Hoy nos levantamos sobre las 10 de la mañana, teníamos que recuperar energías de los días de excursiones. Después de tomar el desayuno pusimos rumbo a la zona de la Kasba de Marrakech, donde se encuentran los principales monumentos y palacios de la ciudad. Os dejo antes unas foticos de la entrada a nuestro Riad y de la calle cuando pasaba un carro tirado con un burro (hay muchísimos por Marrakech).
Atravesamos la plaza Jema El Fna y seguimos la calle Rue Agneau, al final de esta calle se gira a la izquierda (es una avenida larga) y al final de esa avenida, a la derecha y ya se encuentra la entrada a la Kasba. (fotos de Jema El Fna por la mañana)
La zona de la Kasba es muy bonita. Se trata del recinto que usaba la monarquía en Marrakech hace cientos de años. Cuenta con su propia mezquita, los restos de los palacios, las tumas Sadies... Lo primero que visitamos son las Tumbas Saadies. Llegamos casi a la hora del cierre (aunque en mi guía ponía que cerraban a las 12:30, en realidad cierran sobre las 12, incluso un poco antes). El sitio es muy bonito, aunque estaba masificadísimo de gente (yo creo que eran dos viajes programados). De todas formas nos gustaron mucho.
.Cuando salimos era ya tarde para visitar el palacio Badi (pues cierra a la misma hora que las tumbas) y también era pronto para ir a comer, así que decidimos coger un taxi que nos lleve a ver a Los Curtidores. Ir a visitar este gremio es algo que me hacía bastante ilusión, porque me parecía bastante interesante ver cómo se realizaba el curtido de pieles y el tinte. El taxi nos costó 80 Dhrs (ida y vuelta). Una vez que llegas a los Curtidores (lo mejor para llegar es decirle al taxista que vaís a la puerta de la muralla Bab Debbagh), te dan una ramita de menta para mitigar el mal olor (aunque sinceramente, huele mal, pero peor huele una ganadería de vacas o sobre todo los cerdos. Si alguien ha tenido la ocasión de olerlos, comprobará que las curtidorías tampoco son para tanto). Un hombre nos llevó por los diferentes sitios, explicándono qué había en cada cubeta y luego vimos a los hombres que trabajaban allí. Salimos impresionados por la cantidad de pieles que allí había (son pieles de cordero y de vaca). Luego una vez que lo has visitado, te enseñan sus tiendas. Yo me compré un bolso que me gustó mucho, entero de piel, y tintado de azul Majorelle por 300 Dhrs.
Le pedimos al taxista que nos deje en la plaza y nos vamos a comer a Chez Chegrouni (era nuestra última comida en Marrakech y queríamos repetir porque nos encanta!!!!!!!). Esta vez, decidimos comer en la terraza, para poder disfrutar de las vistas de la plaza por la mañana. Hoy hace bastante calorcito, pero en la terraza hacía airecito y se estaba muy bien. Tomamos ensalada marroquí, y los dos nos decantamos por Kefta Grillé con patatas fritas y arroz (estaba delicioso). De postre nos pedimos batidos de plátano natural (todo por 140 Dhrs).
Después de comer decidimos ir un rato al Riad a descansar, hacía calor y todavía quedaba más de media hora para que abriesen Dar Si Saïd (el siguiente museo que queríamos visitar). Tras descansar, enfilamos la calle principal Rue Zitoun el Jedid, pensando que llegaríamos sin problemas a Dar Si Saïd, pero nos perdimos, a si que no nos quedó otra que pagarle a un chico 20Dhrs para que nos llevara hasta el museo (recomendación!!!!!!!La forma más sencilla de llegar a Dar Si Saïd es, una vez que se visita el Palacio Bahia, hay múltiples indicaciones que te llevan a Dar Si Saïd, es la forma más cómoda de llegar). El museo Dar Si Saïd (10 Dhrs/persona) es una bonita residencia, con un patio y unas habitaciones con una ornamentación preciosa y unos techos pintados que son una maravilla. Además el edificio aloja un museo de artes decorativas, que exhibe alfombras, joyas, objeto de metal...
Cuando salimos de Dar Si Saïd, le preguntamos al chico de la puerta cómo llegar al Palacio Bahia (aunque estábamos cerca, no queríamos perdernos como antes). Llegamos sin problemas. Una vez que se paga la entrada, los 10 Dhrs por persona de rigor, atraviesas unos jardines hasta llegar a la puerta del Palacio, una vez allí hay flechas que te van guiando la visita. Este palacio es realmente bonito, además es bastante grande. El primer patio está lleno de naranjos, el segundo es más sobrio con una fuente en el centro, el patio más grande del palacio es el más característico, con marquetería en azul y amarillo y los techos de la galería pintados con motivos florales. Hay un tercer patico, que también tiene muchos naranjos y buganvillas. Las habitaciones están muy bien decoradas, los techos son una pasada. Nos están dejando impresionados los edificios históricos de Marrakech
Cuando salimos del Palacio, ya eran las 18h, y no nos daba tiempo a entrar a las ruinas del Palacio Badi, ya tenemos una excusa para volver a Marrakech . Nos dedicamos a recorrer los alrededores del Palacio. Entramos a la Grand Bijouterie, se trata de un zoco cerrado en el que se encuentran sólamente joyerías repletas de cosas en oro (aunque a juzgar por el tamaño de algunas piezas, lo más probable es que fueran simplemente bañadas en oro). Después visitamos la Plaza de los Ferblantiers (son los artesanos que se dedican a realizar las lámaparas y candiles), esta plaza nos encantó, porque además que las lámparas son preciosas, una de las pareces pertenece a las ruinas del palacio Badi, y pudimos contemplar las cigüeñas.
Decidimos tomar un té y descansar un rato en una de las terrazas que hay panorámicas para admirar más de cerca las cigüeñas y sus nidos. Por cierto, además del té a la menta que está riquísimo, nos gustó mucho el té de Verveine.
Decidimos tomar un té y descansar un rato en una de las terrazas que hay panorámicas para admirar más de cerca las cigüeñas y sus nidos. Por cierto, además del té a la menta que está riquísimo, nos gustó mucho el té de Verveine.
Cuando nos terminamos nuestros respectivos tés, ya estaba empezando a oscurecer y decidimos caminar hacia la Plaza, pues queríamos subir a la terraza del Café Glacier para contemplar la Plaza por la noche desde lo alto. Enfilamos la Avenida Houman el Fetouaki (en esta avenida se encuentra también el Mercado cubierto, pasamos por la puerta pero ya era tarde y estaban los puestos cerrados). Hicimos una parada para comprar dulces árabes para la familia. La verdad es que nos gustó mucho una pastelería de esta avenida, estaban muy buenos y eran más económicos que en la típica La Princesa.
Llegamos al Café Glacier, subimos las escaleras y cuando llegas a la terraza: sorpresa!! consumición obligatoria de refresco, agua... 20 Dhrs/ persona. Merece la pena pagarlos, porque las vistas son chulísimas. Estaba atardeciendo, pillamos primera fila (no había mucha gente) y nos tomamos nuestros "Hawai Tropical" contemplando el espectáculo de Jemaa El Fna. Si vais como nosotros en abril, llevaros una chaquetita porque por la noche se levanta bastante viento.
Decidimos cenar en la Plaza. Pillamos sitio en el puesto nº31 (muy recomendado en este foro y en la guía Lonely Plante). Cenamos dos bocadillos de salchichas con el tomate rayado que te ponen, riquísimos, y pastela de pollo. Todo por 70 Dhrs. Ya se estaba acabando nuestro viaje... que penita