Parque Nacional do Iguaçu - Brasil
Siguiendo los consejos de Maialen, una forera que se fue a Argentina en Julio, empezamos por el lado Brasileño. Según la mayoría de la gente, este lado es más para tener vistas, fotografías de las cataratas, y el lado argentino es más para "sentirlas" ya que se está más cerca.
Decidimos ir hasta el parque brasileño por nuestra cuenta, es decir en colectivo. Para ello fuimos hasta el pueblo, y al nivel del semáforo que está cerca de la gran rotonda, hay una parada de autobús donde se paran los que van a Brasil. Así no es necesario ir hasta la terminal de colectivos. Tuvimos suerte ya que el colectivo no tardo nada en pasar. Basta con coger cualquier autobús donde esté escrito "Brasil" y cuesta 3 pesos por persona, luego preguntáis al conductor de avisaros cuando tenéis que bajar para ir a las cataratas. Pero para ello, primero hay que pararse a la frontera (muy cercana), todo el mundo baja del autobús, se pone a la cola y en una caseta hay varios policías que sellan los pasaportes. Para nuestro autobús, el proceso fue muy rápido. Luego una vez que todo el mundo ha vuelto a subir, el colectivo sigue su camino. Después de algunas paradas, nos explico el conductor que teníamos que cruzar la carretera para coger el autobús en el sentido contrario. En el autobús brasileño estará escrito también "Cataratas". Otra vez tuvimos suerte porque paso enseguida. Cuesta 4.5 pesos, es mejor informarse del precio exacto y llevarlo justo porque sino devuelven el cambio en reales (supongo que si tienen pesos en la caja lo devolverán en pesos argentinos). Este autobús, primero pasa por el aeropuerto de Foz de Iguaçu, para luego llegar a las cataratas.
La entrada al parque costó 41 pesos por persona, nos devolvieron el cambio en pesos porque lo tenían, pero sino allí también lo devuelven en reales. Así que para eso también mejor tenerlo justo.
Una vez entrado en el parque ya empieza la aventura. Unos autobuses nos llevan hasta la zona de visita. Se puede parar en paradas anteriores si se ha comprado una excursión, sino uno puede ir directamente hasta la zona de paseo. A la primera de estas paradas ya tenemos una visión preciosa de las primeras cataratas.
*** Imagen borrada ***
La primera vista de las cataratas
Luego basta con seguir el camino junto al bosque, que tiene varios miradores para poder admirar las panorámicas que nos ofrecen las cataratas.
*** Imagen borrada ***
*** Imagen borrada ***
Saltos Rivadavia, Escondido, 3 mosqueteros y 2 mosqueteros
*** Imagen borrada ***
Primera vista de la garganta del diablo
*** Imagen borrada ***
Salto Floriano
De fauna, se pueden ver coatíes, a los que no se recomienda dar de comer, sino llegan muchísimos, tucanes y varios pájaros, mariposas, etc. Pudimos ver como un grupo de unos 10 coatíes asaltaron un carricoche que tenía unos bocadillos en el cesto .
*** Imagen borrada ***
Coaties
*** Imagen borrada ***
Pájaro Urraca Común
*** Imagen borrada ***
Mariposa
Al final del recorrido se llega a las pasarelas donde tenemos vista sobre las gargantas del diablo desde abajo, es impresionante, además de ser la típica foto que se hace allí. Cuando hay sol, se ven un montón de arcos iris. Pero también se moja mucho sobre esta pasarela. Pero desde luego vale la pena.
Luego se puede coger un ascensor y así se tiene una vista de las cataratas desde más arriba.
*** Imagen borrada ***
La garganta del diablo visto desde arriba del ascensor
*** Imagen borrada ***
El salto Floriano visto desde arriba
Nos paramos allí para comer los bocadillos mientras mirábamos las cataratas. Nos gustó tanto las vistas, que decidimos hacer el mismo recorrido, pero en sentido contrario, además había mucho menos gente en los miradores. Si uno no quiere hacer otra vez el recorrido al revés, después de subir en el ascensor, se llega a la última parada de autobús, que lleva a los visitantes hasta la salida, o hasta cualquier parada donde se pueden comprar excursiones. Ese día tuvimos suerte porque a pesar de ser invierno tuvimos más de 30º.
Mucha gente comenta que vale más la pena ver el lado argentino, y que se puede dejar de ver el lado brasileño. Yo, aunque me gustó más el lado argentino, pienso que no se puede dejar de ver el lado brasileño. Es totalmente diferente, pero desde luego vale la pena, es muy bonito.
La vuelta fue igual que a la ida, tuvimos que esperar más tiempo a que llegase el autobús al parque, pedimos al conductor avisarnos cuando teníamos que bajar para volver a Argentina, pero desgraciadamente se le olvidó. De todos modos, la carretera, es una misma recta, por lo que lo cogimos en una parada más alejada. Para no equivocarse, en cuando hay una especie de crucé de carreteras, que se parece a una rotonda, a la parada siguiente podéis bajar. Allí también tardó bastante el autobús. Una vez dentro, nos paramos de nuevo a la frontera argentina, para que nos sellen de nuevo la entrada.
Por la noche fuimos a cenar a "La Rueda" en Av. Córdoba 28, es la calle que llega hasta la terminal de autobús. La comida es muy buena, la atención también, sirven una copa de cava a los clientes.
Finalmente volvimos al hostal para dormir. Estábamos muertos.