Bueno, a la tercera va la vencida. Julius horrendum. Tras el desastre de las caídas del servidor durante este mes, me aventuro a escribir el diario por tercera vez. ¡Cruzaré los dedos!.
En los últimos años Irlanda se ha convertido en uno de los destinos europeos favoritos para los españoles. Una isla del tamaño de Castilla - La Mancha que, a pesar de estar situada tan lejos de nuestro país, tiene muchísimos puntos en común con nosotros: el carácter abierto de sus gentes, el disfrute de placeres tan terrenales como las fiestas - donde nunca falta la buena música o la bebida -, cientos de años de abandono y pobreza solventados con las últimas y deslumbrantes décadas, importante peso en la sociedad de la religión católica, la caída en una fuerte recesión económica a partir del 2008 ... Un país, como veis, con virtudes y defectos muy parecidos a los nuestros.
Las conclusiones que he sacado sobre la Irlanda que he conocido en este corto viaje de 7 días son, más o menos, las siguientes:
- Los irlandeses son norteños con alma de sureños. Gente alegre, muy comunicativa y siempre dispuesta a echarte una mano.
- La música impregna sus vidas. Aquí todo el mundo canta y toca algún instrumento: violín, gaita, flauta, guitarra, banjo, acordeón, arpa, el tambor de marco. Dentro de este "alma sureña" podría vincular la música tradicional irlandesa con el flamenco de Andalucía o los blues de las regiones del Mississippi en Norteamérica.
- Bebedores empedernidos de cerveza. El 2º país más cervecero del mundo - sólo detrás de la República Checa - con un consumo de 131 litros por habitante y año. En España son 71,8. La marca Guinness, negra (stout), se lleva la palma, seguida por otras de tipo Ale como la Smithwick, Kilkenny o una gran variedad de tipo Lager como la Harp.
Los pubs son auténticos clubes sociales, pasando allí muchos irlandeses buena parte de su tiempo de ocio. Jóvenes, adultos y ancianos comparten este lugar común y ¡se llenan los 7 días de la semana!.
- Veneran a sus escritores. Parece mentira cómo un país tan pequeño, de apenas 4,5 millones de habitantes, ha podido dar tan buenos escritores. Empezando por sus 4 premios Nobel (William B. Yeats, George B. Shaw, Samuel Beckett y el poeta norirlandés católico Seamus Heany) y siguiendo por Oscar Wilde, James Joyce (con su "Dublineses" y "Ulises", libros fundamentales para conocer el alma dublinés de principios del XX), Jonathan Swift (autor de "Los Viajes de Gulliver"), John Synge, Bram Stoker (autor de "Drácula"), Patrick Kavanagh .... hasta el recientemente premiado con el Príncipe de Asturias de las letras, John Banville.
-País con un pasado lleno de opresión, tanto política (sometido bajo el dominio inglés desde el siglo XII hasta 1922, más de 700 años) como religiosa (con un predominio en la sociedad irlandesa de un catolicismo severo e inmovilista).
A partir de su integración en la Unión Europea, en 1973, ha avanzado muchísimo, especialmente en el período 1990/2008 coincidiendo con la presidencia de 2 mujeres, Mary Robinson y Mary McAleese - período donde Irlanda fue conocida internacionalmente como el CELTIC TIGER -.
El problema vino con la "recession" que llaman ellos del 2008, tan familiar también para nosotros los españoles. Para poder salir a flote han necesitado ayuda de la Unión Europea. No obstante, y a deferencia de nuestro país, ya se aprecia en el 2014 que están saliendo a un ritmo bastante rápido de esta recession. Actualmente la tasa del paro está en el 11,7% (menos de la mitad que la nuestra). Al tratarse de un país de pequeñas dimensiones les resulta más fácil el cambiar de ciclo y si además cuentan con la nada despreciable ayuda de su Gran Hermano los Estados Unidos (los vínculos son enormes con este país), pues más fácil aún.
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Siguiendo los consejos de Javier Reverte - seguramente el mejor escritor de libros de viaje que hay en nuestro país - en "Corazón de Ulises", entiendo que la forma más rentable de viajar es recorrer el camino al menos 3 veces: al idearlo, al pisarlo y al escribir sobre él de regreso.
En esta línea, y para poder sacar más sustancia a este recorrido irlandés, considero interesante el hacer una aproximación previa a Irlanda por 3 vías:
1) LITERATURA
- Leer el libro de Javier Reverte "Canta Irlanda" ayuda sin duda muchísimo a comprender y asimilar lo que es Irlanda y sus gentes. Bajo mi punto de vista, imprescindible.
- También resulta interesante el libro escrito por León Lasa "Por el Oeste de Irlanda", donde podemos sacar buena y abundante información sobre la zona correspondiente a toda la costa oeste
- Y, por supuesto, leer algo de la poesía de Yeats o Kavanagh. Profundizando un poco más recomendaría "Mi isla" de Brendan Behan, "Las Islas Aran" de John Synge o "Dublineses" y "Ulises" de Joye (con buena disposición y tiempo una puede llegar a apreciar la calidad de esta obra).
- Por último recomendaría leer el libro de Frank McCourt "Las Cenizas de Angela", para hacernos una idea de cómo era Irlanda en los años 30, 40 ó 50.
2) CINE
- "El Hombre Tranquilo", de John Ford.
- "Michael Collins", de Neil Jordan.
- "El viento que agita la cebada", de Ken Loach.
- "La hija de Ryan", de David Lean.
- "La Furgoneta", de Stephen Frears.
- "Philomena", de Stephen Frears.
- "The Commitments", de Alan Parker.
- "Las Cenizas de Angela", de Alan Parker.
3) MUSICA
No está mal el ir conociendo, previamente, las canciones que nos van a acompañar en los pubs donde toquen música tradicional irlandesa, más que nada para no quedarse desconectado uno del resto del público cuando haya que cantar el estribillo de la canción de turno al filo de la tercera pinta de Guinness. Baladas como "Fields of Athenry" (todo un himno para ellos), "Rose of Tralee", "Galway Bay" , "Sweet Sixteen" o las más marchosas y típicas de pubs como "Mollie Malone", "The Wild Rover", "The Wild Colonial Boy", "Whiskey in the Jar" o "The Irish Rover".
Bueno, y ya sí que nos metemos de lleno en el viaje.
La ruta planificada fue la siguiente. Aeropuerto de Dublin - Athlone - Clonmacnoise - Athenry - Galway - Cliffs of Moher - Adare - Killarney - Killarney National Park - Rock of Cashel - Kilkenny - Glendalough / Wicklow Mountains National Park - Powerscourt - Dublin.
El recorrido fue en coche y la duración 1 semana.
ATHLONE
El Aeropuerto de Dublin consta de 2 terminales: la T1, la más antigua y donde operan los vuelos de Ryanair, y la T2, la más moderna y donde operan los vuelos de Aer Lingus, la compañía bandera de Irlanda. Se trata de un aeropuerto de tamaño medio, fácilmente manejable.
La mayoría de los rent a car se encuentran a unos 2 kms. de la terminal 2, estando conectados con un shuttle que pasa cada 10 minutos.
Una vez que uno se ha mentalizado en eso de la conducción por la izquierda, nos ponemos en marcha. Muy recomendable el GPS teniendo en cuenta las características de las carreteras y señales irlandesas.
El tramo que va del Aeropuerto de Dublin hasta Athlone es por autovía (M-4 y M-6), de fácil conducción. Son 129 kms. que se hacen en algo menos de hora y media.
Elegimos Athlone por tratarse de la población más próxima a nuestro primer objetivo: el monasterio de Clonmacnoise. Se trata de una pequeña ciudad de origen mediaval (como todas las que hemos visitado) de unos 19.000 habitantes, bañada por uno de los ríos más importantes de Irlanda, el SHANNON. Un río navegable en amplios tramos, siendo frecuentes los barcos que saliendo de Athlone te llevan directamente hasta el monasterio de Clonmacnoise, que cuenta con su propio embarcadero.
Alojamiento en SHANONSIDE HOUSE B&B. 70 € habitación doble con desayuno incluído.
A 10 minutos andando del castillo.
Buena cantidad de B&B (se nota que esta localidad atrae turismo, básicamente local), pubs y restaurantes.
Cena en el restaurante thailandés KIN KHAO (en Abbey Lane), premiado en repetidas ocasiones como el mejor restaurante étnico de Irlanda.
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Su castillo normando es el monumento más interesante y según nos cuentan los lugareños, tienen el pub más antiguo de Irlanda, el SEAN'S BAR, del año 900.
Comenzamos el día con un buen desayuno irlandés. Se diferencia del inglés en que las famosas judías son sustituídas por morcillas y embutidos locales. El resto - huevo o tortilla, tomate, salchicha - no cambia. Decir que sienta muy bien una buena dosis de proteinas para poder hacer frente a las largas jornadas pero a partir del 3º o 4º día ya empieza uno a estar cansado de tanta salchicha y morcilla ...
Cogemos el coche y pronto comenzamos a verificar aquello que otras personas advierten repetidamente en los foros de losviajeros.com: las carreteras irlandesas, quitando las pocas radiales que unen las principales ciudades, son estrechas, sin arcén, con apenas rectas y muchos cambios de rasante.
Está claro dónde no ha ido todo el dinero que durante 30 años han recibido de los fondos europeos de cohesión. Posiblemente en hacer iglesias (las hay muchísimas, construídas a partir de 1922, y enormes), pero en hacer carreteras ... va a ser que no.
Por tanto, mucha tranquilidad, a no pisar el acelerador y a conducir concentrado. No queda otra. Lo de la falta de arcén es lo que más sorprende, muchas de estas carreteras estrechas tienen un mantenimiento contínuo de márgenes para evitar que las plantas y los árboles no invadan la calzada. Bonito queda pero ...
CLONMACNOISE
Uno de los motivos principales de este viaje ha sido el poder conocer "in situ" su historia, y más concretamente ese período comprendido entre los siglos V y IX conocido como "La Edad de Oro Irlandesa". Siglos donde se desarrolla una original civilización en un territorio que permanece al margen de lo que entonces estaba ocurriendo por la "oscura" Europa.
Irlanda nunca fue colonizada por los romanos. Punto importante. Estos, tras conquistar Inglaterra se dieron el salto a esta isla, pensaron que era inhóspita y pobre, la bautizaron como HIBERNIA - Tierra de Invierno en latín - (suena a "Juego de Tronos" ¿verdad?) y la dejaron en paz.
Esta ausencia de romanización fue clave para la simbiosis que se va a producir entre la cultura existente, la celta (con los druidas, el culto a la naturaleza, etc.) y el cristianismo que llega a mediados del siglo V por medio de San Patricio. Decir que San Patricio es el patrón de Irlanda. Su festividad, el 17 de marzo, se celebra por todo lo alto no sólo en toda Irlanda sino también en aquellos otros territorios donde los irlandeses han emigrado para no morirse de hambre, es decir, medio mundo: Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Barbados, Gran Bretaña ... Basta con ver el lío que se monta en Boston ese día, tiñiendo de verde - el color de Irlanda - el río Charles.
Desde las primeras colonizaciones cristianas hasta la imposición del cristianismo oficial procedente de Roma allá por el siglo XII, tras la invasión por parte del rey anglonormando Enrique II con la inestimable ayudita del Papa Adriano IV - también inglés, qué casualidad -, la religión cristiana de Irlanda iba por libre. ¡No tenía ni obispos!.
Por entonces no existían ciudades en Irlanda, organizándose las gentes en torno a los monasterios que se iban creando. Algunos de ellos llegaron a tener un importante peso en la sociedad irlandesa, como el caso del monasterio que íbamos a ver: Clonmacnoise.
En cuanto a los monjes irlandeses de eso siglos, decir que poco tenían que ver con los otros monjes del resto de Europa, dependientes éstos de la Iglesia de Roma. Así, era habitual que estuviesen casados, el cargo de abad era en muchas ocasiones hereditario, contaban con sus propios ejércitos, esclavos, artesanos, agricultores ... Hasta los famosos cortes de pelo (la tonsura) eran distintos.
Pero en lo que más destacaron fue en preservar la cultura del mundo clásico, conservando y escribiendo copias de Evangelios o textos clásicos en un período donde el caos y la analfabetización dominaba el continente europeo. Sin duda, durante estos siglos Irlanda se convirtió en uno de los focos culturales más importantes de toda Europa.
Para conocer un poco más el sentido y la vida de estos monjes irlandeses y sus monasterios, recomendable la lectura de la novela de Juan Francisco Ferrándiz "Las Horas Oscuras". Y si uno quiere ir un poco más en serio, resulta muy interesante el blog "MUJERARBOLNUEVA" o el libro de Carmel McCaffrey "In Search of Ancient Ireland".
Clonmacnoise - cuyo significado es "La pradera de los hijos de Noise" - se asienta sobre un meandro del río Shannon, en una zona fértil y llana.
Fue fundado hacia el año 545 por San Ciaran y con el tiempo llegó a convertirse en uno de los monasterios más importantes de Irlanda, con más de 1.500 habitantes.
Se organizaba como una auténtica ciudad, extendiéndose en círculos concéntricos. Los recintos sagrados, donde únicamente podía acceder la comunidad religiosa, en el centro. En el anillo siguiente, las celdas de los monjes, el scriptorium (donde copiaban los libros) y otras viviendas donde residían hijos de reyes o la nobleza del lugar. Luego venías las viviendas de los artesanos, comerciantes, soldados o esclavos. Finalmente, las tierras de cultivo y ganadería.
Por cierto, hablando de ejércitos en los monasterios, decir que era frecuente el que hubiese combates entre monasterios, así como eran frecuentes las peleas entre decenas de reyes _ en algunos momentos llegaron a ser más de 100 - que poblaban la Irlanda de entonces.
Los restos de las 7 iglesias y de la catedral que vemos en Clonmacnoise son del siglo XII en adelante, no conservándose restos de las construcciones del período inicial (eran de madera y materiales pobres).
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Al margen de estos edificios nos encontramos con otros 2 elementos que vienen a formar parte de los símbolos sagrados de Irlanda. Los otros 2 son el trébol, planta con la que, según cuenta la tradición, San Patricio enseñaba a la población el sentido de la Santísima Trinidad, y el arpa gaélico. Interesante detalle: posiblemente Irlanda sea el único país que cuente en su escudo con un instrumento musical en vez de leones, cañones o torres. Esto nos da una pista de cómo son.
Bueno, pues esos 2 elementos símbolo, que únicamente se ven en las construcciones religiosas en Irlanda son las TORRES CIRCULARES y las ALTAS CRUCES.
Torres circulares que llegan a superar a veces los 30 metros del altura. Visitables sólo hay 2 en el país, la de Kilkenny y la de Kildare. Tienen su acceso a 3 metros de altura y cuentan entre 4 y 6 plantas, conectadas con cuerdas o escaleras de madera. ¿Su utilidad? pues defensiva, llamada a la comunidad por medio de la campana, de granero ...
Comenzaron a construirse a finales del siglo X. En Clonmacnoise hay 2.
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Las Altas Cruces fueron construídas seguramente para delimitar el espacio de los recintos sagrados y como punto de reunión de los peregrinos que acudían en masa a estos monasterios. Aquí hay 3 de gran valor guardadas en el museo del Centro de Visitantes: la cruz de "Las Escrituras", del siglo X, es la más importante, con relieves en las 4 caras. Las otras 2 son "La Cruz Norte" y la "Cruz Sur", más antiguas que aquélla.
Algunas llegaron a medir los 6 metros de altura, y estaban pintadas. Siempre se componen de una cruz latina rodeada en su parte superior por un círculo. Su sentido aún no está claro: ¿fusión del cristianismo (cruz) con la cultura celta (círculo solar)? ¿símbolo de Cristo triunfante sobre el pecado, al estilo de la antigua Roma?.
Hay más de 200 "High Crosses" distribuidas por toda Irlanda.
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El Monasterio de Clonmacnoise, como la totalidad de los monasterios mediavales irlandeses, se encuentra en ruinas. Bajo mi punto de vista mejor visitarlo así, en su estado puro. Hay otras edificaciones históricas en Irlanda que sí han sido reconstruídas en la segunda mitad del XIX y primeras décadas del XX, pero pierden gran parte de su esencia al ser bastante arbitrarias.
Hasta la llegada de los vikingos a Irlanda a finales del siglo VIII, estos monasterios normalmente (cuando no se pegaban entre sí) eran un remanso de paz, abiertos al mar muchos de ellos y desprovistos de fortificaciones. Pero resulta que estos pueblos nórdicos -los que atacaron Irlanda procedentes de las costas noruegas - descubren el "chollo" que supone el acercarse aquí.
Primero llegaron a las costas escocesas para dar poco después el salto a Irlanda. El primer saqueo se produce en el año 795, al monasterio de Insihmurray. Visto el resultado, no pararon durante los siguientes 100 años.
Se trataba de rápidos ataques por sorpresa. Llegaban con sus barcos, arrasaban con todo, mataban a parte de la población y al resto se los llevaban para venderlos como esclavos en los mercados europeos. Por supuesto, también se llevaban todos los objetos de valor que encontraban - que eran muchos - así como el grano, ganado ... Vamos, era como ir al supermercado ¡y encima gratis!.
Clonmacnoise fue atacado y destruído por los vikingos por primera vez en el año 840. Periódicamente esperaban a que el monasterio se recuperase y volvían a atacar de nuevo. Así hasta 6 veces más.
Pero no sólo atacaron Clonmacnoise los vikingos. Los propios irlandeses (como los reyes de Cashel) lo hicieron en, al menos, 27 ocasiones y los normandos e ingleses, a partir del siglo XII, en otras 6 ocasiones.
La puntilla la dió el rey inglés Enrique VIII a mediados del siglo XVI, con la ley que prohibía los monasterios. El estado en ruinas se mantiene desde entonces.
La entrada al monasterio cuesta 6 €, siendo el horario de verano de 9:00 h. a 18:30 h.
Cuenta con un interesante Centro de Visitantes con paneles explicativos y un museo.
En las afueras se conservan las ruinas de un castillo normando y de un convento de monjas.
En el propio recinto del monasterio hay una construcción de cristal y madera edificada en 1979 para que el papa Juan Pablo II diera allí una misa. Desentona totalmente.
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ATHENRY
Dirección Galway, sin salirnos de la autovía M-6, hacemos parada en Athenry para comer.
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Al margen de tratarse de una pequeña ciudad de origen mediaval de 4.000 habitantes, con su correspondiente castillo normando e iglesia, Athenry es famosa por su canción "FIELDS OF ATHENRY", todo un himno para los irlandeses.
Se trata de una bella historia de amor con un trágico escenario histórico de fondo: La Gran Hambruna (The Great Famine) de 1845-1850. Un episodio bochornoso y horrible - según el escritor irlandés Brendan Behan, el episodio más humillante en Europa tras la matanza de judíos por parte de los nazis en la II Guerra Mundial - que dejó reducida a la mitad la población de Irlanda. En 1845 Irlanda contaba con 8,5 millones de habitantes. A principios del siglo XX no eran más de 4,5 millones. Desde entonces siguen así.
En ese año de 1845 se produce en Irlanda la coincidencia de una serie de factores: la pobreza extrema en que vivían la mayoría de los irlandeses, la superpoblación, la avaricia de los terratenientes ingleses - dueños de más del 90% de las tierras irlandesas - y de las autoridades administrativas de la isla y la excesiva dependencia de la patata en la dieta alimentaria.
Ese año el hongo "Phytophora Infestans", conocido popularmente como la "Peste de la Patata" arruinó la cosecha. También lo hizo durante los 4 años siguientes. La población se quedó sin su alimento base.
Por supuesto que Irlanda también tenía vacas y cerdos, así como cereales. Pero estos pioductos eran inaccesibles para la población ya que estaban controlados por los terratenientes ingleses y eran destinados en su mayoría para la exportación, principalmente a Inglaterra.
Por otro lado, países como Estados Unidos enviaron barcos cargados de cereales para alimentar a la población, pero éstos eran retenidos en las aduanas por las autoridades inglesas para evitar que los precios del cereal no se desplomaran en el mercado.
Como cuenta Javier Reverte, Irlanda agonizaba y Gran Bretaña se enriquecía a su costa.
El hambre y las enfermedades (tifus, cólera, disentería, etc.) causaron en torno al millón de muertos. A éstos hay que sumar la salida durante estos años de 1,5 millones de personas, en los llamados "barcos ataudes" (porque allí también morían hacinados como chinches) a países como Canadá, Estados Unidos, Australia o la propia Gran Bretaña. En la siguiente década abandonaron irlanda otros 2 millones de personas rumbo a América.
Irlanda nunca olvidará este período trágico de su historia. Por todas las ciudades y pueblos por donde hemos pasado en este viaje siempre nos hemos encontrado con monumentos o memoriales que recuerdan la Great Famine.
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Bueno, pues la famosa canción tiene ese trágico escenario. Una paraje de jóvenes no tiene que comer. A él se le ocurre robar algo de comida en la finca de un rico terrateniente y es apresado. Como era habitual en esa época, a muchos presos se les enviaba a cumplir condena a Australia, una vez cumplida ya se quedaban allí como colonos. El joven cuenta en la canción cómo desde la lejanía echa de menos a su pareja y a los campos de Athenry.
"Low lie the fields of Athenry / Where once we watched the small free birds fly / Our love was on the wings / We had dreams and song to sing / It's so lonely round the fields of Athenry".
Una canción que define perfectamente el modo de ser y de ver la vida del irlandés. Un pueblo que históricamente ha pasado penurias, pobreza, sometido durante muchísimos años por un pueblo extranjero, que ha sufrido contínuas derrotas en su intento por revelarse e independizarse ... Y aún así ha sido y es feliz.
Un buen ejemplo de ésto lo tenemos en youtube. Partido de fútbol entre España e Irlanda en la Eurocopa del 2012. En la fase final del partido, cuando España ya les iba ganando por 4 a 0, viendo que, nuevamente, iban a ser derrotados, toda la afición irlandesa concentrada en el estadio canta al unísono "Fields of Athenry". Ese es el alma irlandesa.
Nos encontramos en Athenry con una feria de alimentos locales bastante entretenida, el BIA LOVER FESTIVAL OF FOOD.
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También encontramos un buen sitio para comer, con precios asequibles, THE OLD BARRACKS.
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GALWAY
A 20 kms. de Athenry, también por la M-6, Galway.
Alojamiento en SUNRISE LODGE B&B. 90 € habitación doble con desayuno. Situado en las afueras, dirección a Salthill, pero a apenas 15 minutos andando del centro histórico de la ciudad. Bien situado, frente a la playa.
Galway se encuentra justo a la mitad de la costa oeste de Irlanda, territorio "gaélico". Cuenta con unos 75.000 habitantes, la 3ª ciudad más poblada de Irlanda tras Dublin y Cork. Su despegue ha sido reciente, en las últimas décadas, con la instalación allí de empresas del sector nuevas tecnologías y de 2 universidades internacionales. Se trata, sin duda, uno de los destinos favoritos de los jóvenes españoles.
Es una ciudad joven (2/3 de su población no llega a los 30 años), dinámica y divertida. Si a ésto unimos su tendencia a organizar festivales en cada momento (The Galway Sessions, The Oyster Festival, The Galway Early Music Festival, the Galway International Arts Festival ...) y su animadísima vida nocturna (los pubs siempre llenos a reventar, ¡incluso los domingos por la noche!) tenemos el cocktail perfecto para que sea, como he dicho, uno de los destinos favoritos de la juventud.
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La ciudad puede visitarse en poco más de 3 horas, ya que lo que se considera el casco histórico abarca poco más de 2/3 kms., el espacio comprendido entre el área del Spanish Arch y la Eyre Square. El paseo se canaliza por una larga calle que va cambiando de nombre. Quay Street, High Street, Shop Street y Williamgate Street. Pero bueno, Galway no es una ciudad para visitarla, es una ciudad para vivirla, para disfrutarla durante, al menos, 1 día.
De origen también mediaval, fue controlada por las llamadas "14 Tribus", clanes de comerciantes como los Lynch o los Blake. Durante siglos mantuvieron estrechas relaciones con España, país con el que contaban 2 cosas en común: éramos países profundamente católicos y odiábamos profundamente a los ingleses. Intercambiábamos nuestro vino por sus caladeros de pesca. Una relación que desapareció bruscamente cuando entró en escena el tan poco querido por ellos Oliver Cromwell: llegó a la ciudad hacia 1651 y, aparte de arrasarla, hizo romper todo vínculo con la "malvada y católica España". Pero fruto de esas relaciones algo ha quedado:
- El famoso Spanish Arch, lugar de encuentro de la juventud.
- Esas irlandesas de Galway de sospechoso pelo negro.
- El término "linchamiento". Lynch, alcalde de Galway hacia 1493, colgó a su hijo de la ventana de su palacio por haber matado éste a un comerciante español. ¡El negocio es lo primero!
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En estas imágenes, aparte del Spanish Arch, tenemos los palacetes de los Lynch y los Blake. Desgraciadamente, la apisonadora de la globalización también aquí funciona: uno ahora es la sede un banco y el otro forma parte de una conocida red de cafeterías.
Está claro que si uno quiere conocer la esencia irlandesa, sus tradiciones, sus costumbres ancestrales, su idioma (imposible de aprender), tiene que venir al oeste. El este irlandés está excesivamente contaminado por lo británico. La Irlanda auténtica, decididamente, está aquí.
El idioma irlandés, aunque de obligado aprendizaje en la escuela, es evidente que está en claro retroceso. Sólo en el oeste irlandés se aprecia un interés real por conservarlo. Hay sitios concretos, como las Islas Aran, donde los colegios mandan una semana al año a sus alumnos en plan "inmensión en el gaélico". Muchos carteles de comercios y señales en las carreteras aparecen únicamente en el idioma gaélico, sin transcripción al inglés.
Otro elemento típico del oeste irlandés es su interés por preservar la música tradicional irlandesa. Hay una gran cantidad de pubs donde 7 días a la semana hay actuaciones en directo con este tipo de música. Entre ellos destacan THE CRANE BAR, MONROE'S TAVERN, THE QUAYS (enorme), TIGH NEACHTAIN, THE KING'S HEAD (también enorme), TAAFFE'S BAR, TIGH CHÓILÍ o AN TAIDHBHARC. De obligado cumplimiento el buscarse un hueco en uno de esos pubs - siempre están a rebosar - y echarse una pinta de Guinness mientras se escucha la música a base de banjos, guitarras, violines, flautas, gaitas, acordeones, arpas, tambores de marco ...
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Tras haber disfrutado la noche en Galway hubo que hacer un esfuerzo para madrugar al día siguiente. Era necesario dada la intensa jornada que nos esperaba.
ACANTILADOS DE MOHER
Los famosos "Cliffs of Moher" se encuentran a unos 80 kms. de Galway, en el condado de Clare, también en la costa oeste dirección sur.
Dadas las peculiaridades ya comentadas de las carreteras irlandesas hay que echarle en torno a la hora y media de viaje. Pero bueno, calma y a disfrutar del estupendo paisaje.
Me resulta difícil el poder definir los acantilados de Moher. ¿Paraje natural o atracción turística?. A primera vista parece chocante que te hagan pagar 6 € por el mero hecho de poder contemplar el paisaje, la naturaleza. Pero también es cierto que el intentar mantener esta zona cuidada y limpia tiene un coste que parece razonable querer repercutírselo al turista, teniendo en cuenta que se trata del "sitio" más visitado de Irlanda con más de 1,5 millones de personas al año.
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Dejamos el coche en un enorme parking (donde se paga la entrada), cruzamos la carretera y andamos unos 100 mts. hasta el moderno Centro de Visitantes excavado en la montaña. Desde aquí parten 3 senderos que te llevan a distintos miradores donde poder contemplar los acantilados.
En verdad resultan impresionantes. Sin duda, si uno anda por Irlanda, vale la pena darse un salto hasta aquí. Desde Dublin hay excursiones de 1 día por 25 € aunque, personalmente me parece una palizas de viaje, siendo mucho más recomendable el partir desde Galway.
Se trata de la naturaleza en estado puro. Paredes de más de 200 metros formadas hace 320 millones de años que se extienden a lo largo de 8 kms. sobre el Océano Atlántico. El verde del monte, el marrón de los acantilados, el azul del mar y el cielo (si hay suerte ese día) hacen una simbiosis perfecta. Un escenario único acompañado por el sonido de las aves y el mar ... esto, claro, si no estuviese uno rodeado de cientos de turistas que tienden a romper este hechizo.
Es curioso, en sitios como éstos uno tiende siempre a criticar al turismo de masas que todo lo inunda. Pero, mirándolo bien, ¿qué somos nosotros?, pues eso, parte de ese turismo de masas. Seguro que esos japoneses, nórdicos, latinos o norteamericanos que andaban por nuestro lado también harían los mismos comentarios hacia nosotros. A callar y a disfrutar del paisaje.
Desde el mirador Sur hay una amplia visión de los acantilados, así como del islote GOAT ISLAND, punto de reunión de los famosos FRAILECILLOS, unas llamativas aves (los puffins) de pico rojo y cuerpo casi de pinguino que residen por estas zonas entre abril y julio.
Desde el mirador Principal, en el medio, hay unas buenas vistas de las Islas Aran, centro espiritual de la cultura gaélica. Nos quedamos con muchas ganas de conocerlas pero resultaba imposible encuadrarlas en nuestro viaje. ¡La próxima visita sin falta, Sr. Reverte!
En la plataforma Norte se encuentra la Torre O'Brien, construída en 1835 por Corneluis O'Brien, propietario de esas tierras. Pagando 2 € se puede acceder a la parte de arriba aunque no es necesario. Desde la plataforma se tienen buenas vistas de los acantilados del sur.
Y poco más que contar. Las imágenes en este caso describen mejor lo que son los Cliffs of Moher.
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Para ver bien los acantilados, si el tiempo lo permite, incluído el Centro de Visitantes, un mínimo de 3 horas.
ADARE
Siguiente destino, a unos 100 kms. de los acantilados. Otra hora y media de viaje.
Se combinan carreteras estrechas con otras muy estrechas y, por fin, 20 kms. finales de autovía.
Pueblo "con encanto", muy turístico, pertenece al condado de Limerick y está considerada una de las villas más bonitas de Irlanda.
Sus viviendas típicas tradicionales con el tejado de paja (las tatched cottages), la gran cantidad de edificios históricos como el DESMOND CASTLE, el TRINITARIAN MONASTRY, el AGUSTINIAN PRIORY o las ruinas de la ABADÍA FRANCISCANA, el hermoso parque urbano CELTIC PARK o los enormes campos que rodean al hotel de lujo MANOR ADARE hacen de esta población un lugar ideal para pasar otras 3 horitas.
En la Main Street se encuentra la oficina de información turística (Adare Heritage Centre). Conviene arrancar la visita desde aquí.
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KILLARNEY
Otra población encantadora, y muy turística. Una de las cunas el alma gaélico irlandés.
Situada ya en el famoso condado sureño de Kerry (realmente valdría la pena hacer un viaje en exclusiva para recorrer este magnífico condado), a 90 kms. de Adare. Una hora y cuarto de viaje.
Nos alojamos en THE HARP B&B, en Muckross Road, a 50 metros del río FLESK y a 10 minutos andando del centro histórico. 70 € la habitación doble con desayuno.
Con poco más de 15.000 habitantes, Killarney acoge a turistas de todo el mundo y, especialmente, a norteamericanos. Son muy fuertes los vínculos que existen entre ellos debido a la emigración masiva de los habitantes de Kerry entre 1850 y 1950 huyendo del hambre y la miseria.
Sus gentes son alegres, comunicativas y siempre dispuestas a una fiesta. Entre los propios irlandeses tienen fama de "rarillos" y se les menciona en chistes del mismo modo que nosotros mencionamos a los habitantes de Lepe.
Por estas tierras nacen los bailes más típicamente irlandeses, las jigas (jigs), remontándose a la Irlanda celta, cuando los druidas practicaban las danzas y rituales religiosos alrededor de los grandes robles, danzas circulares con las que conectaban con la naturaleza y el dios Sol. Son bailes donde únicamente entran en acción las piernas y, sobre todo, los pies que no paran de moverse en todas direcciones, con un dominio del "taconeao" increíble. Volvemos aquí a encontrar vínculos con el flamenco andaluz. La versión más comercial y moderna la tenemos en el conocido espectáculo "Riverdance" (en youtube hay buena cantidad de vídeos).
Es muy fácil el poder asistir a uno de estos bailes típicos en muchos de los pubs que existen en la ciudad, acompañados, cómo no, con las gaitas, flautas o arpas. No lejos del B&B, en el pub FLAHERTY'S del hotel THE WHITE GATE, todos los lunes por la noche hay baile. Resulta muy entretenido el ver a la gente del pueblo echándose unas jigs, reels o slips. Por cierto, nunca falta el "baile de la escoba".
Quien ande por estos lugares del 24 al 28 de febrero no debe perderse el festival de música popular irlandesa, THE GATHERING.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La actividad en Killarney se canaliza en el eje formado entre la iglesia anglicana de Santa María y la Iglesia católica del mismo nombre.
Hablando de iglesias, un pequeño comentario sobre ellas. Casi todas las iglesias históricas, de cientos de años de antiguedad, pertenecen a la Iglesia de Irlanda, una especie de "sucursal" de la Iglesia Anglicana. Casi todas las iglesias construídas en los últimos 100 años son católicas. Motivo: Hasta 1922 Irlanda se encontraba bajo el dominio británico, imponiendo su política y religión. En gran parte de los 700 años que duró ese dominio la religión católica estaba incluso prohibida. A partir de 1922, cuando consiguieron la independencia, los irlandeses se volvieron locos a construir iglesias católicas, cuanto más grandes mejor. La iglesia católica de Santa María de Killarney es un bien ejemplo de ello.
Bueno, como decía, entre las calles que unen estas 2 iglesias - la Main Street y la New Street - se concentra la zona de ocio.
Como importante centro turístico, en Killarney hay una gran cantidad de hoteles, B&B, restaurantes y pubs.
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