El sábado era el único día que teníamos entero, así que había que aprovechar. Había llovido durante toda la noche y, viendo las previsiones, cargamos el coche con paraguas y chubasqueros.
La primera parada fue en Lagos, concretamente en la Praia do Camilo. Había leído buenas opiniones de esta playa en el foro, y la verdad, nos gustó mucho. Tanto la vista general de la playa desde arriba, como las varias calas que forman la playa, conectadas entre sí mediante oquedades en las rocas. Lo peor las escaleras que hay para acceder a la playa, que incluso tenían bancos para sentarse y descansar cada varios tramos.
Después fuimos a la Ponta da Piedade. Nos gustó mucho, son una serie de rocas en las que el mar ha tallado arcos y cuevas. En verano se puede hacer un paseo en barco que te mete por estas cavidades y también por la Praia do Camilo.
El faro es muy bonito, y por detrás sale a un camino con unas vistas impresionantes de la Ponta da Piedade
Después de tanto paseo y escaleras fuimos a comer a Lagos. Habíamos visto por internet el Restaurante O Alcaide, con muy buenas críticas, pero se nos olvidó apuntar la dirección . Aparcamos en un parking cerca de la Marina, donde se encuentran la mayoría de restaurantes y preguntamos por O Alcaide, pero nadie lo conocía . Finalmente en una tienda de surf preguntamos y nos lo buscaron en internet, y luego otra mujer nos ayudó a encontrarlo. Tras un rato preguntando y subiendo y bajando cuestas, llegamos. Y mereció la pena . La comida exquisita, los detalles muy cuidados, el trato excelente... Mientras pedimos nos trajeron las entradas. No eran las típicas de mantequilla y aceitunas, sino otras más elaboradas como boquerones en vinagre y gambas con un salsa con base de mayonesa. Y al final nos invitó a bocaditos de pan de higo y un chupito de moscatel. Os pongo algunas fotos de la comida. Nos salió la comida para 4 personas por 96 euros. Muy recomendable.
Para bajar la comida dimos un paseo por Lagos. Siendo un pueblo turístico, es más bonito y tiene más encanto que Albufeira.
La siguiente parada fue Sagres. Íbamos a parar en Vila do Bispo, que parece ser que es un pueblo muy bonito, pero estaba lloviendo y seguimos hasta la Fortaleza de Sagres. Cuando llegamos estaban cerrando, así que ya no nos dejaron entrar . Estuvimos haciendo fotos desde la Punta de Sagres, con unas vistas muy bonitas de playas y acantilados, y al fondo del Cabo de San Vicente.
Junto a la Punta de Sagres está la Praia do Tonel, una de las favoritas de los surferos. Dimos un paseo por esta playa, con bonitas vistas tanto de la fortaleza de Sagres como del Cabo de San Vicente. Lástima que el cielo estuviera tan nublado
El camino de vuelta lo hicimos casi todo lloviendo y estábamos muy cansados, así que desistimos de otro de nuestros planes, que era tomarnos una Sagres en Sagres. Además, todavía estábamos empachados de la comida del mediodía. Para cenar, pensábamos ir a un restaurante que se llama O Veleiro, pero estábamos agotados y decidimos cenar en casa.