ROSES OFRECE VISITAS GUIADAS AL CASTILLO DE LA TRINITAT Y SU BÚNKER

Del 24 al 27 de febrero, coincidiendo con carnavales, hay una buena oportunidad para conocer los detalles de este mirador fortificado y, como novedad este año, del búnker situado a sus pies

Dos son los grandes iconos histórico-patrimoniales de Roses. Uno, a la entrada de la localidad, su Ciudadela. Y el otro, el Castillo de la Trinitat, que corona la Punta de la Poncella, por encima del faro de Roses. Su privilegiada situación estratégica, a 60 metros sobre el nivel del mar, convirtió este promontorio en lugar ideal para edificar una fortaleza que protegiera la entrada al puerto de la villa. Ahora, esta rehabilitada fortaleza del siglo XVI es uno de los grandes atractivos turísticos de Roses. Y aunque puede visitarse por cuenta propia los fines de semana (sábados, de 15.00 a 18.00 horas; y domingos y festivos, de 10.00 a 14.00 horas, por 2,50 euros), la mejor manera de conocer su origen y secretos es a través de visitas guiadas.

Los sábados hay dos visitas, ambas en castellano y catalán: a las 16.00 horas, ‘Un mirador fortificado’, solo al castillo; y a las 17.00 horas una combinada, ‘Descubriendo las defensas de Roses’, que, como gran novedad este año, incluye el búnker situado a los pies del fortín. Los domingos se ofrecen tres visitas guiadas, solo al castillo, también en castellano y catalán: a las 11.00, 12.00 y 13.00 horas. Pero estos días, de manera excepcional aprovechando las fiestas de Carnaval, se amplían las visitas guiadas al castillo al viernes 24 de febrero y al lunes 27 de febrero, a las 11.00, 12.00 y 13.00 horas. El precio de la visita simple es de 5 euros por persona (gratuita para menores de 7 años), y la combinada, para conocer el castillo y el búnker, de 8 euros.

El Castillo de la Trinitat fue construido en 1544 bajo el reinado del emperador Carlos I, primer monarca de la Casa de Austria. Era una fortaleza de artillería, con muros de más de dos metros de ancho y tres terrazas para baterías de cañones, obuses o morteros a diferentes alturas, para defender el puerto y la costa. Su estructura era muy curiosa: en forma de estrella de cinco puntas, con aristas angulares muy pronunciadas para defenderse de los proyectiles enemigos. Su guarnición era de unos 200 hombres y estaba preparado para acoger víveres y munición que les permitieran resistir un largo asedio.


Después de ser parcialmente destruido en 1808 durante las guerras napoleónicas, el castillo permaneció casi dos siglos en ruinas. Y tras un proceso de rehabilitación que duró ocho años (de 2002 a 2010), partiendo de sus planos originales, el Castillo de la Trinitat volvió a cobrar vida como atractivo turístico de un importante legado histórico, de ahí que recibiera, al igual que la Ciudadela, el reconocimiento de Bien Cultural de Interés Nacional.

Al castillo se accede tomando la carretera que conduce a la zona playera de Canyelles, por un desvío que lleva hasta sus dos parkings. La rehabilitación incluyó una adaptación para personas con movilidad reducida y ascensores en lugares estratégicos.


Aquellos que decidan hacer la visita por cuenta propia tienen a su disposición en recepción información y planos de cada planta. Aunque es especialmente recomendable la visita guiada, que de forma muy amena y didáctica explica la historia y características de este baluarte que en su época fue muy innovador, por ser de los primeros en los que se experimentó la nueva arquitectura militar.

Mención especial merece su terraza panorámica exterior, en una de sus cinco puntas, la que parece señalar al horizonte del mediterráneo. Un lugar ideal para relajarse contemplando el mágico espectáculo de la puesta de sol, con Roses agazapada a sus pies, en un extremo de la bahía.


Información facilitada por Ayuntamiento de Roses: www.visit.roses.cat/es