Nos volvimos a levantar temprano porque quedan 6 horas de viaje por delante, lo bueno es que con el cambio de hora llegamos a Lisboa una hora antes, con lo que el día te cunde más (también te cansas más)
La verdad es que hicimos el viaje muy bien (a pesar de tener 200 kilometros de carretera convencional), en Lisboa estabamos alojados en el Ibis Saldanha, hay que decir que el hotel está muy bien para lo que lo queríamos (cama, cuarto de baño y desayuno), además el precio del parking era muy razonable (8,5 euros/día), porque era todo zona azul por allí.
Dejamos las maletas y nos fuimos a dar una vuelta por Lisboa en plan tranquilo, bajamos andando hasta la Plaza del Comercio (haciendo una parada en una cafetería a tomar pastelillos de nata, buenísimos en una cafetería justo enfrente del elevador de Santa Justa) y luego cogimos dirección Catedral.
Vimos la Catedral y estuvimos callejeando un rato, luego nos tomamos algo en un bar que había al lado de la Catedral y nos fuimos para el hotel (esta vez en metro, que la vuelta era cuesta arriba)
La verdad es que hicimos el viaje muy bien (a pesar de tener 200 kilometros de carretera convencional), en Lisboa estabamos alojados en el Ibis Saldanha, hay que decir que el hotel está muy bien para lo que lo queríamos (cama, cuarto de baño y desayuno), además el precio del parking era muy razonable (8,5 euros/día), porque era todo zona azul por allí.
Dejamos las maletas y nos fuimos a dar una vuelta por Lisboa en plan tranquilo, bajamos andando hasta la Plaza del Comercio (haciendo una parada en una cafetería a tomar pastelillos de nata, buenísimos en una cafetería justo enfrente del elevador de Santa Justa) y luego cogimos dirección Catedral.
Vimos la Catedral y estuvimos callejeando un rato, luego nos tomamos algo en un bar que había al lado de la Catedral y nos fuimos para el hotel (esta vez en metro, que la vuelta era cuesta arriba)