Nos vamos crucero!!! Por fin ha llegado el tan esperado, me voy con mi marido y mis hijos una semanita en el Costa Mágica, el octavo crucero que hacemos pero el primero con Costa, a ver que tal...
Llegamos a la terminal de Palacruceros a las 13 horas y enseguida que nos ven con las maletas nos las cogen y nos entregan el cuestionario de salud. Seguidamente hacemos el checkin, nos dan un impreso de las bases del seguro y un número de embarque, el 7. Hacemos tiempo hasta las 14 horas en qué empezará el embarque. Hay poco movimiento de españoles, sólo hemos visto una familia. Si que de rato en rato, llegan shuttles de la gente que ha visitado Barcelona.
A las 14'15 horas llaman nuestro número, nos hacen la foto de recuerdo, y justo al entrar al barco la foto de identificación. Nos recibe la azafata de habla hispana y nos explica como llegar al camarote. El camarote (con ventana) es amplio, con bastantes armarios y cajones debajo del sofá cama, que está preparado como cama de la niña, al igual que la litera alta para el niño. El baño, con ducha pequeño pero suficiente. De amenidades sólo hay una pastilla de jabón, una. También hay colgados unos guantes para enjabonarse.
Encima de la cama están las tarjetas, el today, y un cartoncito con el restaurante y mesa asignados. pedimos primer turno y vemos que nos han dado el 2º, pensamos que para los niños cenar a las 21 será demasiado tarde, ya que el espectáculo de este turno es a las 23 horas y no sabemos si aguantaran,; ellos el espectáculo no quieren perdérselo. Decidimos probar hoy a ver como va y sino ya pediremos cambio,
Salimos para ir al bufet, y ya están las maleetas fuera. Cuando llegamos el buffet está a punto de cerrar y hay una super cola en el grill que es lo único que está abierto, la cola más larga que he hecho nunca en un crucero.
Después de comer deshacemos el equipaje y los niños se van a la piscina, que sólo pensaban en bañarse. El agua estaba calentita y pasaron un buen rato.
A las 16'15 teníamos la reunión con la azafata hispana y primero nos pasaron el vídeo sobre la seguridad que hay que verlo obligatoriamente, y es el mismo que ponen el la tele del camarote, lo que no se es como comprueban que todo el mundo lo vea...
Explican las normas y cuando empiezan con las excursiones ya nos vamos, que las esclas ya las llevamos muy estudiadas y no cogeremos excursiones.
El barco bonito y grande, pero lo vemos mal conservado para ser del 2004, se le nota el uso.
Pasamos la American por una maquinita para despreocuparnos del tema y no pagar por efectivo.
Pasamos la tarde curioseando por el barco y ganduleando en el camarote. Hoy tenemos la gala del Cheff y toca ponernos guapos.
Nos toca en el restaurante de popa el Costa Smeralda, con tres parejas españolas muy agradables. Nos costó encontrar la mesa, ya que a diferencia de en otros cruceros, en este no nos acompaña nadie a nuestra mesa. Nuestros niños no comen nada, estan muertos de sueño y al acabar no quieren ni ir al espectáculo, así que al salir pedimos al maître cambio de turno, nos dice que se intentará.
MARSELLA
Llegamos a puerto a las 8 de la mañana. Subimos a desayunar, que por cierto lo encontramos bastante limitado (simpre comparando con MSC, Royal o NCL), pero todo estaba bueno, la verdad. Compramos mediante la máquina interactiva los tickets para el transfer, 7 euros cada uno y un trayecto de 30 minutos se convirtió en 1 hora y 45 minutos debido al gran atasco que encontramos.
Al llegar al Puerto Viejo nos dirigimos al trenecito turístico y había una cola impresionante de lo larga que era, por eso desistimos de trenecito y decidimos coger el autobús urbano nº 60, que llega Nôtre Dame de la Garde y que cuesta 1'50 euros cada uno.
Vale la pena visitarla sobre todo por las bonitas vistas que se divisan desde allí.
Está todo lleno de placas de mármol de personas que dan las gracias por una gracia concedida que le han pedio a la Virgen, hay miles.
De regreso al barco, teníamos en el camarote una nota con la nueva mesa asignada en el primer turno, esta vez en el restaurante Portofino.
Comimos en el restaurante muy tranquilos y bien servidos. Por la tarde siesta y piscina.
Tuvimos la suerte de que se consiguió permiso para navegar entre las islas cercanas a Marsella al salir del puerto, entre ellas la isla de If, la del Conde del Montecristo, precioso.
Y a vestirse para la cena. En esta ocasión teníamos de compañeros de mesa a unos franceses, mejor los españoles, pero todo no se puede tener.