Como ya conté en la etapa anterior sobre Cáceres, me gusta mucho ver las ciudades medievales de noche, cuando adquieren, al menos en mi opinión, un aspecto mágico, que nos hacen vivir la ilusión de haber retrocedido en el tiempo. Quizás sea porque hay menos gente o porque desaparecen las tiendas de recuerdos, los tenderetes y las sombrillas de las terrazas de bares y restaurantes, que no es que tengan nada de malo, pero sí disfrazan un tanto el ambiente del pasado que pretendemos recuperar. De noche todo se ve diferente y más afín a siglos anteriores con el cielo oscuro y un tenue reflejo amarillento o naranja sobre las casas de piedra, si bien todo es relativo y la sensación depende mucho del lugar y de la calidad y el enfoque de la iluminación.
Si al final me he decidido a dedicarle un relato concreto a la visita nocturna a Cáceres ha sido porque no hay muchas etapas de este tipo en el foro y también porque ésta ha sido una de las ciudades medievales que más me han gustado de noche, donde más he sentido esa magia a la que me refería antes (otra fue Carcasona, en Francia). Había oído y leído comentarios muy elogiosos de la iluminación del casco histórico de Cáceres, los cuales comparto después de haberla visto. Por cierto que, según me han dicho, la iluminación completa solo se puede disfrutar los fines de semana.
Plano del casco histórico que vimos en el escaparate de una tienda.
El recorrido que hicimos por la noche fue bastante parecido al diurno, cuyo relato está en la etapa anterior por lo cual no repetiré los comentarios generales que allí puse sobre las casas, palacios e iglesias, siendo esta etapa más que nada una especie de modesto tour fotográfico de homenaje al casco histórico de Cáceres iluminado.
Como es habitual, empezamos en la Plaza Mayor:
Vista general de la Plaza Mayor y los soportales.
Mirando hacia el casco histórico, el Ayuntamiento queda a la derecha, donde también se ve a su izquierda la Torre de la Hierba, una de las antiguas torres almohades de la muralla, la mayoría de ellas del siglo XII.
Torre de Bujaco y Hermita de la Paz.
Subimos la escalinata que está a la derecha de la Hermita de la Paz y llegamos al Arco de la Estrella, del siglo XVIII.
Seguimos de frente por una estrecha callejuela hasta desembocar en la Plaza de Santa María, donde podemos ver de izquierda a derecha:
El Palacio Episcopal.
El Palacio de Hernando de Ovando.
Concatedral de Santa María.
Por un momento, dejamos la Plaza y seguimos por la calle Tiendas (entre la Torre adosada al Palacio de Hernando Ovando y la Catedral) para ver la Casa de Carvajal: Tiene mucho encanto esta casa, hay que bajar unos metros por la calle de la Amargura para ver su jardín entre las rejas.
Volvemos a la Plaza de Santa María y nos situamos junto a la estatua de San Pedro de Alcántara y podemos ver una bonita vista con varios edificios, teniendo al fondo el de la Diputación Provincial.
También desde ese mismo punto podemos ver, detrás, a la derecha, uno de los edificios con más encanto del casco antiguo (al menos en mi opinión), la Casa del Mayoralgo
Avanzamos unos metros y llegamos a la Plaza de los Golfines, donde nos encontramos otro de los edificios más bellos de Cáceres, el Palacio de los Golfines de Abajo.
Si volvemos la cabeza, nos encontraremos con esta bella imagen de la Catedral y la el esquinazo del edificio de la Diputación Provincial con su escudo.
Continuamos hacia la Plaza de San Jorge,, donde nos encontramos con la imponente imagen que ofrecen las torres blancas de la Iglesia de San Javier y el Convento anexo, encaramados sobre una escalinata. Actualmente esta iglesia es un museo y está desacralizada.
Subiendo la escalinata, se puede ver una estupenda perspectiva de la Plaza de San Jorge con el lateral del Palacio de los Golfines de Abajo.
Aquí se ven las torres de la Iglesia de San Javier; a la derecha, la Casa de los Becerra y al fondo, la Cuesta de la Compañía.
Seguimos por la Cuesta de la Compañía, que como indica su nombre está bastante empinada y tiene unos cuantos escalones.
Pasado el Callejón de Don Álvaro, que queda a la izquierda, giramos a la derecha en el Callejón de la Monja, donde podemos ver la Casa de los Solis o del Sol.
En la Plaza de San Mateo nos encontramos con los siguientes edificios:
Torre de las Cigüeñas, que cuenta con una de las pocas torres que no fueron desmochadas por la Orden de los Reyes Católicos, ya que su propietario había apoyado la causa de Isabel de Castilla frente a Juana “la Beltraneja”.
Iglesia de San Mateo.
Vista lateral de la Iglesia de San Mateo. Al fondo se puede ver la Torre del Palacio de los Golfines de Arriba.
El Convento de San Pablo.
Otra vista del Convento de San Pablo hacia la Plaza de las Veletas.
Seguimos hacia la Plaza de las Veletas, donde nos encontramos con el Palacio del mismo nombre, que actualmente es el Museo de Cáceres.
Desde la Plaza de San Mateo, bajamos por la calle Ancha (a la derecha en la foto).
A nuestra izquierda, quedan el Antiguo Solar de los Ulloa y la Casa de los Paredes-Saavedra; y a la derecha, la Casa de Diego García de Ulloa.
Casi al final de la calle Ancha, a la derecha, tenemos el antiguo Palacio del Comendador de Alcuescar o de los Marqueses de Torreorgaz, que junto con otros edificios conforman actualmente el Parador Nacional.
En la calle Puerta de Mérida, si vamos a la izquierda, nos encontramos con la Casa de los Sánchez Paredes.
Desde la esquina también podemos ver la Iglesia de Santa Clara, ya en la zona extramuros.
Volvemos sobre nuestros pasos, hacia la calle Puerta de Mérida, y tomamos la calle Olmos hacia la cuesta de Aldana, donde podemos ver la Casa Mudejar.
Aquí giramos a la izquierda hasta salir a la Plaza de los Caldereros, donde vemos el Palacio de la Generala.
En el Adarve de la Estrella, con la Torre Bujaco y el Palacio de los Toledo-Moctezuma.
La Torre del Horno, con el Palacio de la Generala al fondo:
El Foro de los Balbos y la Torre de Hieba.
Y ya extramuros, la Iglesia de San Juan.
El Gran Teatro, una zona de copas y, de nuevo, la Plaza Mayor.
Y para finalizar, una imagen panorámica nocturna desde la terraza del aparcamiento de la Plaza del Arzobispo Galarza.
Muy bonito, Cáceres: monumental de día y mágico de noche.