El Tívoli. Compenhagen ✏️ Crucero-Dinamarca

Día agradable en el parque de atracciones mas antiguo de Europa, lleno de árboles y flores, de restaurantes, de edificios modernistas y de templetes donde se puede escuchar música a todas horas y de todos los estilos. Una gozada. Hay que tener en cuenta que las atracciones es lo menos importante del parque.

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El Tívoli es el segundo parque de atracciones creado como tal en Europa y se inauguró en 1843. Cuenta la leyenda que su fundador convenció al rey Christian VIII de la necesidad de fundar el parque diciéndole “cuando el pueblo se divierte, no piensa en política” cosa que le pareció al Rey razón suficiente para dar su permiso. El concepto de Parque de Atracciones que había en aquella época era muy distinta a la actual pues se trata más de un parque en el sentido tradicional de la palabra, lleno de árboles y flores y con algunas atracciones diseminadas entre ellos y muchos restaurantes y cafeterías por todo el parque que de la idea actual de un lugar lleno de atracciones mecánicas y algún arbolito huérfano.


Actualmente es el parque de recreo más querido por los habitantes de Copenhagen que vienen aquí a pasar el día y a escuchar música pues hay conciertos a todas horas en los distintos auditorios o templetes, tanto de música clásica como moderna. Da gusto ver a las familias con niños paseando por el parque, a ancianos sentados en los parques y hasta jóvenes que acuden a los conciertos de música de actualidad.


Siguiendo la moda de la época los edificios existentes se inspiran en diferentes países exóticos: China, Arabia, etc.


Y en medio de todo una verdadera explosión de flores de todos los colores: margaritas, anémonas,


rosas, zapatitos de la virgen, ciclamen, fucsias, etc.


las hay en parterres, en los bordes de los caminos, colgadas en tiestos, …

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Y en medio un lago precioso, umbrío y verde por el que se pasean los patos con sus patitos.


Y en las orillas del lago hay un montón de restaurantes temáticos, como este ubicado en un barco pirata desde el que se divisa una de las atracciones mecánicas


O este otro que imita un antiguo molino


O este, como si fuese una granja típica de la zona y en donde decidimos comer. La oferta no es muy variada, pero tienen suficiente para poder elegir y estaba bueno lo que tomamos. Caro, aquí los precios son altos, pero no más que cuando se come en la ciudad.


El resultado es un día estupendo, tranquilo, relajado, disfrutando de no hacer nada, viendo a la gente en su ambiente, oyendo las risas de los niños, la música en el ambiente, el aire fresco entre los árboles.

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Última Actualización: 21/03/2013 - 18:51