Primera parada en dirección a Almagro desde Valencia: Campo de Criptana.
A tener en cuenta dos cosas: que se puede llegar hasta arriba con el coche (pese a que las cuestas hacen creer que no) y que la oficina de turismo y los dos molinos visitables cierran de 14:00h a 17:00h... así que nos quedamos con las ganas. Pero bueno, al menos los vimos por fuera, y sacamos las fotos típicas.
Comimos allí mismo, en "El balcón de San Juan" una terraza muy agradable con vistas al pueblo y, eso sí, con una amplia fauna autóctona (obsérvese el tamaño del objeto volador no identificado en la foto).
Ahí va la carta, muy tentadora, y nuestra elección: Duelos y Quebrantos y Tiznao. Tiene buena pinta en la foto, pero a mí el tiznao no me gustó mucho, la verdad. Los Duelos y Quebrantos tuvieron más éxito
En el mismo local había también un restaurante "comodiosmanda".
Con el estómago lleno, nos ponemos en marcha; ni un alma por la carretera, será por los calores de la hora. Llegamos por fin a nuestro destino principal, Almagro. Nos quedamos en la
Hostería de Almagro Valdeolivo (en
link de Booking hay más fotos). Al ladito del centro, con piscina y un patio interior muy agradable con luz natural. El señor de recepción muy amable, nos orientó muy bien sobre la ciudad y alrededores. Un poco caro en mi opinión, unos 90€ sin desayuno, pero como sólo era una noche estuvo bien.
En la calle del hotel nos encontramos en un balcón con una especie de C3PO cervantino:
Soltamos las maletas, y nos vamos de cabeza a la plaza mayor, a buscar el Corral de Comedias, porque según mis horarios ya llegábamos tarde a la visita teatralizada; pero por suerte en verano es una hora más tarde
Así que tras intentar conseguir una entrada de último momento para la representación de por la noche sin éxito, nos vamos a dar una vueltecita por lo que el recepcionista del hotel nos dijo era la "zona noble" de Almagro, pero al doblar la esquina nos encontramos con un bar de esos con patio interior, y paredes de piedra, y plantitas... juraría que se llamaba Bar de Copas. Así que no lo pudimos evitar, ¡una cañita siempre te predispone favorablemente para lo que venga después!
Volvemos al Corral de Comedias, para nuestra visita. La verdad es que yo pensaba que se trataría de algo así como una visita guiada, en la que nos explicarían la historia del sitio, anécdotas, etc... pero no. Entras y te dan un rato para que te recorras la planta baja y los 2 pisos a placer, y luego empieza la representación de una especie de entremés de unos 15/20 minutos que está muy bien.
¿Véis esa silla con un sombrero con pluma y una capa? Pues son para que un caballero y una dama del público se sientan actores clásicos por un día
Y los tres actores, que hacen de actores de la época decidiéndo qué representar ante el rey:
Salimos encantados (o al menos yo, que le tenía muchas ganas a este sitio) y, ahora sí, nos vamos a dar un paseíto por Almagro. Posiblemente esta no sea la foto típica o más representativa, pero a mí me encantaron las calles blancas con las rejas de forja, y las farolas...
De vuelta a la Plaza Mayor, vemos la cola de afortunados que sí fueron previsores y compraron una entrada a tiempo para la función de las 21:30h. Pero yo, que soy muy optimista, vuelvo a la taquilla y le pregunto al mismo señor, que antes nos había despachado con un "eso está muy complicado" sin levantar apenas la vista del libro, si eso tan complicado de antes podía ser. Y Oh milagro!! me agencio un par de entradas de alguien que había decidido no ir. Moraleja: id en el último momento, que puede que algo quede...
Aquello estaba "abarrotao". La representación,
Entre bobos anda el juego, muy divertida. Lo único negativo fue que esa noche se celebraba en Almagro en la misma plaza una especie de festival folclórico de las diferentes comunidades, o algo así, y pese a que el Ayuntamiento se había comprometido a empezar al finalizar la función, empezaron antes, por lo que deslució el final de la representación. Tanto fue así que los mismos actores se vieron obligados a disculparse (sin ser culpa suya). Parece mentira... ¡eso estuvo muy feo, señores organizadores del festival!
Así que entre la felicidad y el cabreo (al menos yo) el respetable abandona el recinto:
Ya hacía hambre, así que elegimos el bar lo más alejado posible de las jotas, castañuelas y arenillas que nos habían amargado la función. Mejor no nos podría haber salido: qué queso, qué migas, qué todo... ¿ya he dicho qué migas? lo repito: qué migas...
El bar era éste, pero de noche:
Y la apetitosa carta a pie de calle de otro de los bares, para que os hagáis una idea de lo que os podéis encontrar:
Nuestro plan inicial era tomar algo distinto en cada bar, pero no pudimos pasar del primero
, excepto para acabar el día con un buen pan de calatrava. Y al hotel a descansar, que yo ya no podía con el alma...