Bolonia y alrededores ✏️ Blogs of Italy

Para llegar del aeropuerto a la ciudad existe la posibilidad de coger un taxi (a nosotros nos costó menos de € 14,-) o coger el autobús BLQ que te lleva a la Estación Central de Bolonia por el precio de € 6,- por persona. El bus sale cada 11 minutos y los billetes se pueden comprar en la misma parada mediante unas máquinas automáticas.
¿No me digáis que Italia no tiene un encanto especial? Arquitectura y un patrimonio cultural único, una gastronomía que nos vuelve locos, esos helados cremosos que no pararías de comer, buen tiempo y un gusto por los pequeños detalles que no encuentras en otros sitios. Sin duda es mi país europeo favorito después de España, especialmente por su arte y por esa facilidad de entendernos sin hablar el mismo idioma.
Nuestro amor por Italia viene desde hace tiempo. Conocemos Milán, Roma, Florencia, Venecia, Nápoles, Sicilia, etc. En Italia siempre hay rincones por explorar, y esta vez le tocó el turno a Bolonia y la región de Emilia Romagna, que comprende localidades como Módena, Parma o Ferrara.
¡Dicen que esta zona de Italia es donde mejor se come y dimos buena cuenta de ello! De aquí procede la famosa pasta a la boloñesa, los tortellini, el jamón de Parma, el queso parmesano y el aceite balsámico de Módena, entre otras cosas. No os extrañéis si en la factura del restaurante os cobran tres o cuatro euros por el “coperto”. Lo hacen en casi todos.
Para circular por Bolonia lo mejor es comprar un bono bus de 10 viajes por € 12,- También se puede comprar en el mismo bus por el precio de € 1,50 cada billete.
Para realizar esta escapada, fijamos Bolonia como centro de operaciones y desde ahí nos fuimos moviendo a las diferentes localidades de alrededor. Toda esta zona nos ha sorprendido muchísimo. Bolonia es una maravilla y Parma, Regio Emilia, Módena y Ferrara cuatro pequeñas ciudades cada cuál más bonita.
Esta zona aún está por descubrir, en cierta manera, así que el espíritu italiano se respira al 100%.

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Las tres ciudades están conectadas desde Bolonia en tren por la misma línea, por lo que es muy fácil acercarse a Parma e ir visitando el resto de ciudades conforme regresamos a Bolonia. En la Estación Central, donde nos atendió una señorita muy amablemente, compramos dos billetes de tren a Parma (en total € 29,40). Al bajar en Parma del tren fuimos andando por una ancha avenida (Vía Trento) hasta llegar al centro histórico. No está muy lejos y el centro se recorre bastante rápido. En la Piazza Giuseppe Garibaldi, 1 se encuentra la Oficina de Turismo (SITur), donde nos facilitaron toda clase de planos e información sobre la ciudad.
Recorrimos la ciudad visitando el Palazzo della Pilotta, la Piazza della Pace, el Teatro Regio (donde se venera a Verdi), la Iglesia de Santa María della Steccata, la Catedral con su Baptisterio, y recorrimos multitud de callejuelas y plazas con un sabor muy italiano, llenas de cafeterías, terrazas y tiendas de productos típicos.

Para comer elegimos una trattoria que estaba llena de “gente del país…” y acertamos! Era muy familiar, sin grandes lujos, comida muy casera, con postre y vino por € 28,- ¡Increíble! La trattoria se llama Rangon y está en la Vía delle Colonne, 26.
Volvimos a la estación para coger el tren con destino a Bologna y hacer una parada en Reggio Emilia (antigua capital de la región). Hay que tener mucho cuidado con la información que aparece en los paneles informativos. La ventaja es que los italianos ayudan mucho y no les molesta que les preguntes. ¡Una gran ventaja!

En Reggio Emilia admiramos sus plazas y callejuelas y su magnífica Catedral. La Vía Emilia S. Piestro está llena de casitas típicas de colores y sus soportales tiene un encanto muy especial. Para llegar al centro cogimos un taxi y luego volvimos en el bus local.

Y de Módena destacamos un ambiente más sofisticado, debido a la riqueza que disfrutan sus habitantes y su gran catedral románica, Patrimonio de la Humanidad.

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Por la tarde, cuando regresamos a Bolonia pudimos dar un paseo nocturno por el centro (Bolonia de noche es impresionante) y seguir probando la gastronomía típica. Recorrimos la Vía Ugo Bassi para llegar a la Piazza Maggiore donde se puede admirar la Fuente de Neptuno (Il Gigante), la Catedral, el Ayuntamiento, etc. ¡Una plaza inolvidable…! La lástima es que la Fuente de Neptuno está en restauración (qué raro es ver en Italia algún monumento en restauración…), pero se volverá a destapar el 31 de diciembre de 2017. Afortunadamente a las 18 h. te permiten visitar las obras a través de una visita guiada donde te dan toda clase de detalles. Los tickets se obtienen en la Oficina de Turismo en la misma plaza.

Para cenar optamos por volver por la Vía Ugo Bassi hasta llegar a la Piazza Malpighi e ir a la Vía del Pratello, donde está lleno de trattorias y bares llenos de gente. En el número 103 (al final de la calle) se encuentra Quanto Basta, donde cenamos magníficamente por € 85,- (el vino ya costó € 25,- y probé una “carne cruda di fassona” espectacular). Previamente habíamos reservado una mesa al tf. 051522100, pues de lo contrario no hubiéramos podido cenar allí.

Después de cenar, en la Piazza San Francesco (muy cerca de donde nos alojamos), nos tomamos dos Campari Spritz por € 6,- muy agradables. Es una bebida italiana a base de campari y vino espumoso que resulta muy refrescante. Existe otra versión, la Aperol Spritz, pero muy dulce para nuestro gusto.

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