Castillo de Bran, castillo de Peles, Sinaia, Brasov y Bucarest. Escapada por libre fin de semana a Bucarest con Wizzair, alojamiento, itinerarios y precios. escapada excursión - visitar en el día al castillo del conde Drácula, como llegar en tren, visitar y que ver en Brasov. Visita a Sinaia y desplazamiento al castillo de Sinaia. Como llegar, precios y visita. Autor:Eliot_zgzFecha creación:⭐ Puntos: 4.9 (14 Votos)
Este destino fue el último de mis vacaciones de 2012 en solitario. Hice la ruta Viena – Praga – Budapest y terminé en Bucarest por dos razones principales. Estudiando la ruta encontré un vuelo por 20 euros de Wizzair entre estas dos ciudades, con la suerte de que Bucarest ofrecía el vuelo directo a Zaragoza. Volver “a casa” directamente sin tener que coger bus de alsa o hacer noche en Madrid o bcn es un privilegio que no hay que desaprovechar.
Esta última etapa del viaje fue la que menos preparé y una de las razones fue por la poca información que encontré de esta ciudad y sus alrededores en la red. Dejé la escritura de este diario por ser la etapa del viaje menos atractiva – con diferencia – para mas adelante y la consecuencia ha sido que mis recuerdos es han aletargado y me va a costar gran esfuerzo conectar los lugares. Pero hay una “experiencia” que recuerdo como si me hubiera pasado esta mañana…
Me planté allí a las 11 de la noche procedente de Budapest con dos mapas de la ciudad sacados de Google, la reserva del albergue y un mapa para llegar a él desde la parada de metro mas cercana.
Una vez en el aeropuerto saqué dinero en un cajero del hall pues no vi lugar alguno para hacerlo. Salí del aeropuerto me puse a la fila de la parada del autobús, en la parte derecha. Allí esperé y esperé junto con los demás viajeros de mi vuelo que poco a poco fueron abandonando la parte derecha de la fachada para irse a la izquierda, la fila de taxis. Era el único extranjero allí, me refiero a viajero de otro país, pues todos eran familias, parejas o rumanos, con lo que no pude conversar con ninguno a los que pregunté si había bus o no. Si que pude pedir con gestos al señor de delante mío en la fila que me guardara el sitio para preguntar en información. El pequeño mostrador en una esquinita del hall estaba cerrado y no tenía pintas de estar muy bien mantenido. Vamos, que no debe dar servicio alguno.
Aún esperé un rato mas hasta que el señor que me había guardado el sitio me miró encogiéndose de hombros y siguió el camino de todos los compañeros de fila. Ya me había quedado el primero, como el guardián del poste, que no mostraba horario alguno del servicio. Resignado fui hacia el señor que controlaba la fila de taxis. Ya llevaba rato observando el sistema, el señor de la fila se encargaba de colocar las maletas del usuario en el taxi y daba la dirección de destino del viajero por la ventanilla al conductor. Le pregunté que cuánto costaría la carrera hasta la parada de metro plaza Victoria . “no mas de 100 lei” me dijo Un pastón pero bueno…
Me subí al taxi con la mochila y el organizador le dio al conductor mi destino. No estaba el taxímetro por ningún sitio y casi ni empezado el trayecto comenzó el interrogatorio. Que de dónde era, que si la primera vez que estaba allí, motivo de mi viaje… cualquiera que haya viajado un poco sabe la función de estos interrogatorios, es un tanteo del turista para ver cuánto le puedes timar. Yo lo aprendí en Cuba pero lo he sufrido en otros destinos. El problema de esa situación es que no lo puedes evitar. Contesté a todo con monosílabos “from Andorra, second times here…” pero no terminaron ahí las preguntas. ¿Andorra?¿has euro in Andorra? Y que cual era mi hotel, que me llevaba hasta la puerta... Haciéndome el cansado le dije que no, que al metro. “metro is closed ¿what´s the problem? Pesadilla de tío…
Por fin llegamos a la plaza. “150 leis” me dice con toda su jeta. Mi intuición no ha fallado, me quiere timar…Le digo que el señor del aeropuerto me dijo no mas de 100. Todo serio me dice “traffic” . alucinante
“what traffic??” ni un atasco, ni un semáforo en rojo de mas… “where are the meter?”
“Only 7 euros, no problema for you” – me dice. Para que vea que no me esta timando mucho, solo un poco.
La tensión crece por momentos, y recuerdo que las dos chicas sentadas en el banco de la acera tenían las dos la mirada fija en nuestra situación.
"¡¡METER!! I can see the meter" Ya elevando el tono y la mirada fija en la suya reflejada en el espejo. Y me lo enseñó, lo llevaba en el asiento del conductor. Las dos cifras que había sumaban 97. ¡97!Le dije qué si pensaba que era estupido por ser turista y aún tuvo narices a decirme de nuevo "… Only seven euros…"
Le tiré un billete de 100 al asiento del conductor, junto al taxímetro, abrí la puerta y me bajé mirándole desde la acera mientras comenzaba la marcha. Tengo su cara de póker grabada en la mente. Nunca había tenido una situación así y espero no volver a tenerla, por lo menos en mucho tiempo pero hasta me sorprendí a mi mismo con mi reacción.
Puse rumbo al hostel con mi plano, GREEN FROG HOSTEL. No me gustaron nada las imágenes que veía por la calle, y eso cuando veía algo porque la iluminación de las calles era prácticamente nula. Recuerdos de nuevo de Cuba, el primer día cuando salimos y nuestros ojos tardaron media hora en poder distinguir las caras de la gente. Marañas de cables por las alturas como si estuviera en china, grupitos de gente en las plazas con malas pintas como en el spanish harlem y muchas autocaravanas en los descampados, que abundaban mas que los parques. Suciedad por todos los lados, muchísima. La foto de la entrada que llevaba me ayudó a no equivocarme de casa una vez en la calle, había leído en una crítica de la página Web que era difícil encontrarlo.
Podía haber dormido en dormitorio común por 5 euros, pero cuando hice las reservas del viaje tuve la impresión que llevando una semana al trote sería bueno coger una habitación privada y descansar todo lo que quisiera si era necesario. Fue un gran acierto. Llegado al hostel el recepcionista me pareció un empanado de campeonato. Su pachorra con los trámites me hizo hasta preocuparme por si había algún problema. Me pidió que le confirmara si era una habitación para mi solo y no entendí su cara de asombro. Ya tenía que saber las reservas que tenía para ese día y no creo que fuera el primero desde su apertura que cogía una habitación simple cuando lo ofrecen como posibilidad. Lo que decía, un empanao.
Me acompañó a mi habitación, al fondo del pasillo de la cocina y los baños, aprovechando la obviedad para nombrarme los lugares por donde pasábamos. La habitación era de camas dobles y bastante grande. Caí completamente rendido, el día entero en Budapest, el vuelo y la discusión de colofón me hizo ni darme cuenta de lo incómoda que era la cama.
Levanté justo para llegar al horario del desayuno, que se sirve en el hall de recepción. Ya no estaba el recepcionista empanao, sino una chica joven que me . dio los buenos días con una agradable sonrisa Realmente el hostel es una casa unifamiliar convertida en hostel. La zona común, donde esta el ordenador y la TV esta pegada a las dos minúsculas habitaciones comunes del hostel separadas de este únicamente por unas cortinas. No me pareció un lugar muy cómodo para dormir y me volví a alegrar de mi previsión de habitación única. Si estáis leyendo esto para preparar vuestro viaje y este hostel entra en vuestros planes tener esto en cuenta…
Me sorprendió el desayuno que me encontré montado en dos mesas y que disfruté solo. Cereales, tostadas, embutido, yogures, fruta, mantequilla, café, te…he estado en hoteles con menos variedad. Me tomé la libertad de hacerme un par de sándwich y discutí conmigo mismo si ducharme o no. Lo dejé “para mas tarde” y salí a “explorar con mis dos fotocopias impresas y la del metro, pero pedí a la recepcionista un mapa mejor en el que me marcó los lugares de mas relevancia.
La ruta del día:
Coincidía con el mío en señalar como punto de interés mas cercano al hostel la catedral católica de la ciudad, justo en la calle de al lado del Hostel.
Muy bonita por dentro y con unas vidrieras que contaban en imágenes todos los episodios mas destacables de la Biblia. Creación de Adán y Eva, el destierro y el diluvio, de donde pasaban directamente al nacimiento de Jesús. No hay ningún hecho destacable en esos cuantos miles de años de intervalo… o quizás fue la falta de espacio
Pegada a ella hay una iglesia calvinista reformista y otra mas ortodoxa. Para gustos, las versiones cristianas oiga..
Salí a Calea Victorei, una de las avenidas mas importantes de la urbe y que une muchos puntos de interés del planin que había trazado sobre la marcha. El siguiente edificio que se puso a tiro fue el ateneo Romano, símbolo arquitectónico que luce el billete de 5 leu.
Muy cerca, en la plaza de la revolución, esta el museo nacional de arte, visita que tuve que eliminar del planin, muy a mi pesar, por ser su día de descanso. Una pena porque tiene cuadros que merecen la visita.
Justo en la plaza de al lado hay un curioso monumento. que es un memorial pero ahora mismo no recuerdo de que
Lo curioso que tiene es el color rojo que sale de la bola metálica pinchada en la parte superior del palo. Dudo si forma parte del monumento en si porque acercando la foto se ve como si estuviese impactada en ese lugar. Desde luego si alguien lo hizo tenía puntería afinada. ¿y el edificio clásico-moderno de la calle de al lado? Decisión salomónica. Construimos un edificio nuevo conservando el viejo y todos contentos
La basílica Cretulescu que se puede ver desde la misma plaza tiene la friolera de 300 años y sus frescos son dignos de observar un buen rato, aunque se les “note la edad”
Paseando sin ninguna prisa y sin pausas por ahora apareció ante mi el cercul militar nacional, un edificio que me dejó bien claro cuál eran los colores del país en el que estaba. Me imagino que no siempre estará así y la razón será que al día siguiente era el día nacional del país, 26 de junio. Por las calles había también banderitas de papel y de tela por todos sitios. Una de ellas fue el souvenir que me traje de este país, el único..
Llegado a este punto la avenida se cruza con el boulevard reina Isabel, gracias al cual la ciudad recibe el nombre de “pequeña París”. Este es uno de esos motes que se les pone a las ciudades y una vez en ellas te hace pensar en la persona a la que se le ocurrió y las preguntas que le harías para conocer los procesos mentales que le llevaron a esta conclusión. Mis preguntas serían “¿usted ha estado en Paris??¿qué se ha fumado hoy?
Recuerdo que me introduje en unas calles buscando una sinagoga marcada en el mapa y salí por piernas porque empecé a ser el blanco de todas las miradas del lugar… y no por mi impresionante atractivo físico. Mucho vagabundo, buscavidas y gente de cierto aire calé en aspecto y forma de vida se ven por esta ciudad grisácea, decadente, sucia y colapsada de forma permanente por el tráfico.
La siguiente iglesia con la que me topé sin estar en el mapa es la basílica de la virgen. Ahora me entero de su nombre “volviendo sobre mis pasos” en Google map, así que poco os puedo contar de ella…
Al pasar por plaza san Gheorge, lugar que marca el kilómetro cero del país me di cuenta de que el bonito reloj daba la hora de comer. El estómago lo confirmaba y sin ninguna motivación que me hiciera aplazar el momento divisé a lo lejos lo que parecía un centro comercial. Poco antes de llegar había un KFC y allí llené el estómago de trozos de pollo, supuestamente.
Las nubes llevaron el gris que impera en la ciudad al cielo y para mas INRI empezó a llover. En la puerta del centro comercial vi una de esas escenas que se me quedaron de recuerdo de Budapest. Un pobre señor vagabundo estaba completamente encogido y espasmando de unas maneras que parecía ir a morir en breves. Que triste. Pasé un rato en el centro comercial, que tiene un Carrefour adjunto y compré provisiones para hacerme la cena en el hostel, la jornada siguiente y un Montain Dew para degustar sobre la marcha de camino al siguiente punto de interés del día, el parlamento Rumano.
Se podía divisar desde plaza unirii, el lugar donde esta el centro comercial que incluye todo tipo de tiendas estándar, H&M, McDonals, pull & Bear… el calabobos había parado así que pálante.
Para construir este edificio se llevaron por delante 7000 casas, 12 iglesias, 2 sinagogas y varios monasterios lo que os puede dar una idea de lo grande que es. Tiene 1100 habitaciones. Se puede visitar, pero yo no lo hice, dando por hecho que no lo podría hacer en ese mismo instante y sólo pensar en buscar la entrada… buff.
Con una andada considerable encima pensé en tirar de metro y volver para el hostel, pero pensándolo mejor me auto motivé para ver el casco antiguo de la ciudad que no estaba muy lejos del lugar. De camino observé otra de las estampas mas crudas de Bucarest, una niña de no mas de 13 años durmiendo en unos cartones junto a la rueda de un coche, en una calle cualquiera, junto a su bebé también dormido sobre unos trapos.
El paseo por calles me llevó hasta el museo al aire libre cuyo nombre es “ansambul medieval curtea veche” en el que por primera vez aparece el nombre de Drácula. Fue su residencia en la ciudad y un busto suyo lo mantiene presente en el lugar.
Coincidí con algún tipo de rito religioso y estaba todo llenísimo de gente que compraba en una tiendecita, frente a la iglesia – la mas venerada de la ciudad - y se ponían a la cola para hacer una ofrenda dentro, imagino..se trata de la basílica Stanful Anton
Hice lo propio y con mi velita me puse a la cola como un peregrino mas, llegado desde las lejanas tierras de Hispania. Merece mucho la pena ver su iconostasio y toda la decoración de su interior. La velita en cuestión es para el santo Antonio, un icono al estilo bizantino envuelto en plata como si llevara una armadura medieval.
Paseé un poco por sus calles estrechas y llenas de terrazas, donde se percibía el carácter de casco antiguo que pueda tener cualquier otra ciudad, similar por ejemplo al barrio de la magdalena en Zaragoza. Un pequeño oasis sin casi tráfico que termina en el mismo momento que sales de nuevo al boulevard, donde un atasco que podría ser del centro de Delhi me recordó que no estaba en mi ciudad, seguía en la gris Bucarest.
Mi mirada volvió al mapa ya bastante arrugado que guiaba mis pasos desde hacia 6 horas para buscar una, o como mucho dos nuevas visitas cercanas a mi ubicación antes de resignarme a volver para el hostel después de un día en que había acumulado en mis ojos mucha mas pena que gloria. Probablemente fue por desquitarme de mi visita fallida a la sinagoga del principio de la mañana que elegí ir a otra que estaba cercana.
La sinagoga Mare din esta considerada la mas antigua de la ciudad, fundada por una comunidad askenazí procedentes de Polonia.
Intenté entrar pero estaba cerrada. Un señor muy mayor sentado en la puerta me saludó y me hizo un gesto con señalando a su reloj y negando después.. llegaba tarde imagino. Pero me llamó con su mano a acercarme a él. Sus gafas de culo vaso redondas y minúsculas me recordaron a las amontonadas en una de las vitrinas del primer barracón de Auschwitz.
“where are you?”
“spain” contesté, preparándome para escuchar justo después alguna alusión al Madrid o al Barcelona.
Sin embargo la siguiente pregunta fue “¿jewish?”
“No.. jewish friend” fue lo primero que se me ocurrió, al igual que cuando recibí la misma pregunta de un judío ultraortodoxo en el muro de las lamentaciones. El señor me sonrió y cogió el mapa de mi mano. Señaló un sitio cercano a pocas calles y me dijo “sinagoge, sinagoge museum” golpeando varias veces con el dedo el lugar.
Thank you! Salom mister”
Hasta allí llegué en pocos minutos encontrándome el edificio en cuestión cerrado a cal y canto, En efecto es un museo de historia de las comunidades judías de Rumania pero su horario se limita a 4 horas solamente por la mañana…
Aquí terminó la visita a la capital de Rumania. Muy cansado de la caminata volví sobre mis pasos hasta el centro comercial donde había escapado del chaparrón unas horas antes para entrar en el metro y dejarme llevar hasta la parada mas cercana al albergue. Nada mas bajar a los andenes me encontré en una estación enorme, donde el andén se situaba entre los dos sentidos de la línea por donde circulaban los metros con sus vagones pintados de punta a punta. Que bonito placer, arte urbano gratuito y efímero en constante movimiento. Pues allí me quedé un laaargo rato viendo el ir y venir de la gente y los graffiti, disfrutando de mi soledad a unos cuantos metros bajo tierra. Triste decirlo, pero fue lo que mas me gustó de Bucarest
Cuando hube descansado lo suficiente y empezaron a repetirse las obras de arte me monté en el vagón por fin, accediendo por una de ellas que se abrió ante mi creando una curiosa forma de sonrisa, sin duda pintada con esa idea premeditada
Una vez en el albergue me reconcilié con mi amiga la ducha, a la que tuve suerte de encontrar sin inquilino y no demasiado sucia de los usos del día, preparé una tortillita en la alargada cocina que se situaba en el pasillo hacia mi habitación y el bocadillo de atún que sería la comida para la excursión de mañana. En el salón común disfruté de la cena con una Pepsi Max viendo el partido de la Eurocopa que tocaba ese día, semifinales creo recordar, España contra no sé quien. Allí entablé una básica conversación con un chico mongol de Ulan Bator que estudiaba en la universidad y vivía en el albergue, en una de las camas del dormitorio compartido.
La misma tarde que volé de Budapest a Bucarest tomé la decisión de hacer la visita al castillo de Drácula y Brasov con alguna excursión turística. El presupuesto me daba margen para ello y el cansancio que acumulaba desde Praga reducía por momentos mis ganas de seguir en movimiento permanente.
Así la primera idea que me vino a la cabeza fue VIATOR. Hacía años había visitado con ellos el Stonehenge la primera vez que fui y quedamos satisfechos. El año pasado me había dado cuenta al hacer la misma excursión por libre de que el precio y aprovechamiento del día fue mucho mejor en la primera ocasión. Entré en su página Web y busqué, encontrando justamente lo que estaba buscando a un precio razonable. Para reservar la excursión me tuve que registrar y pagar por adelantado en concepto de señal un 15% de la excursión, algo lógico. El servicio Pick up me recogería en mi albergue a las 8 de la mañana para comenzar la excursión, órale.
Así que hoy levanto, desayuno y salgo al hall a esperar en el pequeño jardincito a mi guía o transporte para la excursión. El tiempo pasa y pasa… y nada mas pasa. Le comento al nuevo recepcionista de hoy mi problema por si saben si es normal, cómo contactar con el Tour operador o algo. Desde su ordenador entramos en mi correo, de allí a la Web para buscar información y hace alguna llamada de la que no recibe contestación. Pasada una hora y media de la hora prevista el recepcionista sale al jardín donde me hace compañía el gatito del albergue y me dice con cara de resignación que a esas horas ya no van a venir a buscarme, pero que puedo hacer la excursión por mi cuenta sin ningún problema en el día pues existe servicio de tren regular hasta Brasov y es una excursión habitual de los huéspedes del hostel.
No tardo mucho en valorar la propuesta, que consiste en desplazarme en tren hasta Brasov y allí contratar un taxi para desplazarme hasta los castillos que tengo previsto visitar. El presupuesto que me hace a grosso modo ronda el precio de la excursión contratada. Casi mas que esto fue el tener que pasar otro “grisáceo día” en Bucarest lo que me hico aceptar la propuesta del recepcionista y ponerme manos a la obra a coger notas de las indicaciones que me daba. Me dejó incluso una guía de Brasov con los puntos mas importantes del pueblo para hacer la visita por libre. Todo un detalle el buen trato del staff de green frog hostel.
El hostel esta cerca de la estación de tren, a no mas de 10 minutos andando, con lo que al momento ya tenía, por 47 leis de nada, mi billete en el vagón de tercera clase donde iba a recorrer en 2 horas 45 minutos los 166 km hasta Brasov. Me tocó de compañero un chico holandés que estaba de interrail en solitario. La conversación amena que comenzó rápido no duró todo el trayecto. Le propuse correr con los gastos de la excursión en taxi a medias pero llevaba pensado tirar de transporte público.
Nada mas llegar a la estación lo primero que hice fue sacar el billete de vuelta en el penúltimo tren de la tarde, a las 18:30. Al día siguiente muy temprano volaba de vuelta a casa y no quería quedarme a 3000 km. El precio fue ligeramente superior no se por qué será..
Adelante con el siguiente trámite: el taxi. Sin poder quitarme de la cabeza la experiencia con el taxista del aeropuerto miedo me daba este paso. Como tenía indicado nada mas salir a la derecha estaba la parada de taxis, con una fila considerable de ellos. Me acerqué a ellos y le pregunté a un señor del grupito del banco. Un chaval joven, poco mas mayor que yo de aspecto tomó la conversación pues era su taxi el que primero de la fila. El precio que me dio fue 150 leis. Valorándolo mentalmente y buscando como hacer un regateo, me quedé sin opción a él, enseguida me explicó el servicio que implicaba. 30 kilómetros hasta el castillo, los mismos de vuelta y en total 4 horas con las esperas obligatorias. Solo me quedó asegurarme de que ese era el precio final “no parking taxes, fuel included? Finish price??” esos pequeños pormenores que luego surgen. Reconfirmados los horarios nos pusimos en camino.
Los primero minutos fueron de silencio absoluto pero poco a poco comenzó la conversación y el chico me pareció bastante majo. Además tenía un ingles tan estándar y básico como el mío que lo comprendía perfectamente, y el a mi!!
Media hora después estábamos allí. Aparcó en el parking de visitas y me acompañó hasta las taquillas. Había bastante turismo pero no agobiante.
El castillo de Bran esta situado en una zona estratégica, en el paso entre las montañas que une la Valaquia con Transilvania y fue construido por la orden de lo teutones para defender este paso.
La historia no la cuento porque es reescribir la que hay en su página Web, me limito a enseñar un poquito por dentro lo que ofrece la visita. El lugar ha tenido mas de 50 inquilinos a lo largo de su vida aunque el mas conocido sin duda es Vlad el Empalador, personaje que inspiró a Bram Stoker la novela de Drácula. (y uno de los que menos lo usó)
En este documental os podéis poner en situación y conocer un poco mas a este infame personaje histórico, el castillo en cuestión y también de Brasov.
Las salas muestran mobiliario de distintas épocas, y el recorrido esta definido sin tener posibilidad de cambiarlo, simplemente retroceder
La sala de la reina María de Rumanía muestra cómo vivía esta mujer recién terminada la IIGM
La librería y el hall de la música tiene una inspiración Toscana
El castillo es bastante laberíntico y no esta diseñado así al azar. En el caso de una toma por el enemigo se complicaría la victoria final. Por esta razón sales a un trozo de terraza expuesto al lado contrario, pasillos con ángulos de 90º con saetas y que en vez de continuar avanzando a otra habitación te obligan a subir al piso de arriba .
Las habitaciones sirven a su vez como museo de las pertenencias de sus antiguos inquilinos. Por eso la visita puede llevar tanto tiempo como uno desee. Desde esta habitación de puede observar el emplazamiento del castillo, en el valle que une Valaquia y Transilvania.
En la sala de juegos se pueden ver juegos de mesa y mobiliario típico inglés que data del periodo de regencia de este país en el periodo de entreguerras.
Tras el dormitorio de Ferdinan I se sale de nuevo a la parte de la terraza opuesta y de allí, por una escalera que da la impresión que en su día fue secreta al patio del castillo, donde esta el pozo estratégicamente colocado para “hidratar” a sus habitantes en caso de un sitio.
Y se acabó la visita. Se puede pasear por los jardines que pintan bonitos, pero llevaba ya un rato rondándome la cabeza ¿ y si vamos para el castillo de Peles?
Cuando salí por la puerta de las taquillas ya estaba esperándome mi compi taxista. Le comenté mi intención inmediata de dar una vuelta completa al castillo para buscar la vista mas conocida del castillo, pues desde la entrada no se ve prácticamente nada, es como la espalda del castillo. Le enseñé la foto que había hecho dentro del castillo y me dijo que no era posible esa vista. No le hice caso y le dije que me esperara que iba yo, pero vino conmigo. Me suelo obcecar bastante con las fotos de recuerdo.. Confirmé lo que me había dicho, esa vista esta sacada desde la montaña de enfrente, para lo que me tenía que meter de lleno en maleza, cruzar un riachuelo y gastar bastante tiempo. Fue un poco frustrante. Es como el castillo del rey loco, tienes en la retina esa impresionante vista de él y acudes allí para verlo cuando te das cuenta que, o alquilas un helicóptero… o te quedas con la vista desde la entrada.
Una vez íbamos a subir al coche le pregunte sin rodeos ¿how much to g oto peles castle?” Sus cejas subieron mas aun que con mi anterior deseo de dar la vuelta al castillo. Pensaba que me iba a decir que no pero dobló el precio de la excursión, otros 150, y seguido por los argumentos que tan buen resultado le habían dado en la primera negociación: una hora de camino hasta allí y otra de vuelta.
“OK let´s go” y entró en el coche casi mas motivado que yo. La carretera que une los dos castillos no es nada buena, de montaña y tiene un puerto de aupa. Aún así el conductor iba bastante mas ligero de lo que yo hubiera querido.
Como no iba a dejar mis cinco estrellitas a mi zaragozano favorito.
Aunque la verdad que en este diario se te ve cansado y desganado, a parte de venir muuuuuuuuy desencantado de la gris Bucarest, y no sólo por el taxista, la verdad es que no me extraña, qué tio!!! aunque el empanao del recepcionista.... y lo de Viator.... sin palabras.
Menos mal que el otro taxista fue majete. Por cierto con tanto viaje express, que estress me está entrando jaja!!!
Aquí estoy Eliot ... como ves suelo acudir a las citas, no como "otros" vaya viajecito ...
Lo que me ha quedado muy claro es que eres un gran viajero, aún en momentos de gran estrés no pierdes el norte, de todas situaciones se aprende, por tanto no me pierdo ni una letra de tus espléndidos diarios, con tantas experiencias y la rica prosa que usas, no tardarás en plasmar tus aventuras en un libro ...
Mira ... tu no habrás regresado muy convencido de este viaje, pero yo le he visto interés en algunos lugares.
Especialmente por el esfuerzo de este diario te mando las cinco estrellas mas brillantes del cosmos.
Saludicos !!!
gracias Burval, me alegro de que hayas viajado de nuevo conmigo. Si que estaba ya cansado de todo el trote pero me consolaba pensando que sería bajar y "estar en casa". Nos vemos en el próximo diario, vuestro o mío
Concetta, que te voy a decir que no te haya dicho ya..
Estoy convencido de que Rumania es un país con mucho que ver y disfrutar, lo he visto en otros diarios, fotos y merece una escapada de mas días. Para mi fue una escala para llegar a zaragoza directo y no tuve mucha suerte... muchas gracias por tus palabras, siempre son un subidón
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Por el tiempo que tenéis para este viaje, Yo a Bucarest le dedicaría una tarde noche.
Es mucho más interesante la ruta de las iglesias y monasterios,o la ruta de los castillos.
El paisaje de Transilvania imprescindible pero tenéis muy poco tiempo.
Las carreteras no son muy anchas, no permiten ir a mucha velocidad y allí conducen a su manera.
Coincido con lo que te han dicho a Bucarest le dedicaría el menor tiempo posible mejor centraros en Transilvania. Yo siempre soy partidaria del coche por la libertad que te da, y no me pareció un país especialmente complicado para conducir aunque si hay que ir con cuidado.
Que será mejor:
Llegada avión 15:00 horas
OPCIÓN 1: Llegada de avión, coger coche de alquiler en aeropuerto e ir hacia Sinaia. Entiendo que a la hora que lleguemos ya no podamos entrar en nada. Sería ver todo por fuera, pensar si al día siguiente entramos en algo y hacer noche allí (NOCHE 1). Desde allí al día siguiente seguir con la ruta: Rasnov, Brasov (NOCHE 2). Al día siguiente, Bran e ir volviendo a Bucarest para dormir allí (NOCHE 3). El último día visita por Bucarest por la mañana, comer temprano y coger bus para aeropuerto. Nuestro avión sale a las 17:25.
OPCIÓN 2... Leer más ...
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