DIA 31 DE JULIO:
Deciros que Oslo sí nos ha gustado. Habíamos leído muchas opiniones sobre que se trata de una ciudad gris y sin encanto y no sé, nos gustó. Ofrece una oferta cultural enorme y el paseo por sus plazas, calle principal y puerto es muy agradable, sin olvidar la zona de los museos.
Por la mañana dejamos el hotel y nos vamos a buscar el coche de alquiler en la oficina de Avis en Oslo centro. Lo encontramos enseguida y nos dieron un Ford Fiesta negro, ale, ya tenemos coche ;te.
Nos esperaba por delante una ruta desde Oslo hasta Lillehammer, ciudad olímpica, fue sede de los XVII Juegos Olímpicos de Invierno del 1994.
Antes de llegar al hotel fuimos a ver las pistas de salto de esquí y vimos en directo unas chicas saltando, entrenando, era increíble porque no había nieve y pegaban unos saltos impresionantes sobre una moqueta verde.
Luego fuimos al museo de aire libre Maihaugen que nos gusto mucho pues refleja la vida Noruega desde hace más de 500 años. El clima fue fantástico, todo el día sol y calor. Este museo fue creado por un dentista que en sus viajes inició una colección de objetos y de casas, lo que empezó para él como un pasatiempo se convirtió en una colección de 75 casas que reflejan las costumbres de los noruegos. El museo incluye una hacienda, una granja de montaña, una iglesia...y todo al aire libre, muy bonito.
Llegamos al hotel sobre las 3h de la tarde, comimos en la habitación y tras una siesta nos fuimos a recorrer la ciudad. Las tiendas ya estaban medio cerradas pero nos gustó el ambiente cuidado, aunque daba la sensación de que estaba preparado más para el invierno, muy solitario. El hotel todo blanco moderno y con mucho arte, lleno de cuadros de pintores, refleja la vida artistica del pueblo, céntrico también.
Hotel:
Pueblo: