Hong Kong en 8 días para dar la bienvenida al 2017 ✏️ Blogs de China

Hoy visitamos el parque Disneyland, al que accedemos en metro en menos de una hora. No es necesario comprar ningún billete especial, usamos la Octopus.

Hemos comprado las entradas al parque anticipadamente por internet para ahorrarnos posibles colas.
Estamos puntuales a las 10 cuando abren el parque.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

El parque, similar a los otros parques Disneyland, se divide en varias zonas: Main Street U.S.A, Fantasyland, Tomorrowland, Adventureland y mini zonas de más reciente construcción: Mystic Point, Toy Storyland y Grizzly Gulch. Cada una tematizada con mucho detalle y creatividad.

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Destacan las atracciones Mystic Manor, una versión muy diferente del resto de mansiones encantadas de Disney y Iron Man Experience, que todavía no se ha inaugurado oficialmente, una aventura 3D con el héroe salvando la ciudad de Hong Kong de los malos.

Atracciones clásicas como Hyperspace Mountain, la montaña rusa de la Guerra de las Galaxias, o It’s a Small World nos hacen disfrutar como siempre.

También nos gustan los dos espectáculos: un musical de El Rey León y un “revival” de las canciones de las películas clásicas con Mickey como presentador. Hacen varias funciones al día y los teatros se llenan rápido, así que recomiendo llegar con más de 15 minutos de antelación.

A la hora de comer elegimos el restaurante Explorer’s Club con una variedad de platos de comida asiática, concretamente de Indonesia, Japón, Korea y el Sudeste Asiático. Predomina el pollo y el arroz, como prácticamente en todos los restaurantes de Hong Kong . La comida está rica y el precio es aceptable (ya sabemos que en los parques Disney todo es algo más caro).

A media tarde hacen una cabalgata donde varios personajes Disney desfilan en coloridas carrozas con música y bailarines perfectamente coordinados.

La cabalgata de la noche es una exageración de luces de neón que deslumbra, los personajes, bailarines y la música animan a los visitantes. Tiene mucha asistencia así que es recomendable averiguar la ruta y llegar al punto deseado con antelación para tomar un buen sitio.

Cenamos en Clopin’s Festival of Foods, un restaurante con todas las mesas al aire libre, con tres especialidades de comida china para elegir: varios tipos de noodles, wok y barbacoa. No falta el pollo y el arroz.

A la hora del cierre nos concentramos en frente del castillo para no perdernos el show de música, proyecciones y fuegos artificiales.
El parque poco a poco se va vaciando y toca irse.

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Vamos a visitar el centro de la ciudad, que está en la isla de Hong Kong.

La parada de metro es Central, y de allí caminamos por los pasillos elevados que enlazan edificios, así los peatones no tenemos que pisar la calle, ocupada por el tránsito, hasta prácticamente el inicio de las “central to mid-levels escalators[u]”, son varios tramos de escaleras mecánicas que facilitan el acceso de central a mid-levels, la zona de la ciudad que ya está en la ladera de Victoria Peak.
Se dice que son las escaleras mecánicas más largas del mundo, ¡pero los primeros tramos son rampa y no escalera!

Detallito: en la mitad de la ruta hay una máquina en la que pasando la Octopus se cargan 2 HKD de descuento para el siguiente trayecto en MTR.

Las escaleras cruzan el So-Ho (abreviatura de South of Hollywood Road), un pequeño barrio con muchos bares y restaurantes modernos. Es la zona entre Staunton St y Caine St y entre Aberdeen St y Old Bailey St. De noche la zona tiene mucha vida, pero de día no tanto.

Las escaleras terminan en una calle sin ningún atractivo. El trayecto en sí tampoco es que descubra nada en particular.

Retrocedemos y nos dirigimos hacia el templo Man-Mo , situado en Hollywood Rd, una calle animada y transitada.

El templo es muy turístico pero también es muy auténtico, hay igual cantidad de turistas como de locales haciendo ofrendas, rezando y llevando a cabo sus curiosos rituales de la religión china, una mezcla entre budismo, confucianismo y taoismo.

Su horario de apertura es de 8 a 18h cada día.

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Comemos en un pequeño restaurante de ramen (una sopa de fideos asiática) Ebi Kin Ramen en Hollywood Rd, muy sabroso aunque la carta tiene poca variedad.

Vamos caminando a coger el Peak Tram (de 7 de la mañana a 12 de la noche), el funicular que sube a Victoria Peak. La cola es larguísima, esperamos una hora y media.

El funicular salva un desnivel importante y coge una inclinación que desafía las leyes de la gravedad. Las vistas no son destacables durante el trayecto, sobretodo considerando las vistazas que hay desde la cima.

El trayecto ida y vuelta no llegan a 50 HKD y se puede pagar con la Octopus, pero también hay la opción de comprar el Sky Pass por 88 HKD, un billete combinado que incluye el trayecto ida y vuelta y el acceso al Sky Terrace, el mirador de la Peak Tower.

Compramos esta opción y no nos arrepentimos porque el audioguía incluida en la terraza-mirador es una completísima guía de viaje de la ciudad. Cuenta la historia y los datos relevantes de varias zonas, edificios y lugares destacables de Hong Kong.

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Hay autobuses que también llevan a Victoria Peak, y la entrada al Sky Terrace también se puede comprar por separado, por 48HKD, así que si véis una cola terrible o váis en plan super low cost, podéis tomar el autobus 1 que pasa por delante de la estación de Lower Peak Tram.

El funicular termina su recorrido en el interior de la Peak Tower, el edificio en forma de tazón, donde se sitúa la Sky Terrace, este estupendo mirador. Cabe decir que desde la planta 3, en el lado opuesto del Burger King, hay una pequeña terraza desde la que se obtienen unas vistas parciales de la ciudad, de forma gratuita.

El edificio que está enfrente de la Peak Tower, el Peak Galleria, que también es todo él un centro comercial, también tiene una terraza con vistas parciales gratuitas.

De todas formas a nosotros nos valió la pena acceder a la terraza de pago sobretodo por el audioguía.

Tenemos la suerte que a media tarde han dejado de utilizar la máquina automática de acceso (quizás se estropeó) y podemos subir dos veces a la terraza con el mismo tícket, una de día y otra de noche.

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De noche está muchísimo más atestado que de día, y la vista es muy distinta, sólo se ven los edificios brillar con sus neones. De todas formas, los edificios iluminados del puerto se aprecian también muy bien desde el muelle de Tsim Sha Tsui, así que si sólo podéis subir una vez, quizás os interesa más hacerlo de día, que se ven más cosas.

Cenamos en un restaurante de dim sum, esta especialidad hongkongesa de empanadillitas cocidas al vapor (normalmente), en el edificio Peak Galleria. El restaurante se llama Tsui Wah.

Para descender también hay cola en el Peak Tram. Recomendación: llevar ropa de abrigo :!: . La temperatura desde aquí arriba es mucho más fresca que desde la ciudad.

Una vez abajo paseamos por Lan Kwai Fong, un par de calles de bares nocturnos, muy animada. Nos parece demasiado turístico y nos metemos en un barecito cutre del So-Ho, mucho más auténtico.
Las cervezas son caras en todas partes y hay mucho expat (occidental que vive y trabaja en Hong Kong) que ha salido de la oficina. Nos da por cenar alrededor de las diez, que es muy tarde para sus costumbres, pero las cocinas de muchos restaurantes aún están abiertas.

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Para el último día del año hemos reservado plaza en un tour gratuito por el barrio de Tsim Sha Tsui, en la zona sur de Kowloon.
La compañía HK Free Walk ofrece tours en inglés sin coste, en el cual el usuario al finalizar el tour es invitado a aportar una propina al guía, al igual que Sandeman, del cuál somos muy fans.

Curiosamente somos los únicos participantes del tour así que tenemos para nosotros solos una guía honkongesa con un buen nivel de inglés que nos cuenta la historia de la ciudad y del país y nos va señalando los elementos arquitectónicos más destacables que podemos ver desde la orilla del Victoria Harbour, entre ellos la Torre del Reloj, el Palacio de Congresos, el Bank of China…

Nos lleva delante de las Chungking Mansions, un infame bloque de apartamentos de aspecto destartalado situado en una de las calles más concurridas. Más tarde se nos ocurrirá entrar a la galería de la planta baja, por pura curiosidad, y aún estando abarrotado de gente, muchos de ellos turistas, nos atrevemos a hacer una sola foto:

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Los negocios son cutres y están regentados por immigrantes, sabemos que es un edificio con un alto número de delitos denunciados. Hay cámaras de seguridad y en cada conjunto de ascensores hay una cola de turistas que seguramente se alojan en uno de estas pensiones diminutas y baratas.

Seguimos el tour hacia el Garden of Stars. Es donde han trasladado las huellas de las celebridades honkongesas del cine desde que hacen obras en la Avenue of Stars, hace ya unos años. Aquí se encuentra la estatua de Bruce Lee, igualita a la de Chinatown de Los Angeles.

Nos lleva a través del Haiphong Road Temporary Market, que según la guía de “temporal” tiene poco, porque lleva años allí. Es un local grande y cubierto y están recogiendo ya las paradas de verduras, pero es muy auténtico, y tan cerca de estos grandes centros comerciales con sus tiendas Chanel, Dior,...

Una vez finalizado el tour aprovechamos que estamos cerca para comprar los tíckets para Macao. Desde la isla de Hong Kong sí que salen ferries cada quince minutos, pero desde Kowloon salen uno cada hora, aproximadamente, así que más vale reservar con antelación, sobretodo porque puede haber mucha cola en la taquilla.

Luego comimos en el mercadillo supuestamente temporal sorprendentemente el señor que regenta el negocio chapurrea inglés así que nos hacemos entender. Noodles con pollo.

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Visitamos el Museo de Historia de Hong Kong (de 10 a 18 o 19h según el día) que no solo es gratuito sino que es enorme y completísimo. Habla de las dinastías chinas, de tradiciones ancestrales, de religiones, ritos y tribus. También habla de las guerras del opio y la posterior colonización de Gran Bretaña. Los espacios expositivos están muy decorados con reproducciones de calles y tiendas…

A las siete de la tarde la zona de Tsim Sha Tsui promenade, el paseo del puerto, ya está acordonada y la muchedumbre está buscando su sitio para ver el espectáculo de fin de año.
Nosotros tomamos posición alrededor de las 8 de la tarde y esperamos cuatro largas horas para que inicien los ansiados fuegos artificiales.

En la avenida de la torre del reloj hay un escenario con música en directo, pero debido a las obras el espacio es reducido y no hemos conseguido llegar. La muchedumbre nos ha hechado para atrás, hemos preferido buscar otro lugar para tener mejor visibilidad.

El espectáculo de fin de año es espectacular. La cuenta atrás se proyecta con enormes números desde la fachada del Centro de Congresos, los edificios ya de habitual iluminados lanzan fuegos artificiales desde sus azoteas, también salen fuegos artificiales del agua sincronizadamente. Dura más de diez minutos.

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Una vez finalizado la masa se va diluyendo de forma ordenada, con paciencia. En el suelo no hay botellas de cava ni confetti ni esas cosas típicas de los fines de año europeos. El metro sigue pasando con una frecuencia regular y nos vamos a dormir la primera noche del 2017.

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