Bajamos a desayunar pronto, ni siquiera estaba preparado. No es buffet, pero la verdad es que está muy bien, te dan bollería, mermeladas, pan, jamón y queso, fruta, yogures, café y chocolate. La verdad es que para no ser buffet, estuvo muy bien, y la mujer que lo servía, polinesia, muy simpática. Nos preparamos para ir al pontón a las 9 nos recogen para la excursión de Tahaa. Cuesta 7500 francos por persona. La verdad es que el día no comenzó muy bien, estaba muy nublado y apuntaba lluvia y para remate, la barca se retrasa, ya me veía sin conocer la isla de la vainilla. Pero al final llegaron, con una hora de retraso, pero llegaron. En el hotel nos prestaron las toallas y aletas, aunque al final no las usamos, lo que sí no nos quitamos fueron las chanclas de goma, no se os olviden porque las echaréis de menos un montón. Según ibamos hacia Tahaa, se acercaba un nubarrón enorme hasta que al final nos pilló. Empezó a caer agua a mantas, y yo pensé que se nos estropeaba el día. De los diez días solo nos llovió este día y contando con que aquí llueve casi todos los días, tuvimos mucha suerte. Además el día de hoy, cuando más sol necesitábamos, para el snorkel en el jardín de Tahaa, al lado del Le Tahaa Private Island, que hotel!
Tras casi una hora, volvemos a la barca y nos dirigimos a una granja de perlas donde nos explicaron como se recogen y se forman las perlas y tienes oportunidad de comprar.