El sol nos sigue acompañando y aunque tenemos unas cuantas horas de conducción por delante, ya tenemos un ritmo más relajado para conocer la península de Coromandel. Salimos desde Thames, recorriendo la costa oeste de la península, salpicada de playas y bahías supertranquilas, hasta llegar al pueblo de Coromandel, similar a la mayoría de pueblos neozelandeses: pequeño, con casas bajitas, algunos restaurantes. uno o dos bancos, gasolineras… suficiente para dar un paseíto y escuchar las recomendaciones del i-Site, que nos aconseja dar un pequeño paseo por Long Bay (a 5 minutos en coche de Coromandel), en el que tardamos una horita más o menos, recorriendo primero la costa por dos bahías de arena dorada para luego meternos en el frondoso bosque kiwi, con una vegetacióne exuberante donde destaca un inmenso kauri, que supuestamente tiene unos 1200 años. Vuelta al coche y carretera para acercarnos a Whangapoua desde donde caminamos una media hora para llagar a la New Chums Beach, considerada una de las 20 mejores playas vírgenes del mundo. Y la verdad es que no decepciona, con una enorme playa salvaje al pie de la montaña, donde apenas eramos 5-10 personas. Muy chula. De vuelta para seguir por la costa oeste de la península para llegar a los rincones más icónicos de la península: la catedral Cove con su enorme arco moldeado por miles de años de erosión marina y la Hot Water Beach con nacimientos de agua realmente caliente (sobre los 64°C) a unos metros del océano. Seguimos un poco más hacia el sur, saliendo de la península, para acercarnos a nuestro próximo destino.