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Escocia, o algunas partes de ella, nos pueden resultar muy remotas por la escasez de infraestructuras. Es precisamente ese aislamiento el que hace de las Highlands un lugar maravilloso para descubrir paisajes de ensueño envueltos de una naturaleza a veces sobrecogedora.
Nosotros hicimos el siguiente recorrido el pasado mes de julio (2012). Volamos con Ryanair hasta Prestwick (Glasgow). Un aeropuerto muy pequeñito y por tanto cómodo para moverse.
Alquilamos el coche a través de la página Rentalcars donde pinché en una oferta que incluía el segundo conductor gratis pero que luego era mentira cuando realicé la reserva. Reclamé pero pasaron de mí. Me he dado cuenta que de tanto en tanto aparece lo de segundo conductor gratis en vehiculos que parecen escogidos al azar dentro de la página. Una sucia treta publicitaria como cualquier otra. Esta página hace de intermediaria, al igual que su matriz Booking hace con los hoteles. El coche era finalmente de Alamo.
En el pequeño despacho de la agencia de alquiler de coches recogimos las llaves de nuestro Volkswagen Polo. Allí nos dijeron que no hacía falta que lo devolviésemos con el depósito lleno, que ellos ofrecían un mejor precio por el carburante. Sinceramente, y tras comprobar el cargo bancario, lo dudo mucho. Sin embargo, si existió algún sobreprecio, tampoco fue exagerado.
Encontramos el coche en un pequeño reservado para coches de alquiler. Revisamos bien el coche ya que si lleva algún rayón y no lo declaras, no dudes de que te lo cobrarán. Teníamos el seguro con franquicia más un seguro suplementario que te devuelve la franquicia si la usas. Cogimos un ticket de parking al salir del reservado y lo volvimos a meter en la máquina al salir del parking del aeropuerto. No se paga nada.
El conductor tiende en los primeros momentos a pegarse mucho a su izquierda por lo que si el copiloto no lo va avisando de vez en cuando, es probable que deis algún bordillazo. Es conveniente recordarle siempre al conductor que las rotondas las tome hacia la izquierda. Por lo demás, lo normal es que el conductor conduzca sin problemas tras las primeras horas tras el volante.
Siguiendo las indicaciones del GPS llegamos hasta el lugar donde se coge un ferry que cruza hacia Dunoon. Simplemente esperas en la linea y una vez aparcas el coche en el barco pasa el cobrador. Es un trayectito de apenas 20 minutos. De allí fuimos hacia el norte unas decenas de kilometros hasta dar con el parking de Puck’s Glen. www.walkhighlands.co.uk/ ...te-profile
La excursión es impresionante, con cascadas, puentes, vegetación exhuberante por doquier,..., en total una hora u hora y media muy entretenida. Si explorais encontrareis unos extraños monstruos en el bosque junto al camino. O probad a explotar con los dedos unas pequeñas burbujas que se forman en algunos árboles caídos, os alucinará el perfume.
Desde allí, y pasando por pueblos como Inveraray donde comimos de maravilla es un pequeño restaurante que está casi bajo el nivel de la calle, cerca de la iglesia, (muy bueno el Haggis por cierto) llegamos a OBan. Allí cogimos el primer B&B que encontramos, justo a la entrada. El tipo era un poco hosco, nos sopló 65 libras por la noche pero la habitación estaba limpia, la cama cómoda y el desayuno completo.
Por desgracia, llovía y casi todas las tiendas estaban cerradas así que no puedo opinar mucho sobre Oban aunque leí comentarios en el foro de gente a la que le gustó.
Allí me hice con una microsim de T-Mobile para usar con el Ipad. Por 10 libras puedes conectarte a internet 7 días (seguidos o alternos) y se puede recargar tantas veces quieras en muchos supermercados, bancos, etc.
A la mañana siguiente nos fuimos hasta la Isla de Skye, a Portree, donde nos alojamos en Quiraing Guest House, Viewfield Road, Portree, Isle Of Skye, IV51 9ES.
Reservamos a través de visitscotland y nos costó la friolera de 80 libras por noche. El desayuno era cojonudo ya que podias pedir un montón de especialidades locales (porridge con Baileys, salmón, caballa ahumada, etc aparte de los tradicionales huevo, salchichas, cereales, fruta, ….
Antes de llegar a Kyle of Lochalst donde está el puente para entrar a la Isla de Skye, visitamos el famoso castillo de Eilean Donnan cuya imagen reconocereis de alguna peli o de la etiqueta de un famoso whisky. Es realmente bonito y además lo visitamos por dentro. Las mejores fotos las tomareis con la marea alta.
Una vez en Portree, para comer os recomiendo The Granary, en la plaza del pueblo, se come de lujo. Yo me pedí una mariscada de órdago con producto super fresco y sabroso (29 libras). Cada día tienen platos del día diferentes. Hay también un montón de restaurantes pequeñitos en el puerto que no tienen mala pinta. Me quedé con ganas de probar pero no tuvimos tiempo suficiente. Ah, acordaros de que en estas tierras ya no encuentras restaurantes abiertos a partir de las 10 de la noche. Ojo. La primera noche nos encontramos un montón de españoles deambulando de bar en bar buscando cena caliente y al final todos acabamos comprando sandwiches en el supermercado.
Al llegar nos fuimos directamente a subir al Old Man Storr (me sorprendió ver que una de las primeras escenas de Prometheus está rodada justo allí mismo) . Desde Portree se llega al parking en 10 o 15 minutos. La ascensión puede ser de entre ¾ de hora a 1 hora, y cuenta con otra media hora de bajada más el ratito que esté arriba. El lugar es curioso por las formaciones rocosas tan raras y las vistas son admirables.
Arriba puedes ver algunos conejos, ovejas de cara negra, etc.
Seguimos ascendiendo por la costa hacia Staffin y paramos en alguno de los puntos de interés como Kilt Rock o la playa de An Corran (nº 6) donde no conseguimos ver las huellas de dinosaurio porque ya estaba la marea alta.
En estas primeras rutas por Skye ya experimentareis las carreteras de un único carril con Passing Places o los Cattle Grids que hacen que os lleveis un grato recuerdo de cuán remoto es el pais.
Al día siguiente, tras el espectacular desayuno de Quirant House (fuí incapaz de acabar el porridge con Bayleys) iniciamos nuestra ruta por Skye. Primero fuimos hacia Carbost, donde está la destileria Talisker pero en vez de visitarla la rodeamos y seguimos por un camino que asciende brúscamente. Si sigue más hacia arriba llegas al destino que buscábamos, Talisker Bay, pero si tuerces a la derecha llegas a la costa tras un camino plagado de espantapájaros muy curiosos (desde la Reina de Inglaterra hasta la familia Shreck), el problema es que no hay salida y tienes que volver de nuevo para retomar el cruce que te lleva a Talisker Bay. Una vez en esta carretera, la sigues hasta el final (15 o 20 minutos?), allí aparcas, junto a Talisker House (una finca con casa victoriana) y encontrarás un camino que bordea la tal House hasta llegar a la bahía (una espectacular playa de arena blanca y negra con una cascada a lo lejos, docenas de ovejas pastando y un baño estupendo y unas fotos para lucirse. (por el camino teneis que ir atravesando vallas que abrís y luego cerrais para que no se escape el ganado). Esta escondida bahía la vereis luego retratada en bastantes lugares de Skye (por ejemplo en The Granery)
Desde allí fuimos hasta Dunvegan. Paramos en el pueblo a comer (hay una pequeña pastelería cafetería con unos productos acojonantes) y luego fuimos hasta el castillo. Compramos el tique para visitar sólo los jardines pues andábamos escasos de tiempo. Al pasar los jardines llegas a una cabaña donde compras los tiques para una barquita donde caben entre 4 a 6 personas y que te acerca hasta una serie de islotes donde retozan varias docenas de focas. Te llegas a acercar a metro y medio de ellas. A nosotros nos encantó esa excursioncita. Desde Dunvegan fuimos a Neist Point. Realmente no me perdería esa visita. De nuevo por carreteras de un único carril, plagados de cabras y vacas, llegas al sitio. Aparcas y bajando por un empinado camino llegas al faro. Por el camino te puedes asomar a algunos acantilados que quitan el hipo. Cuidado si llevais niños o perro. No pasará nada seguro pero el corazón lo llevas en un puño. De vuelta al parking (ánimo para atacar la empinada cuesta de vuelta) podeis ir hacia la derecha desde donde las vistas del faro y los acantilados son muy fotogénicas.
Procurad dedicar el tiempo necesario a la Isla de Skye porque no la disfrutareis si vais tratando de ver muchos sitios y correis sin cesar de un lugar a otro. No es Nueva York. Este es uno de esos lugares donde debeis paraos a disfrutar del paisaje y la naturaleza.
Al dia siguiente, tras otro gran desayuno en Quirant, partimos hacia Inverness. La carretera hasta el lago Ness es muy bonita pues está enmarcada por unas montañas quizás no muy altas pero sí realmente macizas.
Recorrimos el lago Ness por su orilla derecha así que tuvimos que bajar hasta Fort August. Por esa orilla puedes visitar las cascadas de Foyer Falls. Puedes hacer una bonita caminata bajando desde la carretera hasta llegar a la orilla del Lago Ness. Hay una casa de madera a mitad de camino donde puedes coger un plano de la excursión a cambio de un donativo de 10 o 15 peniques. John, el señor que vive allí es un tipo muy entretenido y si teneis ocasión de charlar con él podeis pasar un buen rato. Os contará todos sus experimentos y descubrimientos de la zona.
Inverness es una ciudad muy bonita donde podeis hacer un recorrido muy chulo que atraviesa las calles comerciales y luego sigue por los islotes del río. Nosotros nos hospedamos en “21 crown drive B&B”, por 64 libras. A unos 5-10 minutos caminando de la calle principal. La habitación comodisima y el matrimonio encantador. Allí comimos en un restaurante hindú que está ubicado en la esquina de la calle principal con el rio con lo que las vistas son magnificas y la comida nos resultó deliciosa (le pedimos al camarero que nos aconsejase platos no demasiado spicy).
Tras el recorrido por el rio decidimos irnos a visitar el castillo de Urquart pero cuando llegamos ya se había hecho casi de noche y estaba cerrado así que simplemente saltamos una vallita y lo visitamos sin ningún problema. De hecho nos encontramos con un par de parejas más haciendo su recorrido privado.
Al día siguiente partimos para Edimburgo. Antes paramos en el pueblo de Naim donde nos dimos un baño en su magnífica playa. Una vez secos, paramos de camino a comer, no recuerdo donde, y ya no paramos hasta el Castillo de Dunnottar, pasado Stonehaven. No os lo perdais. El emplazamiento os dejará realmente boquiabiertos. Explorad las playas y montes adyacentes si teneis tiempo para disfrutarlo desde todas las perspectivas. En la calita de la derecha (mirando al mar), vimos a una simpática familia de focas, también de excursión como nosotros.
Finalmente llegamos a Edimburgo donde dejamos el coche en zona azul, ya fuera de servicio, hasta el dia siguiente donde lo metimos en el parking que tiene concierto con el hotel, el Premier Inn Edimburg Central, 157 libras dos noches
Los Premier Inns tienen una calidad de sueño magnífica. Las camas y las almohadas son cómodas cómodas... Este hotel está ubicado a unos 10 minutos caminando de la Royal Mile.
Nada más llegar reservamos la excursión de Mercat Tours en español (está junto a la catedral en la Royal Mile). El guía es un chico español muy majo y pasamos un rato muy entretenido. En la parte final, cuanto te bajan a las catacumbas, hubo gente que se acojonó de verdad.
El castillo hay que verlo (mejor si pillais las entradas por internet ya que la cola es pesada y más si llueve). Nosotros cogimos las audioguias en español. Hay que dedicarle unas cuantas horas a la visita.
Hay bastante oferta gatronómica en Edimburgo pero si os pilla cerca, cenad en el Ecco Vino, www.tripadvisor.es/ ...tland.html, os encantará.
Visitamos también el monumento a Scott, una ascensión de cientos de escalones desde donde se obtienen buenas vistas del centro. Lo mejor no son las vistas sino el hecho de subir por la empinada escalera hasta la cima. A nosotros nos llovía a mares así que no pudimos asomarnos mucho.
En la catedral de St Giles podeis entreteneros en buscar la vidriera donde aparece St Giles, con su mano atravesada por una flecha cuando intentó salvar a un ciervo.
Otras visitas cortas son la de la casa de Gladstone Land, donde se mantienen una vivienda de un rico comerciante tal cual la habitó hace 400 años. (pedid la hoja guía en español), o la foto típica con el perito Bobby Greyfriars, famoso porque veló la tumba de su amo durante 14 años y ha sido el protagonista de un par de pelis.
Al día siguiente salimos de camino a Prestwick donde habíamos reservado una noche en Fionn Fraoch, un B&B (50 libras) regido por una señora encantadora, muy habladora y que nos recomendó varios sitios para comer según nuestras apetencias (comida abundante y barata o comida elaborada y más cara) y acertó plenamente. Así que dejaros aconsejar. Dejamos el coche en el aeropuerto, en el mismo lugar donde lo recogimos, y volvimos caminando al pueblo, unos 10 minutos. Desde allí caminamos por un sendero peatonal que discurre por la campiña (vereis conejos, caballos, …) hasta el pueblo de al lado (1 o 2 horas de paseo) desde el que nos volvimos en tren (5 minutos).
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