Aprovechando el Puente de Diciembre que nos dejaba unos días increibles, no íbamos a desaprovecharlos, así que con un par de amigos enfilamos al Sueve dispuestos a morir de frío por unas vistas espectaculares desde el punto más alto de la espectacular Sierra del Sueve. Estar a 5 kms del mar y a casi 1.200 metros de altitud sonaba realmente tentador.
COMO LLEGAR
Debemos tomar la AS-260 que une Colunga y Arriondas (la carretera del Mirador del Fitu) Para cogerla, desde la A-8 nos desviamos en dirección Coceña y seguimos las indicaciones hacia dicho pueblo, cruzándolo y manteniéndonos siempre por la carretera principal. Una vez en esa carretera, pasamos por un bar llamado Casa Panchu, y es justo después de dejarlo a la derecha. Frente a la casa hay un prao en el que caben varios coches sin problemas.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 14 kms
Dificultad: Moderado
Desnivel positivo: 968 metros
Cota máxima: Picu Pienzu (1.161 metros)
Itinerario: Lineal (ida y vuelta)
Niños: Sí, se puede acortar más yendo por el Fito si es de las primeras veces que van a caminar.
Señalización: Cartelería a partir de la Collada del Bustacu; de todas maneras no tiene pérdida
LA RUTA
Este es el lugar en que comienza la ruta, Casa Julia (aunque ya no se llama así) Debemos coger el sendero que sale a su izquierda
Comenzamos a caminar fuertemente abrigados, con ropa de esquí: abrigo, gorro, guantes, pantalones de nieve... Y a los pocos minutos pasaríamos factura llevando las mochilas completamente llenas para subir en camiseta interior y asados. ¡Vaya día más veraniego en pleno diciembre!
Desde el principio las vistas eran espectaculares, y tras pasar una valla para el ganado, nos encontramos una bifurcación, los papeles de wikiloc impresos quedaron en el coche y tuvimos que tirar de Google, menos mal que había cobertura, pa matanos... Es en este punto, y hay que tirar por la derecha, no hacia el cobertizo como nos decía la intuición (por lo demás es solo seguir el sendero, no hay marcas ni señales pero no tiene pérdida)
Al poco entramos en el Hayedo de la Biescona. Decidimos hacer esta alternativa de la ruta (lo normal es empezar en el Fitu) por ser otoño y prometer ser precioso, y la verdad, no nos arrepentimos nada de haber escogido esta variante; el bosque era sencillamente espectacular.
Caminar sobre un lecho de hojas rodeado de tonalidades rojizas y marrones fue sencillamente increible, totalmente recomendable esta variante.
Nos tomamos esta ascensión por el bosque con muchísima calma, parando bastante a hacernos fotos, porque la verdad es que estaba de postal; cogeré alguna de aquí para la quedada otoñal seguro
Con la cámara recién guardada, los dos compañeros me hacen señas de que no haga ruido, me acerco a ellos y veo que a pocos metros tenemos 4 ciervos pastando tranquilamente, dos hembras y dos machos, ¡vaya cornamenta que tienen! Me dispongo a sacar la Reflex pero el ruido de la cremallera les asusta y suben colina arriba a mirarnos vigilantes. Las fotos no se ven demasiado bien (son de lejos), pero la impresión de verlos tan cerca deja sin palabras, no entiendo como hay gente a la que le gusta cazar estos animalillos tan monos.
Y justo antes de salir del hayedo, la que para mí fue una de las fotos del día, increible la postal que se veía colina abajo
Pero no se acababan ahí las sorpresas naturales, nada más salir a campo abierto, nos topamos con acebos y asturcones, dos de los iconos asturianos. ¡Vaya día!
Girando la cabeza a la derecha vemos el objetivo de hoy, que también se ve desde la autopista y más cercano; la distancia no es mucha, pero queda mucho por subir (es el pico con la cruz que se ve al fondo)
Tras unos metros de subida nos cruzamos con la pista que sube del Fito, más ancha, en la Collada de Bustacu. A cada metro que subimos, las vistas son más y más espectaculares, primero el mar; de repente, al girar la cabeza, los Picos que imponen y mucho. Pero me ahorro las fotos, que si eso es bonito, en la cima te quedas directamente sin palabras.
La pista muere en la base del pico en sí, hay senderos poco marcados, cada uno sube aquí como quiere, ya que como veis, es prado y la dificultad es nula. La verdad es que la ruta es para toda la familia.
Y por fin la cima. La verdad es que llegamos cansadillos, pero mereció mucho la pena.
1.168 metros de altitud a 5 kilómetros del mar solo pueden dejar un prodigio como este. Y si además sumamos que no había una sola nube en el horizonte (estaban tapados los valles del Sella y del Piloña, pero no tapaban vistas ya que la niebla estaba abajo), nos dejaban una panorámica asturiana en la que divisar todo el Oriente y parte del centro de Asturias. Hacia el Oeste, la vista se perdía en las sierras de Luarca y Tineo (y ya son kilómetros eh), viendo Gijón, Oviedo, el Cabo Peñas... (sí, eso gris que sale al mar es mi querido Muselón...)
A nuestros pies varios de los lugares más bellos de Asturias; por orden de Oeste a Este: la Ría de Villaviciosa con la playa de Rodiles (una pena que no se vea Tazones)
Lastres, el increible pueblo en cuesta de Doctor Mateo
Y Ribadesella con su ría y su característica ermita en lo alto.
Hacia el Este, las estribaciones del Sueve, el Cuera y seguramente alguna pared cántabra de las que rodea La Hermida.
Mirando hacia el Occidente interior, tras el Picu Mirueñu (estuvimos tentados a subir, pero uno de los compañeros no había medido bien la hora de llegar a casa y nos dimos la vuelta) vemos hasta Oviedo (al lado del humo -es la central térmica de Soto de Ribera-) y la Cordillera Cantábrica al completo.
Y mirando hacia el sur, la vista más impresionante de todas, los Picos de Europa, viéndose perfectamente los 3 macizos y la línea de nieve. Cualquier comentario sobra.
Decir que después de comer se abrió la niebla del valle del Sella teniendo una preciosa panorámica de Arriondas, Cangas de Onis y los Picos de fondo.
Para redondear el día, cuando íbamos a ponernos a bajar vimos a un chico lanzándose en parapente, y al asomarnos un poco más, vimos a otros 8 o 9 más, les hicimos miles de fotos, la ráfaga de la Reflex fue verdaderamente útil.
Pero ninguna como esta. Es sencillamente increible, solo me salen 3 palabras: ¡¡BIENVENIDOS AL PARAISO!!
Como comentario, no soy el fotografo del National Geographic ni mucho menos, las fotos pierden bastante respecto a la sensación de estar encalado ahí arriba.
La bajada fue muy rápida (apenas una hora), y es que trotando había que hacer menos esfuerzo que caminando en muchos tramos, además que al ser una pista la dificultad era nula (pese a eso me pegué una culada cortesía de la casa, como no...) Cogimos el coche (sorprendemente no eran ni las 4, vale que habíamos llegado a las 9:30, pero paramos ni se sabe cuanto en la cima -hora y media mínimo-) y tras unas claras bien frescas en Colunga, por lo de reponer el PH y tal, enfilamos a casa con un muy buen sabor de boca y dándonos cuenta de que vivimos en el Paraiso, y no es una forma de hablar.
Días así me hacen pensar en la suerte que tengo de haber caído en este rinconcito del Norte tan exageradamente verde.
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Un saludo viajeros!
Volver al índice de rutas: www.losviajeros.com/ ...hp?e=33243
COMO LLEGAR
Debemos tomar la AS-260 que une Colunga y Arriondas (la carretera del Mirador del Fitu) Para cogerla, desde la A-8 nos desviamos en dirección Coceña y seguimos las indicaciones hacia dicho pueblo, cruzándolo y manteniéndonos siempre por la carretera principal. Una vez en esa carretera, pasamos por un bar llamado Casa Panchu, y es justo después de dejarlo a la derecha. Frente a la casa hay un prao en el que caben varios coches sin problemas.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 14 kms
Dificultad: Moderado
Desnivel positivo: 968 metros
Cota máxima: Picu Pienzu (1.161 metros)
Itinerario: Lineal (ida y vuelta)
Niños: Sí, se puede acortar más yendo por el Fito si es de las primeras veces que van a caminar.
Señalización: Cartelería a partir de la Collada del Bustacu; de todas maneras no tiene pérdida
LA RUTA
Este es el lugar en que comienza la ruta, Casa Julia (aunque ya no se llama así) Debemos coger el sendero que sale a su izquierda
Comenzamos a caminar fuertemente abrigados, con ropa de esquí: abrigo, gorro, guantes, pantalones de nieve... Y a los pocos minutos pasaríamos factura llevando las mochilas completamente llenas para subir en camiseta interior y asados. ¡Vaya día más veraniego en pleno diciembre!
Desde el principio las vistas eran espectaculares, y tras pasar una valla para el ganado, nos encontramos una bifurcación, los papeles de wikiloc impresos quedaron en el coche y tuvimos que tirar de Google, menos mal que había cobertura, pa matanos... Es en este punto, y hay que tirar por la derecha, no hacia el cobertizo como nos decía la intuición (por lo demás es solo seguir el sendero, no hay marcas ni señales pero no tiene pérdida)
Al poco entramos en el Hayedo de la Biescona. Decidimos hacer esta alternativa de la ruta (lo normal es empezar en el Fitu) por ser otoño y prometer ser precioso, y la verdad, no nos arrepentimos nada de haber escogido esta variante; el bosque era sencillamente espectacular.
Caminar sobre un lecho de hojas rodeado de tonalidades rojizas y marrones fue sencillamente increible, totalmente recomendable esta variante.
Nos tomamos esta ascensión por el bosque con muchísima calma, parando bastante a hacernos fotos, porque la verdad es que estaba de postal; cogeré alguna de aquí para la quedada otoñal seguro
Con la cámara recién guardada, los dos compañeros me hacen señas de que no haga ruido, me acerco a ellos y veo que a pocos metros tenemos 4 ciervos pastando tranquilamente, dos hembras y dos machos, ¡vaya cornamenta que tienen! Me dispongo a sacar la Reflex pero el ruido de la cremallera les asusta y suben colina arriba a mirarnos vigilantes. Las fotos no se ven demasiado bien (son de lejos), pero la impresión de verlos tan cerca deja sin palabras, no entiendo como hay gente a la que le gusta cazar estos animalillos tan monos.
Y justo antes de salir del hayedo, la que para mí fue una de las fotos del día, increible la postal que se veía colina abajo
Pero no se acababan ahí las sorpresas naturales, nada más salir a campo abierto, nos topamos con acebos y asturcones, dos de los iconos asturianos. ¡Vaya día!
Girando la cabeza a la derecha vemos el objetivo de hoy, que también se ve desde la autopista y más cercano; la distancia no es mucha, pero queda mucho por subir (es el pico con la cruz que se ve al fondo)
Tras unos metros de subida nos cruzamos con la pista que sube del Fito, más ancha, en la Collada de Bustacu. A cada metro que subimos, las vistas son más y más espectaculares, primero el mar; de repente, al girar la cabeza, los Picos que imponen y mucho. Pero me ahorro las fotos, que si eso es bonito, en la cima te quedas directamente sin palabras.
La pista muere en la base del pico en sí, hay senderos poco marcados, cada uno sube aquí como quiere, ya que como veis, es prado y la dificultad es nula. La verdad es que la ruta es para toda la familia.
Y por fin la cima. La verdad es que llegamos cansadillos, pero mereció mucho la pena.
1.168 metros de altitud a 5 kilómetros del mar solo pueden dejar un prodigio como este. Y si además sumamos que no había una sola nube en el horizonte (estaban tapados los valles del Sella y del Piloña, pero no tapaban vistas ya que la niebla estaba abajo), nos dejaban una panorámica asturiana en la que divisar todo el Oriente y parte del centro de Asturias. Hacia el Oeste, la vista se perdía en las sierras de Luarca y Tineo (y ya son kilómetros eh), viendo Gijón, Oviedo, el Cabo Peñas... (sí, eso gris que sale al mar es mi querido Muselón...)
A nuestros pies varios de los lugares más bellos de Asturias; por orden de Oeste a Este: la Ría de Villaviciosa con la playa de Rodiles (una pena que no se vea Tazones)
Lastres, el increible pueblo en cuesta de Doctor Mateo
Y Ribadesella con su ría y su característica ermita en lo alto.
Hacia el Este, las estribaciones del Sueve, el Cuera y seguramente alguna pared cántabra de las que rodea La Hermida.
Mirando hacia el Occidente interior, tras el Picu Mirueñu (estuvimos tentados a subir, pero uno de los compañeros no había medido bien la hora de llegar a casa y nos dimos la vuelta) vemos hasta Oviedo (al lado del humo -es la central térmica de Soto de Ribera-) y la Cordillera Cantábrica al completo.
Y mirando hacia el sur, la vista más impresionante de todas, los Picos de Europa, viéndose perfectamente los 3 macizos y la línea de nieve. Cualquier comentario sobra.
Decir que después de comer se abrió la niebla del valle del Sella teniendo una preciosa panorámica de Arriondas, Cangas de Onis y los Picos de fondo.
Para redondear el día, cuando íbamos a ponernos a bajar vimos a un chico lanzándose en parapente, y al asomarnos un poco más, vimos a otros 8 o 9 más, les hicimos miles de fotos, la ráfaga de la Reflex fue verdaderamente útil.
Pero ninguna como esta. Es sencillamente increible, solo me salen 3 palabras: ¡¡BIENVENIDOS AL PARAISO!!
Como comentario, no soy el fotografo del National Geographic ni mucho menos, las fotos pierden bastante respecto a la sensación de estar encalado ahí arriba.
La bajada fue muy rápida (apenas una hora), y es que trotando había que hacer menos esfuerzo que caminando en muchos tramos, además que al ser una pista la dificultad era nula (pese a eso me pegué una culada cortesía de la casa, como no...) Cogimos el coche (sorprendemente no eran ni las 4, vale que habíamos llegado a las 9:30, pero paramos ni se sabe cuanto en la cima -hora y media mínimo-) y tras unas claras bien frescas en Colunga, por lo de reponer el PH y tal, enfilamos a casa con un muy buen sabor de boca y dándonos cuenta de que vivimos en el Paraiso, y no es una forma de hablar.
Días así me hacen pensar en la suerte que tengo de haber caído en este rinconcito del Norte tan exageradamente verde.
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Un saludo viajeros!
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