Llegamos a Malta sobre las 20:30h y nos llamó la atención cuando salimos del aeropuerto, que ya casi estaba anocheciendo!!! Nos estaba esperando el taxista. Era la primera vez que alquilabamos un transfer y es una pasada porque te despreocupas de buscar y llegas a la primera jeje. En la furgoneta, conocimos a Adelaida, una chica de Burgos, que venia a estudiar a nuestra misma academia, pero ella se hospedaba en un hotel.
Cuando llegamos al apartamento, el señor nos dió la llave y subimos hasta el piso 44, cuatro plantas y sin ascensor!!!! El piso era enorme, tenia un salón muy grande y 3 habitaciones muy amplias, pero hacía mucha calor...Había ventiladores por todo la casa, asi que respiramos un poco. Abrimos todas las ventanas y por lo menos corría aire.
Cuando miré por la ventana, y el paisaje que había visto por la ventana en el taxi, me recordaba mucho a África, casas bajas, un poco viejas y abandonadas, con azoteas grandes, pero este paisaje me gustaba.
Después de desahacer las maletas y colocar las cosas, decidimos salir a investigar donde podiamos cenar. Nos encontramos a unos chicos abajo que nos indicaron un restaurante para cenar barato y rico junto a la bahia. Para allá que fuimos y cuando bajamos la cuesta y llegamos, me quedé impresionada. Una bahía preciosa(St. Julian´s Bay) ante nosotros, con barquitos, restaurantes, un paseo... Tenia la impresión de que esta isla me iba a gustar mucho.
Nos sentamos a cenar en un restaurante con una terraza con vistas a la bahía y a una piscina olimpica. Yo me pedí una pizza que resultó enorme y Paula, pollo con ensalada y patatas fritas. Estaba todo muy rico y nada caro. Nos fuimos a casa contentas y cansadas del viaje, a descansar para recuperar fuerzas para el siguiente día.
Era Domingo y teníamos todo el día por delante, así que, que mejor para irnos a pasar el día a Comino. En St. Julian´s Bay subimos en el autobús 222 que nos lleva hasta Cirkewa en la otra punta de la isla. Entre el tráfico y las carreteras, tardamos 1 hora más o menos y ya en el autobús conocimos a Javi, un chico asturiano muy simpático al que le compramos los billetes para la lancha que te lleva desde Cirkewa hasta Comino.
Nos subimos en la lancha y nos lo pasamos genial en el camino porque aunque fue corto, fue intenso porque iba muy rápido y con la música a toda leche, y a mi me entró la risa miedosa ya que nunca había montado en una de éstas.
Cuando llegamos, teniamos delante de nuestros ojos el gran Blue Lagoon. Yo había oído mucho hablar de él y no me decepcionó. Impresionante!!!
Nunca había visto el agua tan cristalina como aquí. Como había muchisima gente, nos retiramos paseando un poco y encontramos una calita donde estabamos prácticamente solas. Solas en la calita porque justo enfrente había un barco que estaba de fiesta, con chicos bebiendo y bailando, y te contagiaban las ganas de bailar. Así que aquí estuvimos bañandonos y disfrutando de esta maravilla de la naturaleza.
Lo que no me gustó de Comino, fue que la gente tiraba todo por el suelo: latas, bolsas de patatas, y daba una pena ver como esta belleza natural estaba literalmente llena de basura. Pensé que tenían que denunciar a cada persona que tirara algo al suelo, para que se concienciaran un poco.
A las 16:30 salía la lancha, pero antes nos dió una vuelta por unas cuevas en medio del agua.
Cuando llegamos a tierra, volvimos en el mismo autobús y a mitad de camino y mirando el mapa le dije a Paula que nos bajaramos en Buggiba y dabamos un paseo y así investigabamos un poco la isla.
Una de las cosas que me encanta cuando viajo, es perderme entre las calles y ver la vida cotidiana de la gente, descubrir rincones, olvidarte del tiempo... y así hicimos, callejeando terminamos en una plaza muy bonita rodeada de gente sentada en los bancos y una banda de niños comenzaba un desfile tocando y bailando. Fue muy divertido. Cenamos en una terracita y volvimos para casa. Al día siguente había que madrugar ya que comenzabamos la escuela. Q nerviosssssssssssss!!!!!!!!