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En los alrededores de Evora, debido a su situación privilegiada, donde las cuencas hidrográficas de los tres mayores ríos del sur se tocan (Tajo, Sado y Guadiana) tenemos el paisaje megalítico más diversificado y monumental. Sólo en el distrito de Evora se conocen una decena de recintos megalíticos, casi una centena de menhires sueltos o asociados, cerca de ochocientas antas (dólmenes) y unos cuatrocientos cincuenta poblados megalíticos.
Este día lo empezamos en busca de alguno de ellos. En la oficina de turismo de Evora nos dieron un pequeño plano que no nos sirvió para casi nada con la localización de los más importantes de la zona: el recinto megalítico de los Almendres (cromeleque), menhir del Monte de los Almendres) y Anta Grande do Zambojero.
Empezamos por Anta Grande do Zambojero siguiendo las indicaciones de carretera llegamos sin problemas. Se aparca el coche en un carril de tierra y hay que andar muy poco para llegar al Anta.
Las antas son monumentos funerarios colectivos que fueron construidas en su mayoría, a finales del Neolítico, hace menos de seis mil años. La Anta Grande do Zambojero es probablemente la más alta del mundo, con grandes estelas de granito que alcanzan cerca de 6 m de altura. La estructura está construida por una cámara definida por siete estelas y un pasillo largo, además de una piedra de cierre por encima de la entrada de la cámara. Al retirarle parte del montículo de tierra y piedras que la cubría, el conjunto perdió estabilidad, por lo que lo encontramos con una especie de andamios para estabilizar los puntos sensibles.
De aquí nos fuimos hacia los almendres, vimos una indicación en una señal de madera y nos metimos en un carril estrecho de tierra... ERROR!!! Cada vez se hacía más estrecho y más difícil, metiéndose en un bosque. Después de un rato siguiendo el camino y pensando que nos quedábamos por ahí atrapados, conseguimos salir otra vez a la carretera. Este carril es para 4x4 (no es nuestro caso) y luego hay señales de mountain bike. Ya de segundas encontramos un cartel normal metálico de carretera indicando y, aunque también es carril de tierra, está en perfectas condiciones.
Menhir del Monte de los Almendres: es un ejemplar ovoide alargado, característico de los menhires de la zona de Évora y exhibe un báculo, grabado en bajo-relieve, en la parte superior de la cara orientada al oeste.
La foto obligada...
Muy cerca en coche seguimos hasta el Cromeleque dos Almendres: es el mayor monumento megalítico de la Península Ibérica y uno de los monumentos más antiguos de la humanidad. Aparentemente, fue construido hace cerca de 7000 años. Su planta original tenía, probablemente, forma de herradura abierta al este y parece haber sufrido ampliaciones y remodelaciones. La forma actual del monumento es relativamente compleja: resultado, por un lado, de estas intervenciones antiguas y por otro, de amputaciones y perturbaciones más o menos recientes. Actualmente cuenta con cerca de una centena de monolitos, algunos de ellos decorados. La elección de los lugares en que estos monumentos fueron erigidos, contó seguramente con la estructura física del paisaje, en particular la red hidrográfica y también los fenómenos astronómicos más notorios, relacionados con los movimientos anuales del Sol y de la Luna.
Me parece increible estar ahí, imaginar cómo colocaron todas esas piedras que deben seguir un orden lógico para tener un significado. Este es claramente para mí, otro de los imprescindibles del viaje y no entiendo lo poco conocido que es.
El plan era volver a Évora para terminar de verla, pero nos había dado tiempo a casi todo el día anterior, sólo nos faltaría visitar por dentro la Catedral así que nos decidimos por ir a Monsaraz, que estaba en principio previsto para el día siguiente.
Hasta Reguengos de Monsaraz hay unos 35 minutos, aquí sólo paramos en la plaza para hacerle una foto a su curiosa iglesia, que recuerda un cohete.
Saliendo de Reguengos de Monsaraz vemos un cartel de indicación de un menhir, que está justo al lado de la carretera así que también paramos. Es el Menhir da Rocha dos Namorados, y en su cartel explica que las mujeres solteras tienen que tirar de espaldas una piedra e intentar que se quede encima del menhir para encontrar marido, cosa que aseguro no es tan fácil!!
Llegando a Monsaraz (unos 18 minutos) vemos otro cartel, esta vez del Anta do Olival da Pega, un dolmen pequeñito pero que tiene encanto, rodeado de olivos y desde donde se ve la colina donde está ubicada Monsaraz con su castillo.
Nos saltamos la entrada de Monsaraz, ya que justo un poco más hacia delante tenemos el Cromeleque do Xerez en cuyo centro se levanta un menhir de 7 metros. Se encontraba a 5 km de su ubicación actual, pero lo trasladaron para salvarla de la inundación de la presa de Barragem do Alqueva.
Monsaraz: es una diminuta aldea rodeada de campos que se posa en lo alto de un cerro, con un castillo y hermosas vistas panorámicas de la presa de Alqueva. Dentro de su muralla no pueden pasar los coches, se aparca fuera y se entra a pie a través de uno de los cuatro arcos de entrada. Puedo decir que es un sitio especial, que transporta a épocas pasadas, donde parece que el tiempo se para. Tiene magia. En algún sitio que no recuerdo, leí que parece que el origen de Monsaraz y su castillo es Templario. Estuvimos solos paseando por sus calles, sólo encontramos a algunas personas sentadas a la entrada del castillo.
Fotos desde fuera de la zona amurallada, donde se aparcan los coches, se pasea por unas ruinas con vistas panorámicas al pantano de Alqueva.
La cúpula blanca es la Capela Votiva da Sao Joao Baptista.
Puerta de entrada a Monsaraz:
Paseando por Monsaraz:
Castelo: de entrada gratuita. Formaba parte de la cadena de fortalezas defensivas construidas a lo largo de la frontera española, hoy se usa como plaza de toros en las que no se llega a matar al animal. Como en el resto de los castillos visitados, no hay medidas de seguridad, con escaleras estrechas desiguales que caen al aire libre. Empezamos solos la visita aunque después llegó un grupo escolar que se escuchaba por todo el pueblo
Puerta de entrada:
Igreja Matriz y pelourinho. Ya venía en la Lonely Planet que tiene un horario impreciso... y también encontramos cerrada la oficina de turismo así que nadie a quién preguntar
, sólo lo pudimos disfrutar por fuera. 
Con tristeza y pensando en volver pasando una noche aquí nos vamos de vuelta a Evora, no sin antes comprar una botella de vino de la zona (que todavía no he abierto) y charlar con la agradable mujer de la tienda que me estuvo explicando los diferentes vinos.
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