Brisas del Mediterraneo Junio 2014 ✏️ Blogs de Global

Hola a todos, tal y como prometía aquí estoy para relatar lo que ha sido nuestro primer crucero, evidentemente todo lo que aquí comente será desde mi punto de vista y quizá no coincida con la experiencia de otro viajero pero lo hago, sobretodo para despejar las dudas que a mí me surgieron a la hora de contratar este viaje.

El 28/06/2014 llegamos al puerto de Barcelona.
Fuimos en metro hasta Drassanes, en la linea tres y salimos por la boca de metro que hay al final de las Ramblas justo en frente de la estatua de Colón.
Una vez allí miramos a ver donde se cogía el autobís que te lleva al puerto. Deciros que la parada está al otro lado de la plaza, justo al lado del puerto. Nosotros teníamos pensado cogerlo pero un familiar nos convenció para no subirnos puesto que decía que estaba bastante cerca, yo tenía la impresión de que no era así pero le hicimos caso. Bueno, pues gracias a eso os puedo decir que lo mejor es que, si no lo hacéis en Taxi, vayáis hasta la terminal de embarque en el autobús. Es un camino bastante largo, más aun si lo haces con maletas un sol de justicia.

Llegamos a la terminal A, en la que estaba nuestro barco (aunque en la documentación aparecía la terminal B, como terminal de embarque) sobre las doce y media de la mañana más o menos.
En la puerta de la terminal a mano derecha hay unos mostradores donde hay que dejar el equipaje con las pegatinas, bien las que llevéis impresas, bien las que os den allí mismo. Advertiros de insistir en que os pongan bien el número de camarote, el chico del mostrador se equivocó al escribirlo y luego tuve que ir yo a buscar mis maletas. (Luego lo explico)

Una vez entregado el equipaje nos metimos en la terminal.
Primero hay unos mostradores que son para aquéllos viajeros de Grand Class y a continuación están los mostradores para todos aquéllos que habíamos hecho el Check In on line, merece la pena puesto que te ahorras bastante cola.
En el mostrador hay que entregar la documentación del viaje, los pasaportes y el check in on line. Te hacen una foto y te entregan las tarjetas, comentad que las de los niños no sirvan para pagar, en ese caso les hacen un agujero y de esa forma ya no podrán hacer pagos a bordo con dicha tarjeta.
Una vez acabado os entregarán una tarjetita de un color y con un número que será el orden de embarque.

Una vez hecho todo esto ya sólo queda esperar.
Nosotros nos fuimos a tomar algo al bar que hay en la terminal. (Sólo los de Grand Class tienen consumiciones gratis en su mostrador)
Sobre las dos nos llamaron, dicen el color y los números que deben embarcar y cuando nombran el de la tarjeta que te han dado en el check in, te levantas y te dirijes hacia el final de la tarminal y subes por las escaleras mecánicas que dan a una pasarela igual que la que ponen para subir al avión.

Ya en la puerta del barco te hacen una foto y dentro. Te reciben en la cubierta 4, donde está el hall principal. A los chicos de 12 a 17 años les reciben para proponerles que se acerquen al teens club esa misma tarde y nosotros, como no podíamos ir al camarote hasta las tres nos metimos directamente en el Restaurante Duero a comer.
Este restaurante está en la misma cubierta 4, y se come de buffet.
Primera impresión muy buena.

A las tres, justo cuando acabamos de comer, nos dirigimos al camarote, como he dicho antes el chico del mostrador del equipaje se quivocó al pner el número de camarote, puso el 2552 en vez del el 2502, motivo por el cual mismaletas no estaban en el camarote. De todas formas me fui en su búsqueda y no tuve problemas en encontrarlas.
El camarote me sorprendión, pensaba que sería mucho más pequeño. Los nuestros eran dos camarotes contiguos en la cubierta dos, exteriores, en proa. Mi marido y yo dormíamos con mi hija pequeña, cama de matrimonio y litera y mis otros dos hijos dormían en el de al lado.
El armario es suficiente, con el espacio que hay más los cuatro cajones del escritorio es suficiente para guardar toda la ropa y los zapatos.
El baño es lo que está más viejo, de todo el carote. La ducha no tiene manpara sino una cortinilla, pero teniendo algo de cuidado el agua no se sale.

Nos dipusimos a colocar todo, ropa, accesorios de baño etc y vimos que a las cuatro y media hacían un tour por el barco que empezaba en la cubierta 4, en el hall de entrada. Fuimos allí y nos dieron un pequeño paseo por el barco explicándonos cosas que nos harían la vida más fácil a bordo, como por ejemplo que la cubierta seis sólo se encuentra de la mitad del barco hacia proa. Una vez acabamos el tour nos fuimos al camarote a recoger los chalecos salvavidas para hacer el simulacro.
Durante el simulacro hay que ponerse los chalecos (que están en el armario del camarote), dirigirse a la cubierta 7 por las escaleras (se desconectan los ascensores) y dirigirse al punto de encuentro que aparece abajo a la izqierda de nuestra tarjeta.
En las escaleras de la cubierta siete hay personal indicando hacia que lado del barco debes dirigirte, babor o estribor dependiendo de cual sea tu punto de encuentro.
Terminado el simulacro fuimos al camarote a dejar los chalecos y nos dispusimos a ir al rocódormo, donde habíamos quedado con la gente del foro.

Una vez en el rocódromo nos presentamos y comentamos cosas de los preparativos y a las seis el barco salió del puerto.
La sensación que da cuando zarpa es que se mueve todo menos tú. Es decir, parece que lo que se mueve es la tierra y no el barco, pero la sensación desaparece en seguida. Notas el movimiento, y da como mareillo pero en ningún momento me puse mala ni tuve nauseas. Mis hijos mayores sí que tuvieron que tomar biodramina pero mi marido, la pequeña y yo, nada de nada.

Una vez salimos de puerto nos pusimos a investigar, llevamos a la pequeña al Capi Club para inscribirla (esto se puede hacer a lo largo de todo el crucero pero yo aconsejo hacerlo este primer día porque hay menos gente) y a las 9:45, ya que nosotros teníamos el segundo turno, nos fuimos a cenar al restaurante Guadiana, en la cubierta 3.
Allí David y Marcela nos atenderían todas las noches.
En esa primera cena tuvimos que esperar bastante a que nos sirvieran, pero educadamente mi marido les indicó que habíamos sido lso primeros en entrar y los últimos en salir y fue el único día en el que tardaron tanto.
Decir que la comida es muy buena, a mi me sorprendión, tanto la comida en el buffet como la cena a la carta. Hay tras o cautro primeros a elegir, cuatro segundos y tres o cuatro postres más dos postres sin azúcar.
Por la noche nso tomamos algo en el Spinnaker y a la cama que estábamos cansados.

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Después de habernos despertado alguna que otra vez por el movimiento del barco, debido a que nuestro camarote se encontraba en la proa, amanecimos a eso de las ocho y media de la mañana para poder ir a desayunar al Restaurante el Duero (es allí donde se desayuna, bien de buffet, bien a la carta).
Ese día fue un día de exploración, ya que lo pasas navegando y es una muy buena oportunidad para investigar.

Estuvimos visitando el Spa, que por ir a verlo entras en un sorteo para recibir tratamientos gratis, vimos el gimnasio, la biblioteca, donde cogí un libro para leer...

Mi hija pequeña y yo fuimos a la piscina, porque ella quería bañarse, había bastante gente, y ella sí se bañó aunque, el agua estaba fría, pero como los niños se meten en el agua caiga quien caiga allí que estuvo tan agusto.
En la piscina se supone que no se pueden tirar, sino que hay que meterse bajando por las escaleritas, pero por desgracia casi nadie hace mucho caso de este tipo de indicaciones.

Las toallas se cogen en la cubierta de la piscina, la once, mirando desde el bar Panorama (donde te puedes pedir cualquier bebida) al final a mano izquierda. Vas con tu tarjetita (de la cual no puedes separarte) y pides el número de toallas que necesites, te apuntan en una lista y yo loque hice siempre (por si acaso) fue devolverlas cuando ya me iba y no las iba a usar. Comprobad una vez que las devolvéis que os tachan correctamente el número de toallas que habéis devuelto.

Ese día de navegación también comimos en el restaurante El Duero. Es el único restaurante que abre a medio día para dar comidas, si no hay que comer en el buffet panorama que es el que está en la cubierta once, al lado de la piscina.
En el restaurante ta,bién es buffet, pero para mí resultaba más cómodo comer allí. Llegas, le dices al camarero de la puerta cuantos comensales sois para comer y cuando hay una mesa libre te pasan.
No suele haber grandes esperas, la verdad.

Por la tarde estuvimos dando un paseo, una vez más, por el barco, mi hija pequeña fue al Capi Club y mis hijos mayores a esas alturas ya habían conocido gente en el Teens Club y se iban opr ahí con ellos, bien al club, bien a la piscina.
Mi marido fue al gimnasio.

Por la noche era la cena del capitán. Nosotros, al tener el segundo turno de cena nos tocaba estar en la cubierta cinco, en el salón Broadway a las ocho y allí estuvimos.
Mi marido llevaba un pantalón de pinzas y una camisa, yo un vestido blanco sencillo, mis hijas vestiditos monos y mi hijo unos pantalones tipo chinos y una camisa de cuadros.
Había gente súper arreglada, pero eso ya va en cada uno, yo prefiero la sencillez.
Cuando llegamos a la cubierta cinco, descubrimos que había una cola impresionante que iba desde las tiendas hasta la entrada del salón Broadway, sin embargo alguien de la tripulación nos informó de que nos podíamos hacer la foto con el segundo capitán que no hacía falta esperar tanta cola. Como nos daba igual nos fuimos y efectivamente no había ni la mitad de cola, nada que ver. Esta vez, si no recuerdo mal, tuvimos que ir a la cubierta siete, por la que también hay entrada al salón Broadway. Eso sí he de advertiros que a los que nos hicimos la foto con el segundo capitán sólo nos hicieron esa foto, mientras que los que esperaron la cola para hacerse la foto con el capitán se hicieron dos, una a la familia sola (o pareja o lo que fuese9 con un fondo como de unas escaleras tipo Titanic y otra ya con el capitán.
Ya después de haberse hecho las fotos la gente va pasando al salón Broadway para disfrutar del espectáculo de ese día. Te sirven algunos canapés y bebidas. y a disfrutar.
Bien es cierto que si el primer día el espectáculo de bienvenida no gustó, este segundo que era de el Quarter Latin nos aburrió un poco.

Después del espectáculo fuimos a cenar, que ese día es un poco especial, aunque hay que decir que las cenas, al igual que las comidas fueron buenas todos los días.

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En este día la escala es corta, el barco sale del puerto hacia las dos de la tarde por lo que hay que madrugar.

Nosotros habíamos contratado la excursión con la reina y puesto que teníamos que estar hacia las siete y media en el puerto nos levantamos a las seis y cuarto de la mañana.
Ese día empezamos a desembarcar los primeros, ya que yo tenía el punto de reunión 04 y llamaron a los números 1 - 2 - 3 y 4 para que desembarcaran priemro.
Desayunamos en el Duero y nos preparamos para bajar.

Desembarcamos por la cubierta 1. Según se sale del barco hay que ir andando hacia la izquierda, desde el barco se ve la galería comercial a través de la cual se sale.
Una vez fuera hay un montón de taxistas esperando y también los de las excursiones.
Nosotros fuimos de los primeros en salir del barco y nos fuimos, tal y como nos indicó el guía hacia el autobús, una vez estuvo lleno salimos en dirección a la Medina.
Nuestro guía era Chadli. Una persona encantadora y un guía estupendo.

A primera hora como os digo fuimos a la Medina, allí te dan media hora libre para hacer unas compras. Te indican que bajes por una calle y que no te metas por las aledañas por el peligro de perderse ya que es como un laberinto y si no se conoce existe el riesgo de no saber volver.
Allí le compramos a mi hija pequeña una chilaba y mi marido se compró una mochila de piel. Hay que regatear, a mi se me da fatal así que era mi marido el encargado de discutir los precios con los tenderos.
Después nos llevaron a una tienda de perfumes. Allí se puede ir al baño y si se quiere comprar una colonia.

Una vez de vuelta en el autobús ponemos rumbo a Sidi Boud Said.
Por el camino pasamos por las ruinas de Cartago, deciros que so no es porque nos explicaron al pasar lo que estábamos viendo ni te enteras. Resulta que los restos arqueológicos de esta antigua ciudad fueron descubiertos hace relativamente poco. Están bastante desperdigados y para más inri es una zona residencial de gente de dinero por lo qeu la mayoría de las ruinas están por descubirr, muy probablemente debajo de las casas.
Una vez en SIDI nos bajamos del autobús y nos dipusimos a tomar un té con piñones en un bar que hay nada más entrar al pueblecillo a mano derecha.
Te cobran dos euros por cada consumición.
Después de descansar un rato y tomarnos el té, nos dispusimos a dar un paseo. El pueblo es precioso. Casitas blancas y azules y unas vistas preciosas.

Después de una hora fuimos otra vez al punto de encuentro y volvimos a subirnos al autobús.
Allí, Chadli nos dio unos dulces típicos de allí, riquísimos y además nos regaló a las mujerres, unos llaveros que llevaban una babucha colgando, todo un detalle por su parte.

Esta escala es muy corta y desde luego no te da tiempo mas que a hacerte una idea, pero a mi me encantó y me dejó con ganas de vovler a Túnez con más tranquilidad.

Volvimos al barco hacia la una y media. Allí tuvimos que hacer cola porque a esa hora llega todo el mundo a la vez, pero entramos rápido.
Una vez dentro dejamos las cosas en el camarote, nos adecentamos un poco y nos fuimos a comer al Duero.

Por la tarde a disfrutar del barco, siesta, paseo...y por la noche cena de disfraces/tropical. Mi hija pequeña se puso la chilaba que le habíamos comprado y nosotros como no teníamos ningún disfraz nos pusimos ropa con flores por aquello de parecer algo tropical.

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