03.10.13 Kyoto & Osaka
A las 5,30h amanece un nuevo día!!!! horror!!!! el ryokan no tiene persianas, tan solo unas puertas de papel correderas opacas que dejan entrar la luz del sol. Para algunos esto no será un problema pero para mi marido si, y grande! suerte que llevaba un antifaz para el avión y con él puesto y yo tapada hasta las cejas pudimos dormir un par de horitas más.
Esta noche hemos dormido bien en el “doble” futón que nos hicimos jaja! la mar de cómodos! desayunamos en el ryokan lo comprado el día anterior y salimos hacia la estación JR Kyoto para coger un tren de la línea JR Nara Line de los que paren en todas las estaciones, hasta la JR Tofukuji Sta. Llevamos los paraguas porqué el día empieza algo lluvioso y muy nublado…
Hoy vamos a visitar uno de los templos considerados imprescindibles en Kyoto y que no visitamos en el primer viaje. Está a unos 10 minutos a pie desde la estación pero decidimos tomar otro camino para ir viendo algunos de los templitos que hay por la zona. Empezamos encontrándonos con el Taiko-an, de la rama Rinzai del budismo.
A pocos pasos, se encuentra el Dojuin Temple. En el que se encuentran un montón de Jizo’s!!!! me encantan!!!
Y tras unos pocos metros más, encontramos un camino cubierto de madera en medio de un pequeño bosque que nos adentra hasta el Tofukuji.
Se trata de un conjunto de templos, fundado en 1236 a instancias del clan Fujiwara y su nombre es la combinación de los dos grandes templos de Nara: el Todaiji y el Kofukuji. Éste ha sido históricamente uno de los principales templos Zen de Kyoto, y es de los principales de la escuela Rinzai. Hay varias partes del recinto que son de acceso gratuito. Algunos son estructuras del periodo Muromachi y son raros ejemplos de arquitectura zen superviviente de la época.
Sin embargo, hay dos zonas que se deben pagar para acceder, el jardín Hojo y el Puente Tsutenkyo y el Kaisando Hall. En primer lugar, pagamos (400¥ x2) para acceder al puente de madera Tsutenkyo que conduce hasta el Kaisando Hall, lugar que sirve como mausoleo del primer sacerdote principal del templo. El camino de piedra frente al Kaisando está flanqueado por impresionantes jardines a ambos lados, un jardín de piedra seca a la izquierda y un estanque a la derecha. El Kaisando y sus jardines fueron reconstruidos durante el último período Edo (1603-1867).
Volvemos nuestros pasos y nos dirigimos al Hojo, (400¥ x2), las antiguas dependencias de los sacerdotes, rodeadas de unos jardines espectaculares que combinan agua, rocas, piedra y musgo. En el interior del edificio no se pueden hacer fotos, pero si en los jardines.
Salimos del Hojo y nos tomamos un refresco de las máquinas que hay a la entrada.
Cruzamos la gran puerta Sanmon, la puerta zen más antigua en su estilo, con 22m de altura y que data de 1425.
De camino hacia la JR Sta, encontramos un par de templos pequeños, a los que solo nos asomamos y en menos de 10minutos estamos de nuevo en el tren hacia Kyoto. Al llegar a la estación, compramos el bono diario para el bus (500¥ x 2) y tomamos la línea 5 para ir a los templos Eikando y Nanzenji, en la zona del sendero de la filosofía. Bajamos en la parada Nanzenji-Eikando-michi y en seguida empezamos a recordar que hace dos años y unos meses paseamos por esta bonita y tranquila zona de Kyoto.
Nos acercamos hasta el Eikando porqué tenemos dudas de si lo visitamos en el primer viaje, y sólo con verlo por fuera ya nos queda claro que si lo vimos, así que seguimos el sendero hacia el sur y a pocos minutos llegamos al Nanzenji, otro de los que nos faltaron la primera vez ya que estaba en obras.
Situado en la base de las boscosas montañas de Higashiyama, es uno de los templos zen más importantes de Japón. Fue construido como casa de retiro para el emperador Kemayama, convirtiéndose más tarde en el templo zen. El Nanzenji lo componen varios edificios (la puerta Sanmon, el Hojo, el Konchi-en, el Nanzenji como tal y el Tenjuan), así como un par de grandes jardines. El acceso al patio principal es gratuito, pero cada edificio tiene su entrada propia de pago así que decidimos que sólo entraremos a aquellos que realmente nos interesan. Lo primero que nos encontramos es la gran puerta de entrada Sanmon, construida en 1628 como homenaje a los soldados que murieron en el asedio del castillo de Osaka en 1615. La entrada son 500¥ para subir a lo más alto, pero nos conformamos con verla por fuera y disfrutar de pasar entre sus grandes columnas.
Este templo cuenta con algo extraño de ver por estos lares: un acueducto de ladrillo al más puro estilo romano que cruza los terrenos. Fue construido durante la época Meiji para llevar agua y mercancías entre Kyoto y el lago Biwa.
De ahí nos fuimos hasta el Hojo, la residencia del es-jefe del sacerdote y la sala principal del Nanzenji. Famoso por su jardín de rocas, de las que se dice que se asemejan a tigres y sus cachorros cruzando a través del agua.
Pagamos 600¥ x 2 y entramos. Nada más acceder ya puedes disfrutar del edificio, así como de las pinturas de tigres hechas en pan de oro que hay en las puertas correderas, de los suelos de madera y tatami y de un fantástico comedor con vistas a un jardín zen que ya lo quisiera para mi, sobretodo por las vistas!
Disfrutamos de sus jardines en los que se respira una gran paz. El delantero es el zen con la representación de las rocas simulando los tigres y el trasero, combina musgo con piedras rastrilladas y vegetación.
Son casi las 13h, así que decidimos desandar lo andado y dirigirnos hasta la gran torii que marca la entrada al Santuario Heian. Tardamos unos 20-30’ a pie desde el templo. Se ha despejado el día y hace un calor y una humedad terribles, pasamos una buena chicharra durante el paseo... Así que una vez junto a la torii, decidimos aprovechar el pase diario y coger el primer bus que pase para acercarnos un poco a la zona de Pontocho para comer. Nos bajamos justo antes de cruzar el puente y entramos al primer bareto que vemos. En la puerta vemos unas bandejas de tonkatsu y boles de arroz de esos que llevan de todo a buen precio y allá que vamos. Al entrar, todo el mundo nos mira. Somos los únicos gaijin del local y está lleno de abueletes y trabajadores en su hora de comer. La mujer que lleva el local nos acompaña a una mesa y nos trae una carta medio en japonés, medio en inglés pero que nos sirve para pedirle por señas lo que queremos. Comemos de fábula por unos 1500¥ los dos y hasta nos invitan a un chupito de shochu!
Ya con la panza llena, nos acercamos de nuevo hasta la torii en un paseo de unos 10 minutos, y de camino entramos a un par de templos que nos encontramos medio escondidos entre las casas.
Cruzamos el puente de madera lacada que cruza el río y nos maravillamos de nuevo con la vista de la “madre de las torii”!!
El Heian, pese a ser uno de los santuarios más importantes de Kyoto, no lo visitamos en el primer viaje, así que no nos podíamos ir de Kyoto sin disfrutar de su visita y sin cruzar “las zamburguesas” de sus jardines!! El Santuario Heian fue construido para celebrar el 1100 aniversario de la fundación de la capital de Kyoto y está dedicado a los espíritus de los primeros y últimos emperadores que reinaron la ciudad (Kammu y Komei). Heian es el antiguo nombre que tenía Kyoto.
El acceso al santuario es gratuita. Hay un montón de escolares!! Nos deleitamos con la arquitectura de las torres y sus tejados, qué pasada!!
Nos acercamos hacia la entrada a los jardines, pagamos 600¥ x 2 y entramos. Qué paz!!! hay muy poca gente recorriendo el parque y hay sombra (he dicho ya que pasamos mucho calor??!!!) así que nos deleitamos con las vistas.
Como anécdota contar que hubo una señora japonesa que casi se cae al agua al cruzar las piedras, ya que era muy bajita y no llegaba! pobre lo pasó mal cruzando pero nosotros también por si la teníamos que rescatar! y cuando me disponía a cruzar yo (grabando mientras lo hacía), un señor mayor que había haciendo fotos en el parque me pidió permiso para hacerme una foto. Así que la menda está entre sus fotos
Al salir de parque son algo más de las 16h y aunque la idea inicial era escaparnos a conocer Kobe, pensamos que la visita a Osaka del primer día nos supo a poco, así que decidimos volver a Osaka y ver la zona comercial de Dotonbori. Cogemos el bus 100 hasta la estación JR y allí un tren local JR hasta Shin-Osaka.
Una vez en Shin-Osaka, tomamos el metro hasta Shinsaibashi (no recuerdo el precio del trayecto pero creo que fueron unos 200¥ x 2) y nos adentramos por las calles comerciales de la ciudad dando un paseo, entramos en algunas, nos miramos las cámaras y objetivos en otras, compramos alguna bebida y llegamos hasta los “iconos” de la ciudad, como el corredor y el pulpo.
Llevamos un buen día de caminata y estamos cansadísimos. La idea era cenar en Osaka y luego volver a Kyoto, pero estamos ko por lo que finalmente, decidimos caminar otros 5 minutos hasta la parada Namba del metro, volver a Shin-Osaka y coger el primer shinkansen que salga a Kyoto. Una vez en nuestra ciudad base, compramos cena y desayuno para mañana en un Family Mart (1500¥) y nos vamos al ryokan. Cena, ducha y caímos rendidos en el futón!
A las 5,30h amanece un nuevo día!!!! horror!!!! el ryokan no tiene persianas, tan solo unas puertas de papel correderas opacas que dejan entrar la luz del sol. Para algunos esto no será un problema pero para mi marido si, y grande! suerte que llevaba un antifaz para el avión y con él puesto y yo tapada hasta las cejas pudimos dormir un par de horitas más.
Esta noche hemos dormido bien en el “doble” futón que nos hicimos jaja! la mar de cómodos! desayunamos en el ryokan lo comprado el día anterior y salimos hacia la estación JR Kyoto para coger un tren de la línea JR Nara Line de los que paren en todas las estaciones, hasta la JR Tofukuji Sta. Llevamos los paraguas porqué el día empieza algo lluvioso y muy nublado…
Hoy vamos a visitar uno de los templos considerados imprescindibles en Kyoto y que no visitamos en el primer viaje. Está a unos 10 minutos a pie desde la estación pero decidimos tomar otro camino para ir viendo algunos de los templitos que hay por la zona. Empezamos encontrándonos con el Taiko-an, de la rama Rinzai del budismo.
A pocos pasos, se encuentra el Dojuin Temple. En el que se encuentran un montón de Jizo’s!!!! me encantan!!!
Y tras unos pocos metros más, encontramos un camino cubierto de madera en medio de un pequeño bosque que nos adentra hasta el Tofukuji.
Se trata de un conjunto de templos, fundado en 1236 a instancias del clan Fujiwara y su nombre es la combinación de los dos grandes templos de Nara: el Todaiji y el Kofukuji. Éste ha sido históricamente uno de los principales templos Zen de Kyoto, y es de los principales de la escuela Rinzai. Hay varias partes del recinto que son de acceso gratuito. Algunos son estructuras del periodo Muromachi y son raros ejemplos de arquitectura zen superviviente de la época.
Sin embargo, hay dos zonas que se deben pagar para acceder, el jardín Hojo y el Puente Tsutenkyo y el Kaisando Hall. En primer lugar, pagamos (400¥ x2) para acceder al puente de madera Tsutenkyo que conduce hasta el Kaisando Hall, lugar que sirve como mausoleo del primer sacerdote principal del templo. El camino de piedra frente al Kaisando está flanqueado por impresionantes jardines a ambos lados, un jardín de piedra seca a la izquierda y un estanque a la derecha. El Kaisando y sus jardines fueron reconstruidos durante el último período Edo (1603-1867).
Volvemos nuestros pasos y nos dirigimos al Hojo, (400¥ x2), las antiguas dependencias de los sacerdotes, rodeadas de unos jardines espectaculares que combinan agua, rocas, piedra y musgo. En el interior del edificio no se pueden hacer fotos, pero si en los jardines.
Salimos del Hojo y nos tomamos un refresco de las máquinas que hay a la entrada.
Cruzamos la gran puerta Sanmon, la puerta zen más antigua en su estilo, con 22m de altura y que data de 1425.
De camino hacia la JR Sta, encontramos un par de templos pequeños, a los que solo nos asomamos y en menos de 10minutos estamos de nuevo en el tren hacia Kyoto. Al llegar a la estación, compramos el bono diario para el bus (500¥ x 2) y tomamos la línea 5 para ir a los templos Eikando y Nanzenji, en la zona del sendero de la filosofía. Bajamos en la parada Nanzenji-Eikando-michi y en seguida empezamos a recordar que hace dos años y unos meses paseamos por esta bonita y tranquila zona de Kyoto.
Nos acercamos hasta el Eikando porqué tenemos dudas de si lo visitamos en el primer viaje, y sólo con verlo por fuera ya nos queda claro que si lo vimos, así que seguimos el sendero hacia el sur y a pocos minutos llegamos al Nanzenji, otro de los que nos faltaron la primera vez ya que estaba en obras.
Situado en la base de las boscosas montañas de Higashiyama, es uno de los templos zen más importantes de Japón. Fue construido como casa de retiro para el emperador Kemayama, convirtiéndose más tarde en el templo zen. El Nanzenji lo componen varios edificios (la puerta Sanmon, el Hojo, el Konchi-en, el Nanzenji como tal y el Tenjuan), así como un par de grandes jardines. El acceso al patio principal es gratuito, pero cada edificio tiene su entrada propia de pago así que decidimos que sólo entraremos a aquellos que realmente nos interesan. Lo primero que nos encontramos es la gran puerta de entrada Sanmon, construida en 1628 como homenaje a los soldados que murieron en el asedio del castillo de Osaka en 1615. La entrada son 500¥ para subir a lo más alto, pero nos conformamos con verla por fuera y disfrutar de pasar entre sus grandes columnas.
Este templo cuenta con algo extraño de ver por estos lares: un acueducto de ladrillo al más puro estilo romano que cruza los terrenos. Fue construido durante la época Meiji para llevar agua y mercancías entre Kyoto y el lago Biwa.
De ahí nos fuimos hasta el Hojo, la residencia del es-jefe del sacerdote y la sala principal del Nanzenji. Famoso por su jardín de rocas, de las que se dice que se asemejan a tigres y sus cachorros cruzando a través del agua.
Pagamos 600¥ x 2 y entramos. Nada más acceder ya puedes disfrutar del edificio, así como de las pinturas de tigres hechas en pan de oro que hay en las puertas correderas, de los suelos de madera y tatami y de un fantástico comedor con vistas a un jardín zen que ya lo quisiera para mi, sobretodo por las vistas!
Disfrutamos de sus jardines en los que se respira una gran paz. El delantero es el zen con la representación de las rocas simulando los tigres y el trasero, combina musgo con piedras rastrilladas y vegetación.
Son casi las 13h, así que decidimos desandar lo andado y dirigirnos hasta la gran torii que marca la entrada al Santuario Heian. Tardamos unos 20-30’ a pie desde el templo. Se ha despejado el día y hace un calor y una humedad terribles, pasamos una buena chicharra durante el paseo... Así que una vez junto a la torii, decidimos aprovechar el pase diario y coger el primer bus que pase para acercarnos un poco a la zona de Pontocho para comer. Nos bajamos justo antes de cruzar el puente y entramos al primer bareto que vemos. En la puerta vemos unas bandejas de tonkatsu y boles de arroz de esos que llevan de todo a buen precio y allá que vamos. Al entrar, todo el mundo nos mira. Somos los únicos gaijin del local y está lleno de abueletes y trabajadores en su hora de comer. La mujer que lleva el local nos acompaña a una mesa y nos trae una carta medio en japonés, medio en inglés pero que nos sirve para pedirle por señas lo que queremos. Comemos de fábula por unos 1500¥ los dos y hasta nos invitan a un chupito de shochu!
Ya con la panza llena, nos acercamos de nuevo hasta la torii en un paseo de unos 10 minutos, y de camino entramos a un par de templos que nos encontramos medio escondidos entre las casas.
Cruzamos el puente de madera lacada que cruza el río y nos maravillamos de nuevo con la vista de la “madre de las torii”!!
El Heian, pese a ser uno de los santuarios más importantes de Kyoto, no lo visitamos en el primer viaje, así que no nos podíamos ir de Kyoto sin disfrutar de su visita y sin cruzar “las zamburguesas” de sus jardines!! El Santuario Heian fue construido para celebrar el 1100 aniversario de la fundación de la capital de Kyoto y está dedicado a los espíritus de los primeros y últimos emperadores que reinaron la ciudad (Kammu y Komei). Heian es el antiguo nombre que tenía Kyoto.
El acceso al santuario es gratuita. Hay un montón de escolares!! Nos deleitamos con la arquitectura de las torres y sus tejados, qué pasada!!
Nos acercamos hacia la entrada a los jardines, pagamos 600¥ x 2 y entramos. Qué paz!!! hay muy poca gente recorriendo el parque y hay sombra (he dicho ya que pasamos mucho calor??!!!) así que nos deleitamos con las vistas.
Como anécdota contar que hubo una señora japonesa que casi se cae al agua al cruzar las piedras, ya que era muy bajita y no llegaba! pobre lo pasó mal cruzando pero nosotros también por si la teníamos que rescatar! y cuando me disponía a cruzar yo (grabando mientras lo hacía), un señor mayor que había haciendo fotos en el parque me pidió permiso para hacerme una foto. Así que la menda está entre sus fotos
Al salir de parque son algo más de las 16h y aunque la idea inicial era escaparnos a conocer Kobe, pensamos que la visita a Osaka del primer día nos supo a poco, así que decidimos volver a Osaka y ver la zona comercial de Dotonbori. Cogemos el bus 100 hasta la estación JR y allí un tren local JR hasta Shin-Osaka.
Una vez en Shin-Osaka, tomamos el metro hasta Shinsaibashi (no recuerdo el precio del trayecto pero creo que fueron unos 200¥ x 2) y nos adentramos por las calles comerciales de la ciudad dando un paseo, entramos en algunas, nos miramos las cámaras y objetivos en otras, compramos alguna bebida y llegamos hasta los “iconos” de la ciudad, como el corredor y el pulpo.
Llevamos un buen día de caminata y estamos cansadísimos. La idea era cenar en Osaka y luego volver a Kyoto, pero estamos ko por lo que finalmente, decidimos caminar otros 5 minutos hasta la parada Namba del metro, volver a Shin-Osaka y coger el primer shinkansen que salga a Kyoto. Una vez en nuestra ciudad base, compramos cena y desayuno para mañana en un Family Mart (1500¥) y nos vamos al ryokan. Cena, ducha y caímos rendidos en el futón!
**Encontrarás el diario completo y otros más en mi blog:http://creciendoconmisviajes.wordpress.com/