Desayunamos en el hotel. El desayuno correcto pero no como para tirar cohetes, ya empezábamos a echar de menos la gastronomía de las islas…. Lo bueno del hotel es que estaba al lado de todo, incluso se podía ir andando a la Acrópolis (unos 10-15 minutos callejeando por Plaka y no se hace largo).
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La entrada a la Acrópolis fueron 12 euros, con una validez de 4 días desde el momento de compra y con ella se puede acceder a varios monumentos más (antigua ágora, ágora romana, Keramikós, templo de Zeus Olímpico…), así que no la tiréis porque os la tienen que sellar!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Acrópolis= gafas de sol y gorra (fundamental), nosotros fuimos sobre las 11.30 am y tuvimos que esperar cola para comprar las entradas y otra cola más para entrar, en realidad fue rápido pero esperar 20 minutos a pleno sol no es agradable. Si pudiera repetirlo seguramente llegaría a las 10.00 de la mañana, para que no pegara tanto el sol y que no hubiera tanta gente (hay más que en la guerra).
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nuestro particular Calvario comenzó a la hora de comer. Después de pasear por Plaka y ver muchos sitios, no nos convencía ninguno, y acabamos parando en el peor restaurante de todo el viaje. Pedí albóndigas con tomate, pero claro… yo pensé que me las servirían cocinadas, no casi crudas, y por primera vez en 9 días comí mal, muy mal y encima caro.
El resto del día lo pasamos paseando por Plaka, cogimos también un trenecito (5€/persona) que nos llevó por todos los lugares más destacados de la ciudad. Hacía paradas donde le pidieras al conductor y de esta forma paramos para ver el Ágora, la linterna de Lisícrates…
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***