No aguanté ni 3 días desde que aterricé de Budapest sin tirar para el monte, ya sabéis lo que hace la cabra, ¿no? Me agobiaba en casa y después de casi 4 meses sin calzarme las botas lo echaba mucho de menos, así que ya antes de venirme tenia la fecha fijada para subirme con Pablo a hacer algún pico (hay que ver las amistades que se traban en condiciones adversas...), y decidimos venir a este cordal tan poco conocido pero con muy buena pinta (no defraudó), así que el miércoles 16 de diciembre nos subimos hasta La Cobertoria para alcanzar Brañavalera y llevarnos un par de picos más a la colección, el día bueno nublado pero sin niebla y unas temperaturas más que agradable, y las vistas de impresión. Eso sí, estoy alucinado con que en la segunda quincena de diciembre haya cuatro neveros en las Ubiñas estando lo demás limpio. Puto cambio climático...
COMO LLEGAR
La ruta arranca del Alto de La Cobertoria, divisoria de los valles de Lena y Quirós. Para llegar tomamos la A-66 hasta Pola de Lena, una vez allí nos metemos a la población hasta tomar la AS-230 (siguiendo la cartelería de Bárzana); son 9 kilómetros de puerto con carriles anchísimos y recién asfaltado por el paso de la Vuelta (¡cuánto bien nos hace a los senderistas el ciclismo profesional!) En el alto hay una explanada para dejar el coche.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 16.7 kms
Dificultad: Moderada
Desnivel positivo: 780 metros
Cota máxima: Brañavalera (1.483 metros)
Itinerario: Lineal (ida y vuelta)
Niños: Si están de caminar, no presenta ningún tipo de riesgo
Señalización: Pobre, alguna marca de pintura.
LA RUTA
No madrugamos demasiado, pero a eso de las 10 menos cuarto arrancábamos de La Cobertoria. Las vistas desde el puerto son increíbles, dominando ambos valles (Caudal y Quirós) y siendo un mirador privilegiado bajo el Aramo y las Ubiñas.
Tomamos una pista que sale en contra de la que sube al Aramo y pronto tenemos bajo nosotros Cienfuegos y Villar de Cienfuegos, encajonados en el pequeño Valle del Azud
Nosotros a lo nuestro, empezamos a ganar metros (aunque ojo, es un continuo subebaja hasta la base del Brañavalera, se sube más que se baja, pero a la vuelta las subidas son matadoras) por un camino amplio entre la maleza.
Al poco tenemos unas impresionantes vistas sobre las Ubiñas.
Este macizo me tiene enamorado, os voy contando con detalle de izquierda a derecha lo que se ve (están tapados los Fontanes, luego se ven desde el pico): El conjunto del Tapinón y el Siegalavá, con Peña Llana a la derecha. Al fondo la poderosa Peña Ubiña, y casi tapado el Fariñentu. Como centro de la foto la enorme mole de Peña Rueda, viéndose perfectamente desde aquí su cresta, el famoso Cuchillar de Rueda. Y a su derecha el final del Macizo de las Ubiñas, con el Ranchón y los Huertos del Diablo como principales elementos; a su derecha picos menores como Sobre el Praú La Sicha o Sobre el Tambarón.
A nuestras espaldas el Aramo, con el Gamoniteiru perfectamente reconocible con sus antenas (la pista para todoterrenos arranca de La Cobertoria) A su izquierda y con forma picuda (como dibuja un niño una montaña) tenemos la Sierra del Gorrión, a la que debo una visita.
Y tras superar un repecho vemos el objetivo del día (en el centro de la foto), parece lejano, aunque no lo está tanto.
Hacia el Oriente se ve perfectmente la Sierra de Peña Mayor (otra visita que debo) y una multitud de cordales interiores, no tengo tantas tablas aún como para reconocerlos todos.
Y abusando de zoom reconocemos perfectamente la aguja del Torres y también los Picos, donde sí que hay nieve, aunque no toda la que debería ni muchísimo menos.
Alcanzamos ahora una pista que forma parte de la GR Asturias Interior (de la etapa 13: Campomanes-Llanuces). Cruza un bosque que está realmente bonito tapizado de colores otoñales.
Seguimos la pista y vemos una cabaña de un pastor. Las vistas son espectaculares. Cuanto daría yo por poder abrir la puerta y ver un amanecer aquí...
Avanzamos un poco más y la mole de Peña Rueda deja de taparnos el conjunto de Castillines, Siete y Fontanes. Palabras mayores de las Ubiñas junto al Siegalavá; quien pudiera...
Y hacia el sur se abren las nubes y nos permiten ver la estación invernal de Valgrande-Pajares (Cuitu Negru), donde no hay nada de nieve. Mal invierno nos espera a los esquiadores... Y a su lado las Tres Marías, otros picos célebres de nuestras montañas.
Nos desvíamos a la izquierda para bordear un par de lomas (casi tan altas como el Brañavalera, por cierto, que estamos solo 100 metros por debajo) y ya vemos el objetivo bien cerca.
Solo queda el apretón final, una ladera no demasiado empinada y con claro camino entre las cotollas (aunque a veces no tan ancho como debiera...)
Y llegamos a la pradera de al lado de la cima. Hay dos picos juntos: Brañalavera y Manolete; no hay ni 200 metros de uno a otro. Vamos primero al segundo de los citados.
Una cruz recuerda a Manolete, un célebre montañero lenense que dedicó gran parte de su vida a fomentar el senderismo y las montañas de su concejo, desde esta sierra hasta el Macizo de las Ubiñas. Murió con 83 años en Pola de Lena, y creo que este es el mejor homenaje que se puede hacer a una persona así.
En la cruz está grabada una frase suya que describe perfectamente porque hacemos esto fin de semana sí fin de semana también madrugando y dejando de hacer muchas otras cosas, más placenteras para la mayoría, como dormir la mañana o ver el frío desde la ventana y no desde un pico: "Aquel primer día de montaña no se escapa de tu vida; y la montaña será siempre para ti... tu amiga"
Este pico es un perfecto mirador al Aramo, destacando el Gamoniteiru con el Xistras como escudero; teniendo a su izquierda el siempre olvidado Pico Podre y a la derecha y un poco al fondo la bonita Sierra del Monsacro.
Y bajo nosotros el Valle del Caudal en toda su longitud, con Pola de Lena en primer término y Mieres al fondo.
El Brañalavera está al lado, Pablo se va para allá y yo me quedo cubriendo la tarjeta para el buzón, queremos hacernos fotos caminando, y ahí lo tenéis, ya en el objetivo de la ruta.
Mi cámara decide estropearse en el camino entre ambos picos, y cuando alcanzo el Brañalavera (1.483m) me llevo un disgustillo, y más porque la había arreglado unas semanas atrás... (disculpad la pobre calidad de las fotos, están hechas con el móvil...) Pero bueno, que nos echamos unas fotos en el vértice geodésico y admiramos los alrededores (no repito fotos por no aburrir, pero las Ubiñas también se ven perfectamente desde aquí, al igual que Pajares y los Picos) Detrás nuestro está el Manolete
Y delante el Chago, retándonos, parece un pico complicado por su agreste cresta y una pared hacia este lado, pero queremos coronarlo, a ver que nos encontramos al acercarnos...
Por el camino unos caballos pastan tranquilos, ajenos al espectáculo natural que tienen tras de sí, con los valles asturianos en todo su esplendor.
La cresta mete miedo, pero por la derecha se pasa sin ningún tipo de problema, no tiene siquiera terraza ni pasos complicados.
Alcanzamos Peña Chago (1457m), y desde aquí vemos las dos cumbres anteriores; están todas muy cerca y no lleva nada ir de una a otra.
Es momento de volver a hacer fotos, el paisaje lo pide.
Y desde aquí vemos con mayor amplitud el Valle del Caudal
Un descanso, algo para picar (es pronto para comer aún, la 1 menos cuarto) y nos vamos para el coche, pensamos que será una fácil bajada, pero nada más lejos de la realidad. Que palo un subebaja continuo hasta el final cuando solo veía la cecina que tenía en el coche guardada (nótese mi astucia); y es que en esta ruta el desnivel positivo es casi el doble que la diferencia entre el punto de partida y el pico, así que imaginaos...
Pero antes vimos el Chago, una laguna venida a menos hasta quedar en una pequeña charca.
Y de nuevo un caballo ajeno a todo lo que tiene detrás, no creo que muchos puedan pastar con todo un macizo a sus espaldas...
Y tras un par de horas desde Peña Chago llegamos al coche, comemos y nos vamos para casa. Tenía ganas de subir al monte, y pese al cansancio (que fuera de forma estoy...) y lo duro del subebaja me fui más contento que unas castañuelas y con ganas de volver a calzarme esas preciosas botas...
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Un saludo viajeros!
Track de la ruta: es.wikiloc.com/ ...d=11697758
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COMO LLEGAR
La ruta arranca del Alto de La Cobertoria, divisoria de los valles de Lena y Quirós. Para llegar tomamos la A-66 hasta Pola de Lena, una vez allí nos metemos a la población hasta tomar la AS-230 (siguiendo la cartelería de Bárzana); son 9 kilómetros de puerto con carriles anchísimos y recién asfaltado por el paso de la Vuelta (¡cuánto bien nos hace a los senderistas el ciclismo profesional!) En el alto hay una explanada para dejar el coche.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 16.7 kms
Dificultad: Moderada
Desnivel positivo: 780 metros
Cota máxima: Brañavalera (1.483 metros)
Itinerario: Lineal (ida y vuelta)
Niños: Si están de caminar, no presenta ningún tipo de riesgo
Señalización: Pobre, alguna marca de pintura.
LA RUTA
No madrugamos demasiado, pero a eso de las 10 menos cuarto arrancábamos de La Cobertoria. Las vistas desde el puerto son increíbles, dominando ambos valles (Caudal y Quirós) y siendo un mirador privilegiado bajo el Aramo y las Ubiñas.
Tomamos una pista que sale en contra de la que sube al Aramo y pronto tenemos bajo nosotros Cienfuegos y Villar de Cienfuegos, encajonados en el pequeño Valle del Azud
Nosotros a lo nuestro, empezamos a ganar metros (aunque ojo, es un continuo subebaja hasta la base del Brañavalera, se sube más que se baja, pero a la vuelta las subidas son matadoras) por un camino amplio entre la maleza.
Al poco tenemos unas impresionantes vistas sobre las Ubiñas.
Este macizo me tiene enamorado, os voy contando con detalle de izquierda a derecha lo que se ve (están tapados los Fontanes, luego se ven desde el pico): El conjunto del Tapinón y el Siegalavá, con Peña Llana a la derecha. Al fondo la poderosa Peña Ubiña, y casi tapado el Fariñentu. Como centro de la foto la enorme mole de Peña Rueda, viéndose perfectamente desde aquí su cresta, el famoso Cuchillar de Rueda. Y a su derecha el final del Macizo de las Ubiñas, con el Ranchón y los Huertos del Diablo como principales elementos; a su derecha picos menores como Sobre el Praú La Sicha o Sobre el Tambarón.
A nuestras espaldas el Aramo, con el Gamoniteiru perfectamente reconocible con sus antenas (la pista para todoterrenos arranca de La Cobertoria) A su izquierda y con forma picuda (como dibuja un niño una montaña) tenemos la Sierra del Gorrión, a la que debo una visita.
Y tras superar un repecho vemos el objetivo del día (en el centro de la foto), parece lejano, aunque no lo está tanto.
Hacia el Oriente se ve perfectmente la Sierra de Peña Mayor (otra visita que debo) y una multitud de cordales interiores, no tengo tantas tablas aún como para reconocerlos todos.
Y abusando de zoom reconocemos perfectamente la aguja del Torres y también los Picos, donde sí que hay nieve, aunque no toda la que debería ni muchísimo menos.
Alcanzamos ahora una pista que forma parte de la GR Asturias Interior (de la etapa 13: Campomanes-Llanuces). Cruza un bosque que está realmente bonito tapizado de colores otoñales.
Seguimos la pista y vemos una cabaña de un pastor. Las vistas son espectaculares. Cuanto daría yo por poder abrir la puerta y ver un amanecer aquí...
Avanzamos un poco más y la mole de Peña Rueda deja de taparnos el conjunto de Castillines, Siete y Fontanes. Palabras mayores de las Ubiñas junto al Siegalavá; quien pudiera...
Y hacia el sur se abren las nubes y nos permiten ver la estación invernal de Valgrande-Pajares (Cuitu Negru), donde no hay nada de nieve. Mal invierno nos espera a los esquiadores... Y a su lado las Tres Marías, otros picos célebres de nuestras montañas.
Nos desvíamos a la izquierda para bordear un par de lomas (casi tan altas como el Brañavalera, por cierto, que estamos solo 100 metros por debajo) y ya vemos el objetivo bien cerca.
Solo queda el apretón final, una ladera no demasiado empinada y con claro camino entre las cotollas (aunque a veces no tan ancho como debiera...)
Y llegamos a la pradera de al lado de la cima. Hay dos picos juntos: Brañalavera y Manolete; no hay ni 200 metros de uno a otro. Vamos primero al segundo de los citados.
Una cruz recuerda a Manolete, un célebre montañero lenense que dedicó gran parte de su vida a fomentar el senderismo y las montañas de su concejo, desde esta sierra hasta el Macizo de las Ubiñas. Murió con 83 años en Pola de Lena, y creo que este es el mejor homenaje que se puede hacer a una persona así.
En la cruz está grabada una frase suya que describe perfectamente porque hacemos esto fin de semana sí fin de semana también madrugando y dejando de hacer muchas otras cosas, más placenteras para la mayoría, como dormir la mañana o ver el frío desde la ventana y no desde un pico: "Aquel primer día de montaña no se escapa de tu vida; y la montaña será siempre para ti... tu amiga"
Este pico es un perfecto mirador al Aramo, destacando el Gamoniteiru con el Xistras como escudero; teniendo a su izquierda el siempre olvidado Pico Podre y a la derecha y un poco al fondo la bonita Sierra del Monsacro.
Y bajo nosotros el Valle del Caudal en toda su longitud, con Pola de Lena en primer término y Mieres al fondo.
El Brañalavera está al lado, Pablo se va para allá y yo me quedo cubriendo la tarjeta para el buzón, queremos hacernos fotos caminando, y ahí lo tenéis, ya en el objetivo de la ruta.
Mi cámara decide estropearse en el camino entre ambos picos, y cuando alcanzo el Brañalavera (1.483m) me llevo un disgustillo, y más porque la había arreglado unas semanas atrás... (disculpad la pobre calidad de las fotos, están hechas con el móvil...) Pero bueno, que nos echamos unas fotos en el vértice geodésico y admiramos los alrededores (no repito fotos por no aburrir, pero las Ubiñas también se ven perfectamente desde aquí, al igual que Pajares y los Picos) Detrás nuestro está el Manolete
Y delante el Chago, retándonos, parece un pico complicado por su agreste cresta y una pared hacia este lado, pero queremos coronarlo, a ver que nos encontramos al acercarnos...
Por el camino unos caballos pastan tranquilos, ajenos al espectáculo natural que tienen tras de sí, con los valles asturianos en todo su esplendor.
La cresta mete miedo, pero por la derecha se pasa sin ningún tipo de problema, no tiene siquiera terraza ni pasos complicados.
Alcanzamos Peña Chago (1457m), y desde aquí vemos las dos cumbres anteriores; están todas muy cerca y no lleva nada ir de una a otra.
Es momento de volver a hacer fotos, el paisaje lo pide.
Y desde aquí vemos con mayor amplitud el Valle del Caudal
Un descanso, algo para picar (es pronto para comer aún, la 1 menos cuarto) y nos vamos para el coche, pensamos que será una fácil bajada, pero nada más lejos de la realidad. Que palo un subebaja continuo hasta el final cuando solo veía la cecina que tenía en el coche guardada (nótese mi astucia); y es que en esta ruta el desnivel positivo es casi el doble que la diferencia entre el punto de partida y el pico, así que imaginaos...
Pero antes vimos el Chago, una laguna venida a menos hasta quedar en una pequeña charca.
Y de nuevo un caballo ajeno a todo lo que tiene detrás, no creo que muchos puedan pastar con todo un macizo a sus espaldas...
Y tras un par de horas desde Peña Chago llegamos al coche, comemos y nos vamos para casa. Tenía ganas de subir al monte, y pese al cansancio (que fuera de forma estoy...) y lo duro del subebaja me fui más contento que unas castañuelas y con ganas de volver a calzarme esas preciosas botas...
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Un saludo viajeros!
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