Lanzarote es una isla pequeña, apenas 80 km de punta a punta que se pueden recorrer en algo más de una hora. A nivel paisaje es un auténtico secarral plagado de volcanes y los pueblos son todos blancos y pequeñines. El ambiente es predominantemente guiri pero relajado y de más nivel que en otras Islas Canarias que ya habíamos visitado.
Nos costó darle una oportunidad y no volver de nuevo a Fuerteventura pero al final no nos ha defraudado. En general hay más cosas que ver y que hacer en Lanzarote pero a nivel de playas Fuerteventura le mete palizón.
Hemos repartido los días de viaje mitad en Costa Teguise para hacer excursiones y mitad en Playa Blanca para relajarnos en las mejores playas. Hemos elegido por primera vez hoteles “only adults” y venimos encantados.
No hemos visitado Arrecife, ni Teguise, ni Puerto del Carmen... normalmente evitamos visitar estos lugares porque no suelen gustarnos. Preferimos núcleos más pequeños, paisajes, montañas y playas únicas.
Si tenéis que elegir un solo lugar creemos que Playa Blanca es el más bonito y más completo y además tiene unas playas preciosas para el baño. Las playas del este son normalitas. En la parte oeste hay algunas espectaculares como la de Famara pero no es aconsejable el baño (dan un poco de miedito)
Nosotros hemos utilizado el coche todos los días y el alquiler está tirado. Algo más de 100eur. En gasolina hemos gastado unos 50 euros solamente. Aparcamiento sin problemas y gratuito en todos los lugares visitados.
Tema viento: a finales de agosto principios de septiembre hemos encontrado viento normalito en el norte y centro que se podía soportar y casi nada en el sur. Por la noche fesquito, hacía falta chaqueta y mejor pantalón largo.
Nos despertamos pronto para intentar llegar temprano al Parque Nacional de Timanfaya. Desde Costa Teguise donde estamos alojados hay una media hora en coche.
Nosotros vamos a entrar desde Tinajo por el norte. Creo que la entrada más concurrida es por el sur desde Yaiza. Comentar que es muy recomendable llegar antes de las 10h (abren a las 9h) porque se lían unas colas tremendas para entrar. Os cobran en el coche en la taquilla y la cola es porque el aparcamiento es limitado y hay que ir avanzando por la carretera (tantos coches salgan....tantos entran). Si llegamos sobre las 10h ...que es cuando llega el carrusel de autocares (que no hacen la cola) todavía pillamos más.
Una vez llegamos y aparcamos nos vamos directos a los autocares con nuestro ticket. (9 eur por persona).No es posible hacer el recorrido por nuestra cuenta. El bus recorre la ruta de los volcanes durante una media hora. No podemos bajar y solo podemos hacer fotos desde la ventana. Un audio va dando información en varios idiomas.
El parque natural tiene una extensión de unos 50 km2 y hay unos 25 volcanes activos.
El paisaje es totalmente inhóspito y es muy curioso si nunca has visitado un sitio similar. A nosotros al haber estado en Islandia hace unos años no nos impactó tanto.
Algunas fotos:
Una vez finalizada la ruta un señor agobiado y sin mucha ilusión nos hace diversas demostraciones de la temperatura geotérmica de la zona.
Después se puede ir a dar un paseo en los dromedarios. Nosotros no lo hicimos, no nos gustan las actividades que impliquen explotación de los animales.
Como era pronto y no nos convencía quedarnos a comer en el famoso restaurante del parque salimos en dirección Mancha Blanca, pasamos Tinajo y nos dirigimos a La Santa.
La Santa es un pueblo marinero pequeño con un puerto pintoresco. Las mareas son fuertes y atrae a surfistas experimentados. Os recomendamos vayáis a comer al restaurante “el barquillo”. Vimos cómo traían los pulpos recién pescados....
Nos pedimos unas gambas de la Santa que estaban.....madre mía... increíbles y un pulpo al mojo rojo...nunca habíamos probado un pulpo así....muy bien de precio y material de primera.
Después de comer desandamos el camino y volvimos a Mancha Blanca para hacer la Ruta del Volcán Caldera Blanca. Pudimos aparcar justo a la salida del camino. Es una ruta muy recomendable por un camino de piedra volcánica suelta que nos lleva primero al volcán Caldereta y después a subir hasta lo alto de la caldera del Volcán Caldera Blanca que tiene la friolera de 1.200 metros de diámetro. Increíbles vistas!!
Son unos 11 km ida y vuelta. Unas 3 horas más o menos.
El camino hacia el volcán:
Hoy hemos empezado la ruta del día con un poco de retraso porque hemos decidido pasarnos por el Decathlon de Arrecife a comprar unos forros polares para las noches.
Pasamos por Teguise, Haría, Maguez y Ye sin detenernos, para finalmente llegar al famoso Mirador Del Río desde donde tenemos unas vistas impresionantes de La Graciosa.
Desde esta atalaya podemos observar con nitidez los dos principales núcleos de la Graciosa (Caleta de Sebo y Pedro Barba) y abajo la bonita y desértica Playa del Risco a la que se accede salvando un desnivel de unos 500 metros solo apto para valientes.
En cuanto la vimos decidimos que bajaríamos al día siguiente pero finalmente tuvimos que cancelar la excursión por otros motivos.
Como ya era casi mediodía decidimos hacer un poco el guiri y ir a comer prontisimo a Arrieta para evitar colas. Elegimos el restaurante “el pisquito” junto al mar en una terracita de ambiente totalmente marinero. Nos encantó. Pedimos pulpo, puntillas de calamar y queso frito con mermelada....menudo festin!! Con bebidas, cafés y chupitos 37eur...súper bien.
Ya con el estómago lleno nos fuimos hacia los Jameos del Agua.
Nuestra opinión de este famoso lugar no pudo ser más contrapuesta, lo cual no es nada habitual. A Jordi le gustó por la fusión que había logrado Cesar Manrique con el entorno y a mi no porque pienso que sería más bonito al natural y sinceramente .... no le vi la gracia a hacer una piscina súper artificial en un entorno así que encima no te puedes ni bañar. La entrada me pareció cara.
Después fuimos a la Cueva de lo Verdes, que no es verde sino que se llama así porque una familia apodada así se ocultaba allí hace muchísimos años.
Recorrerla fue una experiencia que nos gustó a los dos y al final hay sorpresa.
Volvimos a nuestro hotel en Costa Teguise y nos fuimos a la playa de las Cucharas a darnos un baño. Buen ambiente y agradable pero había algas.
Por la noche fuimos a dar una vuelta por el Pueblo Marinero de Costa Teguise. Muy curioso, chic y animado.