De Seattle a Los Ángeles en solitario ✏️ Blogs de USA

Viernes 31 de octubre y ha llegado el final del viaje; el día de volver a casa. Toca reflexionar por todo lo que he visto y experimentado estos días, como ha sido el viaje, si ha merecido la pena, si ha estado bien planificado...

Para empezar, he de decir que solo un par de años antes de este viaje, no me planteaba en modo alguno viajar fuera de Europa; y menos en solitario. Pero circunstancias ajenas a mí hicieron que experimentase aquello de los vuelos transoceánicos; y una vez clavado el aguijón, el veneno de los grandes viajes ya no tiene cura. Ese primer viaje a la América profunda, la de Yellowstone y las grandes llanuras surgió un poco de improviso, a partir de un simple vuelo barato a Chicago que no todo el mundo deriva en un road trip por medio USA en pleno invierno.
Tampoco estaba en mis planes volver a USA por la Costa Oeste solo año y medio después, pero un chollo aeronáutico hizo el milagro. ¿Volveré pronto a USA? A estas alturas quién sabe...

Respecto a este viaje en particular, pienso que sí ha merecido la pena por todo lo que he visto, por todo lo que me ha pasado y las experiencias que he tenido. Reconozco que ha habido algunos problemas de planificación, en la primera parte del viaje sobre todo, consecuencia quizás de haber querido abarcar demasiado en poco tiempo. Esto me ha llevado a días con demasiados kilómetros encima, agravando la situación de encontrarme con unas condiciones climatológicas no demasiado propicias. Esta es una lección que debo aprender para futuros viajes.

Pero hablemos del día de hoy. Me he levantado antes de que Doña "estoyamargadaconmividaylapagoconmishuéspedes" se despertase. Como ella no tuvo la gentileza de ayudarme a pedir un taxi para esta mañana, ayer tuve que arreglármelas yo solo con el móvil a través de una web de una compaña de taxis de Los Ángeles para que un vehículo me recogiese aquí hoy a las siete en punto de la mañana. Como mi maleta ya la dejé preparada anoche, me llevó poco tiempo prepararme para la llegada del taxista.
Así que a las siete en punto de la mañana estaba yo en la puerta de esta casa normalilla tirando a cutre en un barrio residencial sin alumbrado público con el ansia de ver aparecer un taxi por la bocacalle más cercana. Porque aunque la web me había confirmado la reserva del mismo, hasta que no lo ves aparecer no estás tranquilo.
Pero al poco rato allí aparece mi taxista salvador. La carrera será corta, poco más de cinco minutos y sin problemas de tráfico. Le digo que me lleve al aeropuerto, a la terminal de American Airlines; que será la compañía que me va a llevar desde LAX a Chicago, para enlazar allí con el vuelo de Iberia a Madrid (ojo, en primera clase gracias a los Avios acumulados! ) y finalmente un MAD-LCG de una hora escasa pero que me parecerá eterno.
Llego al aeropuerto sin novedad y pago la carrera al taxista con la correspondiente propina. Justo después de irse el taxi, caigo en la cuenta de que "me parece que esta no es la terminal de American". Y no tardo en confirmarlo. Taxista cab**n!! Si no fuera por lo bien que se portó la chica de facturación de Alaska Airlines el primer día (véase etapa 01), empezaría a pensar que mi relación con Los Ángeles se parece enormemente a la relación de Homer Simpson con Nueva York (véase capítulo Los Simpson viajan a nueva York) Entre la anfitriona y el taxista no queda mi opinión de esta ciudad muy bien que digamos...
En fin, me toca cambiar de terminal a pata cargando con la maleta. Siguiente paso: facturar.
Los de American, muy cómodos ellos, te ponen máquinas para que auto-factures tu maleta tú mismo mismamente. Tú tienes que hacer todo: escanear tu pasaporte, imprimir tus billetes, lo mismo con la etiqueta de la maleta; mientras la azafata está allí rascándose el c...uello. Si total tienes que ir junto a ella igual para que te escanee la tarjeta que acabas de imprimir y coloque la maleta en la cinta... Americanadas.
Son las siete y media de la mañana y mi vuelo sale a las nueve. De momento todo va normal y voy con tiempo hacia la puerta de embarque. Pero desde aquí las cosas se empezarán a poner extrañas...

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Bienvenidos a la nave del misterio.

Nos adentramos en una terminal de aeropuerto como otra cualquiera, como tantas hay por el mundo. Una terminal con actividad frenética, con cientos de personas caminando de aquí para allá un viernes cualquiera por la mañana. Viajeros de negocios, turistas, personal del aeropuerto, la seguridad...
Personas. Seres humanos normales. O todo lo normales que pueden ser algunos americanos, claro.
Pero entre las sombras comienzo a ver otros seres extraños. Criaturas antropomorfas que surgen de la oscuridad, de relatos de Edgar Allan Poe o Stephen King. Primero una casi pasa desapercibida. La he visto fugazmente, y parece que he sido el único porque la multitud no se ha dado cuenta, no ha reaccionado. Después veo otra, junto a una puerta de embarque; más adelante dos juntas, parecen comunicarse entre ellas. ¿solo yo las estoy viendo? ¿qué está pasando? Incluso algún pasajero parece que habla con esas criaturas como si fuese una empleada de American Airlines. ¿no ven acaso su aspecto real? ¿o soy yo el que no ve su aspecto real y está todo en mi cabeza? ¿me habrán echado droga en el colacao este viernes 31 de octubre de 2014?

De pronto mis ojos se abren y mi mente despierta de un sueño: es Halloween! y muchos de los empleados del aeropuerto van disfrazados. Este carnaval que los americanos se han inventado lo llevan hasta sus últimas consecuencias; porque si aquí sabemos diferenciar diversión de trabajo, allí parece que están ligados de tal manera que una compañía aérea permite a sus empleados ir a trabajar disfrazados. Y lo mismo los empleados del aeropuerto. Podría tener un pase, a mi modo de ver, si por ejemplo este día se ponen un sombrero estrambótico, una peluca... lo mismo que si en nochebuena te pones un gorro de papa noel (Santa en este caso) para dar un poco de ambiente.
Pero esto creo que ya es pasarse: Personal de mantenimiento del aeropuerto, o de las compañías aéreas completamente disfrazados: uno vestido de Spiderman, otro de Zombie con maquillaje facial incluido, otra de algo parecido a un teletubbie, la mayoría con pelucas...
Están locos estos americanos...

Superado el shock inicial, y ya en la terminal 4, que es la que me corresponde, solo queda esperar la salida de mi vuelo. La terminal 4 es básicamente un pasillo central con vestíbulos a ambos lados a modo de salas de espera de cada puerta de embarque. Entre los vestíbulos hay tiendas, oficinas, etc, dando un aspecto un poco desorganizado. Se ve que las terminales tienen sus años ya.
Me toca la puerta 45. son casi las 8AM... y mi avión todavía no está...
Calma, no perdamos los nervios tan pronto (solo llevo veinte minutos en el aeropuerto y todo lo que he vivido ya...). Compruebo el panel de la puerta y pone Chicago a las 9AM. Veo movimiento en el mostrador de la puerta, pero no el típico movimiento de "vamos a embarcar en unos minutos". No.

A las 8AM salta la liebre: "Señores pasajeros del vuelo AAxxx con destino a Chicago, les informamos que el vuelo se retrasará debido a las condiciones climatológicas..."
¿climatológicas? si hace sol y buena temperatura... Al momento los paneles cambian y la salida se retrasa a las 10:30AM. Mal empezamos. Al rato nos aclaran que las condiciones climatológicas son en Chicago, al parecer por fuerte viento (normal, en la ciudad del viento) y que está provocando retrasos allá.
A partir de aquí los acontecimientos se precipitan de una manera incomprensible y dejan en evidencia una absoluta descoordinación entre el aeropuerto de LAX y la compañia.
Primero, sin previo aviso, en los paneles de salidas del aeropuerto se cambia la hora de salida de mi vuelo para la 1PM mientras en la puerta de embarque sigue apareciendo 10:30AM. La gente comienza a preguntar y no saben dar respuesta. Cuatro horas de retraso!! Los pasajeros comienzan a desfilar hacia el mostrador de AA para obtener una respuesta porque los enlaces se perderán en muchos casos (incluido el mio). Por si fuera poco, el personal de AA de la puerta 45 comienza a informar por megafonía de que el vuelo a Chicago se traslada a la puerta 43. "Todos los pasajeros deben dirigirse a la puerta 43"
Allí nos vemos más de un centenar de personas con sus correspondientes equipajes de mano, levantándose de sus asientos para desplazarse hasta la puerta 43. Sales al pasillo, cruzas entre las tiendas y otros cientos de pasajeros que se dirigen a sus respectivas puertas de embarque o salen de la terminal, y llegas a la puerta 43... donde el panel indica que de allí saldrá a las 11:15AM el vuelo AAyyy (nunca mejor dicho) con destino a Washington DC!!!
Desconcierto total. Todo el mundo se queda mirándose unos a otros, sin saber qué hacer. Algunos vuelven a la puerta 45, otros preguntan a la azafata de AA de la puerta 43 si este vuelo es para Chicago, a lo que responde: "Lo siento señores pasajeros (idiotas del culo: no veis que pone Washington??) pero este vuelo es para Washington DC"
Total que volvemos a la puerta 45, donde la misma tonta de antes nos vuelve a insistir en que tenemos que ir a la puerta 43. "Pero si allí nos dicen que aquél va a Washington!! Pónganse de acuerdo!"

TRES veces, tres, hemos hecho el recorrido de ida y vuelta entre las puertas 45 y 43 hasta que al final ya la gente pasaba olímpicamente de la compañía. Ahora ya se confirmaba que el vuelo saldría a la una de la tarde. ¿cómo es posible que por el viento se retrase de golpe cuatro horas un vuelo? Si hay viento y deben espaciar más los aterrizajes, los retrasos se irán incrementando paulatinamente. Otro punto más al esperpento: el vuelo de AA también a Chicago de las 12, ¡¡no se retrasa!!
El cabreo ya es monumental y la gente se agolpa en el mostrador de atención al cliente de la compañía. Pero básicamente lo que dicen a todo el mundo es que debemos esperar a la salida de nuestro vuelo y que no nos preocupemos por los enlaces, que están garantizados. Además el viento afecta a todos los vuelos, por lo que los enlaces también estarán retrasados y no los perderemos.

Así que de esta forma tan divertida y amena se pasa una mañana completa dentro de la terminal 4 del aeropuerto de LAX, con la incertidumbre de no saber si nuestro vuelo saldrá, se retrasará más o si perderemos los enlaces. A estas alturas, el hecho de que el empleado que te dice que te aguantes y esperes vaya disfrazado de Spiderman, ya ha pasado de hacerte gracia a ¿qué me estás contando, payaso?
Curiosamente, a la una en punto de la tarde el vuelo partía de LAX rumbo a ORD. Impresionante como a las nueve de la mañana, la compañía adivinó perfectamente que cuatro horas después podrían darse las condiciones meteorológicas propicias para volar a Chicago. Entre la duración del viaje de casi cuatro horas, más las dos horas de diferencia con el medio oeste, la llegada prevista sería sobre las 6:30-6:45PM. Teniendo en cuenta que mi vuelo a Madrid supuéstamente sale a las seis, nos podemos hacer una idea de lo agradable de este vuelo.

El vuelo ha ido bien, me he gastado 10$ en un bocata para ir tirando sin hambre, y el tiempo parece que nos permite llegar un poco adelantados, así que a las seis y veinte de la tarde (hora local) tomamos tierra al primer intento en ORD. ¿dónde está el viento? Hubo un poco de movimiento al aterrizar, pero nada del otro mundo, la verdad.
Por fin, desembarcamos y... cómo no el vuelo a Madrid había despegado con puntualidad británica (aún tratándose de IB)
Dos azafatas de AA ya nos esperan a pie de puerta para indicarnos dónde debemos ir para que nos hagan unas nuevas tarjetas de embarque para los vuelos por los que nos desviarán los que teníamos como destino Madrid. Otra nueva larga cola que debe apurar porque el vuelo alternativo también está a punto de salir con destino... Londres LHR!!! Veo la ruta alternativa y se me cae el alma al suelo.

Originalmente tendría que haber despegado sobre las seis de la tarde del viernes de Chicago y llegar a Madrid a primera hora del sábado. Allí enlazaría a las 11AM con el vuelo a LCG y llegaría a casa poco después del mediodía del sábado.
Con la nueva ruta, llego a las 10AM a Londres, donde tengo dos horas escasas para enlazar a MAD a mediodía, a donde llegaría sobre las dos de la tarde. En Barajas tendré que esperar... OCHO HORAS hasta el vuelo de las 10:30PM hacia LCG. Llegaré a casa sobre la medianoche. Claro: sábado, 1 de noviembre, festivo en España. Ese día solo hay dos vuelos MAD-LCG: uno a las 11 de la mañana y otro a las 11 de la noche... Por supuesto, de clase Business, nada. (no hay plazas, dicen)

Cuando la chica de AA en Chicago me buscaba la alternativa, le indiqué que desde Londres había un vuelo directo a mi destino sin pasar por Madrid. Un Vueling con código compartido con IB. Pero me dice que ella no puede hacer nada con vuelos de Vueling, que si quiero lo intente en Londres a ver si allí pueden hacer el cambio.
Así que ye me veo en un vuelo con destino a Londres, sin saber si mi maleta viaja conmigo, ni si podré evitar quedarme tirado ocho horas de un sábado festivo en Barajas esperando por mi avión.

Llego a Londres y apenas me da tiempo de ir de un avión al siguiente, debido al control de seguridad. Si consigo, en cambio, hablar con un mostrador de British/Iberia, donde vuelvo a insistir en el vuelo directo a casa; pero lo único que saco en limpio es: uno, que AA no deriva a vuelos de Vueling, solo de British o Iberia (cosa rara teniendo en cuenta que todas pertenecen al mismo grupo); y dos que si quiero puedo comprar por mi cuenta un billete en el Vueling que cuesta unos 200 euros.
Así que allá me embarco con destino a MAD en el vuelo más aburrido, desilusionante y frustrante que haya tomado nunca.
Dos de la tarde y desembarco en MAD. En este último vuelo he conocido a un grupo de españoles que también habían sido desviados como yo, solo que ellos tienen más suerte y en un par de horas volarán a sus destinos.
¿Quieres más? pues aún hay más!
Es hora de comer y estoy en contra de mi voluntad en el aeropuerto, cuando ya debería estar en casa. Me acerco al mostrador de Iberia de la T4 y explico mi caso. En situaciones similares, las compañías ofrecen comida y/o alojamiento temporal. La última, cuando perdí un enlace a Brasil a mediodía y mientras esperaba por el vuelo de medianoche, Iberia me ofreció alojamiento en hotel y comida y cena.
"Lo siento caballero, pero su trayecto original ha sido modificado por American y son ellos los que tienen que atenderle. Pero son las dos de la tarde y el mostrador de American en Barajas cierra después de salir su último vuelo del día, a mediodía. Así que ahora lo único que puede hacer es pagarse su comida y después reclamarle la factura a AA"

Comprobado: pasar ocho horas en la T4 de Barajas un sábado festivo de noviembre es lo más aburrido y desesperante que puede suceder.

Así que, a modo de resumen, me he levantado el viernes 31 de octubre a las 6 de la mañana (hora costa oeste) para tomar un avión a casa; y he llegado a mi hogar sobre las 00:35 del domingo 2 de noviembre (hora peninsular española) con la misma ropa, cansado como una breva, con un cabreo enorme, y la intuición de que esto no quedará así.

CONSECUENCIAS:
La primera reclamar a Iberia Plus los avios no utilizados en el vuelo en Business CHI-MAD porque no lo realicé
La segunda reclamar a Iberia por las molestias y gastos ocasionados, porque si bien el desvío fue provocado por AA, el billete lo compré a Iberia.
La tercera reclamar a AA por una falta de atención a los pasajeros que provocó que llegase a mi destino con doce horas de retraso y sin comida.

Los avios no utilizados me los devolvieron sin problema. Iberia se desentendió de mis problemas porque la culpa se la echaba a AA, aunque finalmente me ofrecieron una cantidad simbólica de avios para usar.
AA me indicó que las normas de la compañía y la política de empresa no les permitían ofrecerme ni el reembolso de los gastos de comida ocasionados por su desastrosa gestión, ni por supuesto ningún tipo de compensación por las molestias causadas. Con lo que éstas son lentejas, si las quieres las comes...

Sin embargo, nunca sabes por donde va a sonar la flauta; y cuando ésta suena, qué consecuencias inesperadas te traerá. Y puedo decir que lo siguiente que voy a contar (y con esto termino porque me estoy enrollando como una persiana) ha compensado, en parte, todas las molestias que he sufrido en el final de este viaje a USA.
Como ya dije, al no volar de CHI a MAD en business con IB, me devolvieron los avios que había usado para ello. Pero hete aquí que precisamente debido a esto mismo, AA me ofrece un bono de 200$ a usar con ellos en un año, "por la molestia de no haber podido viajar en clase business y tener que hacerlo en turista". ¡Que cabrones!
Así fue cómo de un mal día entre aeropuertos y compañías aéreas, gracias a un bono de 200$ y un porrón de avios sin usar surgió el que sería meses después mi tercer viaje a USA, por gentileza de AA e IB.
Nunca se me ocurriría viajar dos veces a USA en menos de un año, pero esta vez no voy a desaprovechar sacarle las tripas a una compañía aérea.

Así pues, próximamente en LosViajeros: mi tercer viaje a USA (septiembre 2015)

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