Perú, Bolivia y Norte de Chile en 50 días (julio-septiembre 2013) ✏️ Blogs de America Sur

La frontera con Chile es chocante, después de tantas semanas en Bolivia y Perú: todo parece organizado, europeo, frío. Está prohibido introducir cualquier tipo de material vivo o que pueda contener vida…esto incluye alimentos frescos (incluyendo verdura o miel). La frontera no es ninguna broma, y no es raro que pongan una multa o manden de vuelta a Bolivia a quien intente ir de listo. También está bastante perseguida la hoja de coca (bastante curioso, porque en Chile también se vende).

San Pedro de Atacama es un pueblo curioso, en una zona semidesértica y con vistas a dos enormes volcanes nevados en el lado boliviano; el clima es mucho más suave que en los días precedentes (está “solo” a 2400 m) y tiene una bonita iglesia con estructura hecha con cactus. Vamos a un albergue que nos han recomendado (“Taitus”, 8.000 p por persona en dormitorio de 8 y 18.000 p la habitación doble; hay cocina y wifi; los que lo llevan son majos; por la noche es común que organicen fiestas en el patio, lo cual puede ser un problema si se está intentando dormir). En términos generales, no está mal, pero seguro que hay otras opciones mejores en el pueblo. Pasamos la tarde informándonos de posibles planes y visitando el interesantísimo Museo Cultural y Etnográfico del Desierto (1.000 p con carnet de estudiante). En la muy profesional oficina de turismo reconocen que, habiendo hecho la ruta por Uyuni y la Reserva Eduardo Avaroa, la zona alrededor de San Pedro no tiene tanto interés…hay salares, lagos con flamencos, géiseres y volcanes, pero todo a menor escala que en el lado boliviano. También preguntamos en varias de las muchas agencias sobre las rutas que organizan (en general, bastante caras) y el alquiler de bicicletas. Aprovechamos para comprar el billete de bus de dos días más tarde a Calama y a Santiago.

Martes 3 de septiembre: Alrededores de San Pedro de Atacama

Vamos en autobús a El Toconao, un pueblo situado a unos 30 minutos de San Pedro (vamos con Atacama 2000, por 1.000 p/viaje). El pueblo en sí es muy parecido a San Pedro de Atacama, y además tiene una zona bastante interesante: el valle del Jere, un oasis verde lleno de árboles y huertas, que contrasta con el desierto circundante; también hay una pequeña cantera de liparita, una piedra con la que está construido todo el pueblo. La entrada cuesta 1.500 p con carnet de estudiante, y se visita en un par de horas, tiempo suficiente para llegar a tiempo a coger el autobús que vuelve a mediodía (13:45) a San Pedro. Comemos y alquilamos unas bicis en la oficina que hay frente a la iglesia del pueblo: 3.500 p por 6 h, con casco, luces posterior y trasera, candado, cámara de repuesto y herramientas para arreglar pinchazos; es el mejor precio que hemos encontrado por una bici bastante buena y bien mantenida; cuidado con lo que se alquila porque vimos otras agencias que tenían bicis medio oxidadas, o sin luz. Vamos al Valle de la Luna (a 4 km; entrada: 1500 p con carnet de estudiante), donde nos dan un mapa bastante bueno de la zona. Tras unos 5 km llegamos a la “Caverna y Cañon”, un paso encajonado entre piedras y dunas, que se recorre a pie en unos 30-40 minutos. Volvemos a las bicis, y tras una bajada de 1 km y una subida fuerte de 2,5 km se llega al Estacionamiento 2, donde se puede aparcar para subir a la “Duna Grande” a ver el atardecer. Como tenemos tiempo, continuamos 4,5 km, principalmente de descenso suave, hasta el final de la ruta, unas formaciones de piedra prescindibles llamadas “las tres Marías”. Volvemos, esta vez sí, al Estacionamiento 2 y vemos el atardecer en la Duna Grande, con excelentes vistas del desierto, con volcanes al fondo…una maravilla. Volvemos rápido, porque el último tramo de la vuelta es de noche por la carretera, y no es lo más cómodo. En total, la ruta completa se hace en unas 5 h, yendo a un ritmo moderado pero sin apenas pausas, más allá de la caminata por la caverna y la observación del atardecer. Aunque es invierno, el sol pega fortísimo, obligatorio protegerse.
 ¿Merece la pena San Pedro de Atacama? El pueblo está bien, y es un buen sitio para estar un par de días tranquilos, haciendo alguna excursión; el Valle de la Luna está muy bien como curiosidad, y el hecho de poder ir en bicicleta es un bonito cambio...

Miércoles 4 de septiembre: San Pedro de Atacama, Calama (Mina de Chuquicamata) y rumbo a Santiago

Cogemos el bus de Intertrans a Calama (2h30’, muy cómodo), donde cogemos un taxi “público” (son turismos que hacen rutas fijas, como si fueran autobuses urbanos, cuesta 600 p por persona) hasta la estación de autobuses, dejamos las mochilas en consigna (1.100 p por mochila grande, todo el día) y caminamos unos 15 minutos hasta la sede de Codelco Norte, la empresa pública minera que organiza la visita gratuita a la mina de Chuquicamata. Hay que encargar la visita con varios días de antelación para asegurar que haya sitio; hacen un grupo por día. La reserva se puede hacer en: visitas@codelco.cl. Primero nos llevan a ver la antigua colonia de la mina, una curiosa ciudad fantasma de 25.000 habitantes construida para los mineros y sus familias a principios del Siglo XX y ahora abandonada. Después se va a un mirador al cráter principal, un agujero de 1 km de profundidad, y 3x6 km de ancho, es la mina a cielo abierto más grande del Mundo. Todas las cifras que dan, así como la maquinaria que utilizan, son abrumadoras. Luego visitamos alguna zona más de la mina, casi todo desde el autobús de la compañía. La visita es interesante, en total lleva unas 4 h, y es sin duda lo mejor que se puede hacer en Calama. El resto de la ciudad no tiene gran cosa…hay un museo de Historia Natural y Cultura (500 p, suficiente para rellenar 1 h), en el Parque del río Loa. Desde allí se puede ir a pie hasta el centro, en unos 20-30 minutos, tiene alguna calle peatonal bonita, pero no deja de ser una ciudad moderna y muy cara, hecha con prisa para acoger a la gran colonia minera de la zona.

Vamos a la estación de autobuses y tenemos el momento desagradable del viaje, con un intento reiterado de robo de nuestras mochilas por parte de dos chorizos, aunque afortunadamente no lo consiguen: explico los procedimientos, para que los lectores estén atentos si ven algo parecido…de hecho, no fue hasta el último intento que nos dimos cuenta de que eran siempre las dos mismas personas y que estaban intentando despistarnos para robarnos: primero nos dijeron que se nos había caído una tarjeta de crédito en el sitio en el que habíamos estado sentados; luego nos intentaron “ayudar” a cargar las mochilas en el autobús, y, por último, un plan algo más elaborado: cuando ya estábamos dentro del autobús uno nos avisó de que el conductor estaba diciendo que nuestras mochilas no podían ir en la parte de la bodega donde las habíamos puesto, así que bajó mi compañera a ver qué pasaba…en ese momento, el mismo que nos había avisado da la vuelta por detrás del autobús y me da golpes en la ventana, gritándome que no es el autobús correcto; como no le entiendo bien le dejo de prestar atención, y al volver la vista al frente me doy cuenta de que su compinche, que estaba sentado en el asiento de atrás, salía en ese momento por el pasillo, agachándose para llevarse la mochila que mi compañera dejó en el suelo; agarré la mochila y el tipo se fue del autobús. Solo en ese momento até cabos y fui consciente de que todo el tiempo habían sido los dos mismos sujetos que habían estado intentando despistarnos. No hubo ningún tipo de conato violento ni amenaza, pero hay que andar con ojo. En fin, quizá la anécdota no es especialmente notable, pero si sirve para detectar más fácilmente estos comportamientos, quizá algún otro viajero se libre de pasar un mal rato. Obviamente se lo dijimos al azafato del autobús, que se limitó a encogerse de hombros y decir que había que tener siempre cuidado con los objetos personales.

Por fin salimos hacia Santiago; teníamos por delante 23 h de autobús, eso sí, extremadamente cómodo. Vamos con Pullman, y nos cuesta 38.000 p en cama completa (el piso de abajo; la semicama costaba 24.000 p; billete comprado en San Pedro de Atacama con 2 días de antelación). Nos dan algunos aperitivos y bebidas de vez en cuando, y pasan unas 6 películas en total…no se hace nada pesado, el autobús es muy cómodo y la carretera es excelente. También podíamos haber ido con Tour Bus, pero el billete costaba cerca de un 50% más.

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Jueves 5 de septiembre: más autobús y llegada a Santiago

Día de autobús; llegamos a Santiago al anochecer; cogemos un taxi hasta el barrio de la Universidad Católica (3.850 p; aquí no se negocia por adelantado, sino que hay taxímetro…aun así, no está de más preguntar antes una estimación del precio). Dormimos en casa de un amigo.

--> ¿Merece la pena saltarse todo lo que hay entre Calama y Santiago? Después de consultar con diferentes fuentes, parece que es la mejor opción si se va corto de días…las posibles paradas habrían sido Antofagasta y La Serena, pero las descartamos por falta de tiempo y de aparente atractivo de los sitios…

--> ¿Vuelo o bus de Calama a Santiago? Si bien el trayecto en autobús es largo (23h), la comodidad del mismo hace el viaje bastante soportable…el vuelo en los días que consultamos era bastante caro (unos 150 €, el triple que el autobús)…una vez más, es cuestión de poner precio al día de viaje que se puede ganar al ir en avión…

Viernes 6 de septiembre: Valparaíso y Viña del Mar

Vamos en autobús a Valparaíso con Tour Bus (2.900 p, bus con baño, 1h30’). Es una ciudad muy especial, con un inconfundible aroma de puerto, calles señoriales en la parte baja, barrios decimonónicos con casas de colores en los cerros y un aire decadente apasionante. Se puede hacer la visita en un día sin problema…la parte baja se puede ver tranquilamente en 2-3 h, y en cuanto a los cerros, los más bonitos son Cerro Alegre y Cerro Concepción, donde cada casa se merece una foto. Se puede subir a pie o en ascensor (de pago, unos 600 p). También es bonito el Cerro Artillería, con excelentes vistas y la posibilidad de hacer visitas guiadas a cambio de la voluntad. Otra visita interesante es la Casa Sebastiana (1.500 p con carnet de estudiante, unos 4.000 p sin él), una de las tres casas de Pablo Neruda (la segunda en interés después de la de Isla Negra). La visita se hace con audioguía, está muy bien explicada.

A primera hora de la tarde vamos en autobús urbano a Viña del Mar (440 p), una gran decepción, porque no tiene ningún interés…es una ciudad moderna, sin ningún atractivo; nos habríamos quedado en Valparaíso todo el día sin problema… El autobús de vuelta a Santiago cuesta unos sorprendentes 4.000 p con cualquier compañía (tarda algo menos de 2 h).
 ¿Merecen la pena Valparaíso y Viña del Mar? Valparaíso sin duda sí; se puede destinar un día entero…Viña del Mar es totalmente prescindible.

Sábado 7 de septiembre: Cajón del Maipo

Alquilamos un coche por 24 h (Chilean Rent a Car, 30.400 p incluyendo GPS; seguro que hay mejores opciones pero no tuvimos apenas tiempo para estudiarlas; se recomienda mirar en www.economycarrentals.com/), para ir al Cajón del Maipo, una zona de montaña a unas 2 h al sur de Santiago. De camino, paramos en una oficina privada de turismo en San José del Maipo, donde nos dan información valiosa sobre cómo llegar y compramos un mapa decente de la zona; después se llega a la Cascada de las Ánimas, donde nos piden 5.000 p por hacer una visita guiada de 1 h, que obviamente rechazamos).

La pista que sube al Cajón del Maipo (vamos por el “Embalse el Yeso”) se coge en San Gabriel. Se puede subir con un turismo sin demasiado problema, al menos si no ha llovido demasiado. Avanzamos hasta que la nieve corta el camino, y seguimos a pie…el paisaje es bonito, una montaña muy digna con glaciar incluido, y un lago-embalse. Entre caminar por allí unas 3-4 h en total, y visitar las instalaciones abandonadas del campamento de los obreros que hicieron la presa se nos va el día.

--> ¿Merece la pena el Cajón del Maipo? Si se ha pasado ya por Bolivia y su Cordillera Real, o si se puede hacer alguna otra visita a los Andes esta excursión es prescindible.

Domingo 8 de septiembre: Santiago

Visitamos el barrio de Bellavista (incluyendo La Chacona, la menos especial de las casas de Neruda, pero con una excelente visita guiada; 1.500 p con carnet de estudiante, unos 4.000 sin él). Subimos al Cerro de San Cristóbal, animadísimo por ser domingo, y con buenas vistas sobre la ciudad. El cerro en sí tampoco tiene grandes atractivos, más que el paseo por el que es probablemente el parque más grande de Santiago; se puede subir en funicular (1.850 p ida) y pasar en la parte alta unas 2-3 h. El principal atractivo son las vistas de la ciudad.

Por la tarde vamos al Museo de Arte Contemporáneo (400 p), visitable si se tiene una horita y la suerte de que haya alguna exposición interesante; Museo de Artes Visuales (gratuito, con exposiciones temporales, alguna es muy interesante), paseo por el bonito barrio de Lastarria y terminamos en el Centro Cultural Gabriela Mistral, otro centro de arte contemporáneo con algún detalle interesante.

Lunes 9 de septiembre: Santiago
Visitamos el centro de la ciudad: paseo por la calle principal (O’Higgins o Alameda), Paseo Ahumada, Plaza de Armas, Catedral, Nueva York, Casa de la Moneda (con todo el entorno en remodelación) y Centro Cultural La Moneda, Calles Londres y París (de lo más bonito de Santiago). Vamos a comer al Mercado Central, abarrotado de gente y de restaurantes; es algo agobiante porque los camareros son muy agresivos. Comemos en “Tío Willy”, bastante bien la caldereta de congrio, e impasable la paila extra de marisco; 15.360 p 2 personas).

Paseamos por la estación de Mapocho, ahora un bonito centro de exposiciones, y de allí vamos en metro a Santa Ana para pasear por el Barrio Brasil, uno de los más interesantes de Santiago, aunque de noche dicen que es algo peligroso. Paseamos también por Concha y Toro, un bonito barrio colonial. Cenamos en Lastarria, en el “Bar Escondido”, con cerveza artesana y carne muy buena (29.000 p 4 personas).


Martes 10 de septiembre: Mañana en Santiago y fin del viaje

Pasamos las últimas 2 h en Santiago en el imprescindible Museo de los Derechos Humanos (gratuito), junto al Parque Quinta Normal. La visita completa puede llevar 4 h perfectamente. Es aplastante, deja muy mal cuerpo pero merece la pena el acto de valentía de levantar algo así pocos años después de una dictadura militar sangrienta. Cuánto tenemos que aprender.
Tenemos reservado un “Transfer Bip” (5.700 p/persona) para ir al aeropuerto. Son poco flexibles, pero fiables.

--> ¿Cuántos días dedicar a Santiago? Es una ciudad interesante pero en la que un europeo no encontrará demasiados atractivos…se puede dedicar 1 día al centro, con todo el tiempo posible al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, y otro día para Valparaíso…

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Apreciaciones generales sobre el viaje:

- Aunque no lo haya especificado, el viaje está repleto de esperas y retrasos, no siempre justificados, que forman parte del encanto de esa parte del Mundo…o eso es lo que hay que pensar.

-La tarjeta de crédito es útil y se acepta en casi todos los establecimientos, aunque aplican casi siempre (salvo en supermercados) comisión del 5%. También hay comisiones similares en los cajeros, así que no hay solución milagrosa… Hay que informarse bien antes de salir sobre qué bancos aplican menos comisión a tu tarjeta, y llevar encima dinero en efectivo en una cantidad con la que uno se sienta cómodo…

- Conviene tomar las precauciones típicas de todo viaje por tierras en las que la delicada flora intestinal europea puede verse seriamente amenazada: evitar todo lo que no esté cocinado, así como el agua del grifo, hielos y zumos que no estén hechos con agua filtrada. El único riesgo que asumimos fue con los helados caseros, que, especialmente en Perú, son irresistibles.

- Llevamos la guía Footprint South American Handbook del 2009; son 1800 páginas en un libro muy ligero y cómodo. Pero tiene muy poca historia y los mapas contienen algunos errores. Al igual que Lonely Planet, es una buena opción para tener una referencia de alojamientos, y puede ayudarte a situarte, pero poco más…eso sí, en un libro han resumido todo Sudamérica, lo que es bastante meritorio. Lo mejor es complementar la bibliografía del viaje con la historia de los países y las ciudades a visitar; con unos pocos minutos en internet se puede conseguir bastante información. Tampoco es mala idea llevar podcasts en mp3 sobre el viaje, especialmente para los ratos en autobús, si no se quiere ir leyendo.

- El mal de altura: hicimos un ascenso moderado y progresivo, e íbamos tomando de vez en cuando hojas de coca mascadas y en infusión, y no tuvimos ningún problema, más allá de la asfixia momentánea que se produce al subir una cuesta o unas escaleras a gran altitud. Si, por motivos logísticos, no queda más remedio que subir de manera más agresiva, conviene comer ligero, beber mucho agua y tomárselo con calma…

Conclusiones generales sobre Perú
Al contrario que en muchos otros países, el mejor cambio, y con la misma seguridad que en los bancos, se consigue con los cambistas de la calle; siempre están en grupos y llevan un peto o brazalete distintivo.

Se recomienda encarecidamente comer en restaurantes “familiares”, con menú por 5-6 soles; las cantidades son muy abundantes (nosotros compartíamos un menú para 2) aunque no son muy variados (sopa + pollo o vaca). Tampoco están nada mal las “chifas”, restaurantes chinos regentados por peruanos de origen chino de varias generacoines, en los que se puede comer por unos 8 s/persona.

Los autobuses en Perú tienen una enorme diversidad de calidades y precios: Cruz del Sur son los más lujosos, llegamos a ir en uno con wi-fi y una pantalla por asiento donde podías elegir película, videojuegos… Pero hay otras compañías excelentes y mucho más asequibles: viajamos con Ormeño, Oltursa y Huayruro, en autobuses limpísimos y en los que cada maleta va facturada (excepto en Huayruro), y sin ningún problema. También nos recomiendan Cial y Civa, pero no las llegamos a probar. Un inconveniente de Perú es que hay numerosas estaciones de autobús en las ciudades grandes, y no siempre están todas las compañías en todas las estaciones, lo que dificulta el poder comparar precios y horarios.

Conclusiones generales sobre Bolivia
Los precios son muy bajos, y el país es muy seguro, por lo que es un momento excelente para visitarlo…en pocos países se puede encontrar tanta riqueza cultural, arquitectónica y, sobre todo, natural, como en Bolivia…no se espere llegar a un sitio prístino y sin turistas, pero tampoco está en absoluto masificado. Es un paraíso para el mochilero.

Un taxi en La Paz dentro de la ciudad cuesta 8-10 bs; se recomienda coger los que sean “radio taxi”, son más fiables, aunque pueden ser algo más caros. Las “trufis” o “movilidades” (furgonetas de 9-14 plazas con recorrido fijo) cuestan 1-2 bs por persona.

La comida es excelente, aunque las raciones no son tan generosas como en Perú. Una vez más, se recomiendan los restaurantes “familiares”, con el plato del día mal escrito en una pizarra en la cual no entiendas qué quiere decir ningún ingrediente.

Los controles policiales de carretera son una manera que tienen muchos agentes corruptos de sacarse un sobresueldo con cualquier excusa. De los tres viajes en coche, nos pararon dos veces por los motivos más absurdos (la necesidad de un presunto documento especial cuando tienes una raja en el parabrisas o la necesidad de una autorización para salir en coche de La Paz); no llegan a ser agresivos, pero juegan a retenerte durante un rato para ver si tienes prisa y les pagues para que te dejen marchar rápido. Si es evidente que no tienen razón, mejor aguantar y no pagar, es una pena que estropeen así la imagen de un país tan maravilloso.

Una recomendación: el conductor que vive en La Paz y nos llevó a las diferentes excursiones (El Choro, Pico Austria, etc): se llama Johnny y es extremadamente prudente, puntual y amable. Se puede contactar con él en el móvil: 7 cero 6 ocho 4 tres 8 seis (pongo algunos números en letra para evitar rastreos automáticos).

Conclusiones generales sobre Chile
Soy consciente de que estuvimos en la parte menos interesante del país, y de que casi todo lo bueno comenzaba en Santiago hacia el sur…aun así, fue una pequeña decepción: los precios son abusivos, la desigualdad social es marcadísima (mucho mayor que en Bolivia o Perú) y la gente es en general más fría y desconfiada. Por otro lado, es una sociedad muy culta y es un gran placer hablar con la gente que es amable y habla abiertamente de cosas que aquí aún no hemos superado…

Cosas que habríamos hecho diferentes
Aunque ya lo he ido comentando a lo largo del diario, habría hecho algunos cambios:
- Perú: no cambiaría nada; todo salió bastante rodado. Quizá un día adicional de camino por el Colca, si la pista entre Sangalle y Copacabana por San Juan de Chuccho hubiera estado abierta.
- Bolivia: quizá podríamos haber prescindido de Sajama, para dar un día a Sucre, otro para hacer alguna excursión cerca de La Paz (Valle de La Luna + Chalcaltaya, o mercado de El Alto)
- Chile: prescindir de Viña del Mar, del Cajón del Maipo y de un día en Santiago, para haber intentado hacer alguna excursión más al sur (Temuco y alguno de los parques nacionales de la zona, siempre que la nieve lo hubiera permitido).

Otra posible modificación de la ruta habría podido ser ir de San Pedro de Atacama a Santiago cruzando a Salta – Jujuy – Tucumán – Mendoza, opción descartada por dos motivos: la falta de tiempo y las indicaciones de otros viajeros y residentes en la zona, que nos indicaron que estas regiones son una gran sorpresa cuando uno viaja por Argentina, pero que viniendo de Bolivia no nos habrían sorprendido demasiado.

Por último, está la opción de no haber ido a Chile, y haber buscado la vuelta desde Buenos Aires o desde Santa Cruz en Bolivia.

En fin, espero que este diario sirva de ayuda a otros viajeros que se animen a visitar este maravilloso rincón del Mundo. Se agradecerán todos los comentarios y matizaciones que permitan mejorar el diario.

Durante el diario no he puesto fotos...pero si hay alguien interesado, ahí van los álbumes de flickr:
www.flickr.com/ ...@N05/sets/

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