Venecia y Croacia, un viaje por la costa Dalmata ✏️ Blogs de CroaciaUn viaje por la costa Dalmata, partiendo de Venecia donde pasamos unos días maravillososAutor: Sonbra26 Fecha creación: ⭐ Puntos: 3 (3 Votos) Índice del Diario: Venecia y Croacia, un viaje por la costa Dalmata
01: Empezando el viaje. Llegada a Venecia
02: Conociendo las islas: Burano y Torcello
03: Conociendo Venecia
04: Despedida de Venecia, viaje en ferry a Croacia
05: Pula, Porec y visita nocturna a Rovinj
06: Viaje hasta Plitivici: Hum y Rastoje.
07: Plitivici
08: Zadar (visita relámpago), playa y visita nocturna a Split
09: Krka y Trogir
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Etapas 1 a 3, total 18
Teníamos ganas de viajar a Croacia desde hace tiempo, en un primer momento nuestra idea era viajar ida y vuelta a Dubrovnik, pero cuando empezamos a mirar precios de vuelos vimos que salía muy caro. Así que cambiamos de idea y decidimos ir desde Venecia. Fue una buena idea por que así conocimos esa maravillosa ciudad que todavía no conocíamos. Aunque eso hacía que se recortase nuestro tiempo en Croacia. El precio de los billetes a Venecia fueron 114 euros los dos, y la vuelta de Dubrovnik a Barcelona 336 euros los dos.
Sábado 23 de julio La noche anterior nos fuimos a dormir a casa de mis padres para poder ir al aeropuerto más cómodamente. Tenemos que estar a las 13:00 y por tanto par ir con tiempo decidimos salir a las 11:30. Cogimos el metro L2 e hicimos transbordo a la línea roja. Nos bajamos en Plaza Cataluña y aerobús hasta el aeropuerto. Llegamos a las 12:30. Facturamos maletas sin hacer cola, ya que teníamos el check-in hecho online. Y paseamos por el aeropuerto hasta que pudiéramos embarcar. A las 15:00 estábamos en el avión y rumbo a Venecia. Llegamos al Marco Polo (aeropuerto) recogimos las maletas y fuimos a comprar la tarjeta de transporte. A la salida a la izquierda encontramos una taquilla de Hello Venecia, compramos dos billetes de 72 horas y 1 viaje aeropuerto. Nos costó 39 euros cada uno. Cogimos el bus hasta plaza Roma. Allí tendríamos que coger el vaporetto y yo estaba nerviosa. Era la primera vez que iba a coger uno. Fue muy fácil! Nos bajamos en la parada San Marcuola-Casino. Ahora tocaba orientarse hasta el hotel. No estábamos seguros pero fue fácil, llegamos en 5 minutos. Nuestro alojamiento era el Hotel Henry en la calle Ormesini en el barrio de Cannaregio. El hotel estaba bien, muy sencillo pero limpio y cómodo. Además en la misma Venecia lo que permite disfrutarla al máximo. Cuando llegamos nos explicaron que habían tenido un pequeño problema con la reserva. De manera que la primera noche estaríamos en una habitación y las otras dos en otra. Esto no nos molesto demasiado… acabábamos de empezar el viaje y todavía no estamos cansados de tantas habitaciones diferente. Una de las cosas que echamos de menos en ambas fue la falta de una neverita…. Después de dejar las maletas fuimos a comprar algo para desayunar el día siguiente y empezamos a pasera por las calles de Venecia. Una cosa que tengo que destacar es como desde que empezamos a pasear y vimos las mascaras nos enamoramos de ellas, había visto muchas imágenes pero realmente creo que hasta que no las ves allá en vivo no ves lo bonitas que son. Fuimos paseando y finalmente nos sentamos en un restaurante que anunciaba un menú a 11’5 euros. El primero estaba medianamente bien, pero el segundo no nos gustó a ninguno de los dos, y eso que lo pedimos diferente. Encima el precio final fue 43,10 euros. Debido a taxas, etc… ya que no pedimos nada que no entrará en el menú… Seguimos paseando, yo deseaba ver San Marcos, pero no perdimos y parábamos de dar vueltas… Finalmente después de preguntar un par de veces nos encontramos con una pareja (chico chileno y chica sueca) y este nos acompaña por la callejuelas hasta dejarnos casi enfrene de la plaza. Era sorprendente la orientación del chico había llegado el día antes y se sabia hasta atajos…. Muchísimas gracias. Sin ellos, aunque perderse en Venecia es bonito estábamos deseando conocer San Marcos y a la vez estábamos agotados. Estuvimos admirando la plaza, mientras comíamos un helado y disfrutábamos de la música en directo de las diferentes orquestas de la plaza. Finalmente agotados decidimos coger un ferry para volver al hotel y descansar. Desde el Ferry vimos el canal y distintos edificios iluminados. Llegamos al hotel y nos pusimos a dormir. Etapas 1 a 3, total 18
Domingo 29 de julio
Nos levantamos temprano, desayunamos en el hotel el desayuno comprado con anterioridad. Este día lo tenemos dedicado a visitar las islas cercanas. Finalmente serán sólo Burano y Torcello. Dejando Murano para otra ocasión, la visita a las fábricas de cristal tampoco nos hacían gran ilusión. Salimos del hotel dejando las maletas en recepción, cuando volvamos las tendremos en la nueva habitación. Vamos andando hasta el vaporetto que lleva a las islas. Al llegar vemos que falta media hora para que salga el siguiente. Decidimos dar un paseo por los alrededores y encontramos una iglesia muy bonita. La visitamos tranquilamente y haciendo fotos se nos pasa el tiempo volando. Cogemos el vaporetto y nos sentamos dentro ya que no hay espacio fuera. Vamos mirando por las ventanas. Tenemos un largo trayecto hasta Burano. Bajamos del barco y vamos paseando por la ciudad. Poco a poco nos envuelven sus colores. Burano nos encanto. Es una ciudad pequeñita con un único canal pero con todas sus casas pintadas de colores brillantes. Un lugar precioso para pasear. Estuvimos un buen rato dando vueltas y disfrutando de las diferentes casas y colores. Hicimos muchísimas fotos. Tomamos un helado y decidimos volver al vaporetto. Nos tocaba acercarnos a la isla de Torcello. Desembarcamos en la isla de Torcello y miramos los horarios de vuelta. Fuimos dando un paseo hasta las ruinas del monasterio. Torcello es una isla que no nos llamo mucho la atención. Rápidamente la vimos toda, aunque nuestra idea inicial era comer en Torcello decidimos cambiar de idea y volvimos a Burano. Allí comimos en un pequeño restaurante al lado del canal. Después de la comida seguimos paseando por la isla tranquilamente, haciendo fotos y disfrutando…. Finalmente decidimos regresar, fuimos andando tranquilamente hasta el vaporetto y cogimos el primero que llegó sin fijarnos a donde iba. Además tuvimos la suerte de poder montar atrás. El problema es que nos equivocamos de vaporetto y dimos una vuelta inmensa llegamos creo que a Lido, donde tuvimos que hacer transbordo para volver a Venecia. Nos lo tomamos con filosofía, aprovechamos para descansar y disfrutar de las vistas. Finalmente llegamos cerca de la plaza San Marco y decidimos acercarnos para verla con luz. De camino vimos el puente de los Suspiros. Una vez en la plaza decidimos subir al Campanile. Nos costo 16 euros los dos. Las vistas son bonitas pero el precio nos pareció excesivo. Desde allí paseamos disfrutando de las callejuelas, palacios y canales venecianos hasta Rialto. Nos hicimos unas fotos en el puente. Después seguimos andando y entramos en un súper a comprar el desayuno y agua. Después de esto cogemos un ferry pero nos bajamos una parada después de nuestro hotel. Así aprovechamos y fuimos paseando hasta el hotel donde dejamos el desayuno y volvimos a salir a pasear. Aunque era tarde todavía había tiendas abiertas y disfrutamos del ambiente. Finalmente cenamos en un pequeño restaurante unas pizzas buenísimas. Nos sorprendió porque el restaurante estaba regentado por unos chinos (como esta sucediendo aquí en muchas ocasiones). Pero las pizzas estaban buenas, el servicio bien y el precio adecuado. Después seguimos paseando y llegamos hasta el puente de los tres arcos. No tengo buenas fotos ya que estaba muy oscuro, decidimos regresar andando tranquilamente hasta el hotel. Donde rápidamente nos fuimos a dormir. Etapas 1 a 3, total 18
Lunes 30 de julio
Nos levantamos temprano. Volvimos a desayunar tranquilamente en el hotel y fuimos paseando hasta la plaza San Marcos. Teníamos reserva para ver la basílica. Realmente nos alegramos muchísimo de hacer la reserva ya que la cola que había era inmensa. Entramos treinta minutos antes de lo que ponía en la reserva y no tuvimos que esperar nada. Entramos en la Basílica y disfrutamos muchísimo… Además al entrar pudimos ver como encendían las luces. Estuvimos mucho rato paseando por ella, contemplando los mármoles orientales, esculturas, bronces, dorados, mosaicos, columnas y capiteles… Salimos con la idea de visitar el palacio Ducal. Pero al contemplar la larga cola y el calor que hacía cambiamos de opinión. Cogimos el vaporetto hasta San Giorgio. Desde donde pudimos disfrutar de otras vista de San Marco diferente. Volvimos en vaporetto y fuimos paseando por el Campo Margarite, comimos en el Volo y tomamos un helado en “Doge” Las pizzas al “volo” deliciosas, cogimos dos raciones cada uno y las disfrutamos en un banco de la plaza. Las pizzas más una cerveza y agua fueron 8 euros. Comimos de maravilla. El helado de postre fue un final genial. Paseamos por esta zona que todavía no la conocíamos. Entramos en varias tiendas de mascaras, nos encantaban. Al final cogimos un vaporetto y nos bajamos en la zona de Salute. Donde vimos la iglesia y caminamos hasta la punta donde había una escultura de un niño con una rana. Esta escultura estaba custodiada por un policía. Esto me llamo mucho la atención. El policía no dejaba que se acercara nadie a la figura, había un margen para hacerse fotos. Después de las fotos regresamos con el vaporetto al hotel. Allí paramos en una tienda de vinos: la Enoteca Sfise Canarregio donde nos cobraron 2euros por dos copas de vino. Cerca del hotel había una tienda de mascaras, entramos y el propietario fue muy amable dejándonos observar las mascaras, probárnoslas, hacernos fotos … Finalmente como teníamos idea de comprar unas las compramos aquí. Y ahora adornan el pasillo de nuestra casa. Nos reímos un buen rato con las mascaras. Fuimos al hotel a descansar un rato. Nos quedamos dormidos. Después de un par de horas nos despertamos y estábamos más relajados, con ganas de seguir disfrutando de la ciudad. Salimos a dar un largo paseo, perdiéndonos por las calles de la ciudad. Paramos en un bar que se llamaba tappa obbligatoria, allí disfrutamos de un pequeño aperitivo ante de la cena. Tomamos dos Spritz (bebida típica italiana de soda y campari ). Junto con el Spritz podías tomar todas las tapas que quisieras. Seguimos paseándonos mientras se hacía de noche, en algunas calles la oscuridad ya era completa. Finalmente decidimos cenar en alguno de los restaurantes que tenía apuntados pero los encontramos cerrados. Así que acabamos cenando en un restaurante enfrente de nuestro hotel. La comida estaba bien, y el servicio regular… Lo que menos me gusto es que a la hora de pagar no nos diera la oportunidad de decidir la propina. Se quedo directamente con el cambio. Eso me pareció un gesto feo, pero peor para él ya que si nos hubiera traído el cambio le hubiéramos dejado un euro como mínimo de propina. Decidimos dar otro pequeño paseo y luego al hotel, a dormir. Etapas 1 a 3, total 18
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