Llego el día de visitar el tan famoso castillo de NEUSCHWANSTEIN.
Madrugamos bastante, tenía que estar en el Ticket center sobre las 8:20 para recoger las entradas reservadas por internet. Te suelen dar de margen hora y media, para que te dé tiempo a llegar a la visita guiada en el castillo.
Llegamos bien de tiempo y nos tocó hacer una pequeña cola, ya con las entradas compradas, fuimos directamente a la parada de bus que te lleva hasta el MARIENBRUCKE, enseguida vi cómo un grupo de turistas japoneses se me adelantaban y se ponían antes que yo en la cola.
El autobús tardo unos 10 min.en salir y justo entramos después de los japoneses.
Íbamos como atunes en lata, menos mal que el viaje duró apenas 8 min. El billete de ida nos costó 3€ por persona.
Cuando bajas en la parada, tienes que subir un pequeño repecho hasta llegar al Marienbrucke, viendo que se iba a llenar de gente el puente eche a correr con mi hijo, adelantando a los turistas, para intentar coger sitio y empezar a sacar fotos del castillo.
Lo logré, saqué algunas fotos a mi hijo y luego espero a que viniera el resto. A pesar de venir ese grupo no había mucho agobio, pues el puente es bastante largo y ancho y cabiamos todos.
Después de esto bajamos por el mismo camino hasta la parada, y de allí fuimos por otro camino cuesta abajo hasta la entrada al castillo.
Por el camino se veían bonitas vistas del lago Alpsee, las montañas y el otro castillo, también de nombre impronunciable HOHENSCHWANGAU.
Todavía nos quedaba media hora de espera, y mi padre y yo aprovechamos a sacar fotos del exterior del castillo, alguna zona estaba en obras, aunque no afectaba mucho al conjunto.
Teníamos hora a las 9:50, con la tarjeta de los palacios no tuvimos que entrar por los tornos, sino que nos dirigimos a donde el guarda que nos reviso las tarjetas y los bolsos y nos dejo pasar por una zona vallada con cuerdas.
Empezo la visita, había bastante gente en nuestro turno, unas 25 personas, que se hacia un poco tedioso cuando tenías que entrar en alguna sala pequeña. Por cierto nos dieron audioguias en español que explicaban de forma amena cada estancia.
En definitiva lo que más me gustó fue el Sala del trono, el Dormitorio principal y el Salon de los Cantores, que a pesar de que media sala estaban restaurandola era preciosa.
Antes de salir de la visita que me encantó, fuimos a tomar algo a la cafetería, pues habíamos desayunado muy pronto y teníamos algo de hambre.
Cerca de esta esta el mirador, donde hay unas vistas preciosas del entorno.
Pasamos un buen rato tranquilos y luego bajamos andando hasta la parada de autobús de abajo.
Por el camino se veia mucha gente subiendo andando, tanto niños, mayores, de todas edades, no sé, pero la bajada era bastante empinada y larga, y encima ya empezaba a hacer calor.
Para las 12:00 llegamos abajo
Yo, mi padre y mi mujer decidimos subir por un camino algo empinado pero corto, para ver las vistas desde los jardines de HOHENSCHWANGAU. Merece la pena subir, aunque vi a una japonesa bajar rodando, porque no se le ocurre otra cosa que acortar un tramo de la subida, bajabdo por un camino pedregoso y encima iba con unas sandalias, en fin
Las vistas son chulas, aunque no se ve el otro castillo desde allí.
Para la 13:00 marchamos a la casa a comer y descansar.
Luego salimos sobre las 17:00 en dirección a Fussen para hacer unas compras en el Lidl, pues estos días comeríamos y cenariamos en la casa.
Después de comprar nos fuimos a ver la Wieskirche, cerca del pueblo de Steingaden. Tardamos una media hora desde allí.
Llegamos y aparcamos en un parking que nos costó 3 €, serían las 18:00 de la tarde y no había mucha gente por allí.
La iglesia está en una amplia pradera, toda llena de verdor y con las montañas circundando el horizonte, es un sitio bonito y tranquilo.
La iglesia es sencilla por fuera, pero al entrar te quedas embobado viendo la cantidad de frescos en el techo y los detalles tan bonitos de los estucados.
Pasamos un buen rato dentro, en los laterales del altar había pasillos donde la gente ponía agradecimientos en las paredes, será debido al cumplimiento de sus peticiones y deseos realizados al Cristo flagelado al que vienen a adorar desde el siglo XVIII, pues resulta que una campesina vio llorar a la talla de madera de ese Cristo, y desde entonces es un lugar de peregrinación.
Ya saliendo del recinto dimos una pequeña vuelta por los alrededores de la iglesia, daba gusto pasear por allí, viendo las montañas y las vacas pastar.
Después de una hora de visita marchamos a la casa de nuevo. Nos quedaban unos 40 km. que se nos hicieron cortos, pues por todo el camino había pueblos preciosos, paisajes bonitos y además veíamos los dos castillos a lo lejos.
Que bella es esta zona!!!
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