PREPARACIÓN
Desde inicio de año veníamos preparando este viaje.
Primero los vuelos, y pudimos encontrar una compañía, Emirates, que nos ofrecía vuelo de 7 horas a Dubai desde Barcelona, y desde Dubai, 7 horas más hasta Hong Kong, con poco tiempo de escala, así que decidida la compañía, cerramos los vuelos, aprovechando el fin de semana de antes y de el de después de Semana Santa, para viajar y poder disfrutar de una semana entera allí y dejarnos un día a la vuelta, para mitigar parte de los efectos del
jet-lag.
Con el vuelo cerrado, tuvimos la suerte de poder alojarnos en casa de unos amigos, que además de ofrecernos su casa para apretarnos todos, hicieron maravillosamente de anfitriones.
Con ellos, desde febrero, preparamos un planning para exprimir días y noches
IMPORTANTE: Como siempre, contratamos un seguro desde el país de origen que cubra asistencia sanitaria, pruebas, ingreso hospitalario y medicinas.
Aprovechando los horarios de Emirates, cogimos el vuelo que salía de Barcelona el viernes a las 22:40, para pasar noche en ruta hasta llegar a Dubai y con el cambio horario, poder llegar a Hong Kong el mismo sábado a las 21:20 hora local. Encantados con los vuelos, con la atención del personal de cabina y con su eficiencia y detalles.
Un largo viaje en dos vuelos, pero al fin allí!!!
Al llegar a Hong Kong pasamos aduanas de la forma más eficiente que nunca he visto (lo contrario que hemos de sufrir en USA y en España...
).
Coche en el parking y hasta la zona de The Beverly Hills, donde nos alojábamos, en las afueras de Hong Kong.
Éstas son las vistas que vimos al llegar allí
Para el primer día habíamos planificado una ruta de
trekking por la isla.
Al empezar ya pasamos por algunas tiendas locales
El trekking combinaba ruta por varias montañas y un cementerio local situado por toda la ladera de una de ellas, con llegada a la zona de playa rocosa de
Ma Shi Chau.
Después de unas buenas horas a casi 30 grados y con 90% de humedad, al llegar a la playa con vistas de rascacielos, se tenía que probar el agua
Y después del trekking y del bañito, vuelta en barca local
Tras una mañana activa, íbamos a comer el típico
Dim Sum en el restaurante
Royal China Aqua Garden, donde además de un surtido de platos típicos chinos auténticos, nos atrevimos a probar uno de los más suculentos y refinados manjares: Patas de pollo
Vuelta paseando hasta casa para disfrutar de los paisajes.
En Hong Kong hay taxis de tres colores (rojo, azul y verde), dependiendo de la zona a la que tengas que ir, es decir, solamente los taxis de un color pueden ir a una zona determinada, y en zonas como el aeropuerto o algunas estaciones de tren/metro, pueden estar los tres colores, por lo que dependiendo del trayecto que tengas que hacer, puede ser que tengas que cambiar de taxi de un color a otro. En nuestra zona los taxis eran verdes.
Al llegar al complejo, nos cambiamos y un rato de relax en la piscina.
Por la tarde fuimos al
Tai Po Hui Market y a uno de los mejores Sushi
take-away (para llevar) de la zona, que estaba en la estación de Tai Po.
Al lado había una tienda de pastelitos chinos típicos, donde también se podía comprar un plato con pata de pollo
Y de bebidas especiales fuimos a la tienda
Shared Tea, donde probamos unos refrescos de te con bolas de gelatina, ESPECTACULARES!!!
Una cena de lujo!!!
Hoy teníamos planificada una de las grandes visitas de la semana, íbamos a ver al
Big Buddha!
Nos levantamos pronto y autopista para coger los autobuses que te llevan al Big Buddha. En la foto del puente se ve que es zona de taxis rojos.
Aparcamos el coche en
Tung Chung, en el parking del centro comercial. Desde allí se puede ir al Big Buddha en
bus, el
número 23, o en funicular. El funicular lleva un año en reparación, están renovando los cables de acero, por lo que fuimos en bus.
NOTA: Cuidado que hay dos paradas del número 23, el que te lleva al Big Buddha, que está fuera de la estación (hay que salir, rodearla por fuera, cruzar un semáforo y llegar a unas paradas cubiertas por unos miniporches), y el que viene del Big Buddha y te lleva a Hong Kong, que está dentro de la estación, no confundirse...
Tras un viaje de más unos 50 minutos, llegamos por fin a la zona del famoso Big Buddha, que nos recibía con un gran arco blanco y una avenida de estatuas.
Justo en la entrada había un puesto de comida local que es super-recomendable probar
Impresionantes las bolas, las salchichas e incluso los huevos (que tienen una pinta tan curiosa...)
Seguimos por la avenida de estatuas y llegamos a una plaza circular, donde a la derecha se encuentra el acceso al Big Buddha y los 240 escalones.
Al final, el tiempo hace bastante..., y en nuestro caso, tuvimos que intuir que allí estaba, por la espesa niebla que lo rodeaba...
Dentro del buda hay un museo, con una zona de oración para familias difuntas de Hong Kong.
Al volver pasamos por la plaza redonda, donde encontramos un grupo de monjes.
Y nos detuvimos por las tiendas de recuerdos que habían. Estaban bien de precio, por lo que se puede comprar algún recuerdo, justo al contrario de la tienda que había en el museo dentro del Big Buddha....
Pasado el arco blanco del principio se puede acceder a otra zona de tiendas, donde podemos hacernos varias fotografías con escenarios de 3D muy divertidos
Ya con hambre y a una hora más española que europea o china para comer, fuimos a la parada del bus 23 para volver a Tung Chung y en el centro comercial decidimos entrar en el restaurante
Nha Trang de
comida vietnamita (
http://www.nhatrang.com.hk/), que nos gustó mucho.
Paseamos por el centro comercial y compramos en el supermercado los ingredientes para deleitar a nuestros anfitriones con una cena de creps en casa.
Eso sí, encontramos una variedad bastante impresionante de harinas...