Bien alimentados con bocatas y ensaladas del PRET A MAGER, nos fuimos a coger nuestro coche a la estación de tren de WAVERLEY.
Equipados con nuestro POLO, con el volante al otro lado y repitiéndonos en nuestra mente izquierda izquierda, nos aventuramos por las carreteras escocesas. Primer objetivo salir de Edimburgo. Fácil el truco está en tener un coche siempre delante, sobre todo en las entradas a las rotondas y en los semáforos.
Bueno aclimatados pusimos rumbo a ST. ANDREWS. En menos de una horita llegamos y como no nos tomamos un buen café. Paseamos por sus calles con ambiente universitario y muy tranquilo, nada que ver con la gran ciudad.