Antes de nada, algunos datos prácticos de Islandia:
•Su población es de 330.000 habitantes en 103.000 Km cuadrados. Mi ciudad, Palma, en Palma de Mallorca tiene una población de 500.000 habitantes en poco más de 1.000 kms cuadrados, con lo que podemos deducir que la isla esta practicante desierta ya que más del 90% de la población vive en su capital Reykjavik.
•Su moneda es la corona islandesa (ISK) y tiene un valor de 1€ = 167 ISk. Con lo que la conversión es fácil, simplemente en un ejercicio de regresión tenemos que volver a pensar en pesetas, ¿recordais 1€: 166.386 pesetas?, bien, pues entonces pasando las coronas a pesetas obtendremos su valor bastante aproximado.
•Su paro antes de la crisis era del 2%, ahora es del 6%
•El porcentaje de islandeses que usa internet es del 93%, el más alto del mundo. Y es que el aburrimiento es muy malo
•Número de McDonald´s: 0
•Temperatura máxima en verano: 20º y en invierno -2º. En España podemos variar entre -20 y 40º. Y es que aunque esté al Norte del planeta la temperatura no es demasiado extrema. Otra cosa es la lluvia. Preparaos para mojaros.
El avión parte con media hora de retraso, a las 15:20. Una vez allí nos esperaba un señor del coche de alquiler
www.reykjavikrentacar.is. Vale la pena buscar y pensar bien que tipo de cohe alquiláis ya que de ello depende que el viaje salga mejor o peor. Nosotros alquilamos un Suzuky Vitara New Model por 1.300€ los 12 días.
Vamos en busca de nuestro primer albergue, cerca del aeropuerto, Fit Hostel por 47€ por noche, con WC compartido. Un poco justo, pero pasable. Dejamos las bolsas y partimos hacía la ciudad dispuestos de empezar a disfrutar este país ya que una de las cosas buenas de Islandia es que los días son muy largos.
Al llegar a la capital visitamos la catedral, vista en todas las postales y es que es digna de ver, tanto por fuera como por dentro y por supuesto gratis, una de las palabras que se van a repetir en casi todas las atracciones islandesas.
Cenamos en un Burguer local, en donde nos sirven una sopa del día riquísima en la única calle turística de la ciudad y aunque la calle no rebosa de gente sí que hay un cierto ambientillo y es que la temperatura es agradable. Nuestra siguiente parada es Sun Craft, una escultura de barco viquingo que merece una visita, sobre todo a la hora que lo hicimos, las 23:00 en donde el sol ya se está poniendo y las fotos se convierten en postales.
Nos quedamos adormecidos con los últimos rayos de sol y sobre las 23.00 vamos al aeropuerto a recoger los que serán nuestros compañeros de viaje durante los próximos doce días y ya todos reventados, nos vamos al hostel a dormir.
Nos despertamos a las 9h, merendamos y partimos hacia Bingvellir, ya que hoy toca el triángulo dorado.
Bingvellir es el parque natural en donde las dos placas tectónicas, la norteamericana y la euroasiática se separan. Hace frio, 12º, vamos con chaqueta y hay muchos mosquitos, la visita es muy bonita y visitamos la zona de buceo y por falta de tiempo lo dejamos para el último día, si nos da tiempo.
Después de comer en una gasolinera, una constante en nuestro viaje, seguimos hacia Géiser, pueblo que da nombre a estos espectaculares fenómenos naturales. La entrada a ambos parques es gratuito, algo que solo pasa en Isalndia ya que esta atracción en cualquier lugar del mundo se cobraría entrada y todo estaría bastante acotado, pues bien, en Islandia, puede caminar por donde quieras, bajo tu responsabilidad y prácticamente todo es gratuito, así que de ahora en adelante, a no ser que diga lo contrario, todo es gratis.
Nuestra tercera parada es Gullfos, una cascada espectacular que merece una larga parada.
Visto ya el triangulo dorado, puesto que todo está a pie de carretera y casi no hay que andar apenas, sobre las 17.00 salimos hacia Skogar por la Ring Road (Carretera 1), una de las pocas que están asfaltadas.
En el camino nos paramos en la cascada Seljalandsfoss, una cascada precios que tiene la particularidad de poder pasar por detrás. Vale la pena la parada.
Llegamos a Skogar sobre las 20:30. El hostel está situado a la falda de la cascada del mismo nombre haciendo un paisaje auténticamente de película. El hostel está bastante bien: Internet, lavadora, secadora (todo de pago), buenas duchas, aunque parece que te duchas dentro de un geyser ya que el agua huele a huevo podrido. Habitaciones con vistas a la cascada. Espectacular.
Compramos comida en el bar de al lado del hostel (es lo único que hay a bastantes quilómetros alrededor) y nos acercamos a la cascada a visitarla. Hace mucho frio y volvemos al hostel para cenar y descansar.
A los pies de la cascada está llena de “indignados” llamados por nosotros, que no son más que tiendas de campaña situadas a la falda de la cascada dejando una imagen de película y es que hay mucho turismo de acampada por todo el país.