6:30: despertador! Me voy a trabajar! Espera…. No, que estoy en Praga! Bueno, da igual, arriba. Queda un buen día por delante!
A las 7:30 bajamos a desayunar, para coger fuerzas para otra buena caminata. Dimos el número de nuestra habitación a la camarera y nos sentamos.
A parte del panecillo de semillas con quesos, el fuet, ese día tiré mano también a un buen bizcocho, un pastel de frutos rojos y a una especie de strudel de manzana que estaba buenísimo. Me tomé también mi zumito de naranja y mi chocolate caliente.
Con toda la calma del mundo subimos a la habitación, nos lavamos los dientes, y a las 8:40 ya salimos a la calle para empezar las visitas.
Por la calle Rybná, la de nuestro hotel, llegamos a la Iglesia de San Cástulo (Sv. Hastal). Pero visto el éxito que estábamos teniendo, no intentamos ni entrar.
Seguimos la calle Hastalská, para enlazar con Kozí, y de allí coger Bílkova. En la esquina de la calle Bílkova con Elisky Krásno Horské nos encontramos con esta casa cubista.
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Llama la atención la construcción tan robusta y geométrica.
A esas horas (faltaba poco para las 9h) había tan poca gente por la calle! Qué raro se hacía! Ante las multitudes que habíamos visto los dos últimos días! No parecía la misma ciudad!
Y siguiendo por la calle que íbamos, llegamos justo a las 9h a la Sinagoga Española (Spanêlská Synagóga), construida en 1868 imitando el estilo morisco. Una parte de la mañana la destinaríamos a visitar el Josefov (el barrio judío).
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Y nos encontramos con la inquietante escultura de Franz Kafka.
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Por cierto! Acordaros que si vais en sábado al Barrio Judio, no podréis entrar en las sinagogas! Así que si vuestra intención es visitarlas por dentro, cualquier día de la semana menos el sábado.
Como era tan temprano, tuvimos suerte y casi no había cola. Miramos el tipo de entradas que más nos interesaban, y nos acabamos decidiendo por la que nos permitía visitar 4 sinagogas (Maisel, Pinkas, Española, Klausen), el Cementerio Judío y la Sala Ceremonial. No cogeríamos la Vieja-Nueva. El billete nos costó 300 CZK a cada una. Si cogéis la entrada que sí incluye la Vieja-Nueva, son 480 CZK.
Cuando nos tocó, me dirigí a la señora que vendía las entradas, le mostré mi carnet de guía oficial, y le pregunté si tenía algún tipo de descuento. Yo le hablé en inglés, y ella me contestó en castellano. Jejejejeje! Me dijo que no tenía ningún descuento. Bueno, tenía que intentarlo, no? Así que pagamos, nos dio las entradas y nos facilitó un mapa, para que pudiéramos ver donde estaba cada sinagoga.
Y con nuestra entrada en la mano (te dan un solo ticket), pasamos al lado del vigilante de seguridad y entramos en la sinagoga. Otra señora nos leyó el código de barras y entramos.
Estábamos prácticamente solas. Había tan poca gente! Y como vi que nadie vigilaba, hice alguna foto que otra, con mucha precaución.
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Me gustó la sinagoga española. Aunque normalmente aconsejan dejarla para el final, nosotras la hicimos primero, ya que nos vino bien por la ruta que teníamos.
Hay una especie de exposición de fotografías y documentos, vinculados con varios judíos en Praga. Pero ojo! No os marchéis sin visitar el segundo piso! Nosotras estuvimos a punto de hacerlo! Suerte que la señora que está en la entrada nos lo dijo.
En el segundo piso hay más documentos y fotos, y también una colección de plata de diferentes sinagogas de la República Checa.
Seguimos con la ruta. Por la calle Siroká que queda justo delante de la sinagoga, hacia la derecha, llegaréis al Antiguo Cementerio Judío (Starý Zidovský Hrbitov). En la esquina de la calle Parízská vimos esta casa.
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No me cansaré de repetirlo: Praga es una ciudad arquitectónicamente muy rica. Si os entretenéis mirando los edificios, os llevaréis bonitas sorpresas!
Al llegar al cementerio aun no había mucha cola. Solo eran las 9:40. Así que aunque ya teníamos las entradas compradas, tampoco habríamos tenido problemas para entrar.
Ya sabéis que en el foro se aconseja comprar las entradas en alguna de las sinagogas pequeñas (como la Maisel) para no tener que hacer cola. Y con esa entrada si al llegar al cementerio tenéis mucha cola, no la tenéis que hacer, sino dirigiros directamente a la entrada, os leerán el código, y listo!
Pasamos nuestra entrada y entramos en el recinto. Decidimos que primero veríamos el cementerio y después ya veríamos la Sinagoga Pinkas (Pinkasova Synagóga). Queríamos aprovechar que de momento había poca gente visitando el cementerio para verlo tranquilas.
Os dejo esta imagen de un texto que fotografié, casi por casualidad y que me impactó muchísimo…
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Entramos en el cementerio y realmente había poca gente visitándolo aun. Era realmente impactante la imagen de lápidas, y lápidas, y lápidas unas al lado de las otras.
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Lo que también impacta es ver los edificios que rodean el cementerio y que tienen las ventanas allí mismo.
Se fundó en 1478, y por la falta de espacio, los cuerpos se enterraban unos encima de otros. Hay unas 12.000 lápidas en el cementerio.
El cementerio me recordaba al que vimos en nuestro Crucero por el Rhin, en la ciudad de Worms. También había las piedrecitas encima de las lápidas, con trocitos de papel escritos (es la manera que tienen los judíos de honrar a los muertos, en vez de ponerles flores, ya que se marchitan).
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Vimos varios anagramas encima de las tumbas, con significados varios. A saber: las manos bendiciendo pertenecen a la familia Cohen, las uvas son señal de bendición o abundancia…
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Vimos también unos fragmentos de lápidas góticas de mediados del siglo XIV.
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Tuvimos suerte ya que había tan poca gente que se paseaba bien por los estrechos pasillos del cementerio.
Al salir, teníamos allí la Sala Ceremonial de la Sociedad Funeraria Judía. Entramos y seguía habiendo muy poca gente visitando los diferentes edificios. En ese espacio pudimos ver una especie de exposición que hablaba sobre los entierros para los judíos. No saqué fotos, ya que había gente vigilando.
A continuación, como estaba justo allí, visitamos la Sinagoga Klausen (Klausová Synagóga). Cuidado, porque también tiene dos pisos visitables! Tampoco hice fotos. Vimos objetos de las tradiciones y las costumbres judías.
Al salir de la sinagoga estaba lloviendo, así que entramos un momento en la minúscula tienda de la sinagoga, y nos equipamos con los impermeables y el paraguas.
De repente me di cuenta que no habíamos visitado la Sinagoga Pinkas, y que estaba en el recinto del cementerio. Vaya! Tendríamos que haber visitado primero la sinagoga y después el cementerio! Dependería de la buena voluntad de la persona de la entrada, que nos permitiera entrar o no a ver la sinagoga, porqué la máquina ya había leído nuestro código de barras… La mujer que nos había vendido las entradas, nos había especificado que solo podíamos pasar una vez a los sitios. También os diré que supongo que no seríamos ni las primeras, ni las últimas a quien les había pasado eso. Qué pensáis? Así que tenedlo en cuenta, eh?
Volvimos a la entrada del cementerio y de la sinagoga (ahora sí que había cola!) y le expliqué a la mujer lo que nos había pasado, y le pedí por favor que nos dejara visitar la sinagoga. No puso ningún problema. Muchas graciaaaaaaaaaaaas!
Entramos a la sinagoga, y ahora ya había más gente. Se notaba que era más tarde; eran las 10:30.
Impactante ver las paredes con los nombres de las víctimas judías checas del Holocausto, escritos en las paredes. Hay unos 80.000 nombres. Sin palabras.
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Pude hacer estas dos fotos. Y subimos al piso superior para poder ver los dibujos hechos por los niños del campo de concentración de Terezín. Segundo impacto en aquella sinagoga. El estómago se te hace pequeñito viendo los dibujos de los niños.
El espacio era pequeño y había incluso grupos organizados viéndolo. Eso ya empezaba a recordarme más a la Praga que había conocido los dos días anteriores…
Pensé que para salir teníamos que volver a pasar por el cementerio. Madre mía! Había mucha gente y avanzaban muy lentos (que diferencia! Nosotras habíamos marcado nuestro propio paso!). Así que intenté preguntar a la señora que nos había dejado pasar por donde podíamos salir para no hacer aquella cola. Pero estaba ocupada. Había una chica que vendía audioguías y le pregunté si ella lo sabía. Y me dijo (de una forma, como si fuera una pregunta que tenía que contestar habitualmente) que apretando el botón verde que había en el torno de entrada, y haciendo girar en sentido contrario las barras. Así que, por ese motivo, creo que no somos las únicas que se habían confundido.
Al salir, la cola era ya considerable! Y aun no eran las 11h!
Llovía un poquito, pero nada molesto.
Cogimos de nuevo la calle Siroká y giramos por Maiselova. Y allí teníamos la Sinagoga Maisel (Maiselova Synagóga). Que pequeñita y bonita se veía desde fuera!
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Entramos, nos leyeron la entrada y echamos un vistazo. Es pequeñita y había bastante gente visitándola ya. En el interior había libros antiguos, joyas…
Por la misma calle Maiselova llegamos a la Sinagoga Vieja-Nueva (Staronová Synagóga).
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Ya os digo que no la visitamos. Habíamos cogido una entrada que no la incluía. La entrada a parte son 200 CZK.
Es la sinagoga en activo más antigua de Europa. Cuenta una leyenda que allí está escondido el cuerpo del Golem. El rabino Löw creó el Golem, según la leyenda, un hombre hecho de arcilla, dándole vida con una piedra mágica o un pergamino en la boca. Pero este enloqueció y lo tuvo que esconder en la sinagoga.
Había unos cuantos grupos organizados que iban en segway.
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Cuando esteis por la ciudad acordaros de mi! Vais a ver muchos segways y coches antiguos haciendo rutas turísticas! Ya lo veréis!
Allí mismo teníamos el Ayuntamiento del barrio Judío, con su reloj con números hebreos. Las agujas giran al revés.
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Ya no llovía, sino que hacía un buen sol. Seguimos bajando por la calle Maiselova en dirección a la Plaza de la Ciudad Vieja, y llegamos a la esquina con Karlova. Allí teníamos la oficina de Exchange, y como llevaba otro de los cupones, aprovechamos para cambiar dinero. Cambiamos 150 euros y nos dieron 4.020 CZK. Nos habían aplicado el mismo cambio que la vez anterior: 26’80 CZK por 1 euro.
Nos acercamos a la Iglesia de San Nicolás ya que queríamos comprar un regalo a una amiga nuestra que colecciona rosarios. Allí habíamos visto algunos bonitos. Nos decidimos por uno, por 169 CZK (suerte que no lee el foro!).
A todo esto, eran las 11:30. Andamos por la calle Kaprova, y vimos más detalles arquitectónicos.
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De verdad que no me cansaré de decirlo.
Y llegamos al Rudolfinum, sede de la Orquesta Filarmónica Checa.
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Aquí tenéis a Dvorák, el famoso compositor.
Cruzamos el Mánesuv Most, el puente que queda junto al Rudolfinum. Estaban haciendo obras en los raíles del tranvía. Vimos la zona del castillo.
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El cielo estaba empezando a tomar un color plomizo, muy feo.
Llegamos a la calle Klarov porque queríamos acercarnos a ver los jardines del Palacio Wallenstein. Vimos la parada del tranvía 22 que sube hacia el castillo. Mirad como estaba de llena la parada!
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Ya os lo había dicho! Como la parada del metro Malostranská estaba muy cerca, mucha gente coge el tranvía en esa parada. Así que si podéis, intentad cogerlo antes.
Y de repente empezaron a caer unas gotitas. Nos dio tiempo de atravesar la calle, llegar a la calle que baja del castillo y resguardarnos en un edificio. Solamente queríamos ponernos los impermeables y coger el paraguas, pero suerte que nos paramos allí, porque de repente cayó una buena tromba de agua! La gente que bajaba del castillo se resguardaba también allí, y en un momento se llenó de gente! Esperamos un rato, y a la mínima que empezó a llover menos nos fuimos.
Giramos por Valdstejnská y entramos al palacio. Pregunté a un guardia que había en el patio donde estaba el jardín y nos indicó.
Y desde ahora ya os digo que valió la pena volver! Si os acordáis, el día anterior habíamos ido, pero estaba cerrado.
Fue construido en el siglo XVI para eclipsar el castillo de Praga. Actualmente es el Senado checo.
Los jardines son bonitos y están muy bien cuidados. Además son bastante grandes. Dimos un paseo tranquilo. Había más gente visitándolo, pero no era nada agobiante.
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Vimos una especie de recreación de las paredes de una cueva.
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De vez en cuando volvía a llover un poco, y volvía a parar. Así que íbamos con los impermeables, el paraguas y la capucha.
Vimos un pavo real, precioso!
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Y otro blanco. Nunca había visto uno así!
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Y como chillaban los dos!
A las 12:30 salimos y llegamos a la calle U Luzického Semináre, cerca de la calle más estrecha. Pasamos por debajo del Puente de Carlos IV. Y mirad a quien volvimos a encontrarnos!
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Llegamos a la calle Na Kampê. Volvimos a pasar por el molino, el muro de Lennon, y llegamos a la Plaza de Malta (Maltézské Námêstí), con varias embajadas en los antiguos palacios.
Vimos la Iglesia de Nuestra Señora de la Cadena (Panna Maria Pod Retêzem), desde…… una reja! Qué raro! Es la iglesia más antigua de Malá Strana.
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Por la calle Harantova llegamos a Karmelitská y encontramos la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria (Panna Maria Vítêzná).
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Entramos para ver al famoso Niño Jesús de Praga. No nos costó nada encontrarlo en la parte derecha de la iglesia, ya que había varias personas delante haciendo fotografías.
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Es pequeñito, pequeñito! Lo sabía, eh?, pero me sorprendió. Dicen que ha hecho varias curas milagrosas. Y he leído en mi guía que es de cera (¡?).
Había un cura que iba hablando con la gente que había por allí. El señor hablaba un montón de idiomas. Yo lo escuché hablar en castellano, inglés y alemán!
Si miráis al altar, a la derecha, veréis que hay unas escaleras. Subid. Es donde podréis ver la cantidad de vestidos que tiene la criatura! Y supongo que no son todos, sino una pequeña representación.
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Al volver a bajar, vimos una cantidad de belenes regalados por diferentes países. Qué bonitos eran!
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Eran las 13:30 y teníamos un poco de hambre, así que decidimos acercarnos a ver el restaurante Ferdinanda, recomendado en el foro.
Miramos la carta que estaba expuesta en el exterior y nos convenció. Tuvimos que bajar unas escaleras para llegar al sótano. Al llegar abajo, había algunas personas esperando y las camareras iban muy ajetreadas. Esperamos a que nos atendieran. La gente que estaba esperando se iba llevando comida preparada, que les entregaban las camareras. Al cabo de un rato, una de las chicas nos dijo que en unos 5-10 minutos teníamos mesa para nosotras, así que esperamos. Menudo ritmo trepidante llevaban!
Finalmente la chica nos vino a buscar y nos llevó a uno de los comedores. Me encantó la decoración; sobria pero original!
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Sin querer me dirigí a la camarera en alemán (últimamente estoy trabajando mucho con grupos de alemanes, y me sale solo. Se me está oxidando el inglés!) y ella, muy amable, me contestó. Nos trajo la carta y como ya había leído en el foro, una de las especialidades es el pollo. Tenéis variedades para escoger. Nosotras nos decantamos por pollo con ciruelas y almendras y pollo empanado (enorme!), queso Hermelín marinado, un acompañamiento de patatas fritas y para beber una cocacola de 25cl y una cerveza Ferdinand de 30cl.
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Todo estaba muy muy bueno. El pollo empanado era enorme, pero estaba muy sabroso. Y el otro pollo estaba también riquísimo. Y las patatas! Bueno, todo.
Durante toda la comida estuvimos solas en el comedor. Pensábamos que éramos las únicas clientas, y eso que era temprano. Eran las 14h. Al llegar estaba a reventar!
Cogimos postre. La chica nos recomendó una crepe con chocolate, nata, fruta y frutos rojos. Maaaaaaaaaaadre mía! Buenísima! Muy buena recomendación! Ya os digo que el servicio es muy bueno en el Ferdinanda.
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Y como siempre, llegó el momento! Nos trajo la cuenta: 507 CZK. Y en la parte baja ponía que la propina (10%) no estaba incluida. Así que todo correcto. Decidimos dejar 550 CZK en total.
Así que recomiendo el Ferdinanda sin dudarlo: por la atención, por la comida, porque no hay sorpresas al pagar, por la originalidad del sitio…
Nos equipamos y nos fuimos para seguir nuestra ruta.
Bajamos por la calle Újezd hasta la esquina con Vítêzná. Allí vimos a los pies de la Colina de Petrín el Monumento a las Víctimas del Comunismo, la famosa escultura que se descompone. Es realmente curiosa. Hay que verla.
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Pero no subimos a la colina, ya que nuestro destino estaba en otra parte.
Seguimos la calle Vítêzná hasta cruzar de nuevo el Most Legií. Y volvimos a pasear por la calle Národní, pero esta vez, por el otro lado de la calle, para poder ver la Casa Praga, también art nouvea. Uau! Me repito más que el ajo, lo sé, pero es que la arquitectura de esta ciudad es sencillamente fabulosa!
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Y por casualidad descubrimos otra de las esculturas de David Cerný.
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Se trata de Kafka y es una de sus obras más recientes en Praga. He leído que fue un encargo de un centro comercial que hay delante de la escultura, en 2014. Mide unos 11 metros y pesa unas 40 toneladas, y está hecha de acero inoxidable. Pero lo mejor de todo es que está hecha por varias placas que no paran de moverse, que descomponen continuamente la imagen de Kafka. Así que podemos contemplar la metamorfosis de Kafka ante nuestros ojos.
Cuando vayáis por la calle Národní, dejando atrás el Teatro Nacional, a mano derecha tenéis que buscar una calle que se llama Charvátova (hace una especie de arco y está muy cerca del metro Národní Trída) y ya veréis a unos cuantos metros la escultura como brilla.
Después de maravillarnos un rato con los diferentes movimientos de la figura, volvimos a Národní, para enlazar con 28.Ríjna y Na Príkopé, y girar en Panská, ya que queríamos visitar el Museo Mucha (Muchovo Muzeum).
Hace unos años habíamos visto una fantástica exposición de Alphonse Mucha en Barcelona, y nos había fascinado. Así que era una buena ocasión visitar el museo en Praga. La entrada normal son 240 CZK. Pero para mayores de 65, niños y estudiantes son 160 CZK. Saqué mi carnet de guía y le pregunté a la señora que vendía las entradas si tenía algún tipo de descuento por ser guía oficial, y me dijo que para mí la entrada era gratuita! Genial! Veis como vale la pena intentarlo?
Así que dejamos la mochila y alguna bolsa que llevábamos en unas taquillas, y entramos en el museo.
Os diré que en sí, es pequeñito. Solo hay dos salas grandes. Pero los carteles y la obra de Mucha son taaaaaan bonitas! No está permitido hacer fotos, pero no pude evitar hacer un par, animada al ver que otras personas también las hacían.
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Al final de la segunda sala había un video explicativo de la vida y la obra de Mucha, en inglés, así que aprovechamos para verlo sentaditas.
Valoración: sinceramente, 240 CZK por una entrada normal, lo encuentro excesivo, teniendo en cuenta lo pequeño que es. En nuestro caso con la reducción y mi gratuidad nos salió a cuenta. Pero si queréis conocer la obra de Mucha y no os importa destinar esas coronas, vale la pena. La tienda del museo (no hay que pagar para acceder a ella) es una verdadera delicia! Hay cosas muy bonitas!
Y después de la visita volvimos a Na Príkopé, cogimos Na Mustku y llegamos a la calle Havelská, para aprovechar que el mercadillo aun estaba abierto. Los precios son iguales en todas las tiendecitas. Comparamos precios. Compramos un par de imanes de nevera, 2 cajas de obleas rellenas, 3 cajas de chocolates con imágenes de Praga, un juguete de madera y una bruja que se ríe a carcajadas. Os recomiendo el mercadillo de Havelská para las compras.
Y como no podía ser de otra manera, ya que allí había un puestecito de trdelnik, aproveché y me compré uno con chocolate, por 70 CZK! Por Dios! Qué delicia! Que vicio! Que calentito estaba!
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Andamos por Melantrichova hasta la Plaza de la Ciudad Vieja. Pasamos por delante del reloj astronómico, que claro, estaba a reventar de gente! Nos paramos a verlo, porque aun no lo habíamos visto en funcionamiento y estaban a punto de sonar las 18h.
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Cuidado porque quizá cometo sacrilegio! Vamos a ver: nos gustó, pero nosotras ya habíamos visto el reloj de Berna, y no pudimos evitar compararlos. Y nos quedamos con el de Berna. El de Praga es curioso, pero nos gustó más el de Suiza.
Volvimos a andar toda la calle Celetná para llegar al hotel. Dejamos las compras que habíamos hecho y aprovechamos para ponernos un poco más de ropa de abrigo, porque estaba empezando a refrescar un poco.
Volvimos a la calle y nos fuimos a la estación de autobuses de Florenc. La noche anterior había mirado bien por internet como llegar. Habíamos ido en la buena dirección, pero teníamos que haber continuado, y nos habríamos encontrado de frente con el edificio…
Fuimos a Námêstí Republiky, cogimos la calle V Celnici y enlazamos con Na Florenci. Aunque no os lo parezca, seguid toda esa calle hasta el final. Llegaréis a una calle por donde por encima os pasa la calle Wilsonova. Así que pasamos por debajo de ese puente y llegamos a la calle Sokolovská. Y allí es donde está la estación de autobuses de Florenc.
Entramos en el edificio donde están las taquillas y encontramos las de Student Agency. Enseguida nos tocó. Le pedí a la chica dos billetes de ida y vuelta para el día siguiente a Karlovy Vary. Había muchas opciones de horarios. Escogimos la ida a las 8:30, y la vuelta a las 17h. En total pagamos 640 CZK por los billetes. Está muy bien de precio. La chica nos entregó los billetes, nos marcó los horarios, y nos indicó la plataforma 2, desde donde saldría el autocar por la mañana. Muy amable la chica.
Salimos a la zona donde están todos los autocares, y localizamos la plataforma 2, así a la mañana siguiente ya iríamos directas.
No sé qué extraño cálculo hicimos, que vimos que no podíamos desayunar en el hotel (nos equivocamos porque el comedor abría a las 7h), así que de vuelta al hotel, en la calle Na Florenci, vimos una especie de edificio de oficinas, y había un Starbucks. Así que ya sabíamos dónde desayunaríamos! Si habéis leído mis otros diarios, ya sabréis que siempre que podemos desayunamos en Starbucks si el desayuno no lo tenemos incluido. Y después en Barcelona no le hacemos ni caso! Jajajajajajajajaja!
Calculé lo que tardábamos andando desde la estación de autobuses hasta el centro comercial Kotva, que quedaba justo detrás de nuestro hotel. Solo 15 minutos. Perfecto!
Y como no nos apetecía cenar fuerte, fuimos al Bakeshop de la calle Kozí y nos compramos 2 yogures enormes de fruta de la pasión con cereales, por 190 CZK. Ya veis que no somos de cenar mucho.
A las 19:30 llegamos de nuevo al hotel. Aprovechamos que era temprano, y que a la mañana siguiente teníamos que madrugar, para darnos una buena ducha, ver las noticias (para saber qué estaba pasando por el mundo)…
Ya no salimos… Nos apalancamos… A las 22:20 ya estábamos en la cama!
El día siguiente tocaba excursión! Nos íbamos a Karlovy Vary!
A las 7h ya estaba sonando el despertador. Nos levantamos de la cama después de haber descansado muy, muy bien. Pero al mirar por la ventana, el cielo estaba nublado. Vaya….
Ya os digo que no sé como lo calculamos el tema del desayuno, pero lo hicimos mal. Pensamos que no podíamos desayunar en el hotel. Pero no era así, porque el comedor lo abrían a las 7h. Pero ya no estábamos a tiempo. Así que a las 7:45 salimos del hotel, rumbo a la calle Na Florenci.
Había muy poca gente por las calles. Solo la gente que se iba a trabajar.
Llegamos al Starbucks que ya habíamos localizado el día anterior. Y como aun quedaban 30 minutos para que saliera el bus hacia Karlovy Vary, nos daba tiempo a desayunar en el local.
Pedimos un cappuccino pequeño, un zumo de naranja, un muffin de melocotón y fruta de la pasión y una caracola de canela. Todo por 242 CZK.
Después de desayunar rodeadas de la gente de las oficinas, nos fuimos hacia la estación de autobuses. Llegamos 10 minutos antes de la salida del bus.
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Ya había cola. Una azafata, miraba los billetes. Nos tocó, los revisó y subimos. Teníamos los asientos ya asignados (eso está muy bien). Encima del asiento teníamos un compartimento para dejar cosas, así que dejamos las mochilas y las chaquetas.
Los autobuses de Student Agency están muy bien. Los asientos son muy cómodos y espaciosos, puedes apoyar los pies en un reposapiés. Cada asiento tiene su pantallita individual, para ver películas, reportajes, jugar, escuchar música, escoger comida… Hay wifi (a nosotras nos funcionó perfectamente durante todo el viaje). Hay enchufes para poder conectar cargadores.
Puntualísimos, a las 8:30 nos fuimos. La chica pasó repartiendo auriculares. Eran grandecitos, no los de botón.
Dejamos atrás Praga y la multitud de turistas. Durante el trayecto vimos donde se cogía el autobús 119, por si el último día (a la mañana siguiente) nos decidíamos a cogerlo.
El autobús hizo una parada en el aeropuerto, para que bajara gente. Y seguimos con la ruta.
Por el camino vimos muchos campos de colza. Todo completamente amarillo! Y se veía todo muy llano. Y el día seguía gris…
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La chica pasó repartiendo periódicos y revistas gratis. Y también nos sirvieron una bebida gratis. Podíamos escoger entre café, chocolate, cappuccino, te. Nosotras pedimos un cappuccino y un chocolate.
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Ya veis que realmente vale mucho la pena viajar con Student Agency, por la comodidad, la puntualidad, los pequeños detalles, el precio.
Tuvimos un rato de caravana porque había un accidente y después había obras. Y por ese motivo llegamos un poco más tarde de lo previsto a Karlovy Vary. Llegamos a las 11:15 (tendríamos que haber llegado a las 10:45). Al llegar la chica dijo por los altavoces (en checo y en inglés) que harían dos paradas. Nosotras teníamos que bajar en la segunda, que era la parada llamada Terminal. Que además es desde donde después salía el autobús de vuelta a Praga. Aunque os diré que, si por lo que fuera, os equivocarais y bajarais en la primera parada, no os perderíais ya que están bastante cerca la una de la otra. Así que en un momento llegaríais a la zona más turística de Praga.
Al bajar del autobús en la Terminal, la chica nos mostró la plataforma 1, que era de donde saldría el bus de vuelta. Así que ya lo teníamos localizado.
Subimos al edificio de la terminal, para buscar algo de información sobre la ciudad. Sobre todo, buscaba un mapa. Fuimos a la oficina de Student Agency y el chico que nos atendió nos dijo que saliéramos a la calle y que siguiéramos las señales de la oficina de turismo (City Info).
Pasamos al otro lado de la carretera por un paso subterráneo, siguiendo las indicaciones.
Y finalmente encontramos la oficina de turismo en la calle T. G. Masaryka.
Al entrar había unos niños de una escuela esperando, súper silenciosos! Qué monada de niños!
Finalmente nos tocó, y le pedí al chico un mapa (gratuito) y si nos podía informar un poco lo que podíamos ver. Nos marcó dónde nos encontrábamos y los puntos de interés de la ciudad. La verdad es que todo lo turístico queda muy recogidito en Karlovy Vary. Os dejo una foto del mapa que me dieron.
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Seguimos por la calle por la que habíamos llegado.
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Yendo por esta calle, a la izquierda vimos la primera parada del autobús (Trznice). Así que ya os digo, que si os equivocáis, no pasa nada. Llegaréis también a la zona turística fácilmente.
Karlovy Vary es una ciudad balneario con mucha historia. Carlos IV le dio el título de ciudad real en el siglo XIV, por el poder curativo de sus aguas. En alemán se llama Karlsbad.
La calle T. G. Masaryka es una zona comercial, con muchas tiendas. Había tiendas de obleas (oplatky), de souvenirs, de ropa…
Nos paramos en una tienda de souvenirs bastante grande y aprovechamos para comprar una jarrita para beber las aguas “milagrosas” de las fuentes de Karlovy Vary, y unos pendientes de cristal.
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Llegamos a la zona que queda al lado del rio Teplá. Y enseguida vimos la mole del hotel Thermal.
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Qué cosa más fea, madre! Muy grande! Demasiado diría yo!
Hacía fresquito! Suerte que llevaba mis guantes, después de haber pasado mucho frio el día del castillo!
Pasamos por el Parque Dvórak (Dvorákovy Sady) y empezamos a hacer toda la ruta de las fuentes y los edificios turísticos que nos venían marcados en el mapa.
Lo primero que vimos fue Sadová Kolonáda.
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Allí había la Fuente de la Serpiente (Hadí Pramen). Según el cartelito estaba a 30ºC.
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Y empezamos a probar las aguas de las fuentes. Cogimos nuestra jarrita, la llenamos y la probamos. PUUUUUAAAAAAAAJ!!!!! Era como lamer una barra de hierro! Qué sabor más extraño! Y además, el agua caliente… Menudo dolor de tripa íbamos a pillar! Jejejejejejejeje! (Pero ya os digo que, pese a que probamos casi todas las fuentes, no nos pasó nada de nada. Eso sí, seguro que ahora estamos fuertes como un roble, después de haber bebido tanta salud! JAJAJAJAJAJA!).
Seguimos andando por Mlýnské Nabr. admirando las primeras vistas de postal de la ciudad.
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Al lado del rio había tiendecitas que vendían las famosas jarritas. Mirad!
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De todas las formas, colores, dibujos, medidas. Había gente que llevaba jarras bastante grandes! Menuda afición a las aguas que tenían todos!
Siguiente parada: la Fuente de la Libertad (Pramen Svoboda), que estaba a 60ºC.
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Y una señora con una jarrita de gato bebiendo de las aguas medicinales.
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Siguiente: Fuente de la Roca (Skalní Pramen) a 53ºC.
Llegamos a la Columnata del Molino (Mlýnská Kolonáda).
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Había unos baños públicos, así que aprovechamos. Tuvimos que pagar 8 CZK cada una y estaban limpísimos! Si vais a la oficina de turismo y cogéis un mapa, encontraréis los baños públicos indicados. Tanto beber agua….!
Y claro, pues seguimos bebiendo! Las siguientes fueron la Fuente de Libuse (Libusin Pramen), la Fuente del Príncipe Wenceslao (Pramen Knízete Václava), La Fuente de la Ninfa (Rusalcin Pramen) y la Fuente del Molino (Mlýnský Pramen), todas ellas entre 55 y 65ºC. Os dejo una foto de una de estas fuentes. No se aprecia, pero el agua humeaba!
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Llegó un momento en que llenábamos la jarrita, hacíamos un pequeño sorbo (yo especialmente!) y tirábamos el agua sobrante en las plantas del paseo. Así estaban las plantas, si todos hacían como nosotras! Pero la demás gente estaba obsesionadísima bebiendo agua!
Más vistas de la ciudad.
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Al final de la Columnata del Molino, justo donde empezaba la calle Lázenská, había una escultura enorme hecha de arena, de Carlos IV.
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Uau! Menudo detalle tenía la figura!
Se estaba celebrando el 700 aniversario del rey, y el escultor checo Tomás Bosambo había hecho tres esculturas relacionadas con él. La primera semana de mayo estuvo expuesta esta figura de 4 metros. La segunda semana de julio habrá la torre de un castillo, de 2 metros y medio en la calle Lázenská. Y la primera semana de agosto habrá en el Parque Smetana una escultura de dos metros con joyas de la corona. Así que si estáis por allí en esas fechas, ya lo sabéis. Si queréis más información de las esculturas o del escultor, en:
Seguimos por Lázenská y paramos a comprar otros pendientes de cristal.
Llegamos a la Columnata del Mercado (Trzní Kolonáda a Zámecká Vêz).
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Y claro, también había una fuente: la Fuente del Mercado (Trzní Pramen).
Entramos en un edificio muy moderno: Vridelni Kolonáda.
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Allí había varias fuentes (incluso algunas en restauración). Una de ellas estaba a 72ºC.
Y en el exterior había esta otra fuente, que también humeaba!
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Bueno, ahora toca el capítulo arquitectura. Os acordáis que os he comentado durante todo el diario que Praga es una ciudad muy rica en cuanto a arquitectura? Pues Karlovy Vary no se queda atrás. Había edificios como la muestra que os pongo a continuación.
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Ya que estábamos cerca fuimos a ver la Iglesia de María Magdalena (Kostel Sv. Márí Magdalény).
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Milaaaaaaaaaagro! Pudimos entrar! Cosa rara!
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Y andando por la calle Divadelní llegamos delante del Teatro de la Ciudad (Mêstské Divadlo).
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Seguimos andando por Nová Louka, viendo imágenes tan bonitas como estas.
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Y así, paseando tranquilamente por Mariánskolázenská llegamos hasta los Baños Imperiales (Císarské Láznê).
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Ya estábamos al final del paseo que sigue el rio, y teníamos allí el Grandhotel Pupp. La zona era muy verde, y vimos una cruz en la montaña.
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Durante el paseo, de vez en cuando, cayeron cuatro gotitas, pero lo peor era el frio que hacía. Por suerte llevaba mis guantes, que me vinieron de perlas!
Volvimos atrás por el otro lado del paseo, por Stará Louka.
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Y como ya había hambre, y eran las 13.45, empezamos a buscar dónde podíamos comer. Teníamos ganas de estar en un interior, porque el frio era considerable! Había gente sentada en alguna terraza. Madre mía!
Íbamos por la calle Vridelni y encontramos un restaurante italiano que se llamaba Petr. En la terraza estaba expuesto el menú. Estaba bien. El camarero que estaba allí estaba helado el pobre! Nos acompañó al interior. Estábamos solas!
Nos sentamos. El sitio era bonito y muy acogedor. Además se estaba calentito, y con la que caía se agradecía! Poco a poco fue llegando más gente. La camarera que nos atendió era muy agradable.
Pedimos espaguetis carbonara, mi madre pidió macarrones a la carbonara (pero también le trajeron espaguetis), una cerveza de 30 cl. y una cocacola de 33 cl. Vimos como preparaban la pasta al momento! Como hacía la salsa y como cocía la pasta fresca. Vamos, que estaba recién hecho. Estaba todo muy bueno y los platos eran generosos.
De postre tomamos cheese cake y tiramisú. También muy buenos.
Durante la comida, nos conectamos al wifi del restaurante y gracias al maravilloso whatsapp, pudimos conocer a mi nueva prima que nació justo unas horas antes!
Con la emoción, la ilusión, y todo, cuando nos trajeron la nota (683 CZK), no vi que también habían incluido Service (o sea, propina: 68 CZK). Total: 751 CZK. Como pensaba que no habían puesto nada del tema propina, dejamos 50 CZK. Bueno, tampoco es tan grave. Qué le vamos a hacer?
Pero no por eso os diré que el restaurante era malo. Ni mucho menos! Comimos muy bien. E incluso la camarera, que como os digo fue muy amable, dio una piruleta a todas las mujeres del restaurante. Jejejejeje
A las 15h salimos y seguimos con el paseo, teniendo en cuenta que a las 17h salía el bus de vuelta a Praga.
Por Vrídelní vimos un cartel que llevaba a la calle Zahradní, que nos indicaba la Iglesia de San Pedro y San Pablo (Sv. Petr a Pavel), que era ortodoxa.
Vimos el coche de Barbie. Jajajajajajajajajaja!
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Subimos por Zahradní, continuamos por Sadová y llegando a la parte baja de la iglesia. Pensé que estaba cerrada. Pero había un cartel que decía que se tenía que seguir subiendo la calle, ya que la entrada quedaba justo por detrás. Así que obedientes, continuamos subiendo. Y digo subiendo, y no exagero!
Finalmente llegamos a la entrada de la iglesia ortodoxa.
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No os puedo dejar fotos del interior, porque estaba prohibido, y había gente vigilando, y muchos fieles. Me recordó mucho a las muchas iglesias ortodoxas que habíamos visto en Rusia. Pequeñita y bonita.
Al salir una de las fieles me pidió que le hiciera una foto con su móvil en la entrada.
Aunque podríamos haber continuado por esa calle (Krále Jirího) hasta enlazar con Dr. D. Bechera y llegar así a Terminal. Pero decidimos volver a bajar por donde habíamos subido.
La zona es bonita. Se ve carilla.
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Era una especie de gueto ruso, porque todos los comercios tenían carteles en ruso, e incluso tenían inmobiliarias. Cómo se nota que el zar de Rusia, Pedro I había hecho estadas en la ciudad, por sus aguas termales. Los rusos siguen fascinados con esta ciudad.
Llegamos de nuevo al parque Dvorak.
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Eran las 16h y decidimos ir con la calma hasta la estación. No queríamos tener que correr después. Y llegamos bastante antes de la hora de salida. Como hacía frio y caían cuatro gotas, nos resguardamos en la parte de arriba, donde había las taquillas. Pero a las 16:20 bajamos a la plataforma 1 y había un bus de Student Agency. Al mostrarle el billete a la chica, nos dijo que no era ese, sino el siguiente, que llegaría en 15 minutos. En la pantalla vimos que ese era el que salía a las 16:30. Volvimos a resguardarnos. Y a las 16:40 volvimos a bajar. Aun no estaba, pero no podía tardar mucho. Así que esperamos con otra gente que también estaban esperando. Una de las chicas que esperaba era oriental y llevaba una bolsa, en la que salía…
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Qué estaba pasando con Iniesta!
Finalmente llegó y subimos, después de mostrar el billete al chico.
Puntualmente nos fuimos a las 17h. El viaje fue bien como a la ida, pero en esta ocasión no encontramos tráfico. No nos apetecía la bebida, así que no la cogimos. De hecho, poca gente la quiso. También paramos en el aeropuerto.
Y a las 19:05 llegamos a Praga, 10 minutos antes de lo previsto. Genial! Muy buen servicio el de Student Agency!
Fuimos al hotel a dejar cosas y a las 20h salimos a dar una vuelta. Era nuestra última tarde en la ciudad.
Pasamos por la calle Celetná, casi sin gente. Cómo? Dónde estaban todos? Se notaba que era martes y mucha gente ya se había ido de la ciudad.
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Llegamos a la Plaza de la Ciudad Vieja. Estaba también bastante tranquila.
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Había leído en el foro que el edificio que queda al lado de la torre del ayuntamiento se ve destruido, y es verdad.
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Según leí, a Hitler le gustaba mucho el reloj astronómico, pero viendo que no podría ser suyo decidió destruirlo. Mandó poner explosivos. Y erraron el cálculo, porque lo que voló por los aires fue el edificio anexo. Por suerte!
Qué bonita es la Iglesia de Nuestra Señora de Týn!
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Poco a poco tenía que ir despidiéndome del olor de los trdelnik. Estos son los locales donde los podéis comprar.
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Seguimos andando por la calle Karlova hasta llegar al Puente de Carlos IV. Ya tocaba ir despidiéndose también. También se notaba que había menos gente.
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Había mosquitos! Como ya queríamos cenar algo, volvimos atrás. Al volver a pasar por el reloj astronómico, mirad la gente que estaba esperando!
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Nos apetecía mucho comer una salchicha! Fuimos a Námêstí Republiky porque habíamos visto un puesto que cerraba a las doce de la noche. Pero cuando llegamos, eran las 21:10 y ya estaba cerrado. Pues qué bien! Miramos por la plaza, y los puestos que había estaban cerrados! Miramos también en los puestos que había delante del centro comercial Kotva, y tampoco! Todo cerrado! Qué faena! Con lo que nos apetecía!
Entramos en el centro comercial Palladium, pero no había ningún sitio para comer salchichas! Había algún restaurante, pero lo que había no nos apetecía… Ya nos habíamos hecho a la idea de la salchicha…
Unos días antes había visto en la calle Revolucní un supermercado que estaba abierto hasta las 22h. Por suerte estaba abierto. Pues nada, nos compramos unos sándwiches de atún, 2 yogures Activia de albaricoque y fuimos a pagar. 123’60 CZK. La cajera fue un poco estúpida, la verdad, porque casi me quitó el dinero de la mano al ir a pagar. Eh, tranquila, eh? Que tenía que mirar las monedas por si lo tenía justo.
Nos fuimos al hotel. Estábamos cansadas. Cenamos. Y a las 23:10 ya nos pusimos a dormir. A la mañana siguiente ya volvíamos…
Ese día también había hecho bastante frio.
Por cierto! El nombre de las fuentes y las columnatas viene de la colaboración y el asesoramiento del traductor de Google! Jajajajajajajajajaja!
A las 6:20 me desperté, sin despertador ni nada. Terminamos de arreglar las maletas y nos dimos una duchita.
Bajamos a desayunar a las 7:15. Había cosas nuevas en el buffet. Probé una especie de strudel que tenía una masa como de donut (que estaba tremendísimo! Me comí un par de trozos!), un panecillo con mantequilla y mermelada de frambuesas, un panecillo con queso, una tortita con mermelada de frambuesas. Y claro, mi chocolate y mi zumito de naranja.
Se notaba que era miércoles, porque en el comedor había menos gente que en días anteriores.
Y como ya lo teníamos todo preparado y aun no nos íbamos, nos fuimos a dar una vueltecita para despedirnos definitivamente de la ciudad. Salimos del hotel a las 8:30.
Lo primero que hicimos fue bajar un momento al metro en Námêstí Republiky, para corroborar los precios que ya tenía desde casa. Sobre todo, quería mirar cómo sacar el medio billete para la maleta.
Pero al final decidimos que aunque el Airport Express salía desde la Estación Central (Hlavní Nádrazí), nos daba la sensación de que no tenía que quedar muy lejos de nuestro hotel. Nos había gustado el servicio que ofrece este autobús, y tampoco es tan caro.
Volvimos a Námêstí Republiky y entramos en los almacenes Kotva para comprar un belén muy bonito que habíamos visto en uno de los escaparates. Pero la señora solo aceptaba cash, y teníamos el dinero casi justo para comprar algo de comida, y el transporte hasta el aeropuerto. Así que nos dijo que podíamos pagar en euros. Genial! Así que nos costó 11 euros. Al cambio, fue todo correcto. Valía 290 CZK.
Aprovechamos que en la planta baja del centro comercial, había tiendas con comida, para coger algo ya para el aeropuerto. Compramos un croissant con jamón y queso y un bocadillo grande con queso, lechuga y jamón serrano. Le pedimos que nos lo cortara, para repartirlo más fácilmente. Todo nos costó 120 CZK.
De allí nos fuimos a entrar a la Plaza de la Ciudad Vieja, entrando por detrás de Nuestra Señora de Týn.
Nos despedimos de la plaza.
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A esas horas (9:30) aun estaba bastante tranquila.
Nos abordaban de vez en cuando chicas que nos querían vender un free tour en castellano, pero les decíamos que ya era nuestra última mañana en la ciudad.
Otra chica nos paró y estuvimos hablando un rato con ella. Era extremeña y llevaba tres años en Praga. Hacía nada que había vuelto de unos días de vacaciones en Barcelona! Venía encantada. Una chica muy agradable! Nos despedimos y seguimos con nuestro paseo.
Y llegamos al Puente de Carlos IV. Había gente, pero nada exagerado. Pudimos andar con calma sin muchos agobios. Y aproveché para probar fotos para la posible portada de nuestro álbum Hoffman (cuando volvemos de nuestro viajes, nuestra amiga siempre hace el álbum).
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Y vimos también por última vez a Carlos IV.
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Tocaba ya volver al hotel con calma. Para no volver por el sitio por donde habíamos venido, nos fuimos por la calle Platnérská, llegamos a la Plaza de la Ciudad Vieja, y ya pusimos dirección al hotel.
Llegamos a las 10:20. Recogimos las maletas, dejamos la habitación y fuimos a hacer el check-out. Devolvimos las tarjetas y nos fuimos. Salimos de allí a las 10:35.
Os paso el recorrido que hicimos para llegar a la Estación Central, por si alguien se lo plantea. Es factible. Lo único, que si lleváis maletas grandes, ya sabéis, los adoquines de las calles son un poco molestos. Pero con paciencia y con calma, se hace.
Lo primero fue llegar a la Torre de la Pólvora, y coger la calle Na Príkopê. Giramos por Nekázanka hasta Jindrisská, y empalmamos con Ruzová hasta Opletalova. En la esquina de Ruzová con Jindrisská, vimos otra torre en la distancia que llamaba mucho la atención.
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Y ya vimos la entrada a la parte moderna de la Estación Central. No sabía desde donde salía el autobús, pero en internet había visto que era desde la calle Wilsonova. Así que entramos en la estación e intenté buscar algo que anunciara esa calle, o el AE. Nada de nada.
Vi un cartel que marcaba la parte antigua de la estación, así que por intuición supuse que ese edificio daría a la calle Wilsonova (o eso parecía en mi mapa).
A esas horas hacía un calor considerable! Qué contraste con el frio que habíamos pasado días antes…
Y al llegar a la parte antigua….. Uau! Qué bonita!
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Como era habitual en Praga, la decoración es art nouveau. Si estáis por allí, vale la pena que os acerquéis a verla.
Salí al exterior para ver si encontraba la parada del AE. Y allí estaba! Bien! Buena intuición! Había un poste con los horarios. Eran las 11:05 y no tardaría en salir el siguiente autobús al aeropuerto. Así que esperamos allí. Éramos 3 o 4 personas más esperando.
Había un autobús un poco más atrás de la parada, con un icono de un café en la pantalla. Qué bueno! Estaba haciendo la pausa del café! Al momento, la chofer ya empezó a arrancar el autobús, y de repente vemos a un señor y una señora que van allí y la conductora les abre la puerta. Mira qué bien! Más listos que nadie! Los demás estábamos esperando donde tocaba, y ellos ya habían subido. Bueeeeeeeeeeeeeno…..
Llegó el autobús A LA PARADA (jijijijijiji) y subimos. Pagamos las 120 CZK (60 por cada una) y buscamos dónde sentarnos y dejar la maleta. Era un autobús diferente al que habíamos cogido a la llegada. No tenía espacio para dejar las maletas. Era un autobús normal. La señora que había subido la primera (la listilla!) nos dijo en catalán que teníamos que dejar las maletas en el espacio de los minusválidos, ya que era un autobús diferente a los habituales. Pero le dijimos que no las dejaríamos allí ya que no era el sitio adecuado (aunque no subiera ningún minusválido). Así que nos fuimos hasta la parte trasera del autobús donde tuvimos algo de espacio para dejar la maleta y sentarnos. Ella se quedó allí, hablando….
No callaba la mujer… Todo lo sabía! Menudo trayecto! Qué taladro! A pesar de eso, el trayecto sin problemas. Al llegar al aeropuerto primero para en la Terminal 1 y después en la 2. Es donde tenéis que bajar.
Entramos en la terminal y subimos al piso de encima, que es donde estaban las salidas. Eran las 11:55 y en las pantallas aun no ponía en qué mostradores facturaba nuestro vuelo. Así que esperamos. Y la listilla también. Seguro que iba en nuestro vuelo! Hubo un momento en que debería ir al baño o algo, y se quedó el marido (a saber si era el marido…). Y justo en ese momento pusieron el mostrador: el 200. Así que nos fuimos hacia allí, y claro, llegamos antes que la listilla y compañía.
Al llegar al mostrador de Iberia había algo de cola. Justo delante teníamos a unos árabes con un montón de maletas enormes! Qué lenta iba la cola, y cuando les tocó a ellos no arreglaron mucho más la cola, porque fue más complicado aun. Y la listilla, que estaba en otra cola, iba avanzando. Aun facturaría antes! Jajajajajajajaja. Me recordaba a un capítulo de Mister Bean, cuando se picaba con alguien.
Mientras esperábamos nuestro turno, vimos que en el mostrador de al lado, que era el del vuelo a Madrid, facturaba Antonio Canales (después vi por internet que había actuado en la ciudad).
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Fiaros de mí. El señor de la palmera en la cabeza (el peinado) y los pantalones a topos blancos es él!
Después de un buen rato esperando a que acabaran de facturar todos los maletones, nos tocó. Y en nuestro caso todo fue muy rápido porque ya teníamos las tarjetas de embarque, y solo tuvimos que facturar una maleta. La chica del mostrador nos apuntó la puerta de embarque: la D1. Y terminamos antes que la listilla! Jajajajajajajajajaja!
Nos fuimos a pasar el control. No había especialmente mucha gente. Saqué los líquidos y la tablet, y todo estuvo correcto!
A las 12:35 ya lo teníamos todo! Nuestro vuelo no salía hasta las 14h. Así que nos fuimos a buscar la puerta D1. Y nos sentamos.
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La listilla no estaba… Aprovechamos para comer el bocata que habíamos comprado.
Delante nuestro teníamos una familia que se habían comprado un bocadillo de salchicha en la ciudad para comer allí. Qué olor! Y yo me había quedado con las ganas la noche anterior!
Compramos dos botellas de agua de 50 cl, por 30 CZK cada una. Bueeeeeeeeno, precio pasable. Ya eran las últimas coronas, y las estábamos apurando al máximo! La verdad es que nos salió genial, porque nos sobró poquísimo!
Aprovechamos el wifi gratis del aeropuerto para conectarnos un rato.
Y a las 13:10 empezó el embarque. Y aunque en las pantallas marcaba que los de las filas 1 a la 14 embarcaban por un lado, y los de las filas de la 15 a la 31 embarcaban por el otro lado, al final hicieron el embarque a mogollón. Y a qué no sabéis quién llegó la última a la puerta de embarque, pero en cambio embarcó la primera?????? EEEEEEHHHHHHH? La listilla! Pues sí que era listilla, sí! En el finger se hizo un pequeño atasco en la entrada al avión. Seguro que era ella que la estaba liando… Jajajajajajajajajaja! Estuvimos unos 10-15 minutos allí parados.
Nuestro avión.
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Finalmente embarcamos. Teníamos la fila 6. Así el ala no molestaba para hacer fotos. La listilla estaba sentada más atrás.
Madre mía como costó meter todas las maletas en los compartimentos superiores! Cada vez más pienso que los azafatos y las azafatas son expertos en Tetris! Tardaron un buen rato, los pobres!
Finalmente ya nos movimos! Por la ventanilla vimos unos de los enormes aviones de Emirates!
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A las 14:15 despegamos, 15 minutos más tarde de lo previsto. Pero seguro que durante el vuelo recuperaríamos el tiempo.
Mirad los campos de colza desde el aire!
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El vuelo fue perfecto! Sin turbulencias ni nada. Aprovechamos y también nos comimos el croissant.
El cielo cubierto de nubes siempre me ha recordado a un mar de nata! Ñaaaaaaaaaaam!
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Y vimos algunas montañas nevadas.
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Al cabo de poco menos de dos horas ya vimos Barcelona! Haría calor, porque el ambiente se veía un poco cargado.
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El hotel vela, en cambio, se veía perfectamente!
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Puntuales, a las 16:15 aterrizamos (10 minutos antes. Lo veis?).
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Salimos del avión, andamos un buen trozo hasta la recogida de maletas, y esperamos ante la cinta 10. Aun no salían. Y allí llegó también la listilla! Finalmente salieron las maletas. Adiós listilla!
La verdad es que nos fue todo muy rodado porque a las 16:50 llegamos a la parada del autobús 46, que nos llevaría hasta Plaça Espanya. Subimos y justo salió!
Y allí se acababa nuestro viajecito a Praga! Todo había ido muy bien!
Y a qué no sabéis qué cenamos esa noche? Un Frankfurt! Tenía que quitarme el antojo de encima! Jajajajajajajajajajaja!
Uau! Muchas gracias elcidpaseador! Es una satisfacción muy grande saber que el trabajazo que supone hacer un diario, da su fruto y a la gente le gusta! Muchas muchas gracias!
Praga es una ciudad que se puede exprimir mucho con poquitos días. Ya sabes, hay que volver!
Gracias por las estrellas!
Gracias monlis por tu diario! Ya he tomado notas para copiarte y hacer el recorrido de mi próxima visita a Praga en Septiembre. Así que ya sabes, después tendré el mío haciendo un poco de competencia... :). Aquí tienes mis *. Arriba Iniesta!!
Preparando mi próximo viaje a Praga (Marzo), tu diario ha sido el primero en ser leído!!. Y como siempre, me ha gustado mucho. Ahí van mis estrellas Monlis!!!!
(Eso si, reconozco que en la primera etapa, cuando dices que no bebéis cerveza, estuve a punto de dejarlo)
Aguuuuuuuu!!!!!!! Qué alegría saber que has leído mi diario (pese a mi no cervecismo.......)!!!!!!
Muchas gracias por tus palabras y por tus estrellas!!!! Me alegra saber que te va a ser práctico!!!!! Disfruta mucho el viaje y ya me cuentas a la vuelta!!!!
Praga en primavera5 días en Praga, una ciudad de cuento tallada en piedra⭐ Puntos 5.00 (11 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 148
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"Compensado" creo que desde luego no es la palabra para ese itinerario yo lo veo muy cargado, pero ahí entran ya las costumbres y gustos de cada uno.
Los checos son muy dados a hacer excursiones a castillos, pero por supuesto no todos son igual de vistosos o interesantes para todo el mundo. De los que has puesto, mi favorito es claramente el de Bouzov
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Gracias Javiky13 y Kiedis por vuestras aportaciones.
En casa parecen olvidar que este tipo de viajes son "cosas del pasado", que ya no tenemos 20 años y que nuestro ritmo ha cambiado. ( a más lento )
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Brigantina Moderador de Zona 09-05-2009 Mensajes: 33246
@ibizamix en mi opinión Karlovy Vari es prescindible. No es fea ni muchísimo menos, pero yo cuando estuve no me pareció que mereciese la pena el desplazamiento desde Praga hasta allí.
Cesky Krumlov me pareció mucho más bonita, pero también es cierto que estuve en 2014 y no había tanto turismo como ahora. Yo no me la perdería a pesar de eso, en mi opinión merece la pena dedicarle unas horas.
Un saludo.
javiky13 Dr. Livingstone 27-02-2012 Mensajes: 5982
@Ibizamix a mi, como dije unos mensajes antes, Moravia me gustó mucho....igual le sacaba un día a la base de Praga y el día 6 lo hacía en 2.
-Ir hasta Brno (ciudad con bastantes cuestas)
-El siguiente día para Olomouc. Ciudad sin apenas turismo, y muy poco turismo extranjero.
ANGEMI Moderador de Zona 09-08-2009 Mensajes: 31231
Escapar de la rutina, sorprenderse y descubrir juntos nuevos lugares, cumplir sueños o celebrar aniversarios…. Son tantos los motivos para realizar una escapada romántica que es muy fácil encontrar alguno que lleve directamente al corazón de la República Checa. Si además se añade un alojamiento original, el éxito está asegurado.
Enlace a la publicación de la nota de prensa enviada por la Oficina de Turismo de República Checa:
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yo lo veo muy cargado, pero ahí entran ya las costumbres y gustos de cada uno.
Los checos son muy dados a hacer excursiones a castillos, pero por supuesto no todos son igual de vistosos o interesantes para todo el mundo. De los que has puesto, mi favorito es claramente el de Bouzov
Con las visitas a ciudades pasa parecido. Una ciudad puede resultar muy interesante para alguien y resultarle totalmente indiferente a otra persona. Karlovy Vary es una ciudad que no está mal, pero es destino típico de gente... 
)
Personalmente, visitar los sitios a la velocidad de la luz, no me apetece en absoluto. Que conste que la idea original era visitar SOLO Polonia. Y aquí estamos... Intentando encontrar un punto intermedio ...
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