fue mucho peor que la del aeropuerto. Había que pasar por el escáner, y todo pitaba… por lo que iban pasando uno por uno. También había control de pasaportes y, antes de entrar al barco, nos tenían que dar la tarjeta magnética que servía de llave de la habitación, así como de tarjeta de crédito.
Esa noche estábamos hechos polvo, por lo que no salimos del barco.
DÍA 2 DE ENERO – LA HABANA
A las 4 de la mañana había hecho su aparición el famoso jet lag, por lo que a las 7 estábamos desayunando y a las 8 estábamos en la calle preparados para descubrir La Habana.
Nada más salir del puerto estaba la Plaza de San Francisco de Asís, donde se encontraba un convento con el mismo nombre del siglo XVI. En 1.836 se instalo allí la fuente de los Leones, obra del italiano Gaggini. La plaza San Francisco es la segunda de la ciudad por su antigüedad y aquí residieron los capitanes generales de cuba, de 1.763 a 1.794. A esas horas no había nadie.
Desde allí divisamos la cúpula del Capitolio, así que cogimos la calle Amargura y fuimos hacia allí.
El Capitolio es un relevante edificio construido en 1.929 en La Habana bajo la dirección del arquitecto Eugenio Raynieri Piedra destinado a albergar y ser sede de las dos cámaras del Congreso o cuerpo legislativo de la República de Cuba. Inspirado en el clásico capitolio romano, el edificio presenta una fachada acolumnada neoclásica y una cúpula que alcanza los 91,73 m de altura. Después del triunfo de la Revolución, cuando fue disuelto el Congreso, fue transformado en la sede del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y de la Academia de Ciencias de Cuba.
Me encanta la postal que forman el Capitolio de fondo con los coches de allí, se nota, verdad?
Justo detrás del Capitolio está la Fábrica de Tabacos Partagas. El edificio data de 1.845, quinientos obreros trabajan permanentemente y en el mismo se encuentran las famosas “cigarreras”.
Al lado del Capitolio está el Teatro de La Habana. Se trata de uno de los teatros de ópera más grandes del mundo. Forma parte del monumental palacio del Centro Gallego (1.915), obra del arquitecto belga Paul Belau para albergar los actos sociales de la extensa comunidad española de La Habana. Cuenta con tres salas, la principal, llamada Federico García Lorca, varias galerías de arte y algunas salas de teatro, de concierto y de conferencias. Es la sede del ballet y la ópera.
Por el Paseo del Prado o Paseo Martí se llega al conocido Malecón. Flanquea todo el barrio del Vedado y del Centro hasta la Habana Vieja. El Malecón tiene 5 km de longitud, del Castillo de la Punta a la Chorrera.
En este lado es donde se encuentra el Castillo de San Salvador de la Punta.
Justo enfrente del Castillo de la Punta se encuentra el Monumento al General Máximo Gómez. Dedicado al General de la independencia de la isla Máximo Gómez, quien murió en la ciudad a principios del siglo XX. La obra es resultado del trabajo del arquitecto cubano Aldo Gamba.
Al fondo, a la derecha, puede verse el edificio de la Embajada de España en Cuba. Está situada en la esquina de las calles Capdevila y Agramonte, en el Palacio Velasco, construido en 1.912 en el llamado Art Noveau.
Muy cerca de ahí se encuentra el Museo de la Revolución. Creado el 12 de diciembre de 1.959 por decreto del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, firmado por el entonces Ministro de las FAR y actual Presidente de Cuba, Raúl Castro.
Callejeando un poco, llegamos al Castillo de la Real Fuerza. Sobre sus orígenes, se relata que fue a partir de los ataques de piratas y corsarios que el rey Felipe II decidió su construcción la cual empezó en 1.557 hasta su término en 1.582.
De aquí llegamos a la Plaza de la Catedral. Se trata de la plaza mas conocida de La Habana y, según dicen, una de las más armoniosas de América Latina. Las mansiones que la rodean datan del s. XVIII: la casa de Lombillo, construida en 1.730, el palacio del Marques de Arcos, de 1.741, una de las casas coloniales mejor conservadas de la ciudad. La casa del Conde Bayona, de 1.720, hoy Museo de Arte Colonial, alberga muebles, porcelanas, lámparas y una colección única de vidrieras.
La Iglesia de la Compañía de Jesús fue elevada al rango de catedral. En 1.788, en efecto, un rico obispo de Salamanca decidió hacer construir una catedral, dedicada a la Virgen, en el emplazamiento de la pequeña capilla inicial.
De la Plaza de la Catedral fuimos a la Plaza de Armas. Es la plaza más antigua de La Habana. En el siglo XVI era el corazón de la ciudad y el capitán general de la isla asistía a las festividades desde el balcón de su palacio. Fue abandonada después de la independencia y restaurada en 1.935, de acuerdo con antiguos grabados. Cuatro miraguanos, cuatro palmeras reales y cuatro fuentes rodean la estatua de Carlos Manuel de Céspedes. La Plaza de Armas, provista de bancos de mármol y en la que hay libreros de lance, es una de las mas agradables de la Habana Vieja. Rodeada por magníficos edificios coloniales.
La última visita de este día fue a la Plaza Vieja. Construida a mediados del s. XVI, durante la ampliación planificada de la ciudad. Fue enseguida una plaza muy comercial, donde ricos mercaderes se hicieron construir hermosas mansiones. Una decena de ellas han sido renovadas recientemente.
Esta tarde a las 3 zarpaba el barco rumbo a Cozumel. La salida por la bahía de La Habana es espectacular, a través de las antiguas murallas.
Esa tarde y noche estuvimos navegando y, hasta las 10.30 aproximadamente del día siguiente, no llegamos a Cozumel.
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