Este dia decidimos hacer esta ruta recomendados por una pareja del hotel. Preciosa. Es una ruta muy fácil. Son 12 km ida-vuelta pero completamente planos ya que siguen desde el principio la levada del mismo nombre a través de una exuberancia de verde y agua.
Para llegar a ella hay que ir hasta Santana. Tras salir del ultimo túnel antes del pueblo hay un rotonda. Girar a la izquierda y un poco después veréis hacia la derecha un cartel que pone Queimadas. Seguidlo. Os ira llevando por una cada vez mas estrecha y empinada pista asfaltada.
Aquí descubri por que es necesario un coche potente. Como es muy estrecha vas lento y al ser tan empinada a tramos tuve que subir en primera. Tras unos cuantos kilómetros se llega a la casa Queimada, una casa construida al modo tradicional. En mi opinión es mucho mas real que las que hay en Santana.
De aquí parte la ruta, al principio un camino entre enormes arboles, luego una senda junto, o sobre, la levada. Como las laderas son empinadísimas casi no te puedes salir de la senda, asi que salid meadicos de casa (sobre todo las mujeres).
Para estar excursión es insprescindible llevar linternas pues hay cuatro tuneles excavados en la roca, dos de ellos bastante largos. La cámara de fotos también vale pero la linterna es mas comoda .
Finalmente se llega a la cascada que da origen a la levada, un pozo de piedra revestido de vegetación. Tras almorzar en tan bonito lugar dimos media vuelta. El camino sigue hasta Calderaio del infierno pero para nosotros ya era suficiente.
Tras volver al coche nos fuimos al hotel a estrenar la piscina y luego cenar en funchal. Fuimos al restaurante De los Combatentes, junto al parque que hay en el centro. Pequeñito y bonito, relación calidad-precio buena (unos 40 euros los dos) que incluían un plato cada uno con su guarnicion, una ensalada que te dan sin pedir, cerveza y un bolo do caco.
Para llegar a ella hay que ir hasta Santana. Tras salir del ultimo túnel antes del pueblo hay un rotonda. Girar a la izquierda y un poco después veréis hacia la derecha un cartel que pone Queimadas. Seguidlo. Os ira llevando por una cada vez mas estrecha y empinada pista asfaltada.
Aquí descubri por que es necesario un coche potente. Como es muy estrecha vas lento y al ser tan empinada a tramos tuve que subir en primera. Tras unos cuantos kilómetros se llega a la casa Queimada, una casa construida al modo tradicional. En mi opinión es mucho mas real que las que hay en Santana.
De aquí parte la ruta, al principio un camino entre enormes arboles, luego una senda junto, o sobre, la levada. Como las laderas son empinadísimas casi no te puedes salir de la senda, asi que salid meadicos de casa (sobre todo las mujeres).
Para estar excursión es insprescindible llevar linternas pues hay cuatro tuneles excavados en la roca, dos de ellos bastante largos. La cámara de fotos también vale pero la linterna es mas comoda .
Finalmente se llega a la cascada que da origen a la levada, un pozo de piedra revestido de vegetación. Tras almorzar en tan bonito lugar dimos media vuelta. El camino sigue hasta Calderaio del infierno pero para nosotros ya era suficiente.
Tras volver al coche nos fuimos al hotel a estrenar la piscina y luego cenar en funchal. Fuimos al restaurante De los Combatentes, junto al parque que hay en el centro. Pequeñito y bonito, relación calidad-precio buena (unos 40 euros los dos) que incluían un plato cada uno con su guarnicion, una ensalada que te dan sin pedir, cerveza y un bolo do caco.