Luxemburgo, Hamm y Vianden ✏️ Blogs de Luxemburgo

Llegué a Luxemburgo en tren desde París el 5 de julio. Me hospedaba en Frisange, un pueblo cercano con muy buena comunicación con la ciudad. El día de llegada lo dediqué a conocer el pueblo (típico luxemburgués sin más) y a esperar por mis reservas de Interrail que llegaron a la hora indicada (totalmente recomendable), después me quedaba casi un mes para recorrer Europa y quería descansar.

Al día siguiente muy temprano me fui a conocer la ciudad. Es una ciudad pequeña, puedes hacerla caminando sin problema y en un día, aunque yo le dediqué algo más de tiempo.
Luxemburgo es una ciudad amable, hay turismo pero mucho menos que en otras ciudades europeas en verano, por lo que las visitas son muy tranquilas y en ningún sitio hay que esperar cola. Su idioma oficial es el luxemburgués y el francés, aunque hay muchísimos portugueses y es casi el idioma que más se escucha por la calle.

Lo primero que hice fue acercarme a la Oficina de Turismo (Cerca de la Catedral, calle paralela a la Rue NotreDame) : Place Guillaume II, 30 y sacar la Luxembourg Card de dos días (20 euros) que te da acceso a casi todos los museos y también tienes el transporte gratis en todo el ducado.

Un billete normal de bus te cuesta dos euros, solo hace falta que lo valides una vez y luego puedes entrar por cualquier puerta sin problema. No hay revisores, yo no los vi nunca, pero siempre está bien ir seguro en ese tema porque la multa puede ser gorda si viajas sin billete.

A la salida de la oficina me encontré con un mercado de comida y flores en la plaza de Guillermo II, donde también está su estatua ecuestre.


Y de allí me fui caminando a "Las Casamatas del Bock" (gratuito con la Luxembourg Card)


Casamata viene del griego "chasma(ta)" y significa "grieta". Se trata de una sala abovedada "a prueba de bombas".

Las Casamatas fueron construidas en 1644 bajo la dominación de los españoles, su ampliación (23 km) tuvo lugar 40 años después bajo la dirección de los austríacos. Están íntimamente ligadas al origen de la ciudad de Luxemburgo, son un inmenso sistema subterráneo de defensa militar y ha sido un verdadero caso de manual de la arquitectura militar europea. Ingenieros italianos, españoles, belgas, franceses, austiacos, holandeses y prusianos han participado en la ampliación progresiva de las fortificaciones.
Durante las dos guerras mundiales, las casamatas del Bock y las del valle de la Petrusse sirvieron de refugio y podían proteger a 35.000 en caso de bombardeo.

Y allí me adentré en esta red de galerías subterráneas que constituyen en la actualidad la primera atracción de la ciudad.
En las Casamatas del Bock está la fuente de Melusina, cuenta la leyenda que Melusina (la esposa del primer conde de Luxemburgo) habitaba en su castillo que estaba situado en el Bock. Al casarse, Melusina pidió a su marido que no la viese nunca durante un día y una noche determinados de la semana. No pudiendo resistir su curiosidad, el conde descubrió al mirar por el agujero de la cerradura de la puerta de la habitación de su esposa, que tomaba un baño y que tenía una cola de pez que sobresalía de la bañera. Melusina, que se dio cuenta de que su marido la observaba, desapareció para siempre en las olas del río Alzette.


Al salir de las Casamatas podrás contemplar el Chemin de la Corniche que dicen es el balcón más bonito de Europa... y no les falta razón...


Al ser una ciudad pequeña no hay que complicarse mucho la vida, así que mientras vas caminando te encuentras las cosas (sin agobios). Pasé por el Palacio Ducal donde había un guarda en la puerta haciendo el paseillo... al pobre lo fotografiaba todo el mundo.
El Palacio Ducal fue el antiguo Ayuntamiento y hoy es la residencia oficial del Gran Duque de Luxemburgo. Aquí es donde más turistas se concentran.


La Catedral de Santa María de Luxemburgo, de estilo gótico con algunos elementos renacentistas. Si bien por fuera no es gran cosa, merece la pena admirar su interior.


La plaza de armas, el puente de Adolfo donde tendréis unas vistas increíbles de la ciudad... Y el resto lo encontraréis vosotros


Es muy interesante el Museo de Historia donde tuve mi primer contacto de este viaje con el horror...


Y sobre todo... no dejes de perderte por sus calles...

Próxima etapa: Hamm, Cementerio Americano.

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Para ir al Cementerio Americano hay que pillar un bus en la Avenida Monterey I, el bus número 15 que pasa cada 20 minutos. Te bajas en la parada « Käschtewee » (segunda parada después de la iglesia de Hamm) es la más cercana al cementerio y después hay que caminar unos 20 minutos hasta la entrada, pero está muy bien indicado y el paseo es muy agradable entre la naturaleza.
Ojo! No hay que confundirse con el cementerio de Hamm que es por otro camino y está en la misma dirección.
Está abierto de 9 de la mañana a 5 de la tarde y la entrada es gratuita.
Nada más llegar te encuentras una caseta a la izquierda donde hay una chica muy amable que te dará un folleto en español con la distribución del cementerio.

La entrada de hierro forjado está adornada con coronas de laurel doradas, la antigua condecoración al valor.


En el Cementerio Americano no suele haber turistas, en realidad estaba sola en la visita, luego llegó un chico y una pareja, pero nadie más. Al entrar hay un monumento a las víctimas y a la izquierda.... tumbas y cuervos....


Exactamente hay 5.076 militares estadounidenses enterrados allí y también fue enterrada entre ellos una enfermera militar. Todos ellos perdieron la vida al servicio de su país.
La 5ª División Acorazada estadounidense liberó este enclave el 10 de septiembre de 1944, estableciéndose, de forma temporal, un cementerio militar. El gobierno del Gran Ducado otorgó, a perpetuidad, su uso libre y permanente como cementerio americano sin cobrar tasas ni impuestos a EEUU.

Muchas de las tumbas tienen flores, banderas estadounidenses y diversas formas según la religión del difunto. La mayoría de los enterrados murieron durante la Batalla de las Ardenas que se libró cerca en el invierno de 1944 y el verano de 1945. Las tumbas están ordenadas con letras de la A a la I.


Están impecables, tanto las tumbas como las parcelas de hierba donde se encuentran, de ello se encarga un grupo de jardineros y operarios de mantenimiento a diario.

Entre dos mástiles situados frente al Monumento Conmemorativo y presidiendo a todas las demás, se encuentra la tumba del General Patton, Comandante del Tercer Ejército estadounidense. Su tumba siempre tiene flores frescas.


A la salida dos pilones conmemorativos nos muestran los nombres de los 371 desaparecidos en combate. Los restos de estos soldados y aviadores jamás se recuperaron, o bien descansan en tumbas no identificadas.

Cada paseo cuenta con dos fuentes que tienen tres albercas en niveles descendentes. Delfines y tortugas de bronce decoran y simbolizan la Resurrección y la Vida Eterna.


Dentro de la capilla hay un librito de firmas donde pude comprobar que la gran mayoría de visitantes son de nacionalidad estadounidense.


Un poco de información útil:

Dimensiones: 50,5 acres.
Lápidas: 5.076
Cruces latinas: 4.958
Estrellas de David: 118
Desaparecidos en combate: 118
No identificados: 101
Grupos de hermanos: 22

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Para llegar a Vianden hay que pillar un tren en la estación central a Ettelbruck y luego enlazar con un autobús que sale de la misma estación (según sales a la derecha). Todos estos viajes son gratuitos con la Luxembourg Card.

Después en Vianden hay que pagar tanto la entrada al Castillo como a la casa de Victor Hugo que ya no entran dentro de la Card. Los trenes salen cada poco y tardan una media hora en llegar a Ettelbruck, el bus a Vianden tardará unos 15 minutos y también lo tienes cada poco.

Vianden es la mejor excursión con diferencia que puedes hacer desde Luxemburgo y para mi casi obligatoria. Es un pueblo de cuento de hadas...


Justo en el puente se encuentra la casa de Víctor Hugo, que fue mi primera visita. Desde fuera se puede ver la terraza que da al río (aunque estaba cerrada al público)


La casa consta de tres plantas, con mucha información sobre el escritor, manuscritos, prensa, incluso un trozo de su cabello... En la segunda planta su habitación con los muebles originales y él ahí sentado muy pensativo... Y en la buhardilla te puedes pasar horas leyendo su obra si es que entiendes algo...


Y entonces.... el castillo
Para subir al Castillo de Vianden se puede hacer andando (no tardas más de 20 minutos) o en funicular... Yo no lo tenía muy claro, así que pillé el funicular porque creía que me iba a dejar casi en la puerta del castillo... Pues no, te deja bastante alejada y para llegar al castillo literalmente tienes que hacer un pequeño tramo del Camino de Santiago... lo justo para mi que aquel día había puesto las sandalias de cuña... Pero de todas formas, si tienes tiempo, es un camino precioso, las vistas increíbles y la experiencia distinta

Y después de otra media hora.... Ya el castillo...


Abre de 10 de la mañana a cinco de la tarde, en verano hasta las seis. Tienes audioguía en español (imprescindible para enterarte de lo que ves). Puedes encontrar toda la información aquí: www.castle-vianden.lu

El castillo fue construido sobre una vieja fortaleza romana, y fue la residencia de los duques de Vianden hasta que estos se mudaron hacia los países bajos, a lo que se le sumó un fuerte incendio y un terremoto .

En 1977 el duque Jean cedió el castillo al estado, el cual comenzó una ardua tarea de restauración que después de muchos años se terminó dejando este castillo como uno de los más maravillosos de estilo medieval de toda Europa.


Se ingresa a él a través de cinco puertas, una con un puente. El "pequeño palacio" se encuentra en el piso inferior y alberga el salón del capitán y la armería, decorada con emblemas de Vianden y la familia Nassau.



Bajé andando del castillo y recorriendo el pueblo, me paré a tomar algo donde el río, que es la zona más turística donde hay muchas terrazas. Y después a la parada de autobús para enlazar con el tren que me llevó de vuelta a Luxemburgo.

Un día precioso.

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