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Séptimo día
Hoy es jueves 8 de Agosto. Tristes por dejar Kárpathos pues nos hubiéramos quedado un mes y contentos por ir a Rodas cerramos las maletas y nos despedimos de Arkasa.
Son las 7,30h y el personal de limpieza se afana en tenerlo todo listo para cuando se levanten los huéspedes.
Bajando por la rampa de acceso recién fregada mi marido resbala junto con la maleta y milagrosamente no se cae. A mi me entra un ataque de risa que se contagia a todo el personal del hotel. Supongo que se relajaron al ver que no había pasado nada.
- Si este tío se rompe la crisma tendremos un problema (debieron pensar)
El vuelo es a las 9,40 y a las 8,00h no hay ni dios en el aeropuerto. Llega entonces un autocar con alemanes que regresan en un charter a su país, y sólo entonces aparecen las empleadas a abrir la facturación para ambos vuelos.
El policía examina atentamente nuestra tarjeta de embarque, nuestros pasaportes y nuestras caras; parece que estemos en Corea del Norte...
Una vez dentro veo llegar nuestro avión que llega de Creta. Es otra vez el MacDouglas pequeñito. Esta vez dejaré a los santos bizantinos y me encomendaré a Eolo, Poesidón y Apolo.
Tras 40 minutos (subir y bajar) de vuelo en los que hasta han tenido tiempo de servirnos un zumo) aterrizamos en Rodas. Nos espera un taxista que nos acercará a nuestro hotel en la ciudad medieval.
El hotel se llama Nikos Takis y tiene solo 7 habitaciones. Es caro, pero pensé que bien podía darme un capricho una vez al año. Y acerté. Es posiblemente el hotel que más me ha gustado de todos los que he estado en mi vida (incluídos los gran lujo de Egipto).
No sé aún por qué motivo nos asignaron una suite superior la Vosphoros, ambientada en Estambul y con vistas al mar y a la ciudad medieval
Tras dejar las cosas me voy a la oficina de turismo que está detrás del mercado del puerto de Mandraki. Solo me dan un mapa en español y un horario de buses. Afortunadamente en el hotel hay 2 guías en inglés con mucha más información.
Después me acerco a Mandraki a investigar sobre las excursiones en barco.
La que más me convence es Dodekanissos seaways que es una naviera regular que adapta sus horarios a las excursiones diarias. Symi ida y vuelta sale por 20€ por persona. También viajan a Halki (martes) y a Marmaris en la costa turca.
Mirad bien la hoja de horarios porque pueden haber varias opciones según el día y el tipo de barco.
Planificada la estancia, más o menos, vamos a buscar un sitio para comer disimulando un poco para evitar a los captadores de clientes que a veces se ponen pesaditos. Nos aborda un señor cuyo abuelo había vivido en la provincia de Girona pescando esponjas. Nos explica la carta en un perfecto castellano y nos da un poco de pena y aceptamos. La comida es tradicional griega, se llama symposium y esta tarde he visto que tenía buenas críticas en tripadvisor
www.hellas-guide.com/ ...index.html
Repetiremos varias veces, se come bien, te invitan a copita de ouzo y a postre y es muy familiar. Al final acabamos hablando con todos ellos sobre la crisis y los mejores sitios para viajar en Grecia. Nos recomiendan especialmente la península de Halkidiki y Creta.
Hicimos alguna foto nocturna y a descansar que mañana vamos a Lindos.
Octavo día
Estuvimos barajando la opción de ire a Lindos en barco a sabiendas que por carretera era una hora y pico y parando continuamente. La realidad es que en bus eran 5€ por persona y en barquito 20€ por persona. Tardaban casi lo mismo y como yo tengo que multiplicar por 3 la cosa se decidió rápido.
No se puede coger billete anticipado. Los ponen a la venta 30 minutos antes de la salida y se compran en taquilla.
Cogimos el de las 9,30h y antes de las 11h estábamos en Lindos.
Hoy hace mucho calor así que visitaremos la acrópolis primero y luego el pueblo y la playa.
Está bien indicado el camino a través de callejones con tiendas que asemejan un bazar.
Hay burros y mulas por supuesto para subir turistas.
ësta es la vista desde arriba. Aquí se rodó la película Los Cañones de Navarone.
No está mal ¿verdad?
Las ruinas se "entienden" bastante si lees el folleto que te dan a la entrada. Son 6€ y los menores de 18 entran gratis (como en todos los recintos arqueológicos de Grecia)
Hay restos de un templo, del castro y de una iglesia bizantina. Lo más espectacular es la escalera de entrada en la más pura arquitectura de la época
Descendemos por las callejuelas a buscar el antiguo teatro bajo un sol de justicia. No llegamos. Nos compramos unas cervezas que nos tomamos sentados en el suelo a la sombra de una morera y decidimos ir directamente a la playa (sabía por la guía del hotel que el anfiteatro estaba destrozado)
La playa principal es una bahía redonda y poco profunda, con el agua más caliente que el la playa de ciudad de Rodas. Hay muchísma gente y la mayoría son rusos. Parece que hayan invadido la isla, van en grandes grupos de 2 o 3 autocares y no saben hablar nada que no sea ruso (los jóvenes sí, claro).
La arena está ardiendo y tenemos que encontrar un sitio en primera línea o moriremos gratinados. En el primer metro cuadrado libre que vemos extendemos 2 toallas; la tercera no cabe. No importa, creo que no saldremos del agua. Te has de alejar bastante de la orilla, hasta perder pie, para que el agua esté un poco fresca. Sigue siendo supertransparete a pesar de las hordas de turistas que la invadimos y muy muy salada; tanto es así que flotas sin apenas moverte.
Apunte femenino: no os dejéis la mascarilla del pelo. Entre el sol abrasador y la sal mi pelo parecía el de un espantapájaros.
Es media tarde y volvemos a buscar el bus. Llega puntual y esta vez se recreea más con las paradas en los pueblos tardando unos 90 minutos en llegar.
Ducha, cena y a dormir en mi cama de las 1001 noches.
Noveno día
No os he comentado los desayunos que nos daban en este hotel (todo casero): empanadillas de queso y/o espinacas, hojaldre de manzana, pastel de canela y nueces y de "segundo plato" podías elegir entre huevos con bacon, yoghourt fresco con nueces un manzana, crêpes de banana y nutela... y otras delicias.
Hoy nos vamos a Symi.
Nuestro ferry sale a las 10 y hay otro que sale a las 9,30h y es un supercatamarán que va más rápido, pero también vuelve antes.
A las 9,15h hay que estar delante de la paradita que tienen en Mandraki y te llevan en bus hasta en puerto grande. Volvemos a encontrarnos con los rusos.
En 1,30h se llega a la primera parada en Symi. Es el monasterio de Panormitis, lugar de devoción ortodoxa, con una gran cola para ver y besar un icono que por supuesto no hacemos.
Nos tomamos una cerveza que hemos comprado en un colmadito y nos sentamos a la sombra.
Hacemos unas cuantas fotos y volvemos al ferry. La parada es de una hora más o menos y 50 minutos más tarde llegamos a la capital de Symi.
El ferry va bordeando la costa y todos miramos embelesados las playas secretas que solo son accesibles con barco. Los austríacos que tengo al lado se han cascado 3 cervezas cada uno en los 50 minutos de este trayecto.
La entrada al puerto
El puerto.
En esta isla se nota mucho la mano de los italianos. Recuerda a la costa al sur de Nápoles.
Hay muchos grandes yates en su mayoría turcos que fondean en cualquier cala. El mar parece un espejo.
Comemos una ensalada en el puerto y vamos a buscar la playa. La más cercana está girando el promontorio. Es pequeña y está muy llena. Sabemos que hay otra más lejos y que se va en un trenecito rojo. Vamos andando y en el camino vemos un sendero que baja hacia el agua. Llegamos a una cala de rocas con agua fría y profunda. Se está muy bien y nos quedamos.
Nos comentan que lo típico de esta isla son unas mini-gambas saladas (camarones?) que pescan con capazos de esparto entretejido y que no los ofrecen a los turistas. Son para los griegos y los que saben que existen; además son baratas. La información me llegó tarde, ya habíamos comido.
Nuestro ferry sale a las 17h. Aún mojados llegamos con tiempo de sobra para tomar otra cerveza a la sombra. Justo enfrente del embarcadero hay un kiosko con cervezas a 1€.
Subimos a ferry a buscar un sitio a la sombra. La cubierta inferior tiene sillones y cafetería pero tiene el aire acondicionado muy alto y resulta hasta desagradable, además hay gente durmiendo (soldados que están pasando dos años de su vida en un peñasco). Nos quedamos en los bancos de la cubierta superior, algunos a la sombra y otros al sol. Justo al salir del puerto el ferry gira y el sol nos da directamente en la cabeza. Entre estar sentada al sol y oliendo el gasóleo y estar de pie opto por la segunda opción y me voy a la popa. Hay brisa muy agradable y voy mirando las costas de Turquía e imagino ese mediterráneo antiguo que tanto me gusta. El tiempo pasa volando y ya veo Rodas con su muralla, su faro y la supuesta ubicación del coloso.
Al bajar del barco hay un bus gratuito que se llama como el ferry, Panagia Sikadeni en este caso, que te acerca hasta mandraki, en el centro de la ciudad.
Décimo día
Rodas y sólo Rodas.
Hoy no madrugamos. Vamos a ir un rato a la playa y luego a dedicarle todo el día a fotografiar la ciudad.
Ayer desde el ferry vimos que la zona menos "densa" de turistas en la playa era la más alejada, casi a la altura del acuario. Solo hay unos 5 minutos más andando y al llegar hay mucho sitio y pocas hamacas. Perfecto, me voy al agua. Seguimos rodeados de rusos, son ruidosos y llevan toda clase de artilugios playeros, tales como colchonetas, gafas de snorkel y aletas, redes tipo caza-mariposas... Hay incluso una señora mayor con un flotador inmenso y verde que se desplaza por el agua moviendo las manos como aletas.
Mi familia decide ir al triple trampolín que hay delante del casino y me quedo sola. Mi instinto de conservación me hace vigilar la mochila con las cosas desde el agua pero aquí no hay chorizos, sólo personas normales disfrutando de la playa; hay buen ambiente.
Más de una hora después regresan nadando. han saltado desee los 3 niveles, y eso que el último creo que estaba a 7 u 8 metros!
Estamos un ratito más y nos vamos a comer y a dar la segunda ducha del día.
Son las 3 de la tarde, mi hija no quiere venir y se queda a aprovechar el wi-fi del hotel.
No vamos a visitar el palacio del gran maestre ni el arqueológico que ya conocimos hace 5años pero que si no habéis visto son imprescindibles.
Esto va a ser un recorrido fotográfico con un poquito de historia de los caballeros de San Juan de Jerusalén u orden del Hospital que hemos aprendido.
Si es la primera vez que entras en la ciudad de Rodas hay tres puertas especiales Marina. D'Amboise y Elefteria (o de la Libertad)
Hoy vamos a entrar por Elefteria; mirando la ciudad desde Mandraki a la derecha.
Si venís de la ciudad nueva, en la "punta" de la isla os viene bien y si venís del puerto comercial o del ferry podéis entrar por la marina y hacer el recorrido a la inversa.
Encontramos una explanada con una parada de taxis y los restos de un templo antiguo dedicado a Afrodita, seguimos recto y a la derecha tenemos la calle Ipoton o de los caballeros que luego subiremos.
A su izquierda y entre las calles Ipoton y Sócrates se encuentra el antiguo Hospital de los Caballeros de San Juan, hoy en día convertido en el museo arqueológico.
Tras visitarlo nos vamos a la calle Ipoton otra vez. Aquí están la mayoría de albergues de las diferentes lenguas (tongues) que formaban la orden de los caballeros y también la casa de Diomedes Vilaragut, ilustre caballero valenciano que, enamorado de Rodas y sin descendencia cedió sus bienes a la ciudad (la primera a la izquierda)
La defensa de la ciudad estaba repartida entres las diferentes lenguas (Provenza, Auvernia, resto de Francia, Península Itálica, Aragón, Inglaterra, Alemania y Castilla-Portugal (que años más tarde y con la reconquista "controlada" se juntaría con la lengua de Aragón formado la lengua de Península Ibérica) y cada una tenía asignado un trozo de muralla. Los albergues eran como las embajadas de los prioratos a los que representaban y todos estaban en esta parte de la ciudad llamada Kollakio, Kastro o simplemente el castillo.
El albergue de España es la penúltima casa a la izquierda
Enfrente de Francia y de la ermita de la lengua francesa
Al final de la Calle llegamos a palacio del Gran Maestro (gran Magistro) cuya reconstrucción (muy discutible) se la debemos a ese infame personaje que fue Benito Mussolini. Se ha de visitar por dentro y apreciar más su arquitectura que su decoración. A mi modo de ver, las esculturas pseudo-romanas que hay en el patio de la entrada están totalmente fuera de lugar. Insistían en italianizar el Dodecaneso cuando estuvo bajo su dominio entre 1912 y el final de la II Guerra Mundial
Tras la visita al palacio vamos a la calle Panetiou, giramos un momento por el callejón Theofilisku donde quedan restos de las fortificaciones bizantinas. Esta calle cerraba el Kolakio al resto de la ciudad y entre las callejuelas encontramos rincones secretos con mucho encanto.
retrocedemos Panetiuo otra vez hasta la entrada del palacio y seguimos recto (prolongación de la Calle Ipoton hasta la calle Orfeo (repleta de tiendas y bares). En el cruce giramos a la derecha hacia la salida para ver la puerta D'Amboise. Por aquí se entra si vienes desde el centro de la Rodas moderna.
Hacemos unas fotos y dejamos el foso para más tarde.
Volvemos a la Calle Orfeo que termina en la mezquita de Soleimán el Magnífico quien en 1522 conquistó definitivamente la isla que pasó a formar parte del imperio otomano.
Los caballeros negocian la retirada y se establecen el Malta donde vuelven a cambiar de nombre, siendo ahora la Soberana Orden Militar de Malta.
a su lado está la torre del reloj que formaba parte de la muralla bizantina.
Ambas construcciones son visibles de gran parte de la ciudad medieval y sirven al visitante para orientarse
Descendemos ahora sí por la calle Sócrates, ancha, populosa y llenísmia de tiendas y bares dirección al mar. A la derecha y a la altura de este edificio está el desvío hacia los antiguos baños turcos (hammam) por si queréis ir a echar un vistazo
seguimos hacia abajo hasta la muy famosa plaza Ipokratou (Hipócrates) con su fuente turca y el palacio de la Castellanía con su escalera de piedra.
a su lado encontraremos la plaza de ls mártires judíos con una fuente con tres caballitos de mar de color negro.
Hemos llegado a la puerta Marina y vamos a salir a fotografiarla desde la pequeña playa que hay en el puerto Kolona. Hay un letrero que prohíbe el baño pero hay bastante gente en el agua.
volvemos a entrar en la ciudad medieval por la misma puerta o por la de al lado, no sin antes hacer una foto a los restos de la antigua basílica de santa María del Burgo, de la cual solo están en pie los capiteles.
justo en su parte posterior hay un pequeño parque que nos lleva hasta la muralla sur, junto a la que caminaremos por callejuelas viejas hasta llegar a la altura de los templos de Agia Marina y Agios Ioannis, donde hay un paso oscuro con escaleras que nos permite bajar al foso, a la altura del teatro al aire libre.
seguiremos caminando por el foso y contemplando la altura de las fortificaciones que eran defendidas por tramos según las lenguas. Este trozo pertenecía a Provenza y el siguiente, a partir del bastión de San Jorge a Inglaterra. Le siguen las lenguas de España, Auvernia y Alemania antes de llegar de nuevo a la puerta d' Amboise que habíamos visto desde arriba.
Giramos a la derecha, el tramo defendido por Francia y el foso acaba exactamente detrás de la parada de taxis que hay frente al puerto de mandraki
Rodas tiene tres puertos adyacentes, Mandraki, Kolona y el puerto comercial.
Mandraki es el más antiguo y emblemático. En sus muelles están amarrados hoy todos los barquitos de excursiones y los yates de lujo de muchas nacionalidades, la mayoría turcos y norteamericanos.
Caminamos por el espigón de los molinos de viento en dirección al antiguo faro fortificado de San Nicolás
El Coloso de Rodas, cuenta la leyenda, tenía su ubicación aquí, descansando sus pies a ambos lados de la entrada del puerto donde hoy en día hay dos columnas rematadas por unos ciervos. Dicen que era una enorme escultura de bronce de un joven con una corona de rayos y una antorcha de fuego que se había construido con un botín de guerra. Menos de un siglo duró esta maravilla del mundo antiguo ya que un terremoto la desplomó hacia el mar y el bronce fue comprado por un comerciante.
No existe ninguna prueba documental de su existencia, ni siquiera un dibujo o un grabado. Lo que importa es la leyenda. Ya sabemos que los griegos eran auténticos maestros en el arte del engaño, a imagen y semejanza de sus dioses del Olimpo.
Hemos tardado unas 2 horas (sin visitas) en hacer el recorrido. Nos queda visitar la acróplosis en el Monte Smith, a unos 30 minutos andando desde aquí.
Ya no hace tanto calor y aunque sabemos que no tiene gran cosa que ver nos dirigimos hacia allí a través de la ciudad nueva.
La mayoría de las construcciones son de los años 70-80 con zonas ajardinadas y tranquilas.
En seguida llegamos a la calle Diagoridon donde está el aparcamiento de coches (no hay casi nadie) y entramos en el parque.
El antiguo estadio está bastante bien conservado y el teatro está reconstruido. Es mejor de lo que esperábamos, además hay sombra y descansamos un poquito. En la parte superior está lo que queda de un antiguo templo dedicado a Apolo. Solo hay 4 columnas dóricas que nos dan idea del tamaño que debió tener.
Por el suelo están los restos de las columnas destrozadas y no nos podemos acercar más. Un cartel advierte del peligro de derrumbamiento.
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Se ha hecho tarde y tenemos intención de cenar pronto para dormir un poquito antes de coger el vuelo.
Sobre las 20,30h estamos cenando en el Symposium otra vez y nos despedimos de todos los que tan familiarmente nos han tratado.
Undécimo día
Más que un día serán unas horas. Nuestro vuelo sale a las 4,35h de la mañana.
Ponemos todos el despertador en el móvil a la 1,30h. Hemos dormido un par de horas, ducha rápida y a cerrar maletas.
El chico del hotel nos dejó avisado un taxi que a las 2,00h estaría delante de la puerta. Dejamos las llaves en el mostrador y firmamos en el libro de huéspedes con unas palabras de agradecimiento por todos los extras y pequeños detalles que nos ha ofrecido.
En taxi, a esa hora de la mañana, se llega en 15 minutos al aeropuerto. Hay bastante ambiente todavía en los pueblos costeros que atravesamos.
Creyendo que seríamos de los primeros en llegar, vemos una cola de más de 80 personas delante del mostrador de Vueling. Mucha gente no tenía hotel el último día y han llegado al aeropuerto con el último bus - nos comentan-.
Mi hija no quiere que nos den asientos separados. Yo intenté hacer facturación on-line pero este aeropuerto no lo permitía, así que a pesar de todo conseguimos 3 asientos juntos y en la parte delantera.
Vuelo en hora y sin problemas; maletas también y ahora es el momento de las reflexiones e impresiones.
Nos han faltado días en Rodas. Muchas cosas quedaron pendientes: Valle mariposas, 7 fuentes, sur de la isla... Siempre podemos volver y lo que hemos vivido ha sido intenso.
La combinación de estas dos islas próximas geográficamente pero tan diferentes entre si creemos que ha sido bastante acertada: Mucha playa, senderismo, arqueología, historia, fotografía y muchos momentos de relajación.
Nos gusta mucho Grecia y sus gentes. Volveremos en un par de años a descubrir nuevos tesoros
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movidos a un hilo más amplio que este que trata sobre Rodas:
