Día 2: La Valetta y Marsaxlokk ✏️ Diarios de Viajes de Malta

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Tras un sueño reparador, y un buen desayuno, a las 9 de la mañana cogemos el autobús nº 12 hacia La Valetta, otra hora y quarto para los 15 kilómetros que nos separan de la capital, pero como va bordeando la costa el recorrido es bonito y no se hace largo. El autobús nos deja, como todos los autobuses que van a la Valetta, en la Plaza de los Tritones, que toma el nombre de la bonita fuente que tiene y desde donde se accede a la avenida principal de la ciudad Republic street. Nosotros visitamos la catedral, 6€ la entrada, es muy bonita y aunque no somos muy partidarios de pagar por ver iglesias, reconozco esta vale la pena. También vimos el palacio del Gran Maestre y el museo de la armería, 10€, un poco caro si te encuentras las estancias oficiales cerradas como nos paso a nosotros, ya que es la sede de la presidencia de la República y la Cámara de Representantes. Paseamos por sus calles llenas de palacios y casas señoriales así como los diferentes aurberges como el de Castilla, subimos hasta el fuerte que estaba cerrado por obras y fuimos a los jardines lower Barraca y upper Barraca desde donde se ven unas espectaculares vistas del Grand Harbor y las tres ciudades, Victoriosa, Copiscua y Senglea.

Por la tarde, cogimos el autobús nº2 hacia Victoriosa, la idea era pasear por las tres ciudades y ver las vistas de La Valetta desde allí, pero no lo encontramos tan atractivo como esperábamos y decidimos no ir ni a Copiscua ni a Senglea y coger un autobús, da igual el 1, el 2 o el 3 hasta Paola y ahí hacer transbordo con el bus 81 e ir a Marsaxlokk, un bonito pueblo de pescadores donde se pueden ver muchos Luzzus, la típica embarcación pesquera de Malta con sus llamativos colores y unos ojos de influencia Egipcia, son similares al ojo de Horus el dios Egipcio, en la proa contra el mal de ojo.

Tras la visita, vuelta a La Valetta con el bus 81 y desde aquí con el 12 hasta Bugibba, duchita, cena y paseíto por el paseo marítimo. Por cierto de regreso a nuestro hotel pasamos por el hotel Dolmen para ver las ruinas de un pequeño templo megalítico que se quedo en sus jardines, podéis entrar con absoluta tranquilidad y preguntar al personal del hotel, no os pondrán ningún impedimento.

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