12 días en el Pirineo francés y aragonés con peques ✏️ Blogs de España

Voy a comenzar este diario de nuestras vacaciones anuales del mes de julio. Este año hemos tenido que viajar en la segunda quincena del mes de julio cuando solemos hacerlo en la primera (días más largos, precios más bajos..).

Decir que la climatología nos ha respetado y hemos tenido un tiempo maravilloso desde que salimos de casa hasta nuestro regreso dos semanas después el único paréntesis de una espectacular tormenta pirenaica que descargó sobre nuestra tienda durante una mañana especialmente húmeda.

Después de pasar toda la semana preparando equipajes y aperos (es lo que tiene ir de camping con dos peques) el domingo 16 nos despertamos a las siete y media de la mañana para desayunar y cargar el maletero y el cofre de nuestro Toyota Verso hasta los topes mientras los peques siguen durmiendo a pierna suelta. Despues del desayuno de los niños (5 y 8 años) y de ir a la panadería a recoger la empanada de bacalao que nos va a servir de almuerzo, nos subimos al coche y sin más demora partimos a la aventura.

Nos esperan ocho horas y media de viaje, antes de salir ya tenemos ganas de llegar.

Esta vez pasamos de GPS y nos dirigimos hacia nuestro destino a 870 kms de distancia con la única ayuda de un mapa de carreteras en el que ya hemos estudiado la ruta.



Tomamos la Autovía del Noroeste y después la Autovía del Cantábrico, a la altura de Villalba ya vemos las nubes amenazantes en el horizonte :evil:. Los presagios se cumplen y antes de llegar a Mondoñedo los carteles anuncian que debemos de dejar la autovía y tomar la antigua nacional, la niebla, como mas de la mitad de los días del año, ¿De quien fué la brillante idea de construir la autovía por el peor sitio posible?, pasado Mondoñedo nos reincorporamos a la autovía y no la volvemos a dejar hasta el avituallamiento, ya a la altura de Solares, pasado Santander. Buscamos un sitio adecuado y nos zampamos la empanada de Bacalao, postre y vuelta al tajo. La parada no nos ha llevado más de media hora.

Seguimos ruta y repostamos en un área de servicio a la altura de Donosti, un par de cafés unos helados para los peques y en un rato ya estamos cruzando la frontera con Francia. Tras conducir un rato por la A63 embocamos las A64 a la altura de Bayonne, es el último tramo del día por autopista. Nuestra última parada de día es un área de descanso para merendar, otra vez empanada, hace calor, se agradecen estas areas de descanso en las autopistas, un pinar, unos bancos y mesas de piedra para comer y unos servicios en donde repostar agua fresca, en esto los franceses nos ganan por goleada, sus autopistas ofrecen al cliente unos servicios muy por encima de los de las autopistas españolas. En esta autopista ya tenemos a los Pirineos como telón de fondo, asomándose a la izquierda de nuestra ruta.

Antes de Tarbes tomamos la N21 y a la altura de Lourdes la D821 y despues la D921, los Pirineos elevan ahora sus cumbres frente a nosotros, podemos distinguir perfectamente las antenas y observatorios que coronan el Midi d´Ossau. A las 8 de la tarde en nuestro destino, el Hotel de la Gare en Pierrefite Nestalas, elegimos esta localidad porque nos quedaba cerca de los destinos de los dos días siguientes y no nos equivocamos, pagamos 140 por dos noches en habitación cuádruple, se trata de un pequeño hotel familiar, tranquilo, con parking interior (importante porque el coche va cargado y no es plan de vaciarlo y volver a llenarlo dentro de un par de días) los dueños encantadores y la habitación muy agradable, grande, limpia y con unas bonitas vistas.

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La razón de que hayamos destinado un par de dias de nuestras vacas a hacer noche en Francia es que queriamos visitar el Lago Gaube (a media hora del hotel) y Gavarnie (a tres cuartos de hora) y teniendo la base de las vacaciones en Ainsa (Huesca) debiamos de dar un rodeo de 3 horas de camino para cruzar los Pirineos (mas otras tres horas de vuelta), un palizón evitable pasando esos dos días en Francia para cruzar la frontera e instalarnos despues en nuestro destino definitivo.

Tras instalarnos y darle un vistazo al hotel nos dirigimos al pueblo a comer algo, mucha tranquilidad y un par de lugares para cenar, toca pizza como nos dicen que tardan 25 minutos en tenerlas listas damos un pequeño paseo.

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Recogemos las pizzas, las comemos en el jardin del hotel y a camita que mañana hay que madrugar, destino Gavarnie.

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Después de la kilometrada de ayer, se puede decir que comienza lo bueno. Nos levantamos temprano primero porque aquí amanece una hora antes que en A Coruña, segundo porque nos espera una ruta de 10 kilómetros de ida y vuelta desde el pueblo de Gavarnie hasta la Gran Cascada.

Los peques se despiertan sólos y despues de desayunar con los víveres que nos traemos de casa nos ponemos nuestro uniforme de treking y salimos camino de Gavarnie, son apenas 30 kms de distancia que nos llevan unos 45 minutos por una preciosa carretera de montaña. Cruzamos varios pueblos y vemos multitud de campings. Que bien cuidados están los pueblos de este país, no se ve una construcción fuera de lugar, bueno, esto ya los sabíamos de otros viajes.

Llegamos al pueblo de Gavarnie. Aparcamos en uno de los primeros parkings habilitados, es lo bueno de llegar temprano, todavía no son las diez de la mañana. OJO. El parking se paga en máquinas tipo ORA que no dan cambio por lo que hay que llevar el importe exacto. Se puede dejar el coche todo el día creo que nos costó 5.50 €. Desde el parking ya se tienen preciosas vistas.

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Cruzamos con calma el pueblo, el pueblo no se si es bonito o feo porque esta totalmente ocupado por restaurantes, hoteles y tiendas de montaña y recuerdos.....

El camino es asfaltado y totalmente llano hasta terminar el pueblo, solo pueden pasar vehículos de los residentes. Se acaban las casas en un punto en donde puedes cruzar el río por un puente y caminar por la orilla contraria con menos caminantes a la vista, unos cientos de metros más adelante los dos caminos vuelven a unirse y el sendero continua dejando el río a la izquierda. Desde el final del pueblo ya podemos ver el circo glaciar al fondo.

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Seguimos el camino, atravesamos una bonita pradera y cruzamos un pequeño arroyo, el camino no tiene mas dificultad que alguna pequeña pendiente y tener cuidado que no te pase por encima un caballo o un burro (los alquilan en el pueblo para la gente poco activa ).

Atravesamos bonitos bosques y un poquito mas adelante ya podemos ver el Hotel du Cirque, en donde hacemos un pequeño descanso y nos tomamos unos cafés a precio pirenaico 3.30 € por barba .

fotos imanes

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Nos queda ahora el tramo hasta los pies de la Gran Cascada (la mas alta de Europa), en algunos foros se dice que es la zona con mayor desnivel, puede que por eso mucha gente no pase de la terraza del hotel, sin embargo, en directo no me pareció complicada, eso sí, el sendero es aquí mas pedregoso, pero la cercanía del Circo y la cascada y la menor cantidad de gente hizo que se nos hiciese más sencillo y gratificante que el primer tramo.

Buscamos un lugar agradable para comernos los bocatas y nos descalzamos para meter los pies en el río, complicado aguantar más de unos segundos con los pies en el agua , normal si ves que viene directamente del deshielo de los neveros.

Pasamos mas de una hora disfrutando de los bocatas y de la tranquilidad que se respira aquí. Nos caen unas gotas pero apenas ponemos los chubasqueros las nubes pasajeras se abren a un cielo azul intenso. Ahora queda el camino de vuelta, todo en ligero descenso.

Según vamos bajando nos damos cuenta de lo bien que hemos hecho al madrugar, sube mucha más gente que por la mañana, el calor aprieta ahora y nos reimos de ver como suben excursionistas cada vez menos preparados, algunos incluso en chanclas y con algún recién nacido en brazos o con sillita . Llegamos al principio del pueblo por el lago izquierdo del río, por el contrario suben ríos de domingueros . Nos tomamos unas claritas en un agradable bar (el primero que uno se encuentra antes de llegar al pueblo.




Vamos a buscar el coche y nos quitamos las botas. En un rato estamos descansando en el hotel. Salimos a comer y repetimos en el local del día anterior (Pizzeria Mimi), nos habían gustado las pizzas y hoy toca hamburgesa. La encargada de la pizzeria nos habia tratado muy bien el día anterior y además habla algo castellano. Recogemos nuestras hamburgesas con patatas y las comemos en el pequeño parque botánico que hay al lado del Ayuntamiento.

A descansar hasta el día siguiente. le tenía un poco de miedo a esta ruta porque era el primer día y no sabía como la iban a llevar los peques, una vez terminada resultó muy sencilla. Toca el Lago de Gaube en Cauterets.

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Volvemos a despertarnos tempranito, hoy vamos a conocer el Lago Gaube y despues de esta pequeña caminata (algo más de kms) dejaremos Francia y nos instalaremos en el Pirineo oscense.

Mientras desayunamos y esperamos a que los peques se vayan despertando, aprovecho para ir a abonar la cuenta del hotel, todo listo, ya vestidos con nuestro uniforme de treking y preparados los bocatas, subimos al coche la maleta y abandonamos el hotel. En apenas media hora (20 kms) llegamos al Parking du Puntas, el inmenso aparcamiento del Pont d´Espagne. El camino es precioso, sobre todo a partir de la bonita ciudad de Cauterets de cuyo mismo centro parte el funicular para acceder a la estación de esquí del mismo nombre. El único pero es el autobús cargado de japoneses que en Cauterets se nos cuela delante y que tenemos que sufrir hasta arriba por una carretera de montaña con curvas que nos obligan a meter la primera en más de una ocasión. La parte buena es que gracias a la lentitud podemos disfrutar de la vista de las cascadas (como la de Luton) que jalonan la carretera.

Tomamos el tiquet del parking que pagaremos al irnos en las máquinas del aparcamiento (6,5 € día completo).

Con nuestras mochilas a cuestas tomamos dirección hacia el Pont d´Espagne para ver las bonitas cascadas y torrentes. Tras un ratito por allí tomamos el GR 10 que en apenas una hora nos dejará a orillas del lago (al que los mas comodones pueden acceder en telesilla).



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El sendero discurre en su primer tramo en fuerte pendiente a través de un sendero pedregoso parte del cual está formado por escalones de piedras, ascendemos rápidamente zizageando entre pinos negros, por suerte, al no ser más de las diez de la mañana el calor no aprieta y la mayor parte del camino vamos a la sombra.

Transcurrido este primer tramo llegamos a una zona más cómoda y el bosque comienza a abrirse y mostrar un paisaje espectacular. Es la parte más bonita de la ruta, la disfrutamos a tope, el final no puede estar muy lejos.


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Unos cientos de metros más adelante y tras superar una pequeña loma se abre ante nosotros una de las postales más bonitas que he visto en mi vida, el lago de aguas tranquilas color turquesa, el cielo azul y de telón de fondo las moles pirenaicas con el Vignemale en el centro de la postal y todo ello rodeado de verdes praderas que descienden desde las montañas hasta el lago.


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El lago puede semi-rodearse por un sendero que lo bordea pero nosotros nos detenemos aquí, despues de meter los pies en el agua (friaaaaaaaaa) nos tomamos nuestros bocatas disfrutando del paisaje, los peques juegan en la orilla. Vamos a los baños públicos que hay cerca del restaurante del lago, compro unas postales y tras un rato mas por allí (el día es estupendo y es una delicia tumbarse en la pradera) tomamos camino de regreso. Este es mas rapido que la subida pero castiga mas las rodillas.

Una vez en el coche, nos damos un pequeño descanso, cambiamos el calzado y salimos hacia España. Son las tres de la tarde pero nos queda un largo rodeo para entrar en nuestro país por el tunel de Bielsa y llegar hasta Aínsa.

El camino hasta España es lento pero precioso, primero debemos de subir hasta Tarbes y despues de conducir paralelo a las grandes montañas volvemos a girar hacia el sur, previa parada en un super para comprar agua y unos mini-melones franceses. Pasamos por la bonita estación invernal de Sant Lary que en invierno tiene que ser un hervidero de gente y comenzamos a subir hasta Aragnouet en donde se encuentra la parte francesa del tunel de Bielsa. El paisaje es preciso y no nos importa nada esperar los 7 minutos para poder cruzar el túnel.

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Cruzado el túnel nos encontramos con la otra "cara de la montaña", una primera impresión nos deja la imagen de unas montañas impresionantes pero menos húmedas que la cara francesa que nos ha dejado con un sabor de boca muy dulce. La carretera hasta Aínsa tampoco tiene nada que ver con la francesa; es mucho mas tendida, de menor desnivel y con menos curvas, por ello llegamos rápido a Ainsa disfrutando de un paisaje precioso.

Llegamos al camping y nos dejan elegir parcela, después de preguntar por donde sale y se pone el sol y esas cosas típicas de los que dormimos en tienda nos instalamos. Tardamos hora y media. Teníamos pensado hacer la gran compra para llenar nuestra nevera de alquiler y nos dirigimos al pueblo. Aparcamos en un día y entre que están la mitad de las estanterías vacías y que en media hora cierran, decidimos comprar lo mínimo para desayunar al día siguiente y dejar la compra para mañana. Como ya es tarde y no tenemos víveres para cenar lo hacemos en un restaurante que hay al lado del super, el "Restaurante Alberto". Cenamos en la terraza con la zona historica de Ainsa recortándose en el atardecer. Por menos de 40 €, comida rica, abundante y a un precio más que razonable para cuatro hambrientos gallegos.

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De vuelta al camping los peques aun tienen fuerzas para ir a la gimkana nocturna hasta las once . Toca una ducha y a dormir. Mañana toca día de medio descanso, por la tarde visita a Aínsa que se situa a 3 kms de nuestro campamento base.

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