El domingo nos levantamos directos a ver Las médulas con las primeras luces de la mañana, primero fuimos al Mirador de Orellan sobre las 10 (casi no había gente) donde se llega en coche hasta un aparcamiento, y después una pequeña subida hasta el mirador. Allí pudimos contemplar el paisaje rojizo que dejaron los romanos con su trabajo en la excavaciones de las montañas en busca de oro, apreciando el contraste de los picos rojos y el paisaje verde.
En el mismo mirador está la entrada a la Galería de Orellán de visita libre; cuesta 3 euros y te dan un gorrito de fieltro y un casco para evitar golpes en la cabeza en las galerías. Para los niños una gozada.
Tiene una variante corta que se salta la Fuente Vivíana (prescindible que no quieres andar mucho pero desde la que se puede subir al mirador de Orellán con una buena pendiente), después se llega a la Cuevona y La Encantada, accesos a las galerías interiores y donde se informa del método de los romanos (Ruinae Motium)de excavación de galerías interiores sin salida en varias alturas e inundarlas para que reviente la montaña dando acceso de este modo a la parte más interna más rica en oro.
Cuando terminamos el paseo volvimos con tiempo de comer el picnic que teníamos preparado a la casa rural y descansar un poquito.
Por la tarde visitamos el Monasterio de santa María de Carracedo (en ruinas, poco recomendable), el castillo de Cornatel en Villavieja,
las pasarelas sobre el lago de Carucedo