Primavera en Milán ….
… Un viernes de Abril de 2016; Lydia había llegado de Barcelona la noche de antes y había dormido en mi casa. Pronto recogeríamos a Eva y marcharíamos al aeropuerto, Jorge iría directo.
… Y allí estábamos volando con unas “ligeras turbulencias” dirección Bérgamo.
Tras aterrizar y pisar la ciudad, nos percatamos de que a mí se me había olvidado buscar la ubicación en el mapa del hotel…. el titulo de despistada me lo gano a pulso.
Así que hice uso de mi italiano de principiante y por fin llegamos al apartamento, algo mojados porque no paró de llover en toda la tarde.
Ya estábamos bajo techo y Eva tenía su clave de WIFI!!! Todo había salido perfectamente.
Nos dirigimos a cenar a una pizzeria de los alrededores de la estación de Bérgamo, económica y muy buena.
Eva y Lydia decidieron irse a dormir y Jorge y yo fuimos a tomar unas infusiones por la zona.
A la mañana siguiente cruzamos un mercadillo de alimentación y ropa y tomamos el funicular que nos llevaba directos a la Citta Alta (Ciudad Alta).
Es una preciosidad, las iglesias, las construcciones de las calles … me encantó. Y las vistas son merecedoras de una sesión de fotos.
A mediodía tomamos un tren directo a la Estación Central de Milán, digna de ver.
Teníamos el hotel justo al lado de la estación, y decidimos comer por la zona, muy bien de precio y para mi gusto, (que soy fan de la comida italiana), un restaurante delicioso.
Todavía recuerdo aquel risotto de setas y aquella pizza…. mmmm….
Pasamos la tarde viendo la catedral del Duomo, y las calles repletas de tiendas de moda; Milán es una maravilla, lástima no tener el poder adquisitivo necesario para comprar algo de cada diseñador…
Picamos algo en Macdonald’s y nos pusimos en marcha… a conocer la noche milanesa!!!
La zona de marcha que visitamos fue Naviglio. Muchos pubs con gente de 25.40 años, sin agobios, y sin malos rollos.
Tras tomar una copa “de tranquis”, mis dos amigas se fueron a descansar y Jorge y yo continuamos en una discoteca latina, donde acabamos hablando español, bailando reggaeton y bebiendo ron y conociendo tanto gente dominicana, como cubana e italiana.
A las 6 de la mañana cogímos un tranvía que sin tener claro cómo, nos llevaría al hotel; y si! lo hicimos bien …. aunque solo teníamos 4-5 horas para dormir ya que había que ir al aeropuerto de Bérgamo de nuevo.
Y así fue, con una hamburguesa y unas patatas fritas de Macdonals, abandonamos en bus la ciudad … eso y los efectos de las copas de la noche anterior amenizaron el viaje, parecía más un viaje en barco en plena tormenta tropical que un autobús.
La espera en el aeropuerto no se hizo muy larga, foto por aquí, selfie por allá…. Y sin darnos cuenta ya estábamos en Zaragoza, con pena sí!! Pero pensando en cual sería nuestra siguiente escapada.
Un placer haber compartido esos días con vosotr@s, y qué decir de Milán… Italia me tiene enamorada. Ciao!!!