Aunque ayer ya tuvimos nuestra primera toma de contacto con las tierras germanas, hoy entrabamos de lleno en el país y seria la tónica general durante los próximos días.
Había estado toda la noche sin parar de llover, nuestras esperanzas por disponer de soleados días, estaban por los suelos…,pero fue levantarnos y la lluvia había cesado, si bien el día estaba nublado, por lo menos no tenía pinta de volver a empezar.
Habíamos dormido a las afueras de Wurzburg, y aunque para hoy teníamos como principal visita la ciudad, antes nos quisimos acercar a una pequeña población que nos habían comentado que disponía de un centro histórico medieval el cual se encontraba en un magnifico estado y que por suerte, estaba a tan solo escasos 12 km de donde estábamos.
DETTELBACH.
Después de haber desayunado en una cafetería cercana al hotel, nos dirigimos a Dettelbach, pequeño pueblo amurallado, con sus torres vigía y sus dos puertas que daban acceso a la villa, su estado de conservación era admirable.
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Estuvimos paseando por algunas de sus empedradas calles, sus casas de entramado de madera, si bien no sabría destacar ningún lugar en especial, todo él en su conjunto, rezuma su encanto al completo.
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Visto Dettelbach, nos dirigimos de vuelta a Wurburg para visitarla.
WURZBURG.
Una vez llegamos, aparcamos en todo el centro de la ciudad sin ningún problema en una de las zona azules de la ciudad, para podernos mover con total libertad (eso si cambiamos un par de veces el ticket para no ser multados).
Wurzburg, es la ciudad que da inicio a la Ruta Romántica, pero que en nuestro caso aun no iniciaríamos, ya que teníamos diseñado en el itinerario, seguir visitando otras poblaciones, hasta llegar al sur de Baviera, para finalmente comenzarla desde el sur hacia el norte.
La ciudad fue famosa en su época por ser antigua sede episcopal. Destruida en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, actualmente restaurada y rehabilitada aunque no en su totalidad, ya que su centro de estilo barroco no pudo recuperarse, aun conserva gran parte de sus monumentos, los cuales la hacen mantener su status de ciudad de alto interés turístico…, tales como:
su famosa fortaleza conocida como Marienberg.
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Antiguo castillo de la ciudad, ubicado sobre una colina que domina la ciudad, está rodeado a su vez por laderas de vid, de las cuales se obtienen unos vinos bastantes famosos en la zona. Para acceder a él, tienes una buena caminata en continuo ascenso.
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En su interior alberga el museo de la ciudad, el cual no visitamos, pero sí que paseamos por los patios de la fortaleza así como por sus cuidados jardines…,
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Desde los cuales se tienen unas magnificas vistas de la toda la ciudad.
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Vista la fortaleza, ahora nos quedaba la misma caminata, pero esta vez se hacía mucho mejor, ya que nos tocaba bajar. De camino a la ciudad, volvimos a cruzar el Puente Viejo sobre el rio Meno, el cual está adornado en su paso por distintas estatuas.
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Disfrutamos muchísimo paseando por sus calles, ya que dispone de una gran actividad y ambiente por parte de sus residentes como por los turistas, pues si bien se notaba, en ningún momento llegaba a ser molesto.
Dispone de muchísimos lugares de interés turístico, como la catedral de San Kilian de estilo románico
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La Marktkirche, iglesia de estilo gótico, con su particular decoración en color rojo y blanco la cual cuando llegamos se encontraba a su alrededor el desmontaje de lo que había sido una feria de artesanía.
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El ayuntamiento, que fue un antiguo palacio…
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Y como no su grandioso Palacio Residencia Episcopal, el cual visitamos, pero que no pudimos realizar ningún tipo de foto por estar completamente prohibido en su interior…
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Aunque una conseguir hacer…
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En sus alrededores, dispone de cuidadísimos jardines.
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Comentaros que en su interior dispone de uno de los frescos más grandes del mundo sobre el techo principal del palacio, el cual solo por ello perece la pena pagar la entrada para verlo.
Pero no solo sus monumentos son lo más importante de la ciudad, ya que disfrutar del ambiente que se respira al pasear por sus calles y plazas, múltiples restaurantes (aprovechamos en uno de ellos para comer, de cual os diré que comimos muy bien a muy buen precio), tiendas de todo tipo y bares, te hace sentirme como uno más de la ciudad.
Después de pasar toda la mañana disfrutando de Wurzburg y de comer, decidimos continuar nuestro viaje y seguir de camino a una de las ciudades que más nos sorprendió por su espectacularidad, y esa no fue otra que Bamberg.
BAMBERG
Como ya decía antes, fue una de las ciudades que más nos sorprendió, debido a su buen estado de conservación y por supuesto por sus más que notables edificios, tales como…
Su enorme Catedral, ubicada en la parte alta de la ciudad con sus particulares cuatro torres de aguja, las cuales dos de ellas pillamos en estado de reconstrucción.
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No pudimos pasar a su interior ya que a la hora que llegamos estaban cerrándola.
Junto a la catedral se encuentra la DomnPlazt o plaza de la catedral, la cual es compartida por la Antigua residencia episcopal, que conserva su antiguo edificio junto con un amplio patio interior lleno de balconadas de madera convenientemente adornadas por flores, así como diversos edificios pertenecientes a la propia residencia.
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Y frente a ella la Neue Residenz o nueva residencia, imponente palacio de construcción barroco-renacentista, el cual es utilizado actualmente como edificio cultural, albergando la biblioteca y galerías de arte.
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Bajando de la zona alta de la ciudad llegas a su fantástico centro histórico, el cual disfrutamos paseando entre una rica mezcla de edificios de entramado de madera y barrocos palacetes.
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Sus calles llenas de acogedores comercios, establecimientos y coquetos restaurantes te desembocan en el que posiblemente es su rincón más atractivo y visitado, su viejo ayuntamiento.
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Edifico emblemático, instalado sobre una isla dentro del rio Regnitz, y el motivo por el que dicho edificio se encuentra en tan particular lugar, viene de la época en la que un príncipe gobernante se negó a que la ciudadanía burguesa dispusiese de un edificio gubernativo dentro de la ciudad, con lo que la población opto por crear dicha isla y ubicar el edificio.
Cerca de la ubicación del edificio del ayuntamiento, siguiendo la orilla del río, existe un grupo de casas, antaño barrio de pescadores, que se denomina popularmente como Pequeña Venecia.
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La verdad que pasamos el resto del día disfrutando de los magníficos lugares que nos ofrecía Bamberg hasta bien entrada la noche. Aprovechamos para cenar algo en alguna de sus terrazas y de allí marchar al hotel que lo teníamos a la afueras de la ciudad, pues aunque seguíamos con ganas de mas, queríamos reservar fuerzas, ya que todavía nos quedaban muchos más días tan apasionantes e intensos como este.