Itinerario para una semana, 7 días en Lisboa ✈️ Foro Portugal ✈️

SÁBADO - 15 de MARZO – (primer día) Fátima, Baixa y Chiado


Salimos en coche desde Cambados (Pontevedra) a las 08:30. Paramos a repostar en un área de servicio de la A-9 entre Pontevedra y Vigo, porque los carburantes en Portugal están más caros que en la península. A las 09:30 y después de 87 km. Recorridos estábamos cruzando el río Miño para entrar en Portugal. El tramo de autopista entre Valença do Minho y Oporto se hace un poco cansino. Las 10:25 (195 km.), cruzamos la ciudad de Porto por el “Puente do Freixo”. Comienza a llover y continuamos por la autopista que conduce a Lisboa, pasamos al lado de Coimbra a las 11:15 (300 km), aquí el tiempo ya estaba mejor y se podía ver algún rayo de sol entre las nubes. Eran las 11:30 cuando hicimos la primera parada para tomar un café con croissant en el Área de Servicio “Pombal” (carísimo tomar algo en las áreas de servicio de las autopistas en Portugal). Después de 25 minutos de relax y de rechazar unos recuerdos que nos querían vender unos tunos de Coimbra continuamos camino en dirección al Santuario de Fátima, que sería nuestra primera parada de este viaje por nuestro querido Portugal.


Santuario de Fátima


Eran las 12:25 cuando llegamos al Santuario de Fátima (388 Km. Recorridos). Una gran explanada con una basílica bastante grande al fondo; decenas de fieles cruzando de rodillas el gran recinto para llegar a la Basílica y otros tantos quemando kilos de velas en la pira del recinto religioso. Los alrededores del Santuario no tiene nada especial; un montón de hoteles y tiendas donde comprar artículos religiosos. Me pareció un lugar muy tranquilo, lleno de paz y sosiego. Recomiendo una parada en este lugar si queda en el camino; saliendo de la autopista se llega en menos de 5 minutos y es una curiosa visita. Tenéis completa información del Santuario en www.santuario-fatima.pt/ ...hp?lang=ES .


Entrada lateral a la Basílica


Después de pasear el recinto enorme y entrar en la basílica nos hicimos unas fotos. Salimos de Fátima a las 13:45. En este tramo de autopista notamos un viento fuerte, sobretodo por la zona de Santarém, conviene tener cuidado con el coche en este trayecto, son bastante frecuentes estos vientos debido a la zona por la que atraviesa la autopista. A las 14:40 y después de recorrer 503 Km. Entramos en la ciudad de Lisboa. Nos pasamos la salida que conducía al Hotel (cerca del aeropuerto). Dimos vuelta en el Estadio de Fútbol del Sporting de Lisboa y después de desviarnos por la salida correcta llegamos a nuestro Hotel a las 15:00 (519 km recorridos). El viaje no se hizo pesado porque la autopista es ancha y con un generoso arcén (en muchas ocasiones con tres carriles en cada sentido), además las curvas son suaves y te permiten mantener la velocidad sin tener que frenar (muy al contrario de lo que sucede aquí en Galicia). Cuidado con las multas de tráfico en Portugal (tienes que pagarlas en el momento de la infracción a los agentes de tráfico). Para más información de las autopistas portuguesas visitar www.brisa.pt/Brisa/vPT.



Estación de metro Olaias


El Hotel era el Altis Park; un 4 estrellas que está situado en las afueras de Lisboa, en la zona residencial de Olaias. Con boca de Metro enfrente y un servicio bastante bueno. Aquí os dejo un enlace para más información del hotel www.altisparkhotellisbon.com/ . Lo recomiendo si vais en coche porque se accede de manera fácil tanto para entrar como para salir del hotel, además la zona en la que se encuentra es muy tranquila e ideal para descansar. El servicio en general es bastante agradable y hablan español. La habitación doble con cuarto de baño completo y con desayuno buffet nos costó 70 € por noche (contratamos con Viajes El Corte Inglés). El parking tuvimos que pagarlo aparte (10 € por día).


Habitación 1105 del Altis Park


En principio nos asignaron una habitación un poco pequeña que daba a la parte trasera del Hotel (un patio de luces oscuro). Fuimos a recepción y pedimos otra habitación en la misma planta (11), concretamente la 1105. Nos la cambiaron sin problemas; desde esta habitación mucho más amplia que la anterior teníamos vistas al Tajo y al amanecer de Lisboa. Después de acondicionarnos en la habitación comimos en un restaurante chino que está al lado del Hotel. Una comida deliciosa y barata (tallarines, rollitos de primavera y arroz 3 delicias), decir que nos gustó más que los chinos de Galicia (las salsas que hacen allí no tienen nada que ver con las de aquí; son mucho más ricas y están más elaboradas).


Praza do Comercio


Sobre las 16:30 compramos la TARJETA LISBOA VIVA en la estación de metro OLAIAS (preciosa estación y una de las más bonitas que vimos en Lisboa). La tarjeta te cuesta 0´50 € y la recarga para un día completo 3´50 €. Los sucesivos días solo tienes que recargarla. Esta tarjeta la recomiendo encarecidamente; tienes tarifa plana para circular 24 horas en Metro, tranvía, autobús, ascensores y elevadores de Lisboa. Después de hacer transbordo en la estación metro Alameda, continuamos hacia la estación metro Terreiro do Paço (Praça do Comercio). Aquí comenzó nuestra visita a Lisboa.


Rúa Augusta y sus artistas callejeros


Paseamos la Praça do Comercio , donde se puede ver en el centro de la misma una estatua de José I que fue el monarca que reinaba cuando sucedió el terremoto ( la estatua es de finales del siglo XVIII). En la parte de la plaza que da al mar se puede ver el Cais das Columnas (a este muelle arribaban los barcos de grandes personalidades que llegaban a la ciudad). En la misma plaza y mirando hacia el arco de triunfo tenéis bajo los soportales a mano izquierda la oficina de turismo. En esta oficina nos enteramos que el Palacio Real de Sintra ya no cerraba los lunes, dato importante porque en principio queríamos ir a Sintra el martes y de esa manera cambiamos el día de Sintra para el lunes. Continuamos por la denominada Baixa y después de entar por el Arco del Triunfo entramos en Rúa Augusta (eje de la Baixa y calle peatonal llena de turistas, tiendas de todo tipo, vendedores de gafas de sol, artistas callejeros, pintores, mimos…, y muchos camellos – nos ofrecieron unas 7 veces hachís y coca). Es una calle muy agradable de pasear y por la que circula mucha gente. A ambos lados de Rúa Augusta, teneis también la Rúa do Ouro (con cafés y comercios tradicionales) y la Rúa da Prata (antigua calle de los joyeros).


Un mimo en Rúa Augusta


La Baixa es un entramado de calles paralelas y perpendiculares unas a otras en las que como bien dice el nombre (Baixa) no hay cuestas para subir o bajar, y esto se agradece. La arquitectura de esta zona de Lisboa está compuesta por edificios no muy altos y similares entre sí. Es la zona de Lisboa que reconstruyó el Marqués de Pombal después del Terremoto del 1 de noviembre de 1.755.


Praza do Rossío


Casi al final de Rúa Augusta y a mano izquierda vimos el Ascensor de Santa Justa, seguimos hasta la Plaza do Rossio donde acaba esta calle peatonal. La Plaza do Rossio o también llamada Praza de Pedro IV, es el corazón de Lisboa. Es una gran plaza flanqueada por importantes edificios. Destaca el Teatro Nacional de Dona María II . En esta misma plaza tenéis la famosa Pastelería Suiza (nosotros entramos pero no había mesa libre) y el Café Nicola para hacer un descanso y tomarse un café que en Portugal dicen que es de muy buena calidad.


Café Nicola


En el centro de la Plaza podéis ver el monumento a Pedro IV (emperador de Brasil y Rey de Portugal) y dos bonitas fuentes. En esta plaza se pueden ver puestos de venta de flores Continuamos por la Plaza da Figueira (centro de reunión de la comunidad africana que reside en Lisboa) para poco después entrar en la Iglesia de Sao Domingo (impresiona su interior todo calcinado). Se ve que soportó los incendios producidos por el terremoto de Lisboa y parece ser que en el interior de esta iglesia la Inquisición también quemaba a los infieles y personas que ellos no consideraban de su agrado. La visita a esta iglesia es gratuíta. Cuando entramos estaban celebrando una misa.


Iglesia de Sao Domingos


Teníamos un poco de hambre y nos tomamos un pastelito de Belém en una pastelería aledaña a la iglesia para luego probar la famosa Ginjinha (1 € la copa; te la sirven en un vaso pequeño de plástico). La ginjinha es un licor de cerezas con una graduación alta que tiene un sabor muy rico pero que no conviene abusar de él si no queréis continuar la visita un poco mareadillos. Aguardiente, guindas, azúcar, canela y cuatro meses de reposo. Esa es la fórmula mágica de la ginjinha, aunque la podemos encontrar en casi cualquier bar o restaurante de la ciudad, hay dos establecimientos que se dedican exclusivamente a ella y están muy cerca uno del otro, entre la Rua das Portas de Santo Anton y el Largo de Santo Domingo: A Ginjinha Registada y Ginjinha sem Rival.


Ginjinha Registrada (interior del local)


La Ginjinha Registada o Espinheira es la más emblemática. Es propiedad de la quinta generación de la familia de Francisco Espinheira, el gallego que comercializó por primera vez la bebida, allá por 1840, aconsejado por un fraile de la iglesia de Santo António. Su éxito se debió, según las crónicas de la época, a que era dulce y barata, lo que la convirtió en la bebida típica de Lisboa.


Estación do Rossio, entrada principal


Volvimos a la Plaza do Rossio y caminando un poco hacia Praça Dom Joao da Cámara vimos la Estación de tren do Rossio (preciosa fachada neomanuelina en forma de herradura). Desde esta estación salen los trenes que van a Sintra. Continuamos a la Praza Restauradores donde está el Hotel Avenida (el hotel 5 estrellas más antiguo de Lisboa) y el Teatro Edén. Dejando atrás la Plaza Restauradores (en esta plaza y más concretamente en el Palacio da Foz tenéis otra oficina de turismo), montamos en el Ascensor da Gloria para subir a Barrio Alto y ver desde el mirador de Sao Pedro de Alcántara unas magníficas vistas nocturnas de Lisboa.


Vistas desde el Mirador Sao Pedro Alcántara


El Ascensor da Gloria se coge en el comienzo de la Avenida da Liberdade (poco después de pasar la Plaza Restauradores a mano izquierda), dejando atrás el Teatro Edén. En algún momento del trayecto parecía que no iba a ser capaz de subir la cuesta de lo lleno de gente que iba. Al final se portó como un campeón y nos dejó en pleno barrio alto en unos minutos.

Este elevador se inauguró en Octubre de 1.885. Hace el trayecto de Baixa a Barrio Alto. Comenzó a funcionar con depósitos de agua que gracias a la gravedad hacía descender uno y subir otro. Más tarde se movían a vapor para pasar a utilizar la energía eléctrica para ascender y descender a partir de 1.914. Hasta finales del siglo XIX se utilizaban velas para iluminar el interior de la cabina en los viajes nocturnos. Este elevador, ascensor o funicular está declarado Monumento Nacional desde el 2.002.

Dejando el mirador a mano derecha y subiendo la calle nos dirigimos al Pavilhao Chinés (rúa Pedro V, 89/91). Para entrar aquí tienes que llamar a un timbre. Una colección de todo tipo de objetos te espera dentro (aviones, soldaditos de plomo, sombreros, instrumentos musicales…). Este local más que un pub parece un museo (muy recomendable su visita). Está abierto desde las 14:00 hasta las 02:00 de la madrugada.

Camareros muy simpáticos, ambiente muy agradable y mesas de billar dispuestas para quien guste. Tomamos dos zumos naturales de naranja (7 € los dos), aunque tenéis todo tipo de cocktails para probar (eso sí, las consumiciones aquí son caras).

Después del pequeño descanso en los cómodos sofás del Pavilhao Chinés bajamos por Rúa da Misericordia. Más abajo y a mano derecha vimos el Luso (Tv. Da Queimada), local mítico de fados donde comenzó su carrera Amalia Rodrigues, nos dieron unas tarjetas para vendernos el espectáculo de fado que hacen por las noches y amablemente nos dejaron pasar para ver el local por dentro (el espectáculo de este local – cena y fado – es bastante caro y muy orientado a los turistas).

Continuamos por la rúa misericordia en donde vimos la fachada del Restaurante Tavares (uno de los más antiguos y lujosos de Lisboa). La cena en este local te puede salir por un ojo de la cara. Si tenéis una buena cartera recomiendo cenar en este local, el interior es exquisito (lámparas de araña y una muy cuidada y lujosa decoración).


Fachada del restaurante Tavares (rúa misericordia)


Llegamos a la Plaza de Camoes, cogimos a la izquierda por la Rúa Garret (Chiado), vimos el mítico Café A Brasileira (muy concurrido), ya entraremos otro día. Nos dirigimos al Centro Comercial “Armazéns do Chiado” para cenar en un israelí (platos combinados a base de arroz, patatas fritas y kebab; no nos gustó la comida). Después de la cena tomamos dirección al elevador de Santa Justa (quisimos subir en él pero estaba cerrado – cierra a las 21:00 y eran las 21:10 – lo dejamos para otro día). Paseamos hasta la Plaza do Rossio donde cogimos el metro para ir a descansar al Hotel. En esta línea de metro (la verde o también llamada Caravela) no recomiendo utilizar de noche las estaciones Anjos e Intendente, por ser zonas un poco conflictivas. Para más información del metropolitano de Lisboa visitar www.metrolisboa.pt/ El mejor y más recomendable modo de conocer la ciudad es moviéndose en transporte público (metro, autobuses, elevadores y tranvías). Dejad el coche aparcado salvo para el día que vayais a conocer Sintra u otros alrededores de Lisboa.

Nos levantamos temprano para aprovechar el tiempo al máximo. Vimos un impresionante amanecer desde la ventana de la habitación. A las 08:00 ya estábamos desayunando en la cafetería de desayunos del hotel (el desayuno después de unos días se hace repetitivo; tienes mucha variedad pero la calidad es media y no tienen zumo de naranja natural). Esta mañana nos encontramos la sala llena de gente y era complicado servirse el desayuno de manera cómoda.

Recargamos la tarjeta Lisboa Viva en las máquinas de la estación metro Olaias para dirigirnos a Oriente. Hoy visitamos “El Parque de las Naciones” (antigua EXPO´98). La Lisboa más moderna se puede ver aquí. Los grandes conciertos, las mejores exposiciones y los mejores espectáculos se cuecen en esta zona oriental de la ciudad. Destacar en este parque la arquitectura moderna de todo tipo de edificos y pabellones que quedaron de la exposición universal. Si queréis una información más completa aquí os dejo un link para conocer a fondo esta zona de ocio y diversión www.parquedasnacoes.pt/ ...4&L=es .

Impresionante estación de metro Oriente, futurista y muy amplia. Esta zona es una de las más nuevas de Lisboa, con edificios de oficinas centrales (Sony, Vodafone), hoteles y zonas residenciales. Mientras esperamos a que abriera el Punto de Información del Parque dimos una vuelta por el centro comercial Vasco da Gama. Es un centro comercial moderno que tiene una buena terraza donde tomarse algo si acompaña el buen tiempo. Si vais el fin de semana y queréis comer en alguno de los restaurantes que tiene en la planta superior tened un poco de paciencia porque suele haber mucha gente.

Poco después de las 10:00 fuimos a la caseta de Información del Parque (justo enfrente del Centro Comercial), donde compramos la tarjeta del Parque (17´50 €) que te da derecho a una visita al Oceanario, al Pabellón del Conocimiento, 1 viaje de ida y vuelta en el teleférico, viajes ilimitados en el minitren turístico y descuentos en el alquiler de bicicletas y en algunos restaurantes del centro comercial del parque.

Visitamos el Oceanario (muy recomendable; para mí lo mejor de esta zona). Luego fuimos al Pabellón del Conocimiento (prescindible; es una especie de casa de las ciencias con museos interactivos y zonas lúdicas para niños). Comimos en un Brasileño del C.C. Vasco da Gama (no muy caro y bastante rico todo). También tenéis para comer desde el típico McDonalds hasta la comida tradicional portuguesa o la rica pasta italiana. Si os apetece algo más exótico os recomiendo el restaurante indio.

Después del descanso cogimos el tren turístico para dar una vuelta por toda la zona del Parque (vimos el Pabellón Atlántico que tiene forma de nave espacial y es el espacio más grande de conciertos y espectáculos que hay en Portugal; consultar agenda de espectáculos en www.pavilhaoatlantico.pt/ , el Pabellón de Portugal, las Torres Gemelas (Sao Gabriel y Sao Rafael) que flanquean el centro comercial, la Feria Internacional de Lisboa y numerosos parques y jardines excelentemente cuidados…). El recinto de la Feria Internacional de Lisboa es enorme. Cuando estuvimos allí se estaba celebrando una gran exposición sobre el mundo del motociclismo. Más información en www.btl.fil.pt/ , aquí podéis ver la agenda de la feria; puede ser que cuando estéis en Lisboa se celebre una exposición que os interese visitar.

Más tarde fuimos a pie hasta la Torre Vasco da Gama que tiene una estructura de acero y 145 metros de altura, (actualmente se encuentra cerrada porque van a construir un Hotel Sana de 5 estrellas anexo a la torre). Vimos el Puente Vasco de Gama (17 km. De longitud, impresiona lo largo que es). Para tener una información más completa de este puente podéis linkear en www.factoriaurbana.com/ ...add=Lisboa .

Después de un paseo en teleférico entramos en el Casino de Lisboa (impresionante interior; muy recomendable la visita). El casino de Lisboa ocupa el edificio del antiguo Pavilhao do Futuro de la Expo y dispone de dos enormes espacios para celebrar espectáculos: Arena Lounge y el Auditorio dos Oceanos. Más información sobre el casino y la programación de espectáculos en www.casino-lisboa.pt/ ...plate.aspx . Agotados y sin hambre nos fuimos sin cenar a dormir para el Hotel después de coger el metro en la estación Oriente (línea roja - esta linea de metro es la más nueva de Lisboa, con estaciones limpias y modernas).

Aseo y desayuno. La sala de desayunos ya se encontraba mucho más vacía que la mañana anterior. Cogimos el coche en el parking del Hotel y salimos a las 08:15 dirección Sintra. Después de pasar la IC-19 (uno de los tramos de autovía con más tráfico de Europa; y en obras), llegamos a Sintra a las 09:15. Sintra fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1995. Los antiguos pobladores de esta región la llamaban " Monte de la luna ".

Nos dirigimos directamente al Palacio da Pena, subiendo unos montes preciosos y con mucha vegetación. A las 09:35 ya estábamos en la entrada al Castillo (conviene visitarlo a primera hora de la mañana, más tarde se llena de turistas y es difícil aparcar el coche, además la cola para coger entrada se hace pesada). En el aparcamiento del Palacio ya había dos coches aparcados (todos españoles), allí charlamos un rato con una pareja de Toledo mientras no abría la taquilla del Castillo.

A las 10:00 cogimos los tickets (5 € entrada al castillo), (si vas a visitar también el Castelo dos Mouros te venden una entrada conjunta que te cuesta 8 €). Nosotros solo compramos para el Palacio da Pena (también puedes coger entrada para ver sus jardines, aunque para mi gusto es mejor ver los de la Quinta da Regaleira - mucho más vistosos y espectaculares).

Para subir montamos en un autobús disfrazado de tranvía que te lleva a las mismas puertas del Palacio (1´50 € el viaje de ida y vuelta). El viaje en este autobús es corto pero vale la pena subirse en el. El Palacio impresionante (con vistas panorámicas excelentes de la región de Sintra). Las obras de este Palacio, concebido como residencia veraniega de la familia real, comenzaron en 1840 y no concluyeron hasta 47 años después. En la construcción se mezclaron gran cantidad de estilos: egipcio, renacentista, gótico, manuelino (se recrea la famosísima ventana del Castillo de Tomar), múdejar y oriental. La visita al Palacio os llevará aproximadamente una hora y media, siempre que no visiteis sus jardines.

A las 12:15 ya estábamos bajando a pie hacia el aparcamiento que hay en la entrada al Palacio. Comenzaban a caer unas gotas (Sintra tiene una especie de microclima en el que se pueden dar las cuatro estaciones en el mismo día - además la humedad en esta zona suele ser alta). Por la mañana puede lucir un sol espléndido, y en pocas horas puede haber una niebla que no te permita ver a 5 metros o caerte un gran chaparrón.

Cogimos el coche camino a la Quinta da Regaleira (entrada 5 €), te dan un pequeño plano del parque para que no te pierdas. Visitamos el Palacio (a mí personalmente no me entusiasmó); lo que merece la pena ver en la Regaleira son sus magníficos jardines; de ambiente esotérico, alquímico y masón, estos jardines están llenos de pasadizos, oscuras y sinuosas galerías y grutas, fuentes, cascadas y una encantadora capilla. Los orígenes de esta Quinta se remontan a inicios del siglo XVII, pero es a comienzos del siglo XX cuando adquiere el esplendor que tiene actualmente gracias a la mano maestra del arquitecto polifacético Luigi Manini (autor también del Palacio de Buçaco).

Comenzó a llover cuando estábamos paseando por los jardines y nos tuvimos que refugiar en uno de los pasadizos (allí estuvimos casi 1 hora), caía con ganas y no llevábamos paragüas (recomiendo llevar un paragüas para ir a Sintra – nunca se sabe cuando va a llover). Aprovechamos este momento de cobijo para disfrutar de la lluvia en este inusitado paraje, lleno de silencio y exuberante naturaleza. La verdad es que tuvo su encanto ver llover en estos jardines.

Como no tenía trazas de parar de llover continuamos la visita medio corriendo para visitar el resto de los jardines (el pozo iniciático – espectacular -, el pozo imperfecto, las grutas que comunican ambos pozos y otros estanques…). La visita a los jardines da Regaleira bien merece un par de horas para disfrutarlos bien. La visita al Palacio se puede hacer perfectamente en poco más de media hora.

A las 15:30 cogimos el coche para ir al casco histórico de Sintra (está muy cerca de la Regaleira). Comimos en un restaurante cercano al Palacio Real (está a la izquierda del restaurante París; hay que bajar un pequeño tramo de escaleras para entrar). La comida muy buena, riquísima y a buen precio (sopa, bacalao y carne de cerdo a la alentejana – con almejas). Nos pusieron unos entrantes que pagamos caros (casi 7 €) que consistían en unos patés de sardina, de atún, unos miniquesos de la región y unos panes (caros, aunque muy ricos también).

Después de comer visitamos el Palacio Real de Sintra, (cierra a las 17:00), casi no llegamos, entramos a las 16:50 y éramos los últimos que lo visitaban ese día. A medida que íbamos visitando el Palacio iban cerrando las puertas de las salas detrás nuestra dos señoras muy simpáticas. La entrada nos costó 5 €. Me encantó la sala de los Cisnes y la cocina con esas dos torres blancas cónicas inmensas. La visita al Palacio no os debería llevar más de una hora.

Al salir del Palacio ya el cielo era azul y lucía el sol, fuimos a la famosa pastelería Piriquita; probamos los traveseiros y las queijoadas (dulces típicos de Sintra). Me compré un paquete de queijoadas (4 € / 6 queijoadas). Recorrimos el pueblo callejeando por sus empinadas calles llenas de turistas: japoneses, españoles… Queríamos entrar al Museo do Brinquedo pero como era lunes estaba cerrado.

El pueblo es precioso y el ayuntamiento de los más bonitos que he visto en mi vida. Sintra en general vale mucho la pena. Que le pregunten a William Beckford que exhausto por su belleza decía " Necesito ir a Sintra; si no muero " (1787). Lord Byron denominó a la ciudad como " Glorioso Edén ".

A las 20:00 dimos unas vueltas en coche por Sintra, visitamos por fuera el Palacio de Seteais (reconvertido a Hotel de Lujo) y la estación de tren, además del ayuntamiento. A las 20:30 salimos dirección a Lisboa cogiendo de nuevo la IC – 19, esta vez con mucho menos tráfico. Si queréis información muy completa sobre esta cautivadora ciudad y sus alrededores recomiendo visitar www.cm-sintra.pt/default.aspx .

Paramos en el Centro Comercial Colombo (el centro comercial más grande de la Península Ibérica). El Colombo está situado en Benfica (junto al Estadio da Luz) y parece una mini ciudad, con sus calles, sus plazas y plazoletas. Está decorado con fuentes, esculturas y hay cientos de tiendas donde poder quemar la tarjeta de crédito. Tiene también un pequeño parque de atracciones, el Fun Center, con montaña rusa incluída. Después de pasear el Centro Comercial (nos gustó una tienda de decoración de diseño “Área &”- tiene otra tienda en el Centro Comercial Norte Shopping de Porto; mucho mejor que el Ikea para mi gusto y con precios similares a éste). Cena buffet en un brasileño de la planta alta del centro comercial (llena de restaurantes de todo tipo: desde comida india hasta el típico McDonald’s), comida abundante a buen precio y muy rica (me gustan los restaurantes brasileños). Aquí podéis hacer una visita virtual a este enorme centro comercial www.colombo.pt/ .

A las 24:00 (hora que cerraba el Colombo; en Portugal la mayoría de los centros comerciales cierran a las 24:00) cogimos el coche y nos dirigimos al Hotel. Nos perdimos y dimos unas cuantas vueltas por la zona nueva de Lisboa, la de las grandes avenidas y grandes rotondas. A esas había poco tráfico y era agradable conducir de noche por la lisboa nueva. Al final, después de casi una hora de paseo con el coche, llegamos al hotel a la 01:15 aproximadamente.

Nos levantamos temprano como siempre (sobre las 07:00). Después del aseo y el desayuno cogimos el metro para ir a estación metro Martin Moniz. Una de las salidas del metro es la entrada al Centro Comercial Mouraría (no es el típico centro comercial, aquí no hay McDonald’s ni tiendas de lujo, abundan las tiendas donde se puede comprar desde un vestido de la india hasta especies y condimentos que solo ves en los documentales de viajes). Como todavía no eran las 10:00 la mayor parte de las tiendas estaban cerradas. Decidimos ir al Largo Martin Moniz, que es una especie de plaza larga.

En la misma plaza montamos en nuestro primer tranvía en Lisboa. El 12. Si queréis conocer un poco la historia de estos tranvías u obtener datos de medios de transporte en Lisboa podéis linkear en esta página www.carris.pt/ (solo en portugués o inglés). El viaje en el 12 se hizo encantador y agradable; el tranvía iba vacio. Es un trayecto corto (mucho más corto que el recorrido que hace el mítico tranvía 28). Recorrimos parte del barrio de la Mouraría, Graça, la Baixa, Plaza da Figueira. Después de hacer el recorrido completo y de tener una discusión el conductor del tranvía con otro de una furgoneta que se le había atravesado en la vía, bajamos en una parada que hay cerca del mirador de Portas do Sol. Hasta el Mirador fuimos a pie (menos de 5 minutos). Vimos unas magníficas vistas de Alfama y el Tajo. Bajamos al otro mirador que hay en esa zona, el Mirador de Santa Lucía. En este mirador se ven también unas bonitas vistas de Alfama, compramos una cajita de porcelana a una de las vendedoras que pululan por el mirador.

Continuamos andando hacia el Castillo de Sao Jorge. En el camino vimos un curioso urinario público en la misma calle y a la vista de cualquiera que pasara por la calle; auténticamente medieval la escena.

Visitamos el castillo (5 € cuesta la entrada). Magníficas vistas de Lisboa desde los miradores del Castillo (para mí el mejor mirador de vistas panorámicas de toda Lisboa). Sacamos las típicas fotografías como siempre. Visitamos las murallas y el interior del Castillo, subiéndonos a las torres para ver Lisboa desde distintas perspectivas. Repito (lo mejor del Castillo son las vistas panorámicas de toda Lisboa).

Al salir del castillo compramos en una tienda de recuerdos el típico tranvía de Lisboa y bajamos a tomar un refresco con croqueta de bacalao incluída al famoso Chapitó. Desde la terraza de este bar hay también unas buenas vistas de la ciudad; tengo que decir que nos atendieron estupendamente. En general la gente en Lisboa es muy amable y trata de ayudarte para hacer más cómoda tu estancia en la ciudad.

Después del pequeño descanso en el Chapitó bajamos hacia la Sé Catedral. Una vez allí vimos el interior, la fachada románica y el magnífico rosetón exterior. Previo pago (2´50 €), entramos en el claustro para ver los restos arqueológicos. Al museo de arte sacro de la catedral decidimos no ir.

Delante de la catedral subimos al famoso tranvía 28 para ir de nuevo al Largo das Portas do Sol (este tranvía va mucho más lleno que el 12 – cuidado con los carteristas). Desde el Largo das Portas do Sol iniciamos la visita al barrio de la Alfama, paseando por entre las estrechas callejuelas y empinadas escaleras. Esta zona de Lisboa está en decadencia.

Alfama se ve descuidada y en ocasiones con sus callejuelas muy sucias. Lástima que no esté mejor cuidada porque desde luego que merece mucho la pena callejear este barrio lleno de balcones floridos y ropa tendida en los balcones.

Vimos alguna plaza pequeña muy limpia y encantadora, pero es la excepción en Alfama, lo demás está bastante deteriorado y con suciedad (es el barrio más pobre de Lisboa). Aquí tenéis un poco de información muy general de este barrio: Alfama (etapa árabe que comprende cinco siglos históricos de la ciudad, del VIII al XII) conserva su estructura de la época musulmana, con patios con flores y ropa tendida, cuestas y escaleras. Este barrio, el más antiguo y popular, toma su nombre de un derivado de Alhama que significa “fuente termal” o de Aljama, que en árabe significa población.

Después de llegar a la casa do Fado, en la parte baja de Alfama, subimos de nuevo al Largo das Portas do Sol y allí comimos en el restaurante “Sol Nascente”. No lo recomiendo en absoluto, fue donde peor comimos en los días en que estuvimos en Lisboa; pedimos bacalao y nos trajeron sardinas, el servicio poco agradable y antipático – rectificaron el error después de protestar, nos retiraron las sardinas y trajeron el bacalao.

Volvimos a coger el tranvía 28 delante del restaurante, en el largo das Portas do Sol, y bajamos en la parada que hay al lado de la Iglesia de Sao Vicente de Fóra,cuyo interior visitamos. Paseamos la Feira da Ladra (todavía quedaban bastantes puestos a pesar de que eran las 16:00).

La Feira da Ladra es una especie de rastro en el que puedes encontrar desde ropa y calzado de segunda mano hasta objetos muy usados que no sirven para nada (merece la pena darse un paseo por el mercado como curiosidad).

Justo al lado de los puestos de la feria está el Panteón Nacional de Santa Engracia (entrada 2 €), de color blanco impoluto (se puede ver perfectamente el contraste entre la suntuosidad del Panteón y la mediocridad de la Feria - y es que Portugal es un país de contrastes). Aquí se encuentran los sepulcros de personajes ilustres de Portugal (entre ellos destaca el de la popular y querida fadista Amalia Rodrigues). Este panteón es espectacularmente grande y merece una visita aunque solo sea para ver la enorme cúpula interior o subir a la magnífica terraza desde la cual se pueden ver unas maravillosas vistas de Lisboa y del rio Tajo.

Al salir del Panteón Nacional pasamos de nuevo por el mercado y esperamos en la parada al Tranvía 28 para hacer el recorrido completo (desde el Largo da Graça hasta el Cementerio de los Prazeres en Campo de Ourique). El tranvía a medida que va parando se va llenando de gente hasta los topes. Recorrimos la zona antigua de Lisboa (desde el barrio da Graça, pasando por la Sé, Baixa, Chiado, Barrio Alto, Estrela…, hasta Ourique). Muy recomendable el viaje aunque se hace un poco agobiante debido a la cantidad de gente que va en el tranvía. Durante el recorrido vimos que un señor de unos 45 años nos estaba controlando, posiblemente fuera uno de los muchos carteristas que hay en Lisboa.

Una vez llegamos a Ourique volvimos a subir al 28 de vuelta para bajar en la parada que hay delante de la Basílica da Estrela. Vimos el interior de la Basílica y continuamos a pie bajando las calles del Barrio da Estrela.

Pasamos por delante del restaurante XL (frecuentado por políticos y personajes famosos de Portugal – el futbolista Figo es un asiduo del restaurante cuando se encuentra en la ciudad). Justo un poco más abajo del XL y a mano izquierda se puede ver el Parlamento (Palacio de la Asamblea de la República Portuguesa) con un gran frontón que recuerda al Partenón griego.

Dejando atrás el Barrio da Estrela nos adentramos en el Barrio Alto. Seguimos callejeando a pié y cuesta abajo hasta llegar al Mirador de Santa Catarina (zona habitual elegida por la gente joven para hacer el botellón). Desde este mirador se ven unas estupendas vistas del Puente 25 de Abril y del Cristo Rei, además de las Docas de Alcántara (una de las zonas de marcha por excelencia de Lisboa, junto con la zona de Barrio Alto).

Muy cerca del mirador montamos en el Elevador da Bica para bajar a la zona oeste de la Praza do Comercio. Impresionante la bajada del elevador (con una pendiente muy pronunciada).

Una vez abajo subimos a un tranvía que nos llevó a la Praza do Comercio. Continuamos por Rúa Augusta donde nos volvieron a ofrecer costo y cocaína. Hicimos cola para subir en el Elevador de Santa Justa.

El elevador de Santa Justa es impresionante. Este elevador fue diseñado por Raul Mesnier de Ponsard (discípulo de Eiffel), un ingeniero nacido en Oporto de padres franceses. Su construcción comenzó en 1900 y finalizó en 1902. Tiene una altura de 45 metros y su estructura es de hierro. La decoración es de estilo neogótico, los dos ascensores de su interior están revestidos de madera y tienen capacidad para 24 personas cada uno. Al último nivel se accede a través de una escalera helicoidal que termina en una terraza en donde hay un pequeño bar-restaurante y donde se pueden ver unas estupendas vistas de Baixa, Rossio y Castelo. Cuando subimos nosotros estaba tocando un dúo musical que amenizaba las vistas desde este curioso mirador.

Continuamos por la pasarela que conduce a los restos del Convento do Carmo y bajamos a la Rúa Garret para tomar un café y un pastel de Belém en el Café Brasileira.

Al salir del Brasileira, justo al lado de la boca de metro Baixa- Chiado vimos una actuación improvisada de un dúo musical (una chica de color cantaba y bailaba al ritmo de un xilófono tocado con maestría por otro chico). Pillamos el metro en estación Baixa-Chiado (impresionante el desnivel que hay que salvar a través de las escaleras mecánicas para llegar a coger el metro; esta estación es la más profunda de toda la red de metro lisboeta y está toda decorada con azulejo blanco).

Hicimos transbordo en estación Alameda y como siempre salimos en estación Olaias (línea roja que conduce a Oriente). Cenamos un par de hamburguesas con pan de sándwich en la cafetería Charlot (está al lado del Hotel Altis Park). A las 22:15 nos fuimos a descansar a la habitación del Hotel.

El día visto desde la ventana de la habitación del hotel se presentaba muy nublado y con mucha probabilidad de lluvia. Después del aseo desayunos en el hotel y a las 08:30 cogimos el metro en Olaias, haciendo transbordo en Alameda (línea verde) nos dirigimos a la estación Baixa-Chiado.

Hicimos unas fotos al lado de la estatua de bronce del poeta Fernando Pessoa que está situada enfrente al Café Brasileira y después volvimos a subir en el Elevador de Santa Justa (esta vez sin colas) para ver las ruinas del Convento do Carmo y visitar la Iglesia de Sao Roque (destaca la capilla de Sao Sebastián; esta capilla la estaban restaurando). Vimos la fachada del Teatro da Trinidade y la famosa cervecería Trinidade (no pudimos entrar porque estaba cerrada).

Bajamos a pie las enormes y empinadas escalinatas que separan el Barrio Alto de la Baixa. Visitamos de nuevo por dentro la estación de tren de Rossio (desde aquí salen trenes para Sintra) y fuimos a Plaza de Restauradores, donde cogimos el metro (línea azul) para dirigirnos a estación metro Plaza de España (esta zona ya se encuentra en la nueva Lisboa; la de grandes avenidas y grandes edificios de empresas y hoteles gigantes).

Una vez en Plaza España nos dirigimos a nuestra primera visita museística en Lisboa, el Museo Calouste Gulbenkian, (personalmente pienso que es el mejor museo que hay en la ciudad para visitar). Está situado en una de las esquinas de la plaza, muy cerca de la boca de metro. Nosotros tuvimos que ir corriendo porque llovía mucho y todavía no habíamos comprado chubasqueros, así que esta mañana tocó mojarse un poco.

Entramos en el museo sobre las 11:00 de la mañana después de hacer cola para coger la entrada (4 €). Hay distintos tipos de entrada (hay exposiciones temporales y otro pequeño museo más). Nosotros vimos el principal; tenéis arte egipcio, greco-romano, mesopotámico, europeo… y distintas salas de pintura. Decir que el museo tiene unos magníficos jardines exteriores que no vimos porque estaba lloviendo. Más información del Museo Calouste Gulbenkian en www.museu.gulbenkian.pt/ ...mp;lang=pt (en portugués e inglés).

A la salida del museo (ya no llovía) volvimos a coger el metro en la estación Plaza de España para dirigirnos esta vez a la estación Parque. Paramos allí para ver el Parque Eduardo VII y La Estufa Fría (jardín botánico con invernaderos de plantas, arbustos y árboles de los cinco continentes; están situados en el mismo parque). Desde la parte alta del parque se divisa una bonita vista de Lisboa y la Avenida da Liberdade, así como de la colosal Rotunda de Marqués de Pombal.

Una vez vistas las Estufas seguimos bajando a pie por el parque Eduardo VII hasta llegar a la Rotonda Marqués de Pombal en la que se erige un espectacular monumento en honor al Marqués de Pombal (este personaje fue el impulsor y creador de La Baixa después del terremoto que sufrió la ciudad en 1.755).

En la estación metro Marqués de Pombal cogimos la línea amarilla para dirigirnos a estación metro Campo Pequeno. De camino paramos en estación metro Picoas para ver la peculiar boca de metro Picoas; es una copia de la típica boca de metro de París (curiosa nada más: tuvimos que dar un par de vueltas para encontrarla pero al final dimos con ella).

Continuamos en metro y salimos en Campo Pequeno para ver la Plaza de Toros. Dentro de la Plaza hay un centro comercial (obsesión es lo tienen los portugueses por los centros comerciales). Por fuera la Plaza tiene un corte árabe y es bastante bonita.

Comenzamos a comer en la zona de restaurantes del centro comercial de la Plaza de Toros a las 15:00 en punto. Un par de pizzas, también probamos por primera vez sushi (comida japonesa a base de pescados crudos que por cierto no nos gustó nada). Nos dirigimos de nuevo en metro hasta Marqués de Pombal, desde donde bajamos a pie y cuesta abajo toda la Avenida da Liberdade (esta avenida es el nexo de unión entre la Lisboa antigua y la Nueva Lisboa). Destacar los dibujos de los mosaicos en sus aceras y las tiendas de ropa de primeras marcas que pululan a lo largo de la Avenida.

Después de cruzarnos con una gran manifestación llegamos al final de la Avenida. Decidimos tomar algo en el Hard Rock Café (de pasó aproveché para comprarme una camiseta en la tienda del Hard Rock). El local muy bonito y con un ambiente muy alegre y distendido, aunque las consumiciones son bastante caras. Me gustó mucho una chaqueta que tenían expuesta en una vitrina y que fue diseñada por Armani y utilizada por Elton John; también unos pantalones de cuero negro de Santana me llamaron la atención.

Después de este breve descanso continuamos por Rúa das Portas de Santo Antao (calle paralela a la Avenida da Liberdade en la que se encuentran numerosos restaurantes y marisquerías para comer). En esta calle también se puede ver el edificio Museu da Sociedade Geográfica y el Teatro Politeama. Al final de esta calle hacia el norte se encuentra el tercer elevador-tranvía de Lisboa – el de Lavra – que conduce al Mirador do Torel (nosotros no subimos porque es el menos interesante de Lisboa).

Decidimos mejor pasear por esta calle llena de gente y restaurantes y al final de la misma tomar una ginginha en el local “Ginjinha sem rival” en donde compramos un par de botellas de este delicioso licor. El dueño del local, muy simpático, nos animaba a comer el fruto del licor; según él era lo mejor de la ginjinha porque estaba todo empapado de alcohol.

Continuamos hasta la Plaza do Rossio para tomarnos un café en el famoso “Nicola” (fantástica fachada art-decó; el interior de la cafetería bastante normalillo). Después del café continuamos andando por la Rúa do Ouro en la misma Baixa para ver la Plaza del Municipio (oeste de la del Comercio), donde se puede ver el edificio de la Cámara Municipal y en el centro de la plaza el famoso Pelourinho donde ajusticiaban a los ladrones y asesinos. Estaba anocheciendo y volvimos a la Praza do Comercio para ver el Café “Martinho da Arcada” que tenía como cliente habitual a Pessoa y en cuyas mesas escribió muchos de sus poemas (en el interior del local tienen abundantes fotografías del poeta y una decoración sencilla en colores blancos y negros que me gustó mucho).

Continuamos paseando por la zona este de la Plaza do Comercio para ir a ver la Casa dos Bicos (totalmente prescindible, me esperaba más). Ya que estábamos aquí continuamos por esta zona hasta llegar a la parte baja de Alfama.

De vuelta a la Plaza do Comercio paramos en una tienda china en donde compramos un par de recuerdos de Sintra. “Sintala, Sintala, muy bonito…” nos decía la china del comercio mientras empaquetaba los recuerdos, .

Ya en la Baixa y pasando por Plaza de Camoes se nos rompió una de las botellas de Ginginha que habíamos comprado al tropezar contra un pivote que cerraba el paso a los coches en una calle que subía hacia Barrio Alto. Paseamos las calles de Barrio Alto (rúa diario de noticias, rúa da rosa, rúa da atalaia…), buscando un local económico donde cenar y escuchar fado.

En Barrio Alto hay numerosas tiendas de ropa, decoración, objetos de diseño y la mayor parte de los pubs y bares donde la gente de Lisboa se desvela las noches bebiendo unas copas en la calle o se va a cenar y escuchar un buen fado. En el fado se expresan los malos momentos de la vida a través del canto. Generalmente es cantado por una sola persona, acompañado por la viola, nombre con el que se conoce a la guitarra española, y guitarra portuguesa. Los temas más cantados en el fado son la melancolía, la nostalgia o pequeñas historias del diario vivir de los barrios humildes; pero especialmente la frustración y fatalismo. Suele decirse que la palabra fado viene del latín fatum (destino). De origen un poco desconocido, surgió probablemente en la primera mitad del siglo XIX. Hay dos tipos de fado, el de Lisboa y el de Coimbra (cantado por hombres y con letras que hacen referencia a las amores de los estudiantes o a la propia ciudad).

Me gustó mucho el ambiente de estas calles de Barrio Alto; calles empinadas, con cuestas y sin ellas, con graffitis, con mucho ambiente, con muchos anuncios pegados en las paredes…., tiene un encanto especial pasear estas calles de noche. Ya eran casi las 21:00 y decidimos entrar en el Adega Mesquita para cenar y escuchar Fado (cena y espectáculo de fado para dos personas 52 € en total).

El interior del local tenía una decoración un tanto española, con una gran cabeza disecada de toro encima del escenario y alguna que otra fotografía colgada en la pared que nos recordaba a Carmen Sevilla. Cenamos bastante bien; el servicio bueno, y el espectáculo de las dos fadistas y el grupo folklórico portugués nos gustó (recomendamos este local).

A las 23:25 salimos del local para coger el metro en Baixa-Chiado y dirigirnos al Hotel para descansar. A las 24:05 ya estábamos en la habitación con los pies muy cansados de tanto andar por las cuestas de la ciudad.

Después de desayunar como reyes en el Hotel, cogimos metro en Olaias dirección a la estación metro Cais do Sodré (en esta estación se pueden ver los conejos de Alicia en el país de las maravillas dibujados en los azulejos de las paredes de la estación – la mayor parte de las estaciones de metro en Lisboa están decoradas con azulejos). En Cais do Sodré cogimos el tranvía moderno (el 15) que nos llevaría a Belém.

En Belém lo primero que hicimos fue visitar el Monumento a los Descubridores en donde subimos a su mirador en un ascensor interior que tiene el monumento (eso sí, previo pago), aunque vale la pena porque las vistas desde ahí arriba son estupendas (ponte 25 de Abril, todo el barrio de Belém, el Tajo…) hacía un viento que pelaba esa mañana. Después nos fuimos andando a visitar la Torre de Belém (preciosa, parece de juguete).

De nuevo y caminando fuimos al Monasterio de los Jerónimos. Lo primero que vimos al llegar al Monasterio fue el Museo da Marinha (se encuentra en una dependencia del Monasterio). Luego entramos a la capilla del Monasterio y visitamos el maravilloso claustro (imperdible), allí en el claustro me encontré con un conocido de mi tierra. En esta página tenéis una completa información del monasterio www.mosteirojeronimos.pt/ (solo en portugués e inglés).

Contemplamos la magnífica portada sur del Monasterio. Y después nos fuimos a la famosa Pastelería de Belém, como estaba a tope y había cola para sentarse en las mesas decidimos ir a comer a una especie de bar donde comimos pollo con patatas fritas (muy rápidos y buen precio).

Volvimos a la pastelería y está vez había menos gente, después de esperar unos 5 minutos en la cola nos pudimos sentar y comimos los pasteis de nata con unos cafés (deliciosos, calentitos y muy crujientes). Nos cogimos unos cuantos paquetes de pasteles para llevar a casa (el paquete de seis pasteles cuesta unos 5 €). Más información sobre la historia de la fábrica de pasteles de belém así como de los horarios de apertura y cierre en www.pasteisdebelem.pt/ (en portugués).

Después de ver la entrada del Palacio de Belém (residencia del Presidente de la República) visitamos el Museo de Carruajes que está justo al lado del Palacio (interesante la visita a este museo).

En la estación de tren de Belém cogimos el tren para ir a Cascais y Estoril. Sobre las 17:00 estábamos en Cascais.

Paseamos las calles del pueblo y dejamos las bolsas con los pasteles que habíamos comprado en Belém en una consigna del centro comercial Jumbo de Cascais. Comimos unas hamburguesas en un McDonald’s y bajamos otra vez a la plaza del pueblo paseando por las calles de este precioso lugar.

Cerca de la plaza alquilamos un segway por 15 minutos (7 €). Dimos unos paseos, charlamos con unas chicas de las Azores que estaban de paso por allí y recorrimos andando ya de noche todo el paseo que une por la costa la localidad de Cascais con Estoril (precioso paseo y buenas playas).

En Estoril vimos el lujoso Casino en el que no pudimos entrar por llevar chándal. Nos conformamos con verlo por fuera. De vuelta a Cascais fuimos caminando por la llamada carretera marginal que une Lisboa con Cascais. Vimos estupendas mansiones y coches lujosos, se ve que hay mucho dinero y ricos por aquí, por algo le llaman la Riviera Portuguesa.

Recogimos las bolsas de los pasteles en el centro comercial y cogimos el tren de las 22:00 en la estación con destino a Cais do Sodré (Lisboa). A las 22:40 estábamos en Lisboa. Cogimos metro en Cais do Sodré e hicimos una parada facultativa en Rossio para comprar otra botella de Ginginha (el día anterior se nos había roto una en Barrio Alto). Ya en el Hotel tomamos un par de refrescos en la cafetería (muy caras las consumiciones). Nos fuimos a dormir.

Esta mañana se nos estropeó la ducha del baño de la habitación y yo había perdido mi llave magnética. Después de desayunar lo comentamos en la recepción del Hotel y se prestaron a arreglarnos rápidamente el tema de la ducha. Devolvimos las llaves de la habitación y abonamos el parking donde guardábamos el coche (nos costó 60 € por 6 días; el parking bastante cómodo para maniobrar y con plazas amplias; aunque 10 € día me parece un poco caro).

A las 10:10 salimos del Hotel camino del Zoo (queríamos ir a Queluz a ver el Palacio pero no nos daba tiempo a ver las dos cosas y nos habían hablado muy bien del zoo). Había poco tráfico en la ciudad ya que era día festivo. Los días laborables no recomiendo andar en coche por Lisboa por el intenso tráfico y la manera de conducir de los portugueses.

El zoo está en la zona nueva, al noroeste de la ciudad, en el barrio de Seteais. La entrada nos costó 14´50 €. A las 11:00 vimos el espectáculo de delfines con el que disfrutamos como niños. Un gracioso teleférico recorre toda la zona del zoo.

Más tarde pasamos en coche el Ponte 25 de Abril dirección a Almada para ver el Cristo Rei y despedir desde allí nuestra visita a Lisboa. Previo pago, subimos al mirador del Cristo en un ascensor. Las vistas desde aquí junto con las del mirador del Castillo de San Jorge son las mejores para ver Lisboa y alrededores. Bajamos a la ciudad de Almada después de dar un paseo en coche por Cacilhas.

Gracias, me alegro de que os guste. Lo había puesto como diario como bien dijo Xias. Accidentalmente lo borré cuando intentaba poner las fotos. Espero tener un poco de tiempo libre y volver a poner el diario de nuevo con fotos incluídas. Tengo saudade de Lisboa¡¡¡