Desde que fuimos a Asturias por primera vez hace 9 años, siempre hemos repetido cada 2-3 años, casi siempre por motivos de trabajo, pero como nos gusta tanto esta tierra, intentábamos alargar la estancia para conocerla y disfrutar de su gente, sus paisajes, su comida y su sidra
Pero siempre habíamos ido en otoño-invierno, cuando más llueve (aunque esto en Asturias es un poco indiferente), y no habíamos podido hacer actividades al aire libre. Así que este verano, que no teníamos muchos días de vacaciones, decidimos hacer una escapada, centrada sobre todo en realizar dos actividades: el Descenso del Sella y la Ruta del Cares.
Ya conocíamos las ciudades, los Lagos de Covadonga, Cudillero... así que nos centramos en esas dos actividades y en disfrutar de la gente y la comida.